- No sé como podrán escapar - dijo Jae Soon - Debería tratar de comunicarme...
- Todavía no - dijo Jun - Debemos esperar a que Joyeuse nos vuelva a contactar.
- Crees que la IA del Jefe podrá...
- La vi superando las defensas neurales de los Interminables en el anillo. Créeme, tiene algo en mente...lo lograrán.
- Espero que sea así.
El Jefe se hallaba con los otros en el terminal de comando de la antena principal, nodo central de las comunicaciones y red de la nave. Acababa de recolocarse el chip con Joyeuse dentro, y ahora miraba fijamente a aquel soldado humano, con solo un puente metálico sobre una larga caída separándolos.
La armadura de quien lo trataba de detener era similar a la suya; le recordaba en parte a la Mark IV que el mismo alguna vez usó, a pesar del color vistoso, o los pequeños hologramas de luz sólida sobre su peto y hombreras redondeadas. A decir verdad, esa era una diferencia notoria, además que los contornos no eran angulosos en lo más mínimo, fundiéndose perfectamente cada pieza con la siguiente, casi como si fuesen las placas de una misma piel, y aun así distintivamente se pudiera distinguir el monopieza debajo, estriado, del blindaje lustroso.
- Su pequeña aventura termina aquí - dijo el mamífero - Bajen sus armas, ¡ya!
- Dije silencio - le espetó Omega-094 al volverlo a ver - Ya responderás a esto luego; por ahora mantente en los objetivos - y dijo a los otros - Todos mantengan su propio blanco. No los pierdan de vista.
Un sonido abrupto tomó por sorpresa al escuadrón de Omega-094, y al ver tras de sí, el elite maldijo por lo bajo al ver las barreras de luz sólida rodear todo el lugar, que pronto tomaron una forma aparentemente material, gris.
- Creo que esto apenas comienza para ustedes - dijo Joyeuse por altavoz.
El ser aviano intervino:
- No importa cuán bien puedas infiltrarte en el sistema, IA, el sistema se aislará por compartimentos, nunca escaparán.
- Creo que voy a discrepar contigo - replicó la IA - Hice más que solamente minar sus datos personales en el registro, también me encontré una interesante conversación...
Omega-094 respondió:
- Pues seguro entiendes.
Sus compañeros lo miraron sin entender nada:
- ¿Entender qué? - preguntó el aviano.
- Aquello que transportan...además de nosotros - replicó la IA - El capitán quiere saberlo, y es bastante insistente, a pesar de su nivel de seguridad inferior.
- No ha estado siguiendo los protocolos según lo esperado, tampoco... - afirmó 094.
Joyeuse continuó:
- Me di cuenta. De repente se le ocurrió que recogernos era mala idea, a pesar de las órdenes de sus superiores, incluyéndote, claro. Es como si tuviese prisa por llegar a ese tal puerto de Noctis...
El elite se dirigió también a 094:
- Espera, no creerás que...
- Eso no le incumbe a prisioneros como ustedes - dijo el aviano - Ya saben demasiado.
- No creerás que solo iré hacia ti para que me paralices con tu varita mágica, ¿cierto? - dijo Seis.
- Será necesario tomar otras medidas - afirmó - Es procedimiento, jefe.
- De acuerdo - le dijo Omega-094 - lo seguiremos.
Luego se dirigió a los spartan:
- Por la autoridad a mí conferida por GALCOM, y para asegurar la compleción exitosa de mi misión, se les someterá a preservación mnemónica.
- Y lo que quede de sus cuerpos será criogenizado - añadió el mamífero.
Jorge al oír eso le dijo a Carter:
- Esto me esta gustando incluso menos...
El Jefe afirmo finalmente a sus captores:
- También tengo mis propias órdenes. Y no van a detenernos.
El ser aviano inmediatamente desplegó sus alas y voló a gran velocidad, llegando a donde estaban los spartan en un instante; este intentó paralizarlo con la varita, pero Seis disparó certero al dispositivo, reventándolo con un tiro de bláster, perdiendo el arma cuando el ser le dio un zarpazo. El Jefe disparó a Omega-094, quien rodó a un lado para esquivar, lanzando una granada que estalló en gel azul al contacto, impidiendo el movimiento de una de sus manos; Jorge mientras tanto abrió fuego de supresión con su rifle bláster contra el elite y el mamífero.
- ¡¿Te crees muy cool, grandote?, pues déjame mostrarte! - gritó este último - ¡Disfruta del vuelo!
