Pasaron 2 semanas y las ventas seguían por los suelos, bueno seguimos con el mismo concepto de siempre, no hemos hecho algo para mejorar, a veces mi hermano y yo nos reunimos en nuestro lugar secreto, es una choza vieja que está en los límites del pueblo, varias personas mencionan que esta embrujada, otras dicen que una familia fue asesinada en ese lugar, y por último dicen que es la casa de una bruja y un hechicero.
En fin, nos reunimos para pensar en una forma para aumentar nuestras ventas, hemos pensado en varias cosas, como, por ejemplo. Ahorrar para comprar unas mesas. Esto lo descartamos ya que si vamos a derrotarlos queremos que sea con un estilo nuevo, si, un estilo nuevo que deje por los suelos al suyo. Otra opción que teníamos era. Cambiemos de lugar nuestro puesto. Esta opción también la descartamos ya que no es fácil cambiarnos de lugar en un mercado gigante, además eso sería huir, y eso no es nada bueno para mi reputación.
Entonces la única que queda es…
—Sabotaje—pensé—.
Planeamos todo, desde principio a fin, el plan era simplemente hacerlos enfadar tanto que decidan irse del mercado. Para eso derribaremos las mesas, una por una, rápida y sigilosamente.
Ese día los acompañe a vender los cultivos, nuestro medio de transporte era mi queridísima amiga Marta la burra, así es, mi amiga estaba siendo explotada laboralmente. Bueno por lo menos después de un día de trabajo pesado para ella, la suelo recompensar con algunas verduras frescas.
Además, el mercado solo está presente los lunes, trabaja solo un día a la semana y el resto de los días se la pasa hablando conmigo u oyendo mis ideas para mejorar el huerto.
—Es una buena compañera de charlas, Jejejeje—pensé—.
—Psss…
Voltee hacia mi lado derecho, mi hermano me saludaba con una sonrisa en su rostro.
—Si hermano yo también estoy preparado—pensaba, mientras repasaba nuestro plan—.
○●○●○
Llegamos y nos colocamos en nuestros puestos, logramos convencer a la Sr. Sofía de que nos dejara pasear un poco en el mercado. Después de retirarnos unos cuantos metros nos paramos a repasar nuestro plan.
—¡Bien! Entonces ya sabes lo que hay que hacer ¿Verdad?
—Sí, solo debo de golpear con fuerza las mesas y fingir no saber nada.
—Sí, pero además debes de tener cuidado, ya que nuestro puesto esta justo enfrente, y no queremos que Sofía nos vea —me advirtió mi hermano—.
—Entendido, pero —dije con duda—.
—¿Qué pasa Astaro, hay algo que no entendiste? —me preguntó—.
No, entendí todo a la perfección, cuando se trata de fuerza bruta soy la persona ideal, pero ponerme esta mascara de anciano con cara de degenerado, creo que esto es demasiado.
—¡Oh! ¡Vamos! No me digas que no quieres hacerlo solo por la máscara —exclamó decepcionado—.
—Bueno no voy a negarlo—pensé—.
Mire detenidamente a mi hermano quien solo se echó a reír.
—¡Por qué te ríes, si la Sr. Sofía me ve con esta mascara, pensara mal de mí! —pensaba preocupado por mi reputación—.
—De acuerdo sin la máscara.
—Gracias—pensé agradecido—.
En total había 10 mesas, cada una con su respectiva verdura y fruta, todas acomodadas perfectamente, simplemente esto era maravilloso de ver.
—Que hermoso—pensé—.
Desarrolle un amor por las verduras, después de plantar una semilla y verla día a día crecer, me hacía sentirme muy relajado. Mi hermano estaba empezando con el plan, él se encarga de vigilar y verificar que nadie esté viendo, el sí lleva la máscara de viejo degenerado.
—Que maduro—pensé un poco avergonzado—.
Empezó a ver asía todos lados mientras verificaba el área, me volteo a ver mientras asentía.
—Bueno entonces a empezar—pensé—.
En un estallido de velocidad las primeras 5 mesas fueron derrumbadas, al igual que mis amadas verduras.
—¡Haaaaaa! ¡Las verduras! —en lo más profundo de mi ser, estaba llorando—.
Bueno cambiando de tema, supongo que el estallido de velocidad llamo un poco la atención, —esto no fue nada sigiloso—.
Todas las personas miraban a su alrededor para ver que había causado tal estruendo.
Los vendedores inmediatamente corrieron en dirección hacia las verduras, me siento un poco mal por ellos, pero la realidad es cruel.
—Son ellos o nosotros—pensé—.
Después otro fuerte estallido de velocidad apareció derrumbando las otras mesas, pero este fue más fuerte que el mío, tan fuerte fue, que destruyo las mesas en varios trozos junto con las verduras.
Este fue mi hermano, si, Asterio posee una gran cantidad de fuerza, tanta que a veces me da un poco de miedo. Aunque su físico aparente lo contrario, él es extremadamente fuerte, lo descubrí 4 meses después de que la señora Sofía nos acogiera.
—Asombroso—pensé anonadado—.
Tal y como lo planeamos, nadie salió lesionado, después de eso intentamos actuar como si no supiéramos nada, y nos dirigimos hacia donde estaba la