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Chapter 12 - La Puerta

El túnel del Tiempo Viviente era mucho más extenso de lo que anticiparon los sistemas de escaneo, una anomalía que Cat no podía explicarse, extendiendo su viaje de minutos a horas. Ciertamente su motor estaba completamente recargado, pero sabía que el combustible no duraría por siempre.

Y ellos menos si el suministro se acababa.

- Esto claramente no es natural... - le dijo Carter.

Jun entró justo en ese momento a la cabina delantera, añadiendo:

- El protector, debe estar cerca.

- Pero si seguimos así, nunca llegaremos al objetivo.

- ¿Qué hacemos entonces, coronel?

- Intenta insertar las siguientes coordenadas. Salto de emergencia para el reintento.

- ¿Y si no funciona?

- Nunca podremos arreglar esto.

La spartan se dispuso a ingresar los números indicando el destino en ocho dimensiones, titubeante:

- Funcionará.

Aquella voz era la del Jefe Maestro, quien se quedó tras el umbral de la puerta, una mano sosteniéndose del travesaño, asintiendo lento, de forma reafirmante.

- Hecho.

El transportados comenzó a ulular desde fuera hacia dentro con calma, y una burbuja luminosa comenzó a envolverlos, hasta que nada pudieron ver:

- Si nuestras probabilidades siguen jugando a favor - dijo Jun - Deberíamos aparecer cerca tras una transición de quince minutos en una línea temporal de emergencia.

- ¿Cuán riesgoso es eso? - preguntó Joyeuse.

- Normalmente son mundos deshabitados, por lo que no deberíamos llamar la atención.

Cuando terminó de hablar, la nave apareció con una vista de la curvatura terrestre. Un mundo azul y verde, prístino, océanos saludables reflejando la luz de su Sol, nubes gentiles abrazando su atmósfera. No pasaron muchos segundos antes de que Cat hablara:

- Hay un problema.

- ¿Qué es eso?

Carter señaló el monitor central.

- Objetos de tamaño pequeño se aproximan a nuestra posición.

- Sube los escudos al máximo, Carter, hazte cargo de la batería frontal - ordenó Jun.

Este último asintió.

- Jefe, sígame a la armería. - añadió.

- Sí, señor.

- Jorge, Emile, tomen los cañones.

- Dalo por hecho - afirmó Emile.

Al llegar, el coronel señaló una escotilla en el techo, justo en el momento que el altavoz se activó, el transportador se sacudió con violencia, el ruido acuoso de los ataques en el exterior aumentando

- Necesitará esto.

Sierra-117 tomó el arma que su par tomaba pesadamente entre manos, y este pronto se volteó de vuelta al stack de armas, pulsando comandos en un compartimento cerrado. Al verlo le recordó de forma vaga al láser spartan que había empleado en algunas ocasiones a lo largo de su servicio:

- Los positrones del haz continuo están afinados para traspasar el escudo desde dentro. Un tiro, y si tenemos mala suerte, dos. Sólo 5 cargas.

- Bastará. ¿Y el teniente?

- Cuidaré la cápsula médica. - dijo Seis, que los esperaba allí - Cubriré el acceso.

La cabina trasera se aisló y sus compartimentos se cerraron, Jun se colocó su casco, tomando su propia arma, y tras una rapidísima descompresión, el Jefe abrió la escotilla, apuntando el rayo sobre su hombro. Lo que vio, mientras se acuclillaba sobre el techo del transporte con sus botas magnetizadas, fueron 18 objetos negros de apariencia metálica, su forma era humanoide y lanzaban haces de partículas desde sus palmas. Jun pronto también salió, fijando su posición al anclarse de botas y codos solamente medio cuerpo a la abertura de ingreso, apuntando con precisión micrométrica mediante lo que quedaba de su VISR.

- Cubra mis flancos, Jefe, yo lidiaré con los de la cola.

Apenas dicho eso las armaduras voladoras rodearon el transportador y dispararon granadas de pulso desde aberturas en sus petos, perturbando la estabilidad del campo de fuerza, que ondeó como si bates de beisbol golpearan una pelota de playa extradura. Jun miró algo extrañado al no ver una respuesta de los cañones, y llamó por comunicador:

- Emile, ¿Qué ocurre?¿dónde está mi fuego de cobertura?

