Capítulo 14.
Gahiji: 2da parte.
--¿Podrías dejar
de arrastrarlo? –Dijo Anna, molesta.
--Yu, ¿Por qué
te preocupa tanto este joven?. Otra cosa, ese nombre de "Anna", ¿Lo usabas como
distracción? –Dijo Elena.
--Si, era
parte del acto.
--Pero se
llama Anna –Dijo Gahiji con voz débil.
Gahiji levanta
la vista y ve a Anna con tristeza. Era una traidora, pero Anna le giña el ojo y
mira hacía adelante. Gahiji ignora por completo el giño y mira triste hacía el
suelo.
--Hace frio
aquí, ¿Verdad? –Dijo Elena.
--Si… –Dijo
Anna, incómoda. –oye, déjame llevarlo.
--¿A quién?.
--A Gahiji.
Elena mira
seriamente a Anna. La amenaza de asesinarla, en caso de que planease algo que
la separe de Gahiji. Anna se queda callada y sigue caminando detrás de ella,
mientras el cuerpo de Gahiji se arrastraba en la nieve. Mientras tanto, los
cazadores avanzaban en los mares y se dirigían hacía su camarada.
--Debemos
parar en algún lado –Dijo Aristeo.
--¿Por qué lo
dices? –Preguntó Fowler.
--Hay un barco
que nos sigue a la distancia.
Fowler voltea
la mirada y ve un gran barco acercándose a ellos. Fowler divisa una isla y va
directo a ella. Tras llegar a la costa de la isla, ve al barco que los ignora
por completo, así que deciden bajar y seguir al barco por los bosques. Los
tripulantes desembarcan varios metros adelante, y les entrega a varias personas
unos papeles, que ofrecían mucho oro por las cabezas de Anna, Gahiji, Fowler y
Aristeo.
--¿Quiénes son
ellos? –Pregunta un pescador.
--Desertores,
si los ven…mátenlos. El oro será todo suyo –Dijo el capitán del barco.
--¿Nosotros?,
¿Desertores? –Dijo Aristeo.
--Esto debe
ser obra de EL o el rey.
--Ya veo.
--Salgamos de
esta isla o moriremos.
--Pero
necesitamos algo o moriremos de frio.
--No te
preocupes por eso, alguien nos dejó ropa para el viaje en la parte de atrás del
barco.
Los cazadores
van hacía el barco, y al subir, el barco recibe un flechazo. Los cazadores ven
quien había disparado y ven a varios cazadores acercándose a ellos, pero logran
zarpar sin que nadie suba a su barco. El viaje iba bien, hasta que un barco de
mercenarios se acerca a ellos y usando cañones, logran detener el barco de
Aristeo y Fowler. Los cazadores toman sus armas, pero ya habían sido abordados
por el enemigo.
--Alto ahí
queridas recompensas –Dijo un hombre con barba larga, ropa sucia y un ojo
parchado.
--¿Ustedes son
los primeros? –Dijo Fowler con pereza.
--Así es. No
se resistan mucho, ¿Quieren? No queremos esperar mucho por ese dinero.
Fowler mira a
Aristeo y cuando el mercenario hace avanzar a sus cuatro hombres, los cazadores
encienden la dinamita y la tiran a sus pies, luego saltan al agua y los cuatro
hombres mueren al instante. Su capitán queda impactado, cuando los cazadores suben
al barco. El capitán voltea y Aristeo corta su cuello con un cuchillo. Toman
sus armas, que estaban guardadas en unos cajones, antes de que su barco se
hundiera y luego suben al barco de los mercenarios.
--La ropa se
hundió –Dijo Aristeo.
--No importa,
estaremos bien. Lo único que importa ahora, es recuperar a Gahiji e ir a los
templos.
--Tienes
razón.
Los cazadores
viajan durante varios días, enfrentándose a varios barcos enemigos que deseaban
el oro, sus cabezas y más que nada, ser reconocidos por todo el reino, como "Los
héroes", ya que el rey había dicho que eran muy peligrosos. Tras vagar durante
una semana por el mar, los guerreros ven las aguas heladas, el frio que congelaba
hasta los huesos…y el vacío. El vacío de aquellos mares congelados.
--Hemos
llegado –Dijo Fowler.
Al detener el
barco, los cazadores logran divisar un gran castillo hecho totalmente de hielo,
hielo que se mantenía solido aun estando en el agua. Las paredes brillaban con
la poca luz que llegaba, pero era hermoso, tan hermoso que era imposible. Los
cazadores se acercan lentamente hacía el castillo, pero algo impacta contra el
barco y hace que se destroce. Los cazadores caen en distintos trozos de hielo. Estos
los conducen hasta la puerta del castillo, donde un espíritu de color negro les
abre.
--Llegan tarde
–Dijo con voz podrida.
Los cazadores
sacan sus armas y el espíritu desaparece, pero les dice que avancen o su
camarada moriría.
