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Chapter 12 - Gahiji, parte I

                                            Capítulo

12.

                                      "DÓNDE ESTÁ GAHIJI"

 

Luego de varios días, los cazadores ven la isla a

lo lejos. Llegan a la costa y se encuentran una guerra. Varios soldados corrían

a trincheras, otros temían morir, gritaban, disparaban a lo loco y otros

intentaban escapar del cambo de batalla. Los cazadores desembarcan, cuando ven

a un grupo de soldados, yendo al campo de batalla.

--Ustedes, dense prisa y únanse a las filas –Dijo

un General.

--Nosotros nos somos soldados –Dijo Aristeo.

--No hay tiempo de bromas, vamos, sigan a la

formación.

--Nosotros no somos soldados –Dijo Fowler con

seriedad.

--¡No me importa! –Dijo el General enojado.

Aristeo se enoja y decide enfrentar al General,

pero Fowler lo detiene, colocándose delante, sin dejarlo avanzar. Aristeo se

detiene. El General se aleja de ellos y Fowler toma su arma.

--No tenemos opción. Si nos enviaron aquí es por

algo. Ayudemos en combate y después busquemos información –Dijo Fowler con

seriedad.

El humo grisáceo hacia el ambiente pesado. Varias

torres cubrían el campo de batalla, donde cañoneros disparaban. Soldados

corrían hacia barricadas y puestos de avanzada, disparando al enemigo. Los

cazadores se cubren en una barricada. Uno de los enemigos salta la barricada

donde se cubrían los cazadores. Decide dispararles, pero Fowler le dispara en

el brazo y hace que grite de dolor, dejando caer su brazo al suelo junto a la

escopeta que llevaba.

--Lo siento –Dijo Fowler en su mente.

Fowler recarga su escopeta, dejando caer el

casquillo y luego le dispara en la cara, volándole un ojo, dejando la bala en

su cuenca. Los cazadores avanzan por las distintas barricadas, hasta llegar

cerca de las trincheras enemigas, pero de pronto algo cae desde los cielos. Explosiones

resuenan por todas partes. Los cazadores levantan la vista, cuando algo cae

cerca de ellos y resultan ser explosivos que detonaban al instante, haciéndolos

volar, quedando aturdidos en pleno campo de batalla. El general los llama al

instante para que se levanten y vuelvan a luchar, pero recibe en balazo en la

pierna. Fowler lo arrastra a una barricada, dejando que descanse mientras ellos

guiaban la avanzadilla.

--¡Muchachos a mi señal! –Dijo Fowler.

Fowler dispara al cielo y todos avanzan

encorvados, moviéndose constantemente, para que no le sea fácil al enemigo

matarlos. El equipo llega hasta sus torres y toman los cañones. Disparan al

enemigo y avanzan hasta su base. El enemigo es masacrado y logran tomarla.

--Bien hecho muchachos, lo han logrado sin un

viejo general como yo. Estoy orgulloso –Dijo el General, acercándose a los

cazadores.

Fowler se acerca al General.

--Me alegro que siga vivo. Quería preguntarle

sobre el monstruo que habita esta ciudad –Preguntó Fowler.

--¿Monstruos?, los únicos monstruos son ellos,

que quieren sacarnos nuestras tierras por la fuerza –Dijo el General.

Los cazadores comprendieron que no todo iba a

tratar sobre monstruos desconocidos, si no que también sobre los monstruos de

la humanidad.

--Acabaremos con ellos –Dijo Fowler.

--Bien, esa es la actitud que debe tener un

capitán. Tu comandarás el equipo de mañana –Dijo el General.

--Entendido, pero necesitaremos balas señor –Dijo

Fowler.

Al día siguiente, los equipos se dividen. El

escuadrón de Fowler avanza por una montaña, cerca de la base enemiga y el

escuadrón del General ataca por los bosques. Fowler llega a la cima y ve al

ejercito enemigo, armado hasta los huesos: en su campamento había médicos, varias

armerías, soldados bien armados con buen equipo, además su campamento era

enorme.