- Los paneles no responden, señor.

- Mismo problema aquí, es como si no tuvieran energía - acotó Jorge.

El jefe disparó el primer haz, guiándose por la firma de LIDAR movil en su visor, partiendo al desgraciado a la mitad de arriba a abajo en un intento de maniobra evasiva desafortunada. Logró destrozar el costado de un segundo, pero este siguió atacando con sus manos:

- Más de esos robots...

- Disparando la segunda ronda.

Jun vio que las armaduras comenzaban a emitir un brillo anómalo desde sus brazales:

- Espera...

John también lo vio. Los enemigos comenzaron a dar vuelta, vista hacia el transporte, de forma sincronizada, y cruzando en X sus brazos, cada vez a mayor velocidad, convirtiendo aquello en un espectáculo de estrellas fugaces frenéticas:

- ¿Qué hacen? Una demostración de acrobacia, no creo. - dijo Joyeuse.

Pasaron los segundos, el escudo anteriormente celeste comenzó a brillar en un tono naranja cada vez más intenso, y este tono se comenzó a opacar, poco a poco, en un rubí fosforescente, que emanaba partículas del propio campo de energía directamente al espacio:

- Parece que están generando una gran cantidad de calor...

- Intentan hacernos estallar.

- Pues debemos actuar ahora - añadió la IA - o...seremos historia.

El Jefe aguardó en posición lista, y una vez Joyeuse logró rastrear un hostil, esta le ayudó al jefe a fijar un disparo con el haz, basado en su algoritmo predictivo. El rayo de luz salió del arma, e impactó de lleno el torso de una de las máquinas.

- ¡Cuidado!

Jun había gritado casi tarde, cuando el haz rebotó de la armadura enemiga, perforando el escudo. Este dio dos o tres rebotes más, ayudado por la superficie refractaria del casco exterior. Jun se había cubierto con la trampilla, y el Jefe se mantuvo pecho a tierra hasta que las partículas se disolvieron, dejando rastros de quemadura al rojo vivo:

- Ok, eso fue mala idea.

- ¿Qué sugieres? - Jun revisó su monitor de brazal.

- No duraremos tanto a este ritmo - dijo la IA.

- Lo conseguí.

Era Cat hablando en el comunicador, y al oírla el coronel preguntó:

- ¿Qué ocurre...?

- Creía que era parte de la radiación de fondo, pero es una señal, muy sutil. Ondas de escáner.

Jun miró cuidadosamente a su alrededor, a las formas cuyos movimientos habrían escapado de la percepción de cualquier humano normal.

- No me quedaré a averiguar qué buscan. Joyeuse, busca puntos vulnerables.

- Estoy mapeando ahora. Allí, Jefe. Debes disparar en sus articulaciones.

- Abriendo fuego.

El spartan, guiándose de las indicaciones de la IA en su display, disparó otro haz, de tal forma que, cuando este impactó el codo de uno de ellos, la parte mutilada de la armadura volase por inercia perturbando el curso de vuelo de su compañera más próxima. Fue mínimo, pero suficiente, y el coronel entendió lo que necesitaba hacer, así que usó su propio haz, disparándolo en la parte flotante, de tal forma que refractó el tiro, decapitando a tres máquinas al mismo tiempo.

- Blancos derribados, esa fue una buena.

Los colores del escudo comenzaron a entibiarse una vez más, en tanto las armaduras que quedaban retrocedían a sus posiciones iniciales para evitar daños en sus propios campos de fuerza. Los spartan resumieron su ataque, una vez otro enemigo atravesó la barrera con sus dos manos, como si intentara partirla, perdiendo la parte central de su torso antes de ser pateado lejos por el Jefe. El transportador una vez más se agitó, cuando las armaduras empezaron a impactar a patada doble el escudo, activando sus impulsores antigravitatorios que generaban luces acuosas al chocar.

- Coronel, detecto una brecha paratemporal cerca...

Ambos spartan levantaron la vista al ser sus cabezas cubiertas por una sombra:

- Coronel, ¿puede oírme?

- Maldición...esos bastardos nos encontraron.

