"¿Cómo?¿Cómo llegué aquí?"
En medio de un plácido mar de estrellas, ese breve destello apareció, dejando tras de sí un rastro de materia, aparentemente bariónica, flotando en el invisible éter. Desde aquella superficie cubierta de reflectante regolito, el ojo de cualquier astronauta, superhumano o no, habría sido incapaz de distinguir un objeto así de opaco. Este en cambio no era el caso del Observatorio Armstrong, una maravilla del ingenio científico de los milenios, capaz de ver las galaxias más alejadas y los asteroides más insignificantes con igual claridad.
"ANOMALÍA DETECTADA. ESCANEANDO..."
La IA encargada y sus subrutinas trabajaron dentro del sustrato computacional en superficie, sintiendo como si una eternidad pasase en menos de un segundo, y pronto llegaron a una conclusión. Las alarmas de la instalación se activaron inmediatamente, aislando todas las secciones interiores donde los investigadores en monopiezas se encontraban realizando sus labores rutinarias, fuera mapeo estelar, ingreso de datos al intranet, u otra cosa. Sorprendidos y desconcertados por aquel repentino cambio, se movieron agitados entre la penumbra, hablando, discutiendo entre sí, hasta que una voz que les era demasiado familiar en este habló con ellos:
- PROTOCOLO OMEGA ACTIVADO Y EN EJECUCIÓN. POR FAVOR MANTENGAN LA CALMA.
Una voz reclamó bastante molesta. Era un hombre muy delgado, de más de 2 metros de altura, con brazos como palancas, que apuntaba su dedo acusador al aire:
- ¡Espera, espera, espera, ¿Qué es eso de un protocolo Omega?¿Pero qué rayos te pasa?!
- ES POR SU PROPIA SEGURIDAD. DISCULPE LAS MOLESTIAS, SUPERVISOR.
El tipo había bajado el dedo, pero indignado continuó diciendo:
- ¡No necesito tus disculpas, máquina torpe!¡Tal vez no te diste cuenta, pero algunos debemos trabajar...!
- HAGO MI TRABAJO, SUPERVISOR.
- ¿Sí? Pues no parece.
De repente, el hombre sufrió un desequilibrio, como si se le hubiese bajado la presión de golpe, cayendo al suelo, igual que todos los demás a su alrededor. Los pocos robots trabajando en el sector en un instante más dejaron de moverse, mientras él iba cerrando pesadamente sus párpados, en contra de su voluntad, como si sobre él estuviese cayendo un gran sueño.
- POLVO INTELIGENTE. PROTOCOLO DE SUSPENSIÓN. COMPLETO.
A lo lejos, seguía orbitando el transportador paratemporal de Recon-14, posiblemente uno de los últimos remanentes del una vez orgulloso Cuerpo de Paz Infinito, si no el único que quedaba. Una vez más, Cat trató de encender los motores, sin éxito, mientras Carter, Emile y Jun trabajaban para reparar daños en la cabina central, especialmente el generador de campo paracrónico:
- Todavía nada, Recon - reportó ella por comms - ¿Cómo van allí atrás?
- Por suerte el núcleo está bien - dijo el coronel - Hallé el problema, el motor parece haberse bloqueado automáticamente por seguridad.
- Esa niña es más cuidadosa de lo que parece...
- Debe ser porque el sistema de estabilización cliodinámica se sobrecalentó - replicó Carter - No iremos a ninguna parte de momento.
- Tiene razón, Jun - dijo Emile - Más allá de eso, algunos cortocircuitos, agujeros aquí y allá, pero nada vital. Parece que esa suerte mágica de la que hablaste nos ayudó esta vez.
Atrás, el Jefe estaba bajando las escaleras a la escotilla; a pesar del estado en que se encontraba, había logrado ponerse a trabajar en sellarla, encontrando una herramienta medianamente adecuada con la asistencia de Joyeuse, recién acabando de terminar el trabajo. Seis todavía se encontraban sobre una banquilla metálica, recuperándose, mientras Jorge permanecía al lado de la cápsula de Jae Soon, como un pirata cuidando un cofre, pensó el lobo solitario. Este se volvió al Jefe Maestro, quien tras dejar la herramienta guardada y sentarse cerca, echó la mirada al suelo; él sabía sin embargo, que un spartan II como aquel se pondría a crear miles de escenarios en su cabeza en ese instante. Pensaría sobre lo que haría a continuación, cómo culminaría la misión, cómo se reagruparía con el UNSC. Si tan solo él supiera...
- Oye, hombre verde - dijo entonces - ¿Estás pensando en qué rayos era esa cosa?
- No es relevante - respondió el Jefe - Sino el por qué me estaba buscando.
- Todo esto es una completa locura, ¿no lo crees? Un día allí estás, en el calabozo por ser un idiota, y al siguiente momento, ¡bam! Te traen unos amigos que no sabías que tenías desde otra dimensión porque hay que salvar el multiverso...
El Jefe no dijo nada, pero Joyeuse habló:
- Sí, ¿verdad? Supongo que este no era el plan de retiro que teníamos en mente.
- Oye Seis...
Era Jorge, su expresión ensombrecida:
- Ah, sí, ¿qué quieres grandote?
- Entiendo que cuando llegaste a la Eternity estuviste un mes en confinamiento.
- Es cierto...
- Dime por qué...
- Yo también me pregunto lo mismo - replicó Seis - Me hicieron un montón de preguntas raras.
Lógicamente no respondí a nada, ya sabes, misiones de ONI y esas cosas.
- ¿Y qué hay de cuando te encontramos? Dijiste que te metieron en el calabozo por...
- Eso también es verdad...
- No tiene sentido, el Seis que conozco no era ningún tonto, menos un indisciplinado.
- Jamás lo entenderías.
- Tengo tiempo de sobra. Gracias a todos ellos.
Señalo con el mentón al resto del equipo, el resquicio de un brillo hostil en su mirada:
- Viajar por el tiempo y el espacio no es lo más raro entonces... - infirió Joyeuse.
- No, no lo es. De donde yo provenía, ONI...tenía otro programa.
- ¿Además de los spartan III?
- Unos pocos de nosotros fuimos escogidos por nuestras habilidades especiales. Algunos nacimos con dones, jej, nos dijeron que era algo natural, aunque eso me sonaba a basura. ¿Yo? Veía lo que le pasaba a las personas...en sueños.
- ¿Viste a la chica en esta cápsula, no es así? - señaló Jorge - Ella ya hacía cosas que hace unos meses pensaba que eran imposibles. Lo tuyo no es tan difícil de creer.
- Huh...eso no me lo esperaba. Parece que en este equipo son como en todos lados. Sólo lo que debes saber.
- Así es este trabajo. Para eso fuimos creados - dijo el Jefe - Vivir un día más para servir a la humanidad. Sacrificamos nuestros propios deseos en pro de nuestro deber.
- Claro, soldado, ni me lo recuerdes - replicó Seis - Pero como les decía, mis visiones, Parangosky estaba bastante interesada, y quiso usarlo a su favor. Sabíamos cuándo y cómo, yo sabía de antemano si la misión iba a tener éxito o no, si algún incidente iba a poner la posición de algún superior en peligro o no, ni lo cuestioné ni me importaba su juego político. Lo peor de todo...
Seis miró al suelo, cerrando su puño y tomándolo con la otra mano.
- Era ver...a los tuyos morir - pausó un rato y siguió - Diferentes rostros, mismo resultado. Una y otra, y otra vez. Durante décadas, y cuando nos desplegaron en grandes números las pesadillas solo...destrozaban...mi cabeza...el Covenant se llevó a mi familia...antes de todo, y yo lo ví.
- Escapaste... - musitó Joyeuse.
- Lo hice. - dijo, riendo con tristeza - Fue así que acabé reclutado. Ojalá hubiera visto eso venir.
- Yo...lo lamento. Entiendo. - dijo Jorge.
- Entre misión y misión mi vida no era muy saludable que digamos. Usé mi "amistad" con la almirante para hacerme de licor, ¿sabes? mucho, mucho licor...y otras porquerías...
- Me sorprende que no te hayan detenido - interrumpió Joyeuse.
- No les importaba. Sabían lo que me pasaba y nunca intentaron arreglarlo. Supongo que me preferían dopado en el descanso. Les debió facilitar las cosas.
- Creo entender a dónde quieres llegar...
- Ah, muñeca lista. Sí, eso mismo. La noche anterior a mi reasignación con Noble. Fue la peor viajada que nunca tuve en mi asquerosa vida.
Seis se llevó una mano a la cabeza, negando y riendo con el paladar:
- Hahah...estúpidos falcons, me perseguían por llevarme un warthog...