Este soltó un bot redondo desde su brazal, que inmediatamente se deslizó en su minúsculo flotador antigravitatorio hasta la posición de la antena, e invirtiéndose, reventó en un pulso que mandó a Carter y los otros hacia arriba. Seis, quien se debatía a golpes con el aviano, también fue despedidos por la caída, sujetándose, intentando todavía clavarle el cuchillo a su rival:
- Ese metal primitivo nunca traspasará la piel de combate sobre mi cuello - dijo el aviano.
- Ponme a prueba.
El aviano quiso sacar su secundaria del compartimento en su muslo cibernético, a lo que Seis esquivó el primer tiro, manteniendo su propio peso tirando abajo y arriba para desesabilizar el aleteo del ser. En un momento, Omega-094 había cruzado el puente en un par de zancadas, y activando sus impulsores antiinerciales, se precipitó hacia Carter, luchando por activar la varita que este había logrado tomar por el lado emisor. Este dio un rodillazo, y tratando de hacerle una llave, recibió un codazo de Omega, quien recibió de vuelta un golpe en la cabeza; disparó su pistola blaster, dando dos tiros en el peto de Carter quien respondió de vuelta; ambos cayeron al suelo con cráteres humeantes en sus armaduras, apuntándose mutuamente:
- Veamos si tienes agallas.
- Resistirte es inútil, prisionero.
Mientras Carter era vapuleado cuerpo a cuerpo por Omega, apenas logrando esquivar el anormal daño de sus golpes a los escudos, el elite se lanzaba una vez más contra Jorge, con su daga de plasma atacó afectando los escudos. El spartan tomó su arma y disparó, pero el sangheili saltó la brecha y esquivó poniéndose a cubierto en el anillo exterior de donde había venido. Jorge continuó abriendo fuego, arriesgándose a seguirlo también de un salto, y siendo sorprendido al ver que este no se hallaba ya allí.
Seis siguió usando su peso para dar golpes e impedir al ser aviano subir con su grupo, mientras este trataba de usar su guantelete para perforarle el torso. Fue entonces que con sus piernas el spartan empujó el esternón, y le dio un golpe al casco del ser aviano contra el filo del anillo exterior. Chispas saltaron, pero este último se compuso con rapidez, y logró darle un zarpazo a su casco, rasgando su visor y haciendo al spartan caer.
Jorge oyó el impacto ahogado al fondo, pero no tuvo tiempo de mirar, cuando su oponente se deshizo del camuflaje antiguo y hundio la daga de plasma en su costado. El spartan le dio un codazo, un gancho derecho, y luego tomó de la muñeca al elite que intentó dispararle con un blaster de doble cañón. Los tiros impactaron al techo, y el ser aviano aprovechó para taclearlo, preparándose con una pata a aplastarle la cabeza, con sus alas extendidas de forma triunfal.
- Esto termina ahora...
El Jefe había estado ocupado en el lado opuesto, enfrentándose frenéticamente con todo lo que tenía a la criatura de pelaje blanco; cada vez que abría fuego, el mamífero desaparecía entre las cajas y las pequeñas barricadas de luz sólida. John acabó con uno de los obstáculos usando una granda, pero pronto el ser lo atacaba con garras retráctiles de metal; estas bajaban sus escudos a cada golpe, y era obvio ya que su velocidad no era normal. No podía serlo:
- ¿Qué sucede, hojalata?¿No puedes acertarme? Y te haces llamar un su...no me hagas reír.
Joyeuse podía rastrear de dónde venía su voz, pero tan pronto lo hacía el rastro se iba a toda velocidad a un lugar distinto:
- Creo que lo tengo - dijo la IA al Jefe - Resiste un poco más, tengo una idea. 15 segundos, a tus 5...
- Entendido.
El Jefe levantó su arma, y se posicionó listo para disparar. En su HUD, apareció una nota. Al leerla, el spartan no pareció inmutarse, siguió allí, escaneando el lugar y los pasos del mamífero en el metal. Ella seguía revisando los datos que podía percibir, los sensores indicaban que un contingente de la tripulación estaba yendo en su dirección; tenía que sincronizarlo todo a la perfección, o no lograría la marca que buscaba. Tomó un figurativo respiro, siguió manejando algo en un terminal remoto virtual, comandos multitarea, y entonces ocurrió, la criatura blanca saltó hacia el Jefe, apareciendo casi en su rostro, sus garras doradas listas para empalar su cráneo.