Un navío de vientre rectangular estaba navegando de forma sincrónica con ellos. Sierra-117 sabía que no tenía sentido lo que estaba percibiendo, pero podría haber asegurado que aquel ulular en su procesador auditivo provenía de esa nave.

- Identificación confirmada, corbeta clase Aquitania, es Centrum, nos encontraron.

- Va a activar su rayo tractor... - alertó Jun - ¡Cat, sácanos de aquí ahora!

- T menos un minuto, pero forzar el proceso es arriesgado y...

- ¡Hazlo ya!

El transportador comenzó a acelerar, pero algo más salió mal, cuando la barrera se dispersó en un titilar violento de arcos eléctricos. Las armaduras inmediatamente comenzaron a aterrizar en el casco, haciendo a Jun cerrar la trampilla bajo él, a pesar de que el primer atacante, lanzando un pulso de energía de su muñeca, rompió una de las bisagras:

- Bien Jefe, parece que no tenemos opción.

- Entiendo.

Este último saltó sobre el primer oponente, que abrió su rostro metálico para lanzar una ráfaga de plasma. Esquivando, el spartan lo tiró de espalda usando su propio peso, rematando con un haz que lo hizo estallar en miles de piezas. El disparo se reflejó en el casco, mutilando la pierna a otra máquina, que Jun derribó de un tiro a la cabeza perfecto. Las demás comenzaban a rodearles, y el vehículo a su vez rechinaba bajo el tirón invisible de la nave centrana cada vez más lejos de su popa.

Frente a ellos, en cambio, se proyectaba el vórtice dorado:

- Hay que regresar dentro, comandante.

Dispararon una vez más contra las máquinas.

- De acuerdo, vámo...

Una de ellas hirió a Jun con un golpe, cargado de energía, derritiendo una de las piezas a la altura del abdomen. El VISR del coronel emitió una ruidosa alerta de color rojo, indicando una fuga de oxígeno; rápidamente este agarró la cabeza de la armadura, exprimiéndola con todas sus fuerzas, mientras seguía recibiendo golpes.

El Jefe había sido rodeado, evitando que pudiera ayudar. Este escuchó un ruido, y la trampilla se abrió de un puñetazo. El enemigo estaba por entrar, pero al agacharse, la entidad fue atravesada por la bayoneta alargada de un extraño rifle. Era Seis, quien disparó, vaciando el cargador sobre dos o tres armaduras más, rodando una vez en el suelo al esquivar tiros, drenando sus escudos al recibir los contragolpes.

Terminó el trabajo justo a tiempo mientras las armaduras restantes enfrentaban a John. Un golpe tras otro, defendiéndose lo mejor que podía y esquivando los peores ataques. De un gancho arrancó la cabeza de un enemigo, para luego pasar a hundirle el pecho a otro con la cacha de su arma. Seis corrió hacia él, cortando a la mitad e torso de un tercer oponente con su cuchillo:

- Oye hombre verde, ¿necesitas ayuda?

El transportador estaba siendo absorbido lentamente por el portal, aun debatiéndose con el rayo tractor:

- Llévate a Jun de aquí.

- No me iré de aquí sin los dos...

El Jefe sacó una granada de plasma de su compartimento, la última. La activó y procedió a atravesarle el costado a otro enemigo más, antes de agarrarlo y arrojarlo en contra de los demás. Seis los distrajo dándoles tiros con otra carga del rifle antes de que estos pudiesen reaccionar, permitiendo a John salir de allí, justo mientras la explosión los hacía volar y desintegrarse en el portal. Ambos ayudaron a Jun a bajar por la trampilla, y este fue recibido por Emile, quien con su armadura aún golpeada por la batalla anterior, estaba recurriendo a su mero entrenamiento para contener la respiración en aquel lugar. La puerta la cerró el suboficial, justo antes de abandonar la cámara, ahora carente de aire por la bisagra rota que no le permitía cerrarse correctamente.

- ¡Saltando ahora! - exclamó Cat.