--Debemos ganar o perderemos todo y la ciudad

caerá en las ruinas –Dijo el general a su tropa.

La maniobra comienza. Fowler avanza por el sur,

donde estaba más desprotegido, pero la desventaja, era que su lado tenía cuatro

torres de cañones. El General avanza por el norte, donde la defensa era mayor.

Fowler decide encender un habano y con ella los

explosivos, que luego lanza sobre una de las torres, haciendo que vuele en mil

pedazos y alerte a todos. Al distraerse, los soldados del General, revientan

uno de los muros y comienzan a disparar. El ejercito enemigo se veía rodeado,

cuando Fowler destroza los muros del otro lado. Avanza con su escuadrón y el

enemigo estaba desprevenido. La batalla parecía exitosa, pero llegan soldados

con lanza llamas y comienzan a quemar a todos. Algunos gritaban, otros corrían

en llamas y quemaban a sus enemigos en el acto. El campo de batalla queda

destruido, con perdidas en ambos lados, pero logran tomar la base con éxito.

Al anochecer Fowler y Aristeo se reúnen con el

General. Estaba emocionado, ya que nunca había visto a un hombre con tanta

habilidad y decisión. Los cazadores le agradecen, pero Fowler quería saber cómo

estaba Gahiji, quien no había salido del barco y Anna lo cuidaba. Fowler y

Aristeo regresan al barco. Gahiji estaba en el camarote, acostado. Anna abre la

puerta y los deja pasar.

--¿Cómo estás chico? –Dijo Fowler.

--Un poco mejor –Dijo Gahiji.

--¿Quieres contarnos sobre tu pasado? –Dijo

Fowler.

--Tenía 12 años… Salí con mi madre al mercado.  Era un día hermoso. Yo iba con mi madre de la

mano. Me pidió que la espere en una fuente y cuide la canasta de manzanas. Todo

iba bien, yo esperaba, pero una mujer joven y muy bella me pide una manzana. Yo

acepte y se la di, pero ella rasguñó mi brazo. Me sentí cansado y ella me dijo

"duerme bien". Días más tarde desperté en una horrible sala, donde había una

cama y muchos instrumentos de tortura. Me asusté, ella me tomó del cabello y me

arrastró a una cama, obligándome a tener sexo con ella. Yo intenté escapar,

pero ella rasguñó mi espalda, tomó mis pies y me llevó a la cama. Siempre se

enojaba conmigo por no hacerlo bien. Me torturaba por ello y me exigía hacerlo

mejor la próxima vez. Yo preguntaba por mi madre y ella no contestaba. Me

golpeaba todo el tiempo. Realmente es difícil seguir hablando de esto. Me ha

hecho todo tipo de cosas, pero realmente no quiero hablar de eso en

profundidad.

Sus camaradas no sabían qué decirle. Era difícil imaginarse

algo como eso. Anna le pregunta si podían ver sus cicatrices, pero Gahiji se

niega rotundamente.

--No salgan de este barco. Hay una gran guerra

allí afuera y no quiero que los involucren en esto –Dijo Fowler.

--Esta bien –Responde Anna.

Todos salen del camarote para que Gahiji

descanse, pero este no pegaba en ojo en toda la noche. Finalmente logra dormir

un poco, pero se movía de un lado a otro, sudaba y se quejaba. Anna entra para

ver cómo estaba.

--Por favor, déjame en paz. Quiero ir a casa. No me

hagas daño, te lo suplico –Dijo Gahiji dormido.