--Allí vienen
–Dijo Elena.
Los cazadores
avanzan por las salas heladas, mientras mataban a distintos monstruos, que
inútilmente intentaban detenerlos. La puerta final estaba frente a ellos,
cuando algo la destruye.
--¡¿Qué es
eso?! –Dijo Aristeo.
El monstruo se
puso de pie. Su cuerpo era marrón, era alto y su pelaje era bastante largo. Sus
uñas eran como espadas. De su espalda salían los huesos afilados y en llamas,
de la columna vertebral; también de sus brazos. En su cabeza había un gran
cuerno afilado. Finalmente, sus dientes totalmente ennegrecidos.
El monstruo resopló,
y al verlos directamente a los ojos, sonríe. Los cazadores quedan helados al
ver sus uñas, hasta que el monstruo corre hacía ellos y ataca, rasgando el
suelo con sus uñas y generando un molesto chirrido. Los cazadores se distraen y
se tapan los oídos. El monstruo aprovecha, se lanza sobre ellos y rasguña a
Fowler en el pecho, hiriéndolo gravemente. Aristeo apunta a su cabeza y
dispara, pero el tiro se desvía, ya que la nunca del monstruo estaba protegida
con acero. Este voltea y se dirige a Aristeo. El cazador corre y hace que el
monstruo impacte contra unas escaleras del castillo. Los trozos caen sobre él. Tras
enfurecer se levanta, pero Aristeo apunta a su cráneo y le dispara. El monstruo
cae al suelo, durante unos segundos. Aristeo va en busca de Fowler. El monstruo
se levanta con la cabeza agujereada y la sangre cayendo. Sonríe y ataca
nuevamente. Aristeo intenta esquivar al monstruo, pero sus uñas largas lo atrapan.
Aristeo forcejea entre la mandíbula del monstruo, que presionaba sin dejarlo
respirar, haciendo que sus músculos comiencen a colapsar del cansancio. Al
estar a punto de ser destrozado, Fowler le dispara en los talones. El monstruo
grita de dolor y Aristeo se deja caer al suelo.
--Sus piernas
son sensibles –Dijo Fowler.
--¡Acabalo!
–Gritó Aristeo.
Fowler le
dispara en las piernas, pero el monstruo salta. Al caer comienza a correr muy
rápido, llevándose a Fowler por delante e impactándolo contra el hielo. Fowler
atraviesa las paredes y cae a las afueras del castillo, a muy pocos metros del
agua. El monstruo queda solo contra Aristeo, lo mira directo a los ojos,
mientras babeaba, resoplaba y sonreía porque sabía que iba a saciar su hambre.
Se lanza directo, pero Aristeo enciende el mechero de fowler. El monstruo cae
sobre el y las llamas consumen con rapidez el pelaje. El monstruo grita como
loco, pero Aristeo apunta con su arma y le dispara siete balazos en el pecho, atravesándolo
por completo, mientras veía como el monstruo se quemaba y desangraba: su piel
se ennegrecía. La sangre se volvía negra y su carne parecía desaparecer.
Aristeo creía a ver ganado, pero aún en llamas, el monstruo se levanta y
rápidamente se lanza sobre él, quemándole el brazo izquierdo. Su último ataque
antes de ser consumido por las llamas y recibir un balazo que revienta su
corazón. El monstruo cae al suelo y Aristeo comienza a temblar del dolor por la
quemadura, pero nadie le iba a dar respiro. Elena baja las escaleras con Gahiji
encadenado: Gahiji tenía solo sus pantalones, el cuerpo destrozado y ojos
morados. No hacía ninguna expresión. Aristeo veía a su camarada, como si
hubiese perdido el alma, mientras era arrastrado por los suelos fríos del
castillo. Elena lo ata a una de las columnas y luego toma una espada, para
enfrentarse a Aristeo.
--No te
llevarás a este chico.
--Es mi
camarada, claro que me lo llevaré.
--Sobre mi
cadáver…
Aristeo corre
hacía ella con su escopeta y al estar cerca le dispara, pero Elena lo esquiva y
hiere su espalda de un corte letal. Aristeo cae al piso y comienza a sentir que
su cuerpo no respondía.
--¿Qué me has
hecho?.
--Veneno. Solo
podrás quitarlo si tomas aquella bebida –Dijo Elena, mirando a Gahiji.
El antídoto
estaba en las manos de Gahiji, pero el cuerpo de Aristeo no respondía.
--Fowler, si
vas a hacer tu movida…hazlo ahora –Dijo Aristeo en su mente.
Un disparo
atraviesa el pecho de Elena. Ella voltea y ve a Fowler subir por el antídoto.
Furiosa va hacía él, pero lanza el antídoto hacía Aristeo. Elena extiende una
barrera de humo que la protegía, pero Fowler ve que había varios huecos donde
lograrían atacar. Fowler mira la pierna de Elena y dispara. Ella grita del
dolor y su pierna comienza a desangrar.