La clase Aquitania tembló, creando un efecto de ondas gravitatorias alrededor de sí. La bahía del rayo tractor sufrió cortocircuitos y una de las baterías explotó, destruyendo numerosos robots trabajando en el lugar e hiriendo al supervisor, que a pesar de sus quemaduras dio la alarma. El capitán de inmediato había ordenado dar persecución a los fugitivos, y los androides colocaron las coordenadas; el navío se envolvió en luz para dar el salto en paralelo.

El transportador se adentraba nuevamente en el túnel, pero esta vez logró llegar en cuestión de segundos al nodo de ondas brillantes, casi indescriptible, donde reposaba el protector alienígena, una máquina carmesí y dorada que al solo ser visualizada, hizo a Cat y Carter tener un repentino dolor de cabeza. Jun llegó con ellos cojeando, su traje sellado crudamente con gel térmico:

- Hay un punto de entrada en la región baja, lo marcaré en tu HUD.

Una flecha se marcó en el visor de la spartan, en la parte baja, aunque cubierto por una protrusión inferior, como había mostrado el holograma:

- Tendremos que rodear eso.

Un retumbar hizo vibrar el vehículo, y al observar el LIDAR, Carter acotó:

- Tal vez no...

La corbeta se encontraba nuevamente cerca, esta vez adelante de ellos, sus motores incendiándose. Esto despertó algo en el artefacto Interminable, pues cientas de nuevas señales aparecieron, acercándose como un enjambre. A través del parabrisas podían observarse pequeñas navecillas con forma de botones de orquídea, de color rosáceo, volando a toda velocidad hacia ambos intrusos en su territorio. El más grande fue el primero en recibir la bienvenida, cuando el casco medio comenzó a detonar parte por parte, y las demás envolvían a los desgraciados centranos atrapados ahora dentro.

- Parecen distraídos, pero muchos aún nos tienen a punto de tiro.

- Es nuestra brecha, ve ahora Cat.

- Entendido.

El transporte aceleró a toda velocidad, mientras Jun iba a la cabina central para reunir al resto del equipo:

- Escuchen. Habrá un cambio táctico.

- ¿Cuáles son sus órdenes? - preguntó el Jefe.

- Debido a los daños en algunas de nuestras Mjolnir, no podremos separarnos todos a la vez. Necesitaré dividirnos en 3 grupos...Jorge, John y Carter defenderán la posición de Emile, Seis y Cat.

Carter intervino:

- Pero Cat podría hacerlo sola, ella no sufrió mayores daños en Belos.

Jun se acercó:

- ¿Ves su brazo artificial?¿Lo notas?

Carter miró con detenimiento unos segundos, notando que apenas hacía algún movimiento, sobre todo fino, con las articulaciones.

- Fallo en giroscopios. Seguro los drones lo hicieron.

- ¿Y qué hay de mí, chico listo? - preguntó Seis.

- Tu HUD claramente fue dañado en la huída. Joyeuse y el Jefe te ayudarán.

- ¿Y qué harás tú? - preguntó Jorge.

- Bueno, yo me quedaré a pilotar. Recon 14-1 - llamó entonces,

Con una media sonrisa, tocó el marco de la entrada:

- ¿Está listo el cañón frontal?

- Por fin en línea.

- Ve con Carter, saldrán en menos de dos minutos.

- ¿Estás seguro de esto?

- Podré distraerlos lo suficiente mientras me encargo del séptimo nodo.

La spartan bajó la cabeza un momento, y le puso la mano al hombro:

- Suerte, señor.

- A ustedes.

Apenas esta dejó la cabina, la puerta se cerró con seguro. El equipo volteó y por la ventanilla vieron a Jun asintiéndoles de vuelta.

- Abriré la compuerta.

Ellos se miraron un instante, mientras esta abría sus fauces arriba y abajo. La luz amarilla los encandiló un breve instante, justo antes de que el Jefe dijese:

- Andando.

Sí, era realmente el de menor rango entre ellos, e incluso de una rama distinta, pero nadie en Recon-14 dudó en seguirle el paso. Sabían de su trasfondo y lo que había sacrificado por la humanidad después de lo que, se suponía, debió ser el fin de sus días en Epsilon Eridani.