- ¡Ya!
El Jefe amagó disparar, pero se agachó a tiempo y el ser, a su velocidad, trató de usar muy tarde su baliza teleportadora, cayendo en el hueco detrás del spartan. Él miró lo que surgía de allí, y vio como uno de los prisioneros, el de gris, se agarraba en uno de los drones de seguridad, volando en parvada hacia arriba del terminal, erupcionando por la cámara como un volcán metálico de clics y chirridos, signos de alerta enemiga. Joyeuse sonrió al mirarlos:
- Muy bien.
El mamífero se agarró, pero ya era tarde. El material de su arma era mucho más duro que las armaduras de sus oponentes, por lo que atravesó al dron, y cayó de espaldas sobre y otro, y otro más, antes de chocarse con la pared. La mochila de soporte vital en su espalda se comenzó a fracturar, y por poco choca de lleno en el fondo, de no ser por lograr frenar su caída con las garras doradas. Cayó tosiendo y se levantó, tambaleándose; ya cazaría a idiotas con tecnología obsoleta otro día, su suministro de aire basado en amoniaco debía ser reparado.
- Ese fue uno menos - afirmó la IA.
En tanto, el Jefe avanzaba, evadiendo los tiros láser de los drones, invisibles excepto en su lugar de impacto
- Atacarán lo que se mueva, los distraerá un rato. Lleguen al punto de encuentro, queda poco.
El ser aviano estaba siendo molido por los disparos, su piel de combate soportando bien, pero impidiéndole reventar la cabeza de Jorge, quien se lo quitó de encima. El elite trató de rematarlo de un tiro, pero Seis le quebró el cuello y disparó el arma del caído al otro; este usó su ala para cortar su peto, tirándolo atrás. Carter y Omega fueron separados por el ataque repentino, este último saltando a un sitio más seguro, viendo como el Jefe se reagrupaba con los suyos. Disparó su arma, pero el Jefe volteó a ver, y logró cubrirse, devolviendo el fuego cuando podía:
- La puerta va a abrirse, ¿listo, Jefe?
La barrera de luz sólida se deshizó en cenizas luminosas y la puerta se levantó, dando paso a más de 10 tripulantes fuertemente armados. Los drones se fueron redirigiendo a ellos ahora, dándole al Jefe una oportunidad; Omega sin previo aviso disparó a su casco, y se abalanzó sobre él con su daga de energía. Trató de apuñalarlo en el suelo, pero este esquivó y le dio un cabezazo. El enemigo se hizo para atrás, el Jefe se levantó y comenzó a dar y recibir varios golpes, bloqueando una patada y recibiendo ungancho al pecho; era de admitirlo, este era fuerte. Fue entonces cuando Seis comenzó a vaciar la batería laser arrancada a un dron en el escudo de aquella armadura blanca y dorada, que comenzó a bajar; la ráfaga de repetición era potente como para dificultar su movimiento, pero logró cubrirse.
- Teniente - le dijo el Jefe poniendo la mano en su hombro - Déjalo, debemos irnos de aquí ahora, punto de reunión al transportador.
Este asintió, mientras Omega-094 respiraba con pesadez por el calor que provocaba el ataque que acababa de recibir. El ser aviano tenía las alas fracturadas dentro de su armadura, Jorge era ahora quién lo golpeaba sin piedad, una y otra vez, hasta que Carter detuvo su brazo. Este había recién saltado al anillo externo tras escapar de varios drones, con su armadura al rojo vivo en puntos:
- No vale la pena, Jorge, hay que volver.
- Lo dices fácil...
Este se soltó del agarre y se levantó, mirando a los tripulantes en su patético intento de enfrentar aquel enjambre de metal:
- Salgamos de una vez.
Corriendo de aquel sitio, se adentraron por pasillos, reuniéndose con el Jefe y Seis, quien les dijo:
- Me preguntaba a qué hora llegarían...
- Sigan avanzando, el transportador nos espera - replicó Carter.
En el hangar, Jae Soon se encontraba nerviosa, pues algo muy malo comenzaba a pasar afuera de aquel cubículo aislado. En sus lentillas retinales, la realidad aumentada comenzaba a fallar, y mostrar signos y figuras, cual si fueran alucinaciones desparramándose en esquinas y paredes, las notificaciones de error, que no solo le aparecían a ella, sino también a sus compañeros, quienes acababan de verificar el estado de la nave. Para distraerse de sus visiones perturbadoras, optó por abrir el ojo de su mente y alcanzar al resto del equipo con su visión remota, verificando que estuviesen bien, y siguiendo la dirección correcta.