Este comenzó a hacer ademanes para enfatizar lo que decía:
- Sabes, estaba demasiado ebrio esa mañana, pensé que necesitaba "aire fresco" de la montaña.
Llegué a la base, choqué con un camión, y no tengo idea de cómo, solo...huh, caminé al lugar correcto por casualidad.
- Digno de una corte marcial, de seguro - afirmó Joyeuse.
- Llego, creyéndome la gran cosa, hablándoles como si los conociera en realidad. Abro mi bocota, diciéndoles todo lo que pasaría y...cuando volví a mis cinco sentidos me habían puesto en la caja.
- Vaya que fuiste un imbécil allá abajo...No me imagino la cara del mando al oír el reporte.
Era Emile, quien acababa de entrar:
- Y bueno, vomité dentro del casco.
Joyeuse se puso en silencio, para poder estallar en una carcajada interior, mientras Emile seguía:
- No me lo recuerdes, fue asqueroso limpiarte la cara en la Eternity. Ahora vengan todos, Jun tiene algo en mente.
Todos fueron tras él, Jorge dando una última mirada a la cápsula; no era alguien muy docto en ático antiguo, pero sabía más de números de lo que algunos de sus compañeros en el programa suponían. Y le preocupaba que, a pesar de la brevísima ayuda que les prestó para salvar su cuello, solamente le faltasen 30 minutos para despertar, supuestamente regenerada, aunque él no estuviese muy seguro de eso por un mero presentimiento.
Se reunieron todos junto a las compuertas cerradas, sus pasos algo más ligeros de lo normal:
- La gravedad artificial disminuyó en un 18% para ahorrar energía.
Era Jun:
- Haremos esto. Por lo que determina nuestra visual, allá en frente tenemos la Luna. Una vez el sistema se enfríe, realizaremos un falso aterrizaje forzado, y si nuestras señales son respondidas correctamente solicitaremos una reparación en el casco. Caso contrario, debemos suponer un entorno hostil, y deberemos recuperar materiales por nuestra cuenta; las piezas necesarias serán alimentadas en sus VISR.
- La Flota Hogar debe estar cerca - dijo Emile - Deberíamos avisarles a ellos primero, antes de que los colonos nos disparen.
- Ya enviamos las señales encriptadas - dijo Cat - Pero no hubo respuesta, no hasta ahora.
- Entonces sí hay algo mal - dijo Joyeuse - Y seguramente no hayamos regresado a casa.
- No en un futuro cercano al menos - dijo Carter - pero no hay que descartar nada hasta tener una confirmación visual.
- ¿Descenderemos de inmediato?
- Daremos dos vueltas orbitales, y luego de eso, corregiremos nuestro curso con pulsos irregulares de los amortiguadores inerciales - dijo Cat.
- La computadora fue programada para aterrizar fuera de la Academia Mare Nubium, o lo que sea que haya por aquí en su lugar - añadió Jun - Así que prepárense, será un descenso turbulento
¿Quedó todo claro?
- Si, señor - afirmó el Jefe.
Los spartan comenzaban a separarse, cuando la nave se sacudió violentamente. Los spartan miraban a todas partes intentando deducir el origen:
- ¡Cat, ¿qué fue eso?! - exclamó Carter.
- Los controles...todo el sistema está bloqueado.
- No puede ser... - musitó Jun.
En frente de ellos, por el parabrisas, podían observarse dos estructuras con forma de cubo de puntas romas flotando, un solo ojo de pupila amarilla observándolos. Estos se hicieron uno a cada lado, perdiéndose de vista, y en un instante, ya se encontraban descendiendo a una velocidad pasmosa directamente hacia la superficie. Todos habían tomado las últimas armas que tenían, preparándose para lo que sea que fuese a pasar, mientras Cat se mantenía en el asiento del piloto, esperando lo que parecía un impacto a alta velocidad contra una formación lunar.
No pudo ni reaccionar, cuando aquel impacto se desvaneció como un fantasma, siendo reemplazado nuevamente por una superficie que no estaba desierta, sino recubierta casi por completo de infraestructuras negras, más altas y más bajas, más o menos cilíndricas, o de bordes redondeados como los de los escoltas inesperados llevándolos. Lo que parecían robots y drones por montones iban caminando y volando de aquí allá, en un barullo silencioso de actividad desde y hacia el interior de los edificios que no se dejaban ver, más allá de los escudos de energía cubriendo las compuertas abiertas en varios de los edificios, que a vista más cercana parecían presentar ventanas completamente polarizadas en contra de toda luz y radiación del espacio.
En cuestión de muy poco, se detuvieron en el vacío sin atmósfera, descendiendo gentilmente hasta que el transportador se recostó sobre una plataforma redonda. Al ver, Jun se sintió ligeramente más aliviado al ver que las señalizaciones holográficas y en el suelo estaban escritas en una forma de inglés parecida a la que conocían, aunque con tildes en algunos acentos. La compuerta se abrió por sí sola antes de que pudieran reaccionar, y una voz habló con todos ellos a través de sus comunicadores:
- SALUDOS, VISITANTES. MI NOMBRE ES LEIF/44, INTELIGENCIA ENCARGADA DEL OBSERVATORIO ARMSTRONG DE ESPACIO PROFUNDO AQUÍ EN LUNA.
- ¿Quién es el oficial humano a cargo de esta instalación? - Jun preguntó.
Los spartan estaban bajándose, caminando mientras lentamente armaban un perímetro alrededor del transportador:
- NO HAY NECESIDAD DE TEMER, SUBIONTES. EL SUPERVISOR SE ENCUENTRA AUSENTE DE MOMENTO, SE LE NOTIFICARÁ A LA BREVEDAD SOBRE SU LLEGADA.
- ¿Subiontes? Jamás había escuchado ese término - dijo Cat.
- DEBEN ESTAR ESTRESADOS POR EL ACCIDENTE QUE LOS TRAJO AQUÍ. DETECTAMOS SU SEÑAL Y NOS DISPONEMOS A AYUDAR. POR FAVOR, SIGAN LAS SEÑALES A LA PUERTA 14.
- ¿Y eso por qué? - inquirió Emile - ¿Eres de ONI acaso?
A eso hubo un silencio por un par de minutos, mientras de forma casi automática todos iban avanzando a la puerta indicada:
- ESTE OBSERVATORIO ES DE PROPIEDAD PRIVADA, AUNQUE DE INTERÉS PÚBLICO Y CIENTÍFICO.
- No has respondido, vocecita - dijo Seis.
Iban entrando, de a poco, en la instalación del observatorio, caminando por pasillos reforzados en prístino gris:
- EL TÉRMINO "ONI" NO SE ENCUENTRA EN MI BASE ACTUALIZADA DE DATOS SOBRE ORGANIZACIONES ACTIVAS.
- Espera, quieres decir que entonces, ¿está inactiva o...que no existe tal cosa por aquí?
Esa fue Joyeuse, quien estaba preocupada:
- PROBABLEMENTE NO SEA UNA AGENCIA ACTIVA.
- O tal vez jamás hubo una... - se dijo Carter.
- PERO EN TANTO ME ACOMPAÑAN AL TALLER, QUISIERA QUE INGRESEN SUS REQUERIMIENTOS, CON TAL DE AGILIZAR LAS TAREAS DE REPARACIÓN DE SU VEHÍCULO.
Una holopantalla tridimensional se manifestó en el aire, flotando junto a los spartan; el aparato se aproximó a Cat, quien tras momentos de reticencia, sabía que estaba en manos de esta IA, así que siguió el juego e ingresó lo solicitado de forma táctil.
- Asumes cosas rápido - dijo Jorge.
- SU APARENTE INMOVILIDAD EN ÓRBITA TRAS UN SALTO DESLIESPACIAL ME HIZO INFERIRLO.
- Oye, en verdad agradecemos que nos eches una mano, pero - dijo Joyeuse- ¿estás seguro de que tienes lo que necesitamos para volar?
-CON CERTEZA. POR CIERTO, MI ESCANEO INDICÓ 8 FORMAS DE VIDA A BORDO. SOLICITO SU PERMISO EN CASO DE REQUERIR AYUDA MÉDICA.
Nadie en el equipo dijo otra palabra, mientras entraban al mentado taller, una galería amplia donde una especie de transbordador redondeado era rodeado por brazos automáticos, y un segundo a medias, de perfil más anguloso, era despojado de las placas exteriores en su casco blanquecino. Carter ya lo había notado, igual que el propio Jefe, y es que, en medio de todo aquel ajetreo de máquinas no parecía haber ni una sola presencia biológica o remotamente orgánica, ni siquiera androides que pareciesen humanos, o personal alienígena aliado, dándoles una mala impresión.