Usaron la rampa para impulsarse, de uno en uno, dando un breve salto antes de avanzar, primero juntos, defensores en primera línea. Llegó una parbada de skimmers a tratar de detenerlos, pero el objetivo no podía dilatarse, pues apenas se habían alejado dando tiros con sus rifles que la corbeta en el cielo comenzó a deshacerse en destellos suaves.

Un doble bláster voló sobre sus cabezas, vaporizando a las alimañas, y luego a otro grupo que se acercaba.

- Hay que moverse - dijo Carter - Iremos a la derecha, Jorge y Emile por izquierda. Jefe, debes bajar por allí...

Era una especie de ducto que conducía directamente al vacío dorado:

- Mira, hay un conducto aquí - dijo la IA - tenemos que descender despacio, ¿oíste?

La IA apenas logró asustarse ligeramente, ya que el Jefe, sin elaborar más en lo que tenía en mente, se lanzó por el agujero de cabeza, estando a punto de caer al vacío cuando activó su gancho, asiendose con la otra mano a uno de los niveles inferiores de aquella estructura.

- Hora de irse, los recogeré antes de que explote.

Se acercó del lado que daba al transporte, y miró desde abajo cómo el vehículo se desviaba, reculando para disparar sus láseres al enjambre de robots alienígenas que le estaba por rodear como una jauría de lobos. En unos giros más, Jun se destrabó, pero continuaban persiguiéndolo:

- Me encargaré de estos por un rato, sigan con la misión...

Mientras se alejaba el coronel en la nave, el Jefe retomó su camino, encontrándose con más skimmers, pero también a un grupo de xalanyn en armaduras que cubrían sus cabezas. Uno de los disparos enemigos lo esquivó a tiempo antes de que lo que había golpeado, un pedazo de escombro, simplemente parpadeara fuera de toda existencia. El Jefe contraatacó a tiros, intentando alejar a los skimmers con su secundaria antes de apuntar el haz hacia los oponentes más fuertes; en tanto aquello se sucedía, Joyeuse le comenzó a hablar de esa forma casual tan poco oportuna que, pensó John, ya debería haber dejado atrás del todo:

- ¿Soy yo, o el coronel simplemente estaba muy preocupado por llevar a Jae Soon a un lugar seguro?

- Enfócate en la misión, Joyeuse.

- Está bien, solamente digo que...bueno, me recordó a esa historia que me contaste una vez...

- No es el momento.

- Claro...

Un haz de luz atravesó el cráneo del soldado enemigo, que cayó convulsionando al suelo. 

El Jefe Maestro aprovechó para neutralizar a tres skimmers más antes de dirigirse a otra planta superior, siguiendo el punto marcado en su HUD, evadiendo lo mejor posible a la infantería, que ahora le disparaba con orbes de energía superdensa, los cuales doblaban espiralmente el espacio en el punto donde impactaban. Contraatacó tres o cuatro veces antes de seguir a la siguiente, torretas fijas apuntaron y el spartan trató de hacerse a un lado, pero antes, fue tirado abajo por una fuerza desconocida, viendo como su armadura comenzaba a unirse al suelo, molécula a molécula.

Fue en ese momento que un par de granadas volaron hacia el primer arma fija, haciéndola apagarse por instantes valiosos, que ahora el reagrupado Seis utilizó para desviar la otra, incapaz su golpe de dañarla. El Jefe se vio despegado, y se reincorporó para seguir el camino:

- Dos más, Jefe, ¿enrendiste?

- ¿Dónde estabas?

- Con los enemigos que dejaste atrás.

El Jefe ni dijo más y finalmente subió a una cuarta planta, en que fueron recibidos por una especie de líquido aceitoso flotante.

- Allí...

Eran algunas de las navecillas, proyectaban aquella sustancia desde su frente, y debían esquivarla o intentar apartarla si querían llegar a su destino. El primer nodo estaba iluminando como un minúsculo sol el interior de una elevación similar a una camelia. Los spartan dispararon sus haces, pero tras hacer un sonido rugoso, este era disipado, así que cada uno terminó su ronda del arma principal en los robots de afuera, que al menos vieron vulnerado su escudo, retrayendo su extraña emisión.

Ambos spartan corrieron, Seis se adelantó, sacando de un compartimento lo que necesitaban para destruir el generador:

-Bien, genio, espero que el explosivo de nombre difícil funcione.