Podía visualizar a los cuatro spartan recorriendo los pasillos, guiados por Joyeuse lo más lejos posible de los accesos siendo cerrados por las subrutinas de la corveta, enfrentando grupo tras grupo de tripulantes y marinos. En eso fue que comenzó a escuchar lo que parecía estática, pensando que tal vez se trataba de las señales llegando, pero pronto descubrió que estas se convertían, paulatinamente, en susurros, siseantes, como una multitud hablando en voz muy, muy baja. Jae Soon se concentró en el sonido, y mientras sus compañeros probaban suerte con una nueva oleada de enemigos saliendo de los teleportadores, ella recorría cada sección, cada corredor con sus mente; las voces se volvían más y más claras, conforme se iba acercando.
Barriendo de un lado a otro el navío, fue triangulando aquellos tonos, cada vez más monótonos, chirriantes...mecánicos, y en su camino se cruzaban también más visiones, todo aquello que estaba pasando. Primero fue una bahía médica, uno, y luego dos pacientes, encapsulados, se vieron despertados de su hibernación de forma repentina, al principio moviéndose torpemente, para luego comenzar a tiritar, tosiendo, tosiendo, con las gargantas completamente secas. Conforme recorría todo, vio a un tercer tripulante, a un cuarto, y así sucesivamente, presentando los mismos síntomas, casi atragantándose por su incapacidad de parar los espasmos de sus pulmones.
"Esto es malo..."
Alguien en la cabina de mando, donde aquel capitán holográfico daba órdenes, tuvo un espasmo en medio de sus toses, cayendo al suelo de su silla flotante, escupiendo sangre oscura mientras tomaba su propia garganta. Sus compañeros iban a ayudarlo, y otro más comenzó a hablar, parecía llamar a la misma bahía médica que había visto recién. El holograma cuadrúpedo se detuvo, calmado, y volvió a ver a sus hombres:
- Suficiente - dijo el capitán - Este viaje debe terminar.
De repente quien se comunicaba se golpeó la sien con dos dedos, extrañado, y notificó el bloqueo de transmisiones, al igual que el resto de la cabina. Otros parecían frenéticos sobre sus consolas holográficas, cuyos displays dejaron de responder a sus comandos táctiles y de voz. Había quienes repetían aquella acción de golpetearse la cabeza:
- Las barreras de luz sólida en toda la nave están abajo ahora - continuó su superior - Y toda comunicación dentro y fuera ha sido cortada.
Uno de sus oficiales cuestionó esto con tremenda preocupación:
- Mantengan la calma. Mantendremos nuestro curso. Este viaje terminará...gracias a todos, por su sacrificio...
El oficial no pudo responder nada, su piel comenzó a mostrar ampollas, que se extendieron en heridas supurantes, y la psíquica contemplaba con horror cómo su cuerpo se derretía emitiendo vapores excesivos hasta volverse una mancha café en el suelo. Jae Soon perdió visibilidad, y el capitán siguió hablando:
- Prisionera querida - dijo - Es una pena que hayas tenido que ver esto.
Sudor frío le recorrió la frente a la alférez:
- A estas alturas, ¿crees que no tenemos métodos para detectar tus fisgoneos incorpóreos?
El holograma rio por lo bajo:
- Mil años, eso sí que es mucho tiempo. Pero es raro, no hemos encontrado nada sobre ti o tu nave...ese Omega, siempre tan correcto, ocultándome cosas. Bionte ingenuo...
En medio de los vapores se podían escuchar alaridos de dolor tortuosos. La joven podía percibir su energía vital disolviéndose de vuelta a ese éter del que habían provenido, o eso al menos decía la teoría que la ONI tuvo en su momento. Como fuese, no solo allí, toda la nave, estaba ocurriendo algo terrible:
- Están muriendo...
- Todos ellos - le respondió el capitán - No sé por qué los trajeron aquí, cómo llegaron o de dónde salieron, y no me importa. La Gran Obra seguirá su curso, como siempre ha sido.