- EL OBSERVATORIO ARMSTRONG SIGUE LAS MÁS ESTRICTAS Y EFICACES REGLAS DE SEGURIDAD PARA INSTALACIONES CIENTÍFICAS EN BAJA GRAVEDAD, TRABAJANDO EXCLUSIVAMENTE CON AUTOMATIZACIÓN VEC NIVEL TURING, SUPERTURING Y AGENTES DE SOFTWARE DEDICADOS.
Los dos spartan se miraron, no entendiendo como la mitad de lo que la IA les acababa de afirmar, pero lo más preocupante era esa capacidad que, como dijo Jorge, parecía tener aquel constructo de no solamente leerles la mente, sino de anticiparse a preguntas o preocupaciones que tuviesen.
- Entonces ¿por qué nos dejaste pasar, y por qué ofreces ayuda médica? - preguntó Seis.
- PROTOCOLOS DE AUXILIO Y ASISTENCIA SIEMPRE ESTÁN EN STANDBY PARA TODO ORGÁNICO QUE LO REQUIERA. A FIN DE CUENTAS, PARA ESO FUIMOS CREADOS, ¿NO LO CREEN?
- Ya que lo mencionas... - dijo el spartan, cambiando el tono a uno menos listo - Me siento un poco frío, ¿sabes? y, hmph...me duele la cabeza, tengo algo de nauseas...deberíamos ir a esa enfermería...
- SERÁ UN GUSTO AYUDARTE...UN BOT DIAGNOSTICADOR TE GUIARÁ...
De una trampilla eventualmente emergió un robot redondo de forma discoidal caminando en ocho patas, levantando de su centro un tallo con sistemas sensoriales extraños, escaneando el cuerpo de Seis:
- Buen día, señor. Mi nombre es S1-M1, y según puedo ver, usted está sufriendo los síntomas de un síndrome de abstinencia. Esta clase de padecimientos requieren una aproximación multidisciplinar a largo plazo, sin embargo puedo ofrecerle tratamiento paliativo, ¿está de acuerdo?
En la cabina trasera, Jae Soon respiraba agitada. El líquido regenerador iba acabando de ser absorbido por agujeros de drenaje bajo la espalda de la alférez, mientras ella se removía dentro de su espacio limitado. Una vez más se hundía en sus propios pensamientos, en recuerdos, sin saber si eran realmente verdaderos o no; se sentía caer, hasta que llegó.
Estaba de pie, rodeada por un bosque de pinos, que reverdecía contra la luz del sol alto en el cielo azul, la brisa moviendo las hebras de pasto debajo de ella, húmedas por un rocío que no podía ver mas sí sentir con demasiada intensidad, mientras comenzaba a caminar por el lugar. Se adentró en el boque, y continuó andando entre la maleza, sintiendo el silbido de las aves que no podía ver, poco a poco convertido en el croar de los sapos, y el canturreo de las cigarras mientras descendía una suave pendiente. Conforme bajó, y se encontró marchando con dificultad sobre un arroyo estanco, aromas fragantes a flores la comenzaron a abrumar, y flores de loto comenzaron a flotar en su dirección.
Ni siquiera se dio cuenta cuando llegó del otro lado, y tras unos matorrales de hiedras, rematadas de cientos de flores doradas, encontró un patio de piedrecillas blancas y negras formando patrones espirales y ondeantes a todo el derredor de lo que yacía más allá. En el centro, se levantaba un recinto amurallado, con tejas rojas a la antigua usanza, siendo que antes de que se diera cuenta había llegado hasta una de sus puertas pintadas en betún lustroso rematado en efigies vestidas de nobleza. Esto no era normal, y si quería llegar hasta el final de este mundo idílico, algo le decía en su interior que debía cruzar el umbral, cosa que, tras pensarlo unos momentos, hizo al empujar una de las puertas, y contemplar aquella residencia.
Se componía de varias estancias enlozadas de cuarzos, conectadas por pasillos de madera apenas elevados del suelo empedrado. En el centro de todas ellas, se levantaba una mansión de tres plantas, cuyas paredes se pintaban de carmesí por debajo y blanco por arriba, dando la bienvenida a su visitante con unos escalones de jade flanqueados de pasamanos. Sin embargo, en tanto atravesaba estos pasillos, y miraba las áreas hasta subir el primer peldaño, nunca encontró a nadie más, solamente estaba ella misma andando por ahí.
Lo reflexionó brevemente. Al pasear por el lugar, vio pequeños arbolitos, resecos por falta de riego, suelos pálidos por el sol y el polvo, tejados con roturas y puertas con manchas negras. Ahora que llegaba frente a la amplia entrada, la recibía un salón acomodado, con rica decoración y cortinas multicolores, columnas recubiertas en pan de oro, pero con telarañas en las esquinas, y un aire helado emergiendo de debajo. Al fondo se veía un escritorio con pergaminos; al acercarse vio que estaban pelados, y que el papel estaba amarillo, quebradizo, al punto que al abrir uno de los rollos, este se desintegró en minúsculas hojuelas.
Oyó el rechinar de escalones de madera, a su derecha, y antes de que se diera cuenta, una criatura de apariencia resbalosa se hallaba de pie, mirándola con ojos saltones. Jae Soon se hizo atrás y había levitado un jarrón cercano para golpear al ser, pero este levantó su mano, diciendo:
- Hmmmm...ella me dijo que llegarías eventualmente, y parece que tuvo razón.
El ser la miraba de arriba abajo con curiosidad y párpados entrecerrados, como si algo le intrigara, o no se lo esperara:
- ¿Quién eres? - preguntó ella.
Este la miró de vuelta, sobando su barriga:
- Soy una ranita, por supuesto.
- Ok - replicó la alférez - ¿Y...quién dices que me espera?
- La señora Jinsun, claro, última Gran Dama de los Inmortales.
El ser se puso triste:
- Eso me temo...
- ¿Y me dirás...por qué quiere verme?
- Dice que tiene un mensaje para usted, pero no me dijo de qué se trata. La espera arriba.
Jae Soon respiró hondo:
- Esto se está yendo de mis manos - susurró
- Por favor sígame, señorita Ja Yoon...
Ella corrigió:
- Me llamo Jae Soon.
El anfibio replicó:
- Los nombres van y vienen, señorita, lo que somos al andar es lo que importa, pero...de todas formas...disculpe mi error.
- Sí, claro, está bien...
Terminaron de subir a la segunda planta, y apenas puso pie en ella, la chica comenzó a escuchar una música muy suave, melódica aunque parecía llorar lo ya ido a la vez. No sabía explicarlo, pero era como si las flautas, tamboriletes, campanillas y cuerdas raspadas también emitieran notas con su propio aroma. Más de aquellas criaturas, ahora de color gris, eran las que tocaban aquella música maravillosa, recubiertas de musgo, halos iluminando sus coronillas sin dejar su enfoque pétreo en los instrumentos.
La ranita siguió doblando una esquina, subiendo por un último juego de escalones en espiral y pasamanos con patrones geométricos que llegaban a su verdadero destino. La música no solo no solo no perdió su potencia, sino que ahora su eco, a pesar de ser ensordecedor, era tan hermoso que, a cada paso, Jae Soon sentía su corazón tan conmovido al punto de casi llorar. Se estaba comenzando a preocupar, pero a la vez también el anhelo más profundo se estaba apoderando de ella.
Blanquecinas florecillas cosechadas en arbustos delicados la flanqueaban al llegar al tercer piso, donde la aguardaba una escena de lo más surrealista. Todo parecía mucho mas extenso de lo que se veía en el exterior se podía ver, y a la vez no encajaba, un manantial rodeado de piedras, una estatua del Buda coronando el promontorio más alto. Una rueda de madera llevaba el agua desde sus pies hacia la fuente más amplia abajo, en donde chispeaba un rocío como el arociris.
Posada sobre el agua, sin mojarse en lo absoluto, una mujer revestida de sedas sencillas, reflejos rosas, la esperaba sentada en la posición del loto. Su largo cabello estaba siendo peinado y lavado por las manos ágiles de varias ranitas más similares a la que había traído a su invitada, una trenza coronando su cabeza cual diadema.
Ella sonreía con pacífica felicidad, y una vez Jae Soon estuvo al filo del agua prístina, la saludó:
- Se bienvenida, hermana. Nos vemos de nuevo.
- ¿Ah?
- El velo aún no se ha levantado del todo, por lo que veo...está bien, es un proceso que debes descubrir por ti misma.
- No estoy entendiendo nada, tú..
- No tengas miedo. Soy Jinsun, guardiana del conocimiento divino, y te he mandado llamar, pues he recibido un mensaje, solo para ti.
- Ok, un mensaje, claro...¿y qué es?