Lo lanzó dentro de la protuberancia, y el aparato en forma de mancuerna fue absorbido de inmediato. Los segundos casi no pasaron, cuando la luz sonó como si se resquebrajara algo invisible, emitiendo una debil onda mientras se desvanecía. Al voltearse Seis preguntó:

- ¿Más problemas?

- No - dijo - ¿Escuchas?¿Ves algo?

Era cierto. Las naves robot, los enemigos en las plataformas. Ya no estaban.

- Nada.

- Exacto. Esto no me gusta.

- Hay que irse.

El Jefe asintió y ambos siguieron. Era muy anormal, pero debían completar la misión. El teniente se comunicó con Carter:

- Ey, Carter, ¿dónde estás?

Este pronto respondió:

- Terminamos aquí pero...no sabemos qué ocurre, todos los hostiles desaparecieron.

Cat también habló:

- Hay que reunirse en el punto de recogida sin importar qué, debemos estar listos.

- Claro, como digas...oye, cara rallada, ¿qué hay de ti?

- Ya te dije mil veces que no me digas así - replicó - Lo mismo aquí, Jorge está encargándose de nuestro segundo nodo.

- Se oye bien. Aquí también tenemos el segundo, justo en frente. Nos veremos en un minuto. Corto.

Seis apagó el transmisor, y se acercó con el segundo dispositivo. Ingresó como el primero, y la esfera se desvaneció. Vieron en ese momento sobrevolando, además de los restos de la corbeta centrana, el transportador, algo golpeado pero perfectamente funcional.

- Recon 14. Reporten.

- Todo listo - dijo Cat - Estoy con Carter en el punto de recogida. Espero a los demás.

- De repente se volvió fácil.

- Lo mismo aquí.

El transportador se alineó frente al círculo central del protector, que como lo demás, había caído en un repentino torpor. Disparó los laseres al nodo final, hasta que este comenzó a implosionar, haciendolo retroceder:

- Misión cumplida. Pronto todo esto volará. Cat, ¿entraste a su terminal?

El transportador fue girándose en el aire, estabilizando horizontalmente hasta dar a un par de metros del punto.

- Tengo los datos de coordenada, pero no vas a creerlo. Están...reestructurando.

Las compuertas se abrieron, permitiendo a Carter y Jorge entrar primero, seguidos de Emile. La spartan estaba esperando a los faltantes:

- Si es lo que creo que es...

- Probaría que enfrentamos un poder que no hemos sido capaces de comprender.

El Jefe y Seis estaban avanzando, llegando al nivel correcto con sus ganchos:

- Espera, ¿también lo tienes? - inquirió la IA.

- Esta armadura lo tiene. No sé por qué.

- Jefe, detecto algo

- Dónde...

Un destello azul plateado atravesó el amarillo, cruzando una vez, y luego otra. La siguiente hizo reflejarse el escudo del transportador.

- ¡Debo retroceder...!

El destello esta vez hizo su choque meteórico contra el protector, mostrándose tal cual era. Aquel ser se levantó de su posición en cuclillas, y miró a los spartan, fijando sus ojos azules con las pupilas verticalea totalmente contraídas:

- Por siglos he estado esperando este momento, Jefe Maestro.

- ¿Quién se supone que eres? - preguntó Seis, apuntando su pistola.

- A ti jamás te he visto, cucaracha. Hazte a un lado.

Con un solo ademán de su mano Seis salió disparado a la derecha. Al levantarse, fijó la mirada en el ser, y se dio cuenta de que su visor se había quebrado. En ese instante, miró su propia mano, sintió frío, parecía que sus pulmones estaban siendo exprimidos de aire, temblando sus músculos para permitirle tomar una sola bocanada más de aire. Contempló al ser, agarrotado; un humanoide de amplia espalda, pies apoyados sobre dedos abiertos en x, garras en las manos, estaba cubierto de armadura negra y roja. Su cabeza era de hocico alargado, dientes afilados como taladros miniatura, y dos cuernos que iban hacia atrás:

- Otro que vino a cazarnos - dijo Joyeuse.

- Esos mortales creen que me uní a ellos, pero no, solo son un instrumento más en mi finalidad última.