La alférez no lo entendía, ¿en qué clase de embrollo estaban metidos ahora?¿por qué de repente ocurría esta conspiración de una IA malvada? Ella seguía aun oyendo las voces, mientras oía a su interlocutor:
- El tatuaje en tu brazo...ese logo coincide, Pirámide lo usaba en tu época, aunque su frente público usaba otro nombre.
Jae Soon se miró el hombro; bajo su traje estaba el tatuaje que le pusieron, el día que la "reclutaron" al programa Psion. Incluso había podido ver eso, sin que ella pudiese hacer nada o siquiera enterarse. Lo que le decía le hizo conectar puntos:
- La Oficina de Inteligencia Naval. Por eso sabes de mí...no tiene sentido, yo no soy...
- De este mundo, no, no lo eres. Mientras tu jugabas en mi corveta, accedí a muchos datos interesantes en tu transporte...como te dije, eso no importa ya; nada puede evitar lo que viene.
Si lo pensaba bien, no le sorprendía que pudiera tener esos accesos tán fáciles, especialmente porque sus propios implantes se conectaban a los del transportador. No tenía todos los datos de la Eternity, claro, pero lo que concernía a ella misma, su información encriptada estaba allí.
- ¿Y qué viene?
El holograma se regodeó mirándola en su sorpresa, su intento de entender lo que ocurría alrededor:
- Tu puedes oírlo también gracias a tus implantes. Sigue su voz, agente Jae Soon. Síguela y averígualo por ti misma.
Lo más seguro es que fuese una trampa, pero confiaba en que, de ser así, el resto del equipo seguiría el protocolo, especialmente el propio Jun. No importaba cuánto tiempo hubiesen pasado, ni lo que hubiese pasado en ese tiempo, no dudaba que, si el momento llegaba para asegurar el éxito de una misión, incluso a costa de la vida de uno, el otro haría lo que tuviese que hacer.
Se dejó guiar, en tanto se acercaba con su mente al origen de las voces, la cacofonía, fragmentada y potente a la vez:
- Bien...él te habla...debes escuchar su mensaje...
El cuerpo de Jae Soon, mientras todo aquello ocurría, había colapsado, y Emile había dispuesto rápidamente el equipo médico de la pequeña enfermería para revisarla. Jun estaba junto con él, una mano en la camilla, consternado por el nuevo desarrollo frente a él.
- ¿Hay algo más que podamos hacer?
- No, señor - dijo Emile - Todos sus signos se ven normales. El error de esa realidad aumentada hace un rato, tal vez sobrecargó su cerebro.
Jun no dijo nada, solo miró abajo y se apartó, con un puño cerrado:
- Es posible que sus implantes hayan sufrido un hackeo. Incluso nosotros.
- Eso quiere decir...
- No hagas nada más. Si esto llega a ser...una amenaza, debo encargarme. Por mi cuenta. Y si no soy capaz...
Emile asintió:
- Vendré a revisarla en cinco minutos. Le diré a Cat.
- Bien.
Jae Soon, en su viaje, de repente recibe un pulso, una corriente de viento en su consciencia la cual se siente como si la hiciese volar en medio de un huracán, cuando encuentra aquella cámara. Estaba más cerca de lo que pensaba, y sin embargo le había tomado más tiempo encontrarlo de lo que debía; trató de atravesar la pared con su visión para averiguar cuál era la fuente de las voces, ahora tan abrumadoras, susurrantes y a la vez ensordecedoras. Las muchas líneas de sonido, las múltiples armonías metálicas, los cantos, los murmullos, parecieron bailar, solos, luego en grupos, se fueron juntando, se fueron sincronizando en ritmo, tono, cadencia, y finalmente...
- ¡Detente!
La corriente ahora era intensa, brillando sin brillar, en todos los colores, conocidos, desconocidos, en ninguno a la vez. Y la voz que escuchó, el clamor sereno del trueno, no era nada de lo que anteriormente había seguido. Su tono era autoritario, seguro, la voz misma era gruesa, pero nada como el maremagnum de hasta hace un instante, sino un solo hablar, un solo ser que, aunque no era capaz de verlo, tan solo en su sonoridad incorpórea podía sentir enviar la oleada más llameante y fría saturar los nadis de su ser. Nunca, en su vida, había experimentado algo como aquello, y no sabía qué decir, su mente había quedado en blanco, su voluntad congelada, en contemplación, en expectación absoluta:
- Noctis está cerca - dijo la voz - Aquello que yace tras esta barrera no debe ser perturbado.