- Lo que ves aquí, por más real que parezca, es ilusión al final, solamente el alma es eterna. Pero en este tiempo, todas ellas peligran, una sombra amenaza con aprisionarlas en un ciclo de destrucción, corromper la realidad, pudrirla hasta no dejar nada. Aquellos guerreros que te acompañan son los únicos en el lugar correcto para detenerlo, y solamente tú has de mostrarles el camino correcto.
Jae Soon sintió que la urgencia la atenazaba, poniéndose de pie:
- ¡La Eternity! Debo encontrarlos...no puedo seguir aquí, debes dejarme ir...
La mujer describió un mudra con la diestra, tocando el pecho de la alférez, sin moverse de su sitio:
- Ya lo hiciste. Y su misión se ha cumplido, mas apenas ha inciado.
Ella cayó de rodillas, golpeada por una brisa invisible, sintiendo un peso enorme en su mente:
- ¿Qué quieres de mí?
- Necesito que veas, y necesito que escuches...así dice la profecía, que he recibido del Todo...
La diosa comenzó a recitar:
- Un dragón en el pozo fue encadenado, un dragón dormido, derribado para que nunca sea despertado. Un rey esperando corona en óxido lo ha de enterrar, y dentro del laberinto aún ha de hibernar. Seguidores y Carceleros por igual anhelan sus escamas, mas ninguno será, solo con ellas en su lengua el rey su propio trono ha de forjar. Cuidado, el dragón no guarda tesoro, mas es él una joya maldita, y tanto el elegido como el ladrón condenados están a su perdición. Hombre de Oro en pretensión, los que no debieron ser buscan su victoria, y de caer su máscara por 8, la estrella dual juzgará si en su balanza pesa más el Mortal o el Dios.
Jae Soon recordó todo, visualizando los símbolos en su imaginación, hasta que fue interrumpida una vez más:
- Este es nuestro último momento juntas. Hace 1500 años la historia escribió de mí, y fui vista por millones como un símbolo. Me dieron virtud junto a otros por cómo servimos, por lo que pude convertirme en esta tulpa del plano de la mente y los sueños. Pero estoy por desvanecerme...
- ¿Por qué?
- Ya nadie me recuerda, excepto eruditos historiadores en bibliotecas y entidades sin impresión en este reino. En unos días apenas, seré parte de tu pasado.
- Pero todavía no comprendo...lo que significa esto que me dijiste...tampoco el por qué me dices esto, o por qué me hablas como si...
- ¿Te conociera? Es porque lo hago, o una vez lo hice. Una cosa más...
La mujer miró a un lado, y tras dejar a otra ranita descansar entre sus rodillas, sumergió la mano en el estanque. Sacó del agua un papel foto doblado en un pequeño cuadrado. Al siguiente momento estaba sobre la mano de la alférez.
- No ha sido fácil, ¿verdad? - dijo la mujer - Esto lo perdiste en algún momento, pero cuando la hora 11 llegue, te servirá para hallarlo, como ya hiciste...
Jae Soon lo desplegó, y finalmente se enfocó en la imagen. Una vez más se vio a sí misma en un lugar donde jamás había estado. A dos personas que nunca conoció. Aún así, dos ríos de lágrimas se derramaron de sus ojos, porque estaban, los tres, posando de pie igual que...
- Creí que los había olvidado. Mis padres, mis amigos...luego ellos llegaron. Me los quitaron a todos...
Justo cuando sentía que la rabia se apoderaba de su pecho, y sus pensamientos se hundían en el caos, sintió un aliento sobre su frente. La mujer, de rodillas frente a ella, la envolvió suavemente con sus brazos, imponiendo sus labios sobre la cabeza de la agente, la alférez, la niña perdida y la que encontró un nuevo propósito. Al apartarse, regresó a su posición original, juntando las manos:
- Fuera de la ilusión de la forma, habremos ascendido a planos de puro espíritu, Jae Soon, y entre mejor vivamos por los demás, mejor estaremos al llegar allá.
- Claro...
- Recuerda, si estas palabras fueron dichas, es porque el cambio es posible. Siempre.
- Supongo...que esto es todo.
La mujer asintió, sonriendo:
- Aquí es donde nos despedimos. Toda mi paz para ti. Adiós.
Despertó despacio, levantándose agarrotada de la cápsula, ya abierta y seca.
"¿Qué fue...qué fue todo eso? Debo permanecer alerta."
Se sentó unos segundos al filo para toser, y tomar aire profundamente, tras tanto tiempo que, recién se percataba, pasó sumergida. Miró a su alrededor; se extrañó de la alienígena familiaridad alrededor de sí, donde mientras el esterilizador quirúrgico estaba en donde lo había dejado, los sistemas nebulizadores tenían apariencia más brusca y no solo eran de mayor tamaño, sino que eran de color avena. Apoyó el empeine de ambas manos y las puntillas de sus pies para erguirse; casi lo lograba, cuando pisó mal y cayó de bruces al suelo metálico. Se volvió a parar, y mientras el hormigueo de sus muslos se desvanecía se apoyaba de las paredes para continuar su camino; tras dar algunos pasos dubitativos, su figura temblorosa salía ya por el umbral de la pequeña enfermería. Cojeaba un poco, y una mueca de dolor delataba el calambre en su pantorrilla curada, que a pesar de estarlo aun resentía mientras llegaba al frente.
- ¿Qué...han estado haciendo ustedes...? - murmuró
Vio las averías a medio reparar, avanzó a la cabina de mando, apenas tras tomar un bocadillo sintético en la cocinilla, y activó el panel de control. En unos minutos, pudo ponerse al día con lo que había estado pasándole a su transportador, revisando el filme de las camaritas integradas dentro y fuera del casco. Gracias a las grabaciones internas, supo del plan de su equipo, y mirando por la ventana, corroboró lo que, al final de la grabación, la voz que desconocía les había dicho.
"No reconozco este lugar, supongo que es el tal Observatorio"
Los edificios oscuros erigiéndose en el paisaje lunar le daban escalofríos en la espina, pero mucho más lo hizo al ver lo que el registro calendárico-estelar había mapeado:
...(4 de enero de 3534)...
Una voz la sacó de su concentración:
- SALUDOS, VISITANTE. HAS DESPERTADO SANA Y SALVA. SERÁN BUENAS NOTICIAS PARA TUS COMPAÑEROS...
- Tú eres Leif/44
- HOLA.
- ¿Dónde está mi equipo?
- ESPERANDO AFUERA.
La vista en el parabrisas de repente se esfumó como si fuera polvo ensuciándolo, reemplazada por la de un lugar que se le hizo inquietantemente similar al hangar del que había huido. Miró al techo, y vio nuevamente el cielo estrellado tras una invisible barrera de energía, y luego volvió al frente, donde los spartan estaban siendo asistidos por brazos mecánicos a reparar daños en sus propias armaduras. Jae Soon sintió que los hombros se le aligeraban bastante al ver que Recon-14 estaba todavía a salvo y, parecía ser, a máxima capacidad; llevaba unos pocos meses conociéndolos, pero no podía sino considerarlos lo único que quedaba de su anterior vida, así como verdaderos camaradas. Salió prontamente del transportador, ya con más fuerza para andar, entrando a su vez un enjambre de drones flotantes, que la alarmaron en primera instancia:
- NO HAY QUE PREOCUPARSE. LOS BOTS DE MANTENIMIENTO HARÁN SU TRABAJO CON LA MAYOR EFICIENCIA POSIBLE ANTES DEL MINUTO 103. SU NAVE ESTARÁ REPARADA ENTONCES.
No era bueno, para nada. Jae Soon estaba pálida, pensando en qué haría ahora si esas máquinas se apoderaban del motor paratemporal, o lograban descifrar su funcionamiento. En su cabeza repasaba los daños que acababa de ver tras despertarse, y tal vez existiese la levísima posibilidad de que, al no existir ningún tipo de avería en su estructura, estas pasarían el sistema por alto, o incluso que no lograsen descifrar que algo así estuviese allí. No, eso, si acaso, sonaba hasta más absurdo que su primera esperanza, y sin embargo algo la llamó desde lejos:
- ¡Oigan Equipo! - exclamó Emile - ¡Miren quién se despertó!
Los demás voltearon a verla bajarse de allí, y ella al verlos les devolvió espontáneamente una sonrisa, como siempre; se levantaron para darle encuentro mientras ella se acercaba. Finalmente se juntaron a la mitad de la galería, con Jun siendo el primero en abordarla y Cat apenas detrás:
- ¡Jun!
Los dos se abrazaron, y el coronel le dio una palmada en la espalda antes de separarse, genuinamente aliviado de que aquel aparato del enemigo funcionara. Luego Cat se le acercó por la izquierda, y ambas se tomaron del antebrazo:
- Bienvenida de vuelta, agente...