El Jefe disparó, sin hacerle ni cosquillas. El ser le dio un golpe al estómago a velocidad imposible, y otri puñetazo a la cabeza, derribándolo:

- ¿Desde cuándo te volviste tan débil, John?

El Jefe sentía como si un planeta le hubiese caído encima, y Joyeuse no era capaz de gatullar sus reflejos rapidos. La interfaz neural, analizó, había sido comprometida:

- ¡Ya déjalo! - exclamó ella - ¡No te acerques más!

Desde uno de los focos del casco del Jefe, se proyectó un holograma azul en escala humana, una mujer voluptuosa cubierta en traje monopieza:

- No sé por qué haces esto, pero lo que sea que te haya prometido esa gente no es verdad. Solo te utilizarán para ganar poder.

- ¿En verdad eres tú, Cortana? - cuestionó el ser - Incluso tú pareces sufrir de incompetencia, gastando la fuente de poder de esa armadura. No, la verdadera habría sacado ya algun truco mejor que este...

Ignorando el holograma, el ser comenzó a golpear al Jefe, quien a duras penas podía bloquear sus ataques en el suelo.

- ¡Jefe...!

Seis se lanzó con su cuchillo, pero este se rompió entre los segmentos de armadura collar de su adversario. El ser se elevó en el aire, y lo golpeó contra el techo una vez, a velocidad como para vaciar sus escudos, dándole una patada de vuelta al suelo. Este descendió grácilmente frente a los spartan, que a duras penas se podían mover, igual que el transporte, el cual de algún modo estaba detenido en el amarillo.

El protector temblaba, piezas caían como escombro, o volaban fuera, mientras el ser exclamaba:

- Ellos desean mi tecnología, la de los dioses Precursores, estos impostores la profanan, pero pronto vendrá de nuevo la Armonía Cósmica primordial.

El Jefe Maestro fue ayudado a levantarse por B312, sabiendo que tenían poco que hacer ante aquella criatura misteriosa. El transportador comenzó a disparar contra el ser, pero los cañones comenzaron, de a poco, a doblarse hacia arriba. La nave misma, al gesto de su mano, se quedó completamente estática.

Dentro, Jun fue atrapado dentro de la cabina. Sabiendo que no podía replegarse, intentaba manipular de alguna forma los controles analógicos, pero nada surtía efecto. Su segunda al mando habló por comunicador:

- No tenemos otra opción.

- Es claro que lo que nos detiene aquí no es tecnología. Pero Jae Soon, ella aún...

- Sé que te preocupas por ella, pero escucha, si es como dices, debemos tratar.

Emile, quien acababa de acercarse a ella, iba a decir algo:

- Dices que...

Fue interrumpido por Cat:

- Hay que despertarla. Su telequinesis, o su estasis temporal podrían ayudarnos a salir del agarre.

Jun, sin mirarlos, habló:

- No. Está demasiado débil.

- Es verdad - dijo Carter - su cuerpo podría no soportarlo.

Jorge también habló:

- Ni conocemos cuánto poder...tiene ese monstruo.

Emile añadió

- Hasta podríamos hacernos añicos si no funciona

Todos se lo pensaron un momento. En este punto, algo sabían ya sobre lo que Jae Soon podía hacer, y preferían, a fin de cuentas, usar eso en su ventaja, si podían despertarla. Por otro lado, si en verdad no estaba tan recuperada como para usar sus poderes, todo habría sido por nada, resultando en poco más que una instrumentalización, no solo fallida, sino también egoísta.

Cat se movió para ir hacia la cápsula, seguida por Carter muy de cerca:

- Esto no puede ser una buena idea. - musitó él.

Ella lo miró, y el solo respondió:

- Ya lo decidieron. Solo hazlo.

Se puso manos a la obra mientras Jun daba instrucciones por comms. Presionó el panel para iniciar el proceso de consciencia inducida.

- Trataré de no sacarla del líquido regenerador - dijo Cat a los demás - Espero baste con esto.

Afuera, la criatura estaba aplastando las costillas de Seis, el Jefe disparando a su espalda, vaciando su cargador antes de cargar, saltando con ayuda del gancho. Los garfios de aleación ultraligera se clavaron en la gris carne de la espalda del oponente, traspasando su gruesa piel escamosa, y Sierra 117 preparó su golpe:

- Muy lento.