Gahiji estaba en una calle solitaria, caminando

tranquilamente, pero alguien lo toma del cuello y lo tira al suelo. Gahiji

grita que lo deje en paz, pero alguien estiraba la piel de su rostro,

arrancándola poco a poco, pedazo a pedazo mientras él sentía todo lo que

pasaba, moviendo sus pies como loco, llorando y gritando por ayuda, pero cada

vez que gritaba le dolía la garganta. Gahiji logra salir corriendo, mientras su

sangre caía al suelo. Corría lento y eso lo ponía tenso. La persona que lo

perseguía lo alcanzaba. Gahiji intentaba correr más rápido, pero era imposible.

Finalmente lo atrapan. Gahiji cae boca abajo y alguien se acerca a su oído para

decirle algo. Gahiji comienza a gritar, abre los ojos y ve a Anna sentada en la

cama, intentando despertarlo.

--¿Anna?, ¡Anna! –Dijo Gahiji sudando.

Gahiji se levanta y la abraza, mientras lloraba y

miraba a su alrededor, asustado y creyendo que alguien lo estaba viendo Anna se

preocupa y no lo suelta.

Al día siguiente, los cazadores se forman en las

filas del ejercito. El General coloca varios grupos y se dividen a distintos

lugares, ya que debían defender algunas zonas que estaban siendo atacadas.

--Fowler, tu irás a la zona más complicada. Irás

a la base Shield. Es la zona más afectada, así que necesito a los mejores allá,

¿Entendido? –Dijo el General.

--Cuenta conmigo –Dijo Fowler.

Aristeo y Fowler viajan en un gran barco de

guerra, hasta la base Shield para lograr defenderla. En pleno viaje son

emboscados por dos barcos enemigos.

--¡Barcos enemigos! –Gritó un soldado.

Fowler prepara a su tripulación para la batalla.

Los cañones y armas son recargadas. Los cañones resuenan, lanzando las enormes

balas. Los barcos se destruían poco a poco, mientras Fowler intentaba alejar su

barco de la batalla. Un tercer barco los ataca por detrás. Los cañones

destrozan las maderas, los soldados salían volando y el enemigo los aborda. Sus

aliados son asesinados por el enemigo. Fowler, aristeo y los pocos aliados que

quedaban, detienen a algunos enemigos, que se abalanzaban a su barco. El

Capitán enemigo vio a sus objetivos. Eran fuertes y resistentes, como le habían

dicho.

--Captúrenlos –Dijo el Capitán con seriedad,

desde el timón.

Finalmente, los cazadores son rodeados y

encadenados. Sus aliados asesinados a sangre fría. Los cazadores llegan a

Shield, donde el campo estaba lleno de cadáveres, tanto aliados como enemigos. Son

llevados a las celdas, donde les preguntaban por la ubicación de los otros

grupos, pero ellos no les decían nada.

--Hagan lo que deban hacer, pero consigan

información –Dijo el Capitán a sus soldados.

Los cazadores vieron al General cerrar la puerta

de la gran celda y los soldados comienzan a tomar sus instrumentos de tortura.

Uno de ellos reía y otro babeaba, mientras que Fowler y Aristeo se miraban

mutuamente.

--Estamos en aprietos –Dijo Aristeo.

--¿Tu crees? –Dijo Fowler con sarcasmo.

Gahiji se levanta al día siguiente y Anna regresa

al barco.

--¿Por qué saliste del barco? –Dijo Gahiji.

--Alguien debe alimentarnos. Hay una pequeña

ciudad cerca de aquí, así que fui por comida –Dijo Anna.

--¿Mataste a alguien? –Dijo Gahiji con

inseguridad.

--¿Qué? –Dijo Anna confundida.

--Lo hiciste, ¿Verdad Elena? –Dijo Gahiji

alterado.

--¿Quién rayos es Elena? –Dijo asustada.

--No voy a dejar que me golpees. No volveré a esa

cama. ¡Ya no caeré!.

--¿De qué estás hablando Gahiji?.

Gahiji sale corriendo, tirando la comida que Anna

había traído. Anna extiende su brazo y las cadenas aparecen, enredan las

piernas de Gahiji. Este cae al suelo enloquecido. Lo arrastra hacía ella y lo

golpea. Gahiji recupera la cordura.