- Qué bueno verte, Cat. Y a todos.
Carter entonces dijo:
- Jae Soon...
- ¿Sí?
Todos se miraron, mientras continuaba:
- Recuerdas...
- ¿Qué cosa?
- Perdón. Tuvimos que hacerlo para poder escapar...
- Ok, no estoy entendiendo nada.
El Jefe se hizo entonces presente:
- Fue necesario forzar la apertura de la cápsula de regeneración y disparar una respuesta bioeléctrica para catalizar una reacción extrasensorial de alta potencia. Así logramos anular la parálisis enemiga y poner curso al portal...
Seis se interpuso:
- Destruimos ese "Protector" del que estaban tan preocupados, y Carter te apuñaló en el corazón para que el malo con superpoderes nos soltara de su agarre mágico...así escapamos y henos aquí.
Jae Soon solo se había quedado mirándolos a ambos, perpleja de lo que acababan de decirle:
- Carter, ¿de verdad hiciste eso?
Este no dijo nada:
- Fue imprudente, no debiste intentar algo así. Pudiste despertarme, habría podido...
- Aun estabas débil - dijo Jun - Así que di la orden.
- De todas formas...era demasiado arriesgado, yo...no sé qué más decir:
Negó con la cabeza y sonriendo con incredulidad se dio vuelta, mirando al cielo, tomándose un brazo con una mano:
- Hmph - suspiró - Bueno, eso ayudó a completar la misión.
- No había más alternativa en ese momento - dijo Cat - Si hubieras visto esa cosa que nos atacó...
La alférez volvió a mirarlos:
- Centrum atacó antes de que alcanzaran el Protector - dijo Carter.
- Lo sé, vi las grabaciones - dijo Jae Soon.
- De no haber actuado, habríamos fallado - añadió Cat - y quién sabe si el enemigo intentaría otra incursión.
- Y esa...cosa, con cara de lagartija... - dijo Seis - Casi nos mata a mí y al Jefe, a la vez. Es un milagro que sobreviviéramos.
- El único oponente con una potencia similar al que me haya enfrentado es el Didacta - afirmó el Jefe - Por cómo luchaba, dudo que tenga relación directa a los forerunner.
Jae Soon estaba impresionada por la apariencia de John-117, por al fin ver a un salvador de la humanidad como aquel en persona, cara a cara. Ella corrigió su postura por mero respeto, y tras una lenta reverencia, continuó:
- Jefe Maestro. Veo que ya conociste al equipo. Supongo que ya te han ido poniendo al tanto de todo.
- Afirmativo.
- Bueno, verás, parece que el Foro tenía algunas armas ocultas. Y nosotros fuimos demasiado ingenuos - replicó Jae Soon - Y tienes razón, Jefe Maestro, esa cosa no es forerunner.
Joyeuse también habló:
- Oye, Jae Soon, ¿cierto?
- Joyeuse - saludó la alferez - Había leído sobre ti en los reportes, es bueno conocerte también.
- Hola - dijo ella, proyectándose en la palma del Jefe - Un gusto. Pero...como te decía, ese ser hablaba como si nos conociera. Es raro, porque hasta donde me acuerde, jamás lo habíamos enfrentado antes.
- Ustedes no - intervino el coronel - Pero sabemos quién sí.
Los demás spartan fueron tomados por sorpresa ante la afirmación, y el holograma de la IA se retrajo de vuelta a la mano de su portador:
- ¿Cómo, acaso ya se conocían? - preguntó Emile.
- Fue hace dos años - dijo Jae Soon - Un paralelo cercano a su línea temporal, localizado y catalogado 2 décadas antes. Su posición temporal se hallaba en el futuro, relativamente hablando, 2633 en ese entonces.
- Nos asignaron una misión - dijo Jun - En ese mundo, la humanidad llevaba ya tiempo combatiendo a un enemigo, los Necraphen, una aberración cibernética que quería consumir la galaxia. Se decidió en el alto mando que debíamos intervenir encubierto, destruir la amenaza.
- Nunca esperamos...que el Jefe Maestro de esa realidad hiciera lo que hizo.
- Creo entender el campo operativo de este cuerpo - dijo el Jefe - Pero aún no comprendo la relación que tiene conmigo.
- En realidad, ninguna - dijo Jae Soon - Hasta ahora.
- Por primera vez, John-117 desobedeció a sus superiores volviéndose AWOL. Enfrentó a la mente colmena con ayuda de Cortana, distribuyendo el disruptor de física neural que habíamos llevado al UNSC local. Logró destruir a su Concilio de Mentes, y a él.
- Un cazador sintético diseñado específicamente para matarlo - interrumpió Jae Soon - Habían peleado muchas veces entre ellos antes, y la Corporación lo había dejado estar.
- Pero esa vez no, habían creado un proyector por su cuenta, y no podíamos dejar que lo usaran.
- Cuando los destruyó, dimos la misión por terminada y nos retiramos. Estuvimos observando desde el transportador, vimos cómo los nodos centrales de la colmena eran desintegrados. No pdríamos haber imaginado...que algún resto de esa criatura podría resistirlo.
- Y al parecer, nos equivocamos también con eso - dijo Jun amargamente - Al menos por ahora lo hemos dejado atrás, pero ya no estoy tan seguro de que sea permanente.
El Jefe había escuchado todo atentamente, y finalmente hizo una preguntó:
- ¿Y qué ocurrió con Cortana?¿Conmigo?
- Debieron morir - dijo Jae Soon - Aunque si el otro tú tenía siquiera una parte de tu suerte...quién sabe.
- Sin importar lo que haya ocurrido - dijo Seis - sería mejor estar listos.
Jae Soon notó entonces que la mano del lobo solitario estaba temblando ligeramente, pero no dijo nada. John asintió, y se dirigió a Jun:
- Coronel, aún no nos ha dicho qué piensa hacer luego de que completemos las reparaciones.
- Sólo existen dos opciones, en realidad. Y es debido a que nuestro anfitrión nos ha estado monitoreando de cerca.
Tenía razón. Con todo lo que habían estado hablando, era imposible que aquella IA controlando la instalación haya simplemente ignorado la información. Y como no podía ser de otra manera, todas las puertas al taller se sellaron con campos de fuerza, y la vista superior fue bloqueada por una pantalla de luz negra:
- POR FAVOR DISCULPEN, ESTAMOS EXPERIMENTANDO DIFICULTADES INESPERADAS.
- Eso parece - le dijo el coronel - ¿De qué se trata?
- FALLO EN EL SISTEMA DE PRESURIZACIÓN. SECTOR DE OBSERVACIÓN.
- Es una suerte que no hayamos estado allí - dijo Emile.
- AFORTUNADAMENTE. LISTO. EL FRAMEWARE DE SUS ARMADURAS HA SIDO ACTUALIZADO AL ESTÁNDAR SOLSYS.
Todos estaban ahora completamente en alerta, con sus armaduras nuevamente reparadas sin que siquiera pudiesen darse cuenta. Pronto también se percataron de que ni siquiera se escuchaba un ruido, mientras los robots en la cámara se retiraban por ductos y se guardaban dentro de hendijas en las paredes; incluso los robots reparando el transportador se habían ido:
- SU NAVE SOLAMENTE TENÍA FALLAS MENORES EN EL CASCO, POR SUERTE. ESTÁ LISTA PARA OPERAR.
Todo el taller se volvió oscuro, y dos segundos después una misteriosa neblina azul se apoderó de la estancia. En un solo instante, las armaduras se bloquearon por sí solas, poniéndose en firmes y cayendo estruendosamente al piso, dejando a Jae Soon sola:
- PROTOCOLO OMEGA. COMPLETADO. CÓDIGO DE EXTRACCIÓN PIRÁMIDE-ALFA. LEÍDO.
La alférez fue de un lado a otro tratando de ver una forma en la que pudiesen escapar, pero sintió de repente un hormigueo en las piernas que la hizo caerse de rodillas. Respiraba pesadamente, y sin saber cuánto tiempo pasó o dejó de pasar, vio la compuerta frontal entreabrirse. Varios individuos, como ocho de ellos, llegaron con sus armas apuntadas, tomando cada uno a un spartan, y aquel en el centro:
- Recuperación completa, capitán - dijo aquel - Que nos suban ahora.
Fue puesta sobre el hombro del individuo, y en un parpadeo de luz amarillenta estuvieron en una plataforma rectangular, observados por hologramas con formas diversas. Uno de ellos tenía la forma de un humanoide cibernético, patilargo y cuadrúpedo, con su superficie recubierta de patrones geométricos intrincados:
- Bienvenido de vuelta - dijo este - Espero que con esto, ahora sí podamos continuar la asignación principal.