En un destello, el ser se había volteado, dejando al Jefe en el aire, el cable roto en su zarpa. Lo pateó contra un soporte, el cual colapsó con el impacto. Seis contraatacó una vez, pero nuevamente fue inútil, y tras varios intentos de golpear, el enemigo lo superó en fuerza, rompiendo su cuerpo con cada impacto, uno a la vez, hasta que cayó, cuando no pudo sostener su propio peso.

- Ahora les toca a ustedes.

Se elevó en el aire, y a pesar de no tener un medio visible, voló a toda velocidad hacia el transportador, abriendo la boca como si pretendiera devorarlo de un bocado. Unos chasquidos en el interior de su boca fueron seguidos por la salida de un cañón, en cuyo derredor empezaron a converger luces azules, rápidamente, volviéndose orbes burbujeantes. Al fin adquirieron la forma de una esfera, y esta palpitó hasta iluminar la instancia entera, transformándose en un enorme rayo de energía blanca.

El vehículo fue completamente envuelto, y se perdió de vista. Seis solo pudo mirar impotente cómo una vez más, aquellos amigos que no pudo salvar morían, por enésima vez.

- Puedo ver en tu interior, spartan...

El ser había volteado hacia él, acercándose y derribándolo con un empujón de su pierna:

- Roto, consumido. Podrido...

Uno de sus brazos se transformó en un arma, reconfigurándose de forma aparentemente dolorosa, por los crujientes ruidos:

- Puedo concederte ese deseo que intentas negar.

El arma se cargó con un zumbido vibrante, lista para matar. Solo con el pensamiento, el enemigo disparó. Seis cerró los ojos, cuando el ruido del tiro surcó el vacío.

Seguía allí, respirando.

Miró a un lado, a otro, era el Jefe, cargando con uno de los cañones del nivel inferior. La criatura gruñó, e inmediatamente luego rugía frustrada, viendo cómo sus pies se estaban fundiendo al suelo. Justo al filo de sí, Seis vio pasar desde atrás suyo un bólido que impactaba a la bestia; este se detuvo cerca y giró, abriendo su compuerta:

- ¡Jefe, Seis, entren ya! - gritó Emile.

John recogió a Seis, llevándolo al interior del vehículo para que pudiera descansar contra una de las metálicas paredes de la cabina central. Pronto se fueron elevando, y la compuerta se cerró, con el ser apareciendo de inmediato, volando con una expresión furiosa hacia ellos.

- ¡Adiós!

De nuevo abrió la boca para lanzar un rayo. Este los persiguió en direcciones que parecían imposibles mientras se alejaban. Solo ahora podían ver que aquella máquina, el protector, parecía estar "cayendo" en aquel túnel temporal, cuyo nuevo umbral luminoso era ahora visible.

- Es hora...hay que saltar

- Las lecturas provenientes de ese lugar...simplemente no tienen sentido.

- La clave para arreglarlo todo está allá. La oíste. Debemos hallarla.

- Es demasiado inestable. Es el futuro, y al mismo tiempo, no lo es. ¿Nos arriesgaremos?

- Llegamos demasiado lejos. Es eso o morimos aquí.

El Jefe, quien llegó con dificultad:

- El coronel tiene razón, esa cosa no fue dañada por ninguno de nuestros ataques. Hay que continuar...

El transporte aceleró mas y más. El ser les dio cacería, volando lo más rápido que podía, reanudando un ataque tras otro mientras Jun realizaba maniobras evasivas, y no solo eso, sino que aquel enjambre nuevamente volvía, aunque en menor cantidad.

- Listos para saltar en 3...2...1...

El transportador rechinó, y atras, Jorge mantuvo estable la cápsula médica de Jae Soon con la turbulencia. Nuevamente se había dormido, continuando su regeneración. Al fin, los motores retumbaron, y en un destello hacia delante, desaparecieron del alcance de la criatura, que lanzada atrás, pudo balancearse de vuelta a una posición estable, rugiendo con ira, a pesar de que nada lo escucharía.