--¿Qué diablos te pasó? –Dijo Anna confundida.

--No lo sé, estoy enloqueciendo. Siento que

alguien me está mirando, pero no sé quién  es, no sé dónde está –Dijo Gahiji asustado.

--No hay nadie aquí, solo tu y yo. Necesitas

distraer tu mente. El encierro te está afectando. Hay un anciano que necesita

ayuda en el mercado, ¿Qué tal si vas a ayudarlo?.

--¿Y tu?.

--También iré.

Ambos se dirigen al mercado y Gahiji se encuentra

una bella ciudad. Al llegar con el anciano, gahiji se presenta muy amablemente.

El anciano le dice que sentía conocerlo.

--No lo creo –Dijo Gahiji con amabilidad.

 Gahiji no

recordaba el lugar de dónde provenía, mientras el anciano le sonreía. Lo miraba

de pies a cabeza y seguía convenido que ya lo había visto antes.

--¿Estás seguro?, está bien. ¿Ustedes me

ayudarán?.

--Por supuesto –Dijo Anna con alegría.

Gahiji asintió con la cabeza. Ambos pasan el día

ayudando al anciano y al llegar el atardecer, los dos acompañan al anciano a su

casa. Mientras caminaban, gahiji ve que a una chica se le cae una manzana de la

cesta. Se acerca, lo levanta y toca los hombros de la mujer con el dedo índice.

La mujer voltea y Gahiji cae al suelo. Mira a la mujer impactado, comienza a

temblar y sus ojos se dilatan. Jamás pensó que volvería a verla.

--No…no… ¡NO! –Gritó Gahiji eufórico.

Gahiji la miró a los ojos: tenía pelo rubio, una

sonrisa maligna, ojos negros, era alta, delgada y muy bella. Anna se acerca a él,

lo levanta y le pregunta qué le había pasado. 

--E...ella está aquí –Dijo Gahiji.

--¿De quién hablas? –Dijo Anna.

--¡Elena! –Gritó Gahiji.

Gahiji se mira las manos y no tenía la manzana.

Miró a su alrededor y no había nadie, además de ellos. Estaba confundido, pensando

en qué había pasado. Anna toma sus manos y lo levanta, para seguir al anciano

que los esperaba a lo lejos.

--Pasen, pasen por favor –Dijo el Anciano.

Los jóvenes se sientan en la mesa, el anciano se acerca

con platos vacíos, utensilios y vasos de metal.

--Y díganme, ¿Están casados? –Dijo el Anciano con

curiosidad.

Gahiji se sonroja y Anna comienza a reír.

--Aun no, pero muy pronto quizá –Dijo Anna

golpeando con el codo, el brazo de Gahiji.

--Ya veo. Hacen linda pareja, de verdad espero

que se cacen y tengan hijos –Dijo el Anciano.

--No diga esas cosas señor, gahiji se emociona de

más –Dijo Anna, mientras sonreía.

--Ya veo –Dijo el Anciano entre risas.

Todos ríen, cenan en paz, beben y rato más tarde,

se despiden del Anciano. Le agradecen por la comida y regresan al barco.

Mientras caminaban, anna toma de la mano a Gahiji, lo mira y sonríe.

--¿Qué pasó cuando caíste al suelo? –Dijo Anna.

--Creí ver a Elena –Dijo Gahiji.

--¿Quién es ella?.

--La mujer que me torturaba.

--¿Cómo era ella?.

--Su piel era blanca, sus ojos negros, su pelo

rubio. Alta y…loca. Siempre me sonreía con maldad, pero decía que era una

sonrisa de amor.

--¿Sonrisa de amor?.

--Si. Para ella, las torturas eran su forma de

mostrar amor.