El sujeto se bajó y comenzó a cruzar por las puertas, siendo escaneado y descontaminado en el camino, seguido por sus variopintos compañeros:
- Llevaremos a todos estos a la zona de aislamiento - respondió el captor - Una vez terminemos con el paquete, serán transferidos a la Central.
El holograma del cuadrúpedo, que había quedado atrás, reapareció, posado sobre el techo del ascensor de carga con una sonrisa sarcástica, mientras los spartan eran cuidadosamente posados usando unas extrañas varitas metálicas:
- Me entristece que no compartas más de esta información, Omega-094, después de todo yo soy el que navega esta lata por el espacio, ¿sabes?
- ¿Me amenazas, capitán? - inquirió - Son órdenes de GALCOM, y vas a cumplirlas.
- Claro, claro, pero por supuesto, no hay que provocar a los mandamases, o sí. Y menos meterse con las directivas de Pirámide, eh soldadito...
- Veo que vas entendiendo.
- Más de 3900 sistemas estelares y 500 años luz donde pudieron caer estos supertontos, y terminaron a las puertas de la Tierra.
Quien había hablado era uno de sus compañeros de armas, un ser mamífero bípedo cubierto de pelaje blanco, cuya cabeza era similar a la cruza de un glotón y un oso polar, aunque de menor estatura que su par humano:
- Ni siquiera pudieron defenderse. Juzgarlos así es injusto.
Ahora otro, de perfil aviano y dos alas naranjas plegadas en su espalda, había hecho replica al otro:
- ¿Y qué más da? ¿Querías pelear mano a mano, hombre pájaro?
- Contenemos la anomalía, volvemos. Fin de la historia.
El último en hablar, interesantemente, era un sangheili con uniforme color vino:
- Sí, y luego tú vas, los abres, juegas con su navecita y...
El mamífero recibió un zape en la nuca del elite:
- Ya cierra la boca.
El ascensor se detuvo y el capitán se desmaterializó, diciendo:
- Henos aquí. Hablaré contigo después, Omega...
Los desconocidos se adentraron en una planta compuesta de pasillos interconectados, llenas de celdas cúbicas, cada una de 10 metros de lado, dispuestas en cuadras de 5 columnas por 10 filas de altura; no parecía que ninguna estuviese ocupada, al menos no que Jae Soon alcanzase a apreciar. El tal 094 puso la mano sobre la barrera frontal de una en nivel bajo, haciendo que se abriera e ingresando con sus tres compañeros, mientras los demás, soldados en trajes monopieza negros, custodiaban la salida; una vez depositados los prisioneros, el mamífero se entalcó las manos.
- Ok, ahora vamos a cenar, que me rugen las tripas...
- Bien...
Omega-094 bajó a Jae Soon de su hombro, dejándola con delicadeza, sentada y mirándole tontamente, con su cuerpo aun flácido e incapaz de reaccionar:
- Oye, no, espera, a dónde...
Nadie respondió a sus balbuceos, los desconocidos la dejaron atrás sin hacerle caso. Desaparecieron de su vista, y en poco más se pudo oír el ascensor abrirse, cerrarse, y subir de vuelta a donde sea que vino. Mientras tanto, ella se arrastró para ver a sus compañeros, y revisó uno por uno, para ver que siguieran vivos, para finalmente detenerse junto a Jun:
- Jun...Jun, ¿puedes escucharme?
- Sí, aquí estoy...
- ¿Qué hacemos ahora?
El coronel se quedó en silencio. Los demás, aunque igual de paralizados que su líder, también tenían ensombrecidas sus miradas.
- Oye, no, no puedes...
Por detrás una voz le dio su respuesta:
- Ahora mismo tenemos pocas opciones, niña - dijo Jorge - Primero debemos saber qué quieren.
Jae Soon sintió, con el paso de los minutos, que volvía a recuperar poco a poco su movilidad, y tras más de media hora, pasó de estar sentada, pensativa, a ponerse de pie, mirando al exterior del pasillo a través de la barrera. En su mente todavía no superaba el impacto que dejaba un vacío en su misma alma; recordaba la Eternity, cada paso que había dado desde que despertó en su hospital, y a quienes eran como hermanos para ella, Jun, Cat...Go Nam.
- Yo lo prometí.
Llevó su mano hacia atrás de su cabello y allí estaba todavía, la venda con la sangre de este último:
- No, no me voy a rendir...
Levantó una mano, y comenzó a concentrarse, visualizando en su mente la energía que recorría, invisible, cada rincón de aquel lugar, toda corriente que estuviese presente debía valer. Dentro, se mantenía girando y girando, porque fuera de su confinamiento parecía estar bloqueada por una burbuja opaca; no importaba, lo que hubiese debía bastar.
- Primero, esto.
La energía invisible comenzó a formar torbellinos, enfriando la celda hasta que pareció congelarse, un viento que no se sentía pero que estaba haciendo su efecto; las paredes se cuarteaban, pero también los microbots en las armaduras de los spartan. Ella no los veía directamente, pero sentía su emisión de energía, siendo absorbida por su manipulación intangible, hasta que todos se apagaron, cuarteándose por la temperatura. Sus pulmones helaban, pero faltaba muy poco, y confiaba en que el sistema termorregulador de sus compañeros mantuviese a todos sin sufrir daños graves:
- Oye, ya puedo sentir la interfaz de nuevo - dijo Joyeuse - Sigue haciendo eso, yo me encargaré de buscar una puerta trasera.
Jae Soon sonrió al escuchar la voz, y usó todo el enfoque para finalmente desprender en partículas inermes las moléculas de los campos bloqueadores. Estas chispearon, disolviéndose en el éter, y en reacción, Carter fue el primero en percatarse de su libertad y comenzar a ponerse en pie:
- Aquí sí que está helado.
En sus recuerdos se formó la memoria sombría de los muertos en la luna de hielo; y ahora tenía la oportunidad de continuar por ellos. Los demás se fueron levantando, y cuando estuvieron listos, la alférez se detuvo, abriendo los ojos de nuevo y suspirando mareada.
- Ya van dos veces - dijo Seis, desperezándose - Pero veo que Jorge tenía un punto contigo, después de todo.
- ¿Sobre qué?
- Nada. Hay que salir de esta caja...
- Puede ser - dijo Emile - Estas paredes quedaron cuarteadas con el truco. Tal vez si le doy un buen...
Jorge se adelantó, dando una tunda a la pared con todas sus fuerzas, haciéndola trizas:
- Ya está, vámonos de una vez.
Este se adelantó a todos, que se lo quedaron mirando unos instantes antes de seguirlo. Atravesando el espacio vacío sin barrera, se apresuraron a buscar una salida alterna; Jun sabía que llegar arriba por el mismo lugar sería pésima idea, y así se lo dijo a los demás. Buscaron por cada pasillo y rincón, dándose cuenta tras varios minutos de que no había tal en estado visible:
- Una entrada de oxígeno - dijo Jae Soon - La siento en esa dirección. Moveré el mecanismo.
Se dirigió hacia un segmento del piso, y con su telequinesis forzó y forzó hasta que el panel de la pared justo en frente se deslizó a un lado. Siguiéndola por el corredor más adelante, los spartan avanzaron, encontrando su primer enemigo, una nube negra que zumbaba furiosa, aislándolos de lado y lado de un cubículo grisáceo. Sin armas con que luchar, podrían intentar atravesar, aunque poco podían ver qué efecto tendría intentarlo; la alférez se dispuso a utilizar sus poderes, partiendo aquel enjambre por partes, pero pronto este comenzó a crecer más y más.
- ¡Corran!
Los presionó contra las paredes, y por un momento el equipo se dividió, el Jefe, Seis, Emile y Jorge por un lado, mientras por el otro corrieron Jun, Carter, Cat y ella misma, quien se mantenía atrás, usando su poder para doblar paredes hacia adentro, retrasando a las máquinas. Estas sin embargo seguían insistiendo, condensándose en un líquido viscoso que comenzó a fluir a ellos como un río, y en ese corretaje llegaron a una sección con escaleras que llevaban a una compuerta cuadrada:
- Por aquí, rápido.
Los spartan cubrieron a la chica, quien visualizó los sistemas inteligentes bloqueando su escape. El liquido artificial fluía con prisa, y como si de una fuga masiva se tratase, giró hacia el pasillo frente a ellos; usó su brazo cibernético para cerrar la puerta con fuerza hacia abajo, teniendo que resistir junto con Emile que se mantuviera cerrada mientras la nube se solidificaba para golpear la entrada.
- Déjame ayudarte...