--Ya podemos
matarte –Dijo Fowler con una sonrisa.
--¡NO LO
HARÁS! –Gritó Elena, alocada.
Elena comienza
a correr, mientras que Fowler recargaba con tranquilidad, pero antes de
siquiera dispararle, gahiji la toma del cabello.
--¡¿QUÉ ESTÁS
HACIENDO GAHIJI?! –Gritó Elena alocadamente.
Gahiji miraba
al suelo, cuando levanta la vista con una sonrisa macabra. Comenzó a tirarla
del cabello. Aprieta su cabeza y la impacta contra el suelo, haciendo que Elena
quede mareada y comience a sangrar. Gahiji deja de sonreír. Se entristece. Elena
mira aterrada.
--¿Por qué no
me lo dijiste antes?.
--¿Decirte
qué?
--Mi pasado…
--Para
disfrutar más de tu sufrimiento –Dijo Elena entre risas.
--Ahora
destruiré la tuya –Contestó Gahiji con maldad.
Gahiji toma
uno de sus cuchillos y lo incrusta en el cuello de Elena, sin decir una sola
palabra. Elena presiona fuerte su brazo con ambas manos, pero Gahiji saca otro
cuchillo y mientras ella sangraba este le dice "Lo he superado todo". Toma su
cuchillo y le sonríe. Elena enfurece y le dice que no debía sonreír, el debía
sufrir, el contrato aun no terminaba, pero Gahiji atraviesa su corazón con el
cuchillo y Elena se transforma en humo, humo que se esparció por todo el
castillo. El joven se levanta y mira a sus camaradas acercándose a el, cuando
Anna cae sobre el y lo abraza. Fowler y Aristeo le apuntan a la cara y Gahiji
la defiende una vez mas…
--Lo hizo para
que ustedes vengan primero aquí y no vayan a los templos –Dijo Gahiji.
--¿Le crees?,
eres un idiota. ¡Es una traidora! –Dijo Aristeo enfurecido.
--Le creo
porque la amo y se que nunca haría eso.
--Gahiji, no
puedes confiar en ella –Dijo Aristeo con seriedad, apretando con fuerza la
escopeta.
--Se que no
pueden creerme, pero si me dejan explicarles todo, yo… –Anna es interrumpida
por Aristeo.
--¡Cállate! Tu
no tienes derecho a hablar. Confiamos en ti y ahora estamos aquí, cuando
podríamos haber rescatado a Melania. Debí haberte matado antes.
Fowler aleja a
Aristeo de Anna. Gahiji hace lo mismo con Anna.
--Tranquilo
Aristeo, por ahora no aremos nada. Confiaremos en Gahiji. Él es nuestro
camarada. Si Anna intenta algo…créeme que yo seré el encargado de poner una
bala en su frente –Dijo Fowler con seriedad.
Aristeo baja
su escopeta y mira a Gahiji.
--Confiaremos
en ti, Gahiji –Dijo Fowler.
Gahiji asiente
con la cabeza y Anna lo ayuda a levantarse.
Los cazadores
salen del castillo y este cae bajo el agua. Los cazadores iban caminando por los
caminos de hielo, que iban poco a poco derritiéndose, hasta que el espíritu los
espera en el último pedazo de hielo, junto a un gran barco. Les dice que su
tiempo se acortaba cada vez más. Así, los cazadores zarpan hasta el templo
Anmbú, donde estaba el corazón de Melania.
La noche cae y
el barco seguía por las heladas aguas del castillo. Los cazadores habían
comido. Tenían ropa para el frío arrasador y una gran calma envolvía el
ambiente. Gahiji dormía al lado de Anna, cuando de repente despierta en un
cuarto oscuro. Gahiji no entendía por qué estaba allí, se supone que habían
matado a Elena e iban al primer templo, pero no, él estaba en un cuarto
horrible y oscuro.
--Gahiji ¿Dónde
estás? –Dijo la voz de Elena.
--¿Dónde
estás?, ¿Por qué sigues aquí Elena?.
--No moriré
hasta que nuestro pacto termine, ¿Recuerdas el trato en la habitación?.
Gahiji se ve a
si mismo diciéndole a Elena que lo golpee hasta matarlo, en su estado de locura
al enterarse de su pasado.
--Moriré antes
de lo que crees –Dijo Gahiji.
--Eso es lo
que quiero, así Jamás podrás borrar el contrato. Te llevaré al infierno y te
destruiré.
--Está bien,
haz lo que quieras luego de mi muerte. Ahora, terminaré este viaje…por el bien
de mis camaradas.
Gahiji abre
los ojos y ve a Anna dormida en sus piernas. Sus camaradas también descansaban
luego de una gran batalla. Se levanta y deja dormir a Anna. Va hasta el timón
del barco, para ver la noche helada y solitaria de aquel lugar "¿El viaje
terminaría en algún momento?" Pensaba Gahiji.