Tardó minutos, que parecieron horas, pero la alférez se atrevió finalmente, sus cuerdas vocales se forzaron a emitir palabras:
- ¿Quién eres?¿Por...por qué me llamaste...?
- Has sido engañada, Jae Soon. La voz es la de otro, uno que busca sólo destrucción, venganza.
- Otro...pero, ehm, entonces tú...
- Observa.
A ella llegaron una marejada de visiones, líneas tras líneas de datos eran alimentadas a través de su biochip cerebral, reproduciéndose ante sus ojos:
"Es en esta, una de las más antiguas granjas de antimateria orbitando Mercurio, en donde hace instantes el sistema de nanorreparación sufrió un fallo catastrófico, el terminal virtual de..."
"Se reporta que entre el 35 y 42 por ciento de los cultivos en Harvest se perderán este año debido a la nueva plaga, cuyo origen los especialistas de la comisión investigadora aún desconocen..."
"Desde la pasada noche del viernes, han ido aumentando por miles los casos de pacientes con problemas respiratorios agudos en todo el sistema Eridanus, las autoridades piden calma..."
"Tras 5 tensas horas, un representante de GALCOM se ha pronunciado sobre los reportes de una repentina reprogramación maliciosa del sistema de control geoclimático en órbita sobre Carrow..."
La voz, mientras ella veía y escuchaba más y más de aquello, continuaba, como si nada ocurriese:
- Ha dado comienzo, era inevitable, pero no desesperes. Lo que hoy se trae en este navío será enterrado, es vital para que esta oscuridad, y la disgregación que sigue, lleguen a su fin.
- No te estoy entendiendo, deja de hablar en enigma, sólo...dime qué es...quién es ese tal otro...
- Es allí donde erras. Lo que me pides está a destiempo. Y en su momento, sabrás.
- Sigues evadiéndome. Lo siento, me ves...pero yo...no puedo llegar a ti. Debes ser poderoso. Si es así, creo que no podré saber nada más ¿o sí? Al menos dime quién eres.
Hubo silencio, y Jae Soon se percataba de que no podía escuchar susurros ya. Luego la voz dijo:
- Me has de conocer como Nod, el nombre que por mi causa pusieron a una tierra de exiliados - a voz pausó, y luego finalizó diciendo - El tiempo para los dos ha terminado ya, debes regresar, tu viaje espera.
Y tras un solo toque de la entidad, en lo más profundo de su mente, se vio nuevamente dentro del transportador. Ella se levantó repentinamente, como si se estuviese ahogando. Emile fue con ella, y le ayudó a sentarse:
- Ey, ey, despacio. Eso es...tranquila. Te encuentras bien, ya pasó.
- Uh...Emile...
- Veo que no te frieron el cerebro. Eso es bueno.
- Lo siento, pasó algo...muy raro...
- Si, todos tuvimos el mismo problema
Jae Soon lo miró perpleja:
- ¿De...verdad?
- Sí, y por eso no debemos volver a conectarnos a tecnología desconocida del futuro.
- ¿Lo viste?¿Habló...contigo?
- ¿Ver?¿A...quién? Si tienes algo que reportar...
La alférez lo pensó, y respondió cortando:
- No, nada, olvídalo. Estoy aún...algo embotada, es todo.
- ¿Y qué hay de los otros? Dijiste que vendrían para acá antes de desmayarte.
- Se acercan. Deberían llegar en menos de 3 minutos, si no tuvieron problemas con los terminales, sí...
Emile notaba claramente que la mirada de la chica estaba desenfocada, mirando a la nada, como perdida en un mundo insondable. Prefirió no preguntar más, pero con lo que dijo Jun, observaría atentamente cada uno de sus movimientos.
Fuera, el Jefe iba a la vanguardia del grupo, con Jorge y Seis flanqueándolo, Carter vigilando que ninguno de los tripulantes los estuviese siguiendo; hace meros segundos varios de los supuestos robots de limpieza habían explotado, colapsando un corredor, y casi habían quedado atrapados.
- Maldita sea - exclamó Seis - De repente todo el mundo se volvió loco...
Joyeuse le respondió:
- Bueno, no es que quiera presumir, pero en base al feed de noticias que alcancé a leer en la red mientras evitábamos explotar, bueno, parece que es peor de lo que pensábamos.