Jun lanzó unos óvalos plateados directamente al lugar donde estaban sus dos compañeros, y estas al contacto se abrieron desplegando una goma azul que se esparció en grumos hasta cegar el acceso entero. Cat y Emile retrocedieron al ver la masa amorfa subir hacia sus manos, retirándose a tiempo antes de voltear a ver al coronel:
- ¿Cómo hiciste eso? - cuestionó el granadero.
Señalando con el mentón, Cat apuntó a los grumos azules en la esquina trasera:
- Ahí tienes - replicó.
Jun se encogía de hombros, cuando un clic les llamó la atención, mientras el enjambre tras la puerta comenzaba a raspar el plastimetal. Al adelantarse un par de pasos, Jae Soon ya había descendido, asomando la cabeza:
- Bajen ya...
Los spartan se miraron y la siguieron abajo, cerrando Emile justo antes de que la colmena negruzca comenzase a luchar una guerra encarnizada, revolviéndose y apuñalando la goma azul con su propia masa, reventando más cápsulas almacenadas en el lugar por su furia animal.
- Demoraste... - dijo Emile.
- Lamento eso, pero hay que moverse.
Jae Soon miraba de un lado al otro de aquella bodega rectangular, bajando por uno de los estantes y saltando el último tramo al suelo. Cuando cada spartan dio el salto, ella usó su telequinesis para amortiguar la gravedad de su impacto al suelo, haciéndolo efectivamente inaudible; continuaron hacia la entrada, llegando cerca de una consola aparentemente sin ningun tipo de interfaz. Cat trató de buscar una entrada o un punto de conexón que poder abrir, pero no había nada que le fuese útil, descubriendo que efectivamente el aparato era contiguo con el suelo a su alrededor.
- ¿Y ahora cómo se supone que entre en esta cosa? - murmuró, rascándose la cabeza.
- ¿Qué cómo, dijiste, operadora?
Se sobresaltaron por la voz:
- ¿Quién dijo eso? - exclamó Carter - Muéstrate.
Una serie de hologramas tridimensionales se activaron sobre la consola en ese instante, y de repente todos los spartan vieron en sus HUD la aparición de señalizaciones materializándose superpuestas a las paredes y entre los pasillos, numerándolos. Incluso, Emile al ver el techo, pudo apreciar una señal de peligro sobre la puerta que acababan de dejar atrás, mientras que Jae Soon era abrumada por sus implantes retinales, que le mostraban un menú interactivo, con varias opciones escritas en aquel extraño dialecto inglés.
- Bienvenidos, tripulantes, a la bodega de carga 01 del Velero del Vacío, la corbeta sigilosa más veloz del sistema solar, ¿con qué objeto del inventario puedo ayudarles?
Otra voz les interrumpió:
- Oye, tú eres una IA como yo, qué lindo...
- Ah, hola, no te había visto...soy CageBox 1.3.45, supervisor de bodega adjunto.
- Me llamo Joyeuse.
- ¿Cómo estás? Hmmm...no estás en la bodega, ¿por qué estás llamándome? Esto no está autorizado...
- No, no, no, espera...es que soy nueva, ¿sí? Y...estoy perdida...
Jae Soon y los otros estaban a la espera de lo que diría a continuación.
- Unos amigos intentaban ayudarme a llegar a mi interfaz correcta, y quería saber si aún tengo tiempo, ¿sabes? Así que quiero preguntarte cuánto falta para llegar...a destino.
- ¿Ok? Claro que sí, con gusto. Nuestra Ruta Actual Espaciopuerto Mitad del Mundo, Tierra - Plataforma Orbital Noctis, Marte ha sido completada en un 68.4796 %, así que, aunque un poquito tarde, te podría ayudar sin decirle a mis superiores.
- Bien - dijo Joyeuse - Y yo no diré que estabas hibernando en el trabajo.
- Ow, sí por supuesto, por supuesto, tsssk... - rio avergonzada.
- Necesito llegar al...Paquete N9887, sí...localizado en el hangar ventral.
- Veamos, hmmmm...buscando...oye espera...
Jae Soon tragó saliva, alistándose para volar en pedazos la consola con su mente de ser necesario:
- Sí, dime, qué ocurre - dijo Joyeuse.
- ¿¡Tu eres de Pirámide!?
Emile y Jun se miraron, confundidos:
- Ehm, sí, afirmativo. Pero no lo digas en voz alta, quién sabe si alguien más escucha...
- Claro, señorita Joyeuse, disculpe mi atrevimiento, le enviaré las coordenadas de red.
- Gracias - dijo ella - Y ya que estás en eso...
- Dígame.
- Envía las coordenadas físicas a mis empleados, los que están en la bodega contigo.
"¿Qué, una empleada, lo dice en serio?" - pensó Jae Soon.
- Por supuesto - y se dirigió a ellos - Discúlpenme, veo que nadie abrió sus accesos de red, qué terrible - y procedió a abrir los menús por defecto - Muy bien, aquí tienen, y pueden encontrar su ruta marcada al mirar el botón en el cuadro.
- Sí, muchas gracias.
Jae Soon hizo una reverencia:
- Oigan chicos - dijo Joyeuse - ¿Ya me trajeron lo que les pedí? - inventó.
- Oh, sí...estábamos en eso - dijo Emile - Esos...claro, esos...
- ¿Algún problema? - preguntó el bodeguero.
- Los desensambladores moleculares - dijo Jun - Debemos revisar la estructura atípica de transmisión en el generador de campo del motor recuperado.
- Es cierto - dijo Cat - por algo llevamos estos trajes de protección antirradiación.
- ¿Modelos nuevos? Se ven bastante bien...por favor, sigue esta dirección al estante 99.
- Bien...
Cat se dirigió al lugar señalado en su HUD, adentrándose entre las estanterías.
- En cuanto a ustedes, tripulantes, por favor diríjanse a las direcciones señaladas. Deberían llegar por el teleportador 06 a la derecha.
Se vieron varias puertas plegables girando, y salieron de la bodega tan pronto tuvieron espacio para pasar. Los spartan también se pusieron en marcha, perplejos por la locura que acababan de presenciar. Jae Soon tenía el corazón en la boca, pero tal como había empleado su invisibilidad antes, pensó en hacer que la IA fuese incapaz de leer sus señales biométricas, en caso, claro de que pudiese hacerlo.
"Este truco es cada vez más útil"
Afuera, se encontraron con un vergel de actividad, robots yendo por todas partes dispuestos a cumplir hasta las más diminutas tareas, mientras una serie de tripulantes aparentemente humanos iban por las "veredas", una de ellas era en la que se encontraban. Del otro lado, también habían balcones conectando diferentes pasillos a varias alturas, por donde más tripulantes pasaban junto a otros robots que se desviaban del camino principal, o bien versiones terrestres moviéndose por carriles marcados en la misma realidad aumentada que ahora veían. A su izquierda, Cat pudo ver que las señalizaciones holográficas decían "Motor", "Impulsores", "Cuarto de Ingeniería de Popa", mientras que a la derecha decían "Telepuertos"; ella fue la primera en seguir la dirección, seguida por los demás:
- Oye Jun...
- Lo sé. No sé donde estén el Jefe y los otros, pero al menos esa arma nos salvó...
- Fue...raro. Espero que puedan reagruparse pronto.
No lo podían creer cuando llegaron a la cámara circular con los terminales que debían usar. Alrededor habían, sin embargo, malas noticias. Una serie de varillas que se movían alrededor, posándose sobre cada persona, cíborg o androide entrando o saliendo de cada pad.
- Escáneres. Posiblemente detecten más que solo una ID electrónica.
- ¿Deberíamos retroceder? - dijo Jae Soon.
- ¿Para volver con esa cosa arriba? - dijo Emile - No gracias.
Él fue el primero en acercarse, pisando el pad para cuando Jun se dio cuenta, incapaz de detenerlo a tiempo:
- Saludos tripulante, ¿a dónde se dirige?
- Hangar ventral.
- Revisando indicaciones...VÁLIDO...Revisando requisición de bodega...VÁLIDO...Revisando órdenes...
Comenzó a demorarse más y más, las barras ya lo habían acorralado en posición, por lo que ya no había marcha atrás:
- Orden 1...VÁ...VÁLIDA...Orden 2...
Los demás observaban, tensos, el procedimiento conforme las barras giraban alrededor de él, hasta que se detuvieron finalmente:
- Orden 2 VALIDADA. Identificación ACEPTADA. PROSIGA.
El spartan fue transportado de inmediato. En ese momento, Cat recibió una notificación en su HUD, y al mirarlo se abrió una pestaña con un mensaje bajo el título JEWEL_SWORD.
- Esperen...
Los demás esperaron a ver lo que diría:
- "TERMINAL COMMS ACCEDIDA. ACCESO NET COMPLETO. ID INDIVIDUALES CREADAS.", bueno, parece que podemos entrar...