Ambos seguían caminando, hasta que la misma mujer

pasa por la calle. La misma mujer que Gahiji había descrito antes. La mujer se

acerca directo a él. Gahiji comienza a hiperventilarse. Anna mira a Gahiji,

mira a la mujer y se coloca delante de él, pero detrás de ella se abre un

portal de fuego, dos lobos salen de ella y con sus bocas, arrastran a Anna por

el suelo. Anna intenta enganchar sus cadenas a algún árbol, pero no logra

lanzar sus cadenas a tiempo. El portal se cierra y Gahiji queda completamente

sólo.

--Hola de nuevo --Dijo Elena con dulzura.

Gahiji retrocede con miedo, mientras Elena se

acercaba.

--¿Q…qué haces aquí? –Dijo Gahiji asustado.

--¿Creíste que ibas a desaparecer así de fácil?.

Gahiji, mi pequeño…objeto –Dijo Elena.

Elena comienza a reír y Gahiji comienza a correr.

Corre sin mirar atrás, cuando Elena invoca más lobos y estos persiguen a Gahiji.

Este los mata con sus revolver. Gira la mirada y ve a Elene esperando al final

de la calle. Gahiji corre al bosque, cuando dos lobos salen del portal. Anna

los asesina, sale del portal y corre hacia Gahiji, pero los lobos cambian su

forma. Se convierten en cadenas y enredan a Anna. Anna intenta zafarse, pero

era imposible. Gahiji intenta ayudarla, pero varios lobos los rodean.

--Gahiji, ¡corre! –Dijo Anna.

--No te dejaré aquí –Dijo Gahiji.

--¡Corre! –Gritó Anna.

Ambos se miran y Gahiji corre intentando escapar.

Llega a la costa donde estaba su barco. Intenta subir, pero el barco se aleja.

Gahiji mira confundido, pero se acerca y una vez más, el barco se aleja de él.

Gahiji cae mareado sobre la arena y resultó ser una ilusión creada por Elena. Gahiji

se arrastra intentando llegar al barco, cuando Elena pisa su espalda, lo pone

boca arriba y sonríe.

--Gahiji –Dijo Elena.

--Por favor…d…déjame en paz –Dijo Gahiji mareado.

--El pacto fue cerrado Gahiji. Eres mío durante

siete años, pero escapaste. Solo pasaron cuatro años. Es hora de volver –Dijo

Elena con maldad.

--¿De qué pacto estás hablando?.

La mujer miró a Gahiji e invoca dos lobos que

aprietan sus hombros, perforando su piel con sus afilados dientes. Se abre un

portal, los lobos arrastran a Gahiji por el suelo y desaparecen, tras cruzar el

portal. Anna ve desaparecer las cadenas que la aprisionaban. Corre a la costa y

no había nadie. Sube al barco y Gahiji no estaba. Elena se lo había llevado.

Anna sale del camarote, cae de rodillas y grita mirando al cielo. Golpea el

suelo entre lágrimas, preguntando dónde estaba Gahiji.

Fowler y Aristeo estaban en dos sillas, con el

rostro ensangrentado, algunas heridas en el cuerpo, los ojos hinchados. Miraban

al suelo, pensando en qué momento terminaría toda esa tortura, pero no saldrían

de aquellas celdas sin hablar.

--¿Aún no han dicho nada? –Preguntó el Capitán.

--No señor –Responde un soldado.

--No podemos matarlo o me mataran a mi.

--¿Quién te mandó? –Pregunta Fowler con la cara

destrozada.

--EL –Dijo el Capitán.

Los cazadores se miran entre sí. El Capitán los

mira con seriedad, cuando uno de los soldados entra abriendo la puerta de

golpe. El Capitán voltea y le pregunta qué estaba pasando. El soldado toma una gran

bocanada de aire y mira al Capitán.

--Justo a tiempo –Dijo Aristeo mirando al suelo,

con una sonrisa.

--Así es –Responde Fowler.

El Capitán voltea y mira a los cazadores furioso.