Jorge pensaba en ello; luego de neutralizar a los hostiles en el corredor anterior, o más bien...se les puso más fácil. Creyeron que el cerco era perfecto, y de uno y otro lado los habían llevado a un cuello de botella, disparando con todo lo que tenían. En cuestión de segundos, sin embargo, llegó aquel bot en forma de insecto, no hubiesen imaginado que...
- Toda esa gente, vaporizada...
- Sí, y no solo estaba pasando aquí.
- Luego los que hallamos tirados por allí...
Seis hablaba ahora, conforme avanzaban, tripulantes armados, apenas capaces de apuntar sus armas, podía verlos, temblorosos, sudando frío, parpadeando con fuerza en medio de un ruido de alertas por todas partes. Dispusieron pronto de aquellos, y más adelante, se encontraban solamente a personal, que o bien estaba en el suelo, temblando y en medio de espasmos de tos incontrolable, o bien, al ser máquinas, intentaban dar asistencia de forma extrañamente torpe a los primeros.
- Llegamos - dijo la IA - Los terminales al hangar ventral.
- ¿Funcionará?
- Están forzados. Rápido, que ese tal capitán me está quitando los permisos...
El Jefe interrumpió:
- Lo que dijiste de él.
- Sabía que no había nada normal con ese tipo. Comencé a sospechar cuando vi los protocolos restringidos que había autogenerado en su red interna.
- Deberíamos evitar lo que sea que esté intentando. Civiles podrían estar en riesgo.
De repente, sus comunicadores volvieron a la vida, de forma intermitente, pero una voz se hizo entendible entre la estática:
- No, Jefe, no nos corresponde. Recuerda, debemos saber por qué los Interminables ocultaban esta línea futura de tiempo.
Era la voz de Jae Soon:
- Con todo respeto, alférez, esto podría tener relación con ese objetivo. Hay que investigar lo que en verdad pasa aquí.
- Lo haremos - dijo entonces Jun - Para eso debemos irnos.
El Jefe dudó. Dudaba desde que esta extraña aventura había comenzado, albergaba sospechas de su comandante desde el momento en que él mismo desapareció de Zeta Halo y acabó en mundos completamente desconocidos, luchando contra enemigos que no conocía, sin importar su parecido. Solo los Interminables eran una constante para él, y se preguntaba si este encuentro con él, con los miembros de Noble, era realmente agencia de quienes lo rescataron con ayuda de Joyeuse. Para su desgracia, no había nadie más en quien confiar, así que simplemente respondió:
- Entendido, comandante. Sierra-117 fuera.
El Jefe subió a uno de los pads; Joyeuse movió algunos comandos de forma virtual, y este hizo su trabajo. Los tres tras él esperaron, y finalmente la IA les dijo:
- Todo despejado. Bueno, en realidad...deberían ver esto...
Carter fue el primero en tomar el terminal, seguido de Seis, y finalmente Jorge, quien fue el último en salir, derribando dos drones que trataron de impactar contra él. Había saltado a tiempo, y al llegar, rodó por el suelo, apagando un fuego en su peto con una mano:
- Jorge, ¿estás bien?
- No fue nada, no como en los viejos tiempos, John.
El Jefe asintió, y ambos contemplaron la escena grotesca mientras avanzaban. Aquel sitio estaba simplemente regado de cadáveres, los cuales parecían haber sido lamidos, escupidos y regurgitados en masas sanguinolentas de carne y huesos retorcidos, palpitando, de forma repulsiva. De sus masas amorfas salía, además, un vapor que dificultaba la vista.
- Corran - dijo la IA - No dejen que esa cosa los toque en la piel. Son nanobots, e inyectarán un desnaturalizados de ADN si se exponen.
- ¿Y eso cómo lo sabes? - dijo Seis.
- Pues fui yo.
Era la proyección del capitán, aquel horrendo holograma cuadrúpedo sonriendo de oreja a oreja:
- No pensaban irse de la fiesta sin jugar, ¿verdad? Su amiga se negó a someterse a mi señor, eso no me divierte...
De los paneles en suelo y paredes comenzaron a salir numerosos robots, que comenzaron a reptar en su dirección equipados con lanzaespinas. Estos comenzaron a dispara, obligando a los spartan a emplear su máxima velocidad.
- Alli - señalaba Joyeuse - En esa cámara aislada están los otros.
Carter fue el primero en enfrentar los robots hostiles, reventando sus prosomas de metaloide, dándole una patada a otro. Jorge recibía daños en su bajo escudo al avanzar, pero continuaba abriendo fuego. Miró su cargador:
- Se acaban las municiones. Entren rápido...