Jun asintió, y siguiendo el mismo proceso, cada uno tomo el pad dentro del terminal correspondiente, siendo llevados inmediatamente a otra parte, un área extensa dividida en varios segmentos, naves similares a transbordadores posados de lado y lado, personal revisando los exteriores de cada vehículo y dando informes técnicos a los pilotos. Buscando con la vista, Jae Soon dio con Emile, a quien un par de guardias, dos cíborgs con extraños implantes estéticos y uniforme, estaban haciendo una serie de preguntas sobre lo que hacía allí:
- Ya te lo dije, vengo a revisar el objeto...
- Oye, campeón, yo también te lo dije, jamás te he visto por aquí, no voy a dejarte pasar...
Los otros dos se reían por lo bajo, y viendo que el spartan poco a poco llevaba su mano al cuchillo, oculto en un compartimento de su peto, Cat se acercó:
- ¿Qué pasa aquí?
- Miren, otra que nunca he visto, ¿quién rayos se creen?
Era uno de los guardias, quien tenía la calva cubierta de placas de queratina y un visor vertical en vez de un ojo:
- ¿Nunca has oído hablar de nosotros? Ok, eso lo entiendo...ten mi ID.
Con las indicaciones en tiempo real que Joyeuse le daba mediante la realidad aumentada, la spartan transmitió las credenciales. Una vez llegaron a sus interlocutores, estos se miraron, no entendiendo lo que era Pirámide, pero captando el alto nivel de autorización mostrado.
- Huh, rayos...creo que casi la cago - musitó el que detuvo Emile - Pueden pasar, y hagan lo que tengan que hacer, si alguien me pregunta no me importa...
Los otros le siguieron mientras se iba alejando, y los spartan junto con Jae Soon pudieron llegar a una cámara especial sellada, a través de cuyo polímero diamantino se observaba el transportador recién reparado. Entraron por una puerta, siendo limpiados con un polvo rojo misterioso antes de realmente poner un pie en su vehículo; apenas pusieron las herramientas en el suelo, el polímero se opacó por su cuenta, permitiéndoles pensar en el siguiente paso:
- Joyeuse, Jefe ¿me reciben? - preguntó Jun por comms.
Estas de inmediato se interconectaron a los canales de comunicación de la red aumentada, agentes de software en forma de esfera llevando felizmente el mensaje lejos de él hasta donde debía.
- Díganme que lo consiguieron, por favor...
Emile sonrió tras su casco, y Cat se sentía aliviada, respondiendo:
- Llegamos al transportador.
- El bloqueo a nanoescala debería estar anulado, trata de abrir la compuerta.
Cat se adelantó, y viendo que el panel estaba ausente, presionó el punto de apertura de emergencia, que funcionó de inmediato. Paso seguido, entró para revisar:
- Busca un objeto en forma de cubo dentro de la cápsula - dijo la IA - Allí colocaron un inhibidor de arranque, debe ser pulsado en el orden que te daré, 12 secuencias de 4 movimientos, pero solo tendrás 25 segundos antes de activar la alerta silenciosa.
Finalmente, quitando lentamente el panel de la cápsula, revisó los módulos y otras estructuras de hardware hasta dar con el inhibidor. Tomó una bocanada de aire, puso todo el enfoque en el objeto, apagando todo estímulo externo entrando a su cerebro. Suspiró:
- Lado izquierdo, fila 2, desliza hacia ti con el dedo.
A partir de ese momento siguió los comandos de realidad aumentada que iban siendo mostrados en display, yendo con las yemas de sus dedos a velocidad demencial, a todo lo que las aumentaciones a su sistema nervioso parasimpático le permitía, poniendo al límite todas sus sinapsis cual tormenta dentro de su cabeza. El contador avanzaba tan rápido como ella, tan pronto, los números danzando en frenesí hasta que se redujeran a cero, primero uno, segundo otro, ya llegaba al punto muerto, los movimientos seguidos tras seguidos, arriba, abajo derecha, derecha, arriba, abajo, y de nuevo izquierda, arriba, abajo, fila 4, 5,2 6, 2, 3, y así sucesivamente hasta que, con un latido de corazón, todo se detuvo:
Cat miró por un instante, el cero en el display, marcando la finalización. Ya no había más oportunidades, no existían más posibilidades que todas aquellas marcadas; todo pareció moverse tan lente, siempre tan espeso, como si el aire a su alrededor se hubiese vuelto de gelatina, hasta que oyó de nuevo, su propia respiración.
- Cat...
Esa no era la voz de Joyeuse:
- ¿Jefe?
- Tenemos un problema...
La señal comenzó a fallar, y solamente se acabó oyendo una estática mezclada con pitidos fuertes que la fastidiaron, obligándola a apagar su transmisor:
- Maldición, qué se supone que...esto es, demonios... - susurró, golpeando la cápsula.
En su mente ya comenzaba a formarse un amplio fantasma, oscuro y pesado, aquel del fracaso, aquel de la desesperación, mientras Jun montaba guardia en la entrada. Simultáneamente Emile seguía instrucciones de una lista predeterminada por la IA anteriormente, usando varias de las herramientas exóticas para revisar el transportador, pensando en salir de allí cuanto antes. Jun tenía una nueva notificación en su HUD, que le decía que dentro de 4 minutos, no, casi 3 ahora, de que el inhibidor externo pronto sería desactivado, permitiendo el salto una vez encendido el motor.
Un tumbo se escuchó con fuerza, en el exterior del polímero. Los spartan, los tres, se pusieron en alerta, y Jae Soon empleó el ojo de su mente para mirar remotamente lo que hubiese afuera; había un par de curiosos observando lo que acababa de ocurrir, uno del personal, vestido en un overol púrpura, llevaba en mano una caja de herramientas, desparramadas en el suelo. Este daba arcadas, llevando ambas manos, y un par de apéndices mecánicos, a su cuello, sobándolo de arriba a abajo, luego dando golpes de pecho, en medio de resecas toses, y tragos de aire que de la fatiga pasaban a la desesperación.
- Alguien tiene una crisis respiratoria allá afuera...
- Lo escucho - dijo Emile.
- Hay gente...y robots acercándose a ver qué pasa.
- Jae Soon - llamó Jun - ¿Algo más que quieras decir?
- Por su overol, bueno, estoy viendo esta base de datos...oh no...
- ¿Qué...qué ocurre? - preguntó Cat, ya en alerta.
- El que está afuera...es un técnico de mantenimiento...
Los spartan se pusieron manos a la obra. Cat no esperaría la respuesta del Jefe, así que comenzó a encender los motores:
- Espera...
Era Jun quien se acercó a la cabina de vuelo:
- Los pines de Jorge y Carter, si acaso esa IA en la Luna no hizo algo raro con ellos, con suerte me ayudará a traerlos directamente aquí...
- Todavía quedan más de dos minutos, un campo inhibidor en esta cámara, Joyeuse debe desactivarlo.
- ¿Me lo dice ahora, coronel?
- Bueno, este es el momento.
- Entiendo.
- Además, ¿Cómo piensas traer a Seis y al Jefe? - replicó él - Debemos esperarlos...Joyeuse debe volver a comunicarse.
Cat cerró los puños sobre la consola; era cierto. Y si toda la corveta estaba compartimentada como hasta ahora habían visto, sería una tarea muy complicada ir a recogerlos sin credenciales en aquellos pads. Esta gente no se andaba con tonterías a la hora de la seguridad.
- Hace poco perdí la señal del Jefe - dijo ella - Algo andaba mal...
Una nueva transmisión los interrumpió:
- Pero miren nada más a quienes tenemos aquí, si son los superlistos de la vida...
Aquella voz parecía un gruñido mezclado con una voz grave. Del otro lado, allí estaba, el mamífero de pelaje blanco transmitiendo con un aparato de mano; se encontraba junto a sus otros tres compañeros en un cuarto oscuro, lleno de protuberancias cúbicas de apariencia suave, traslúcida, mirando al otro extremo de la cámara a John-117, Carter, Jorge y Seis, quienes llevaban armas de unos guardias en sus manos. En ese momento, tanto el ser aviano, como el elite y un ser de apariencia humana, enfundado en una armadura blanca con detalles y visor dorados, los tenían en la mira, rodeándolos; el Jefe, al mirar su casco, no podía evitar sentir una rara sensación de familiaridad ante su nuevo oponente:
- Baja el arma, prisionero - dijo el de blanco.
- Tú eres Omega-094 - respondió el Jefe
- Veo que escuchabas lo que no te incumbe - dijo el mamífero.
- Basta, Polarion - replicó el hombre.
Los dos grupos se miraban, esperando cada uno de ellos al primer movimiento.