--¿De qué estás hablando? –Dijo el Capitán.

Los cazadores comienzan a reír. Soldados aliados

avanzan por la base Shield y comienzan a masacrar a todos, abriéndose paso y

buscando a los cazadores. Finalmente entran a las celdas y capturan a todos.

--Santo cielos, ¿Tardamos tanto? –Dijo el General

aliado.

--Un día entero, casi dos –Responde Fowler.

Los cazadores son llevados por sus aliados, hasta

el barco, mientras los prisioneros eran escoltados para morir. El Capitán

enemigo logra soltarse de la soga que lo mantenía retenido, asesina al soldado

que lo escoltaba y se da ala fuga. Fowler y Aristeo toman los revolver de sus

aliados y lo persiguen. El Capitán enemigo se acerca a un precipicio que daba

al mar. Voltea y ve a Aristeo acercarse. Sonríe y se lanza de espaldas al mar.

Aristeo se acerca, mira cómo el Capitán caía y una bala impacta en su pecho.

Aristeo siente la bala atravesarlo y cae de rodillas. Afortunadamente, fowler

logra tomarlo de las piernas y lo sube. Lo gira y un aliado atiende su herida

de bala.  

--Casi muero –Dijo Aristeo.

--Ni lo digas –Dijo Fowler con una sonrisa.

Horas más tarde, el campo se bañaba de sangre y

cadáveres. Los aliados obtienen otra victoria, pero la guerra aún continuaba.

--Hemos liberado a nuestra ciudad, pero aun

debemos ir a derrotarlos. Necesitamos a unos guerreros como ustedes –Dijo el

General.

--Fue un honor luchar con ustedes y liberar su

ciudad, pero no podemos. Debemos salvar a una compañera muy especial –Dijo

Fowler.

El mapa que guardaba Fowler brilla, indicando un

nuevo camino a recorrer. Los cazadores se miran entre sí, saludan al General

aliado y este extiende sus manos para estrecharla con los cazadores.

--Gracias camaradas, jamás los olvidaremos –Dijo

el General aliado.

Sueltan sus manos. Aristeo y Fowler se miran,

miran el campo de batalla y el sol ilumina la isla con calidez. El viento daba

esperanza y el movimiento de las olas, alegría. Los cazadores vuelven a la isla

donde estaban Gahiji y Anna. Llegan a la costa, pero no veían el barco, tampoco

a Gahiji o Anna. Avanzan preocupados y se topan a Anna bajo una palmera,

llorando a mares. Se miran entre si y se acercan a su camarada.

--¿Y nuestro barco? –Preguntó Aristeo.

--No lo se –Dijo Anna en posición fetal.

--¿Cómo que no? –Dijo Aristeo confundido.

--¡No sé dónde rayos esta el barco. Se llevaron a

Gahiji!. ¡¿Acaso te olvidaste de tu compañero?! –Gritó Anna desaforada.

Ambos se ponen en cuclillas y le preguntan qué

había pasado. Ella les cuenta todo lo que había pasado.

--Anna, mírame. Vamos a rescatarlo –Dijo Aristeo,

motivando a Anna.

Anna mira a sus camaradas, ve el barco en que

habían llegado, seca sus lágrimas y se levanta.

--Si, vamos a rescatar a Gahiji –Dijo Anna con

sed de venganza.

Los cazadores suben al barco aliado. Fowler se

acerca al timón, toma el mapa y fijan el rumbo, hasta el próximo destino.

Sabían que se toparían a Gahiji.

--Maldito, ¿Te divierte todo esto? –Pensó Aristeo

furioso.

El barco zarpa de la costa y los cazadores corrían

peligro. Melania estaba cristalizada, Fowler y Aristeo estaban heridos. La

única que parecía estar en condiciones, era Anna. Gahiji estaba secuestrado en

algún lugar de su próximo destino. Las cosas se complicaban para los cazadores,

quienes tenían el destino del mundo en sus manos.