El Jefe fue el primero, subió las gradas y abrió la compuerta. Una alerta sonó para quienes estaban dentro; Jae Soon veía el vapor, el mismo que en el puente, y se cubrió con la máscara de su monopieza, el cual se extendía para cubrir su cabeza también.
Por si acaso volvio su vista a los exteriores, y en efecto, mientras el Jefe ingresaba directamente al trnasportador, con el vapor filtrándose, ella podía ver cómo minuto a minuto se acercaban a una estructura enorme, llena de bahías de carga, donde numerosas naves iban y venían. La corbeta, en ese instante, estaba entrando en uno de los accesos, similar a un inmenso túnel cuadrado, a la espera de ser fijada por tres enormes agarraderas gravitatorias.
En eso, Carter, y finalmente Jorge entraron, con robots asesinos pisando sus talones. Varios explotaron por fuera, pero para ese momento, el transportador se había cerrado. Cat preparaba el histórico de coordenadas, y una vez fijada la posición del salto, activó el motor paratemporal, que zumbó con su delicadeza característica:
- Nos vamos de aquí en 3...2....
Con ayuda de Jae Soon, elevaron el vehículo por encima de los robots , que comenzaban a formar una colina para alcanzarlo. Varias de aquellas máquinas, sorpresivamente, comenzaron a flotar, disparando ráfagas de plasma morado para tratar de detenerlos, saturándolos con sus tiros. Los escudos se levantaron, y varios ataques se reflejaron.
- No, no lo harán, una variable como ustedes no puede ser dejada de lado...
Este fue interrumpido; comenzó a sufrir intermitencias, cada vez mayores, distorsionándose hasta el punto en que parecía quejarse, gritar, maldecir, y luego...nada.
Jae Soon tuvo curiosidad, y volvió a dar un barrido. Todo se estaba llenando de aquel vapor, y los nanobots atrapados en los pasillos de servicio ahora se multiplicaban por una sección entera de la nave, devorando la popa, que estaba pronta a colpasar por su peso. Pudo escuchar un mecanismo dentro del compartimento que no pudo ver; no sabía lo que ese ente que le habló realmente pretendía, o si ese otro sería una solución a lo que estaba viendo ocurrir, solo quedaría esperar.
En medio de una brubuja de luz, el transportador fue envuelto, y entonces hubo un sacudón que hizo caer a todos. La alarma sonó:
- Cat, informa - exigió Jun...
- Es...los controles, dejaron de responder, se mueven solos...
Vio consternada, e impotente, cómo las coordenadas se distorsionaban, se estiraban y contraían de formas infames:
- Trataré de reajustar, pero el panel, no responde.
Cat miró debajo. Una vez abrió el cajón, halló un freno de emergencia al arranque paratemporal, y lo haló con fuerza, ayudada por la alférez...pero antes de poderlo presionar hacia delante, la indicación cambió, y de aquella cámara de los horrores pudieron escapar, mientras, en el puente, Omega-094, con su armadura dañada, hacía volar el servidor donde estuvo ese capitán:
- Te lo dije. Cuando te saquen de ese terminal, responderás por estos crímenes...
- Ja...jaja...ja. Eres un ciego...no solo...no solo yo...muchos...muchos...servimos...servimos....a él...a...
Su voz incorpórea se apagó, y Omega salió de allí a prisa, tras recibir comunicación:
- Aquí GALCOM Tierra a Spartan Omega. Responda Spartan Omega...
- Aquí Spartan Omega - replicó - Almirante, temo...que hayamos sido traicionados...
- Repita eso, Omega, dijo, ¿traicionados? - respondió - ¿Conoce a los involucrados en esta locura?
- No lo sé con certeza. El capitán es seguro que cooperó con ellos.
- Mantente en posición. El paquete será descargado, y los sacaremos de allí. Por cierto, ¿dónde están los polizones de Armstrong?
Omega se lo pensó un momento, y replicó:
- Ellos...fueron asimilados, por la nanoniebla. Los perdimos, a ellos y a su nave.
- Entiendo. Corto contacto, espera a más instrucciones.
- Sí, señor.
El supersoldado se quedó abajo a contemplar sus alrerdedores, alistándose, sobre todo para el peor escenario. El almirante, en su despacho, golpeó el escritorio maldiciendo; tal vez la única respuesta que tendría a lo que pasaba se había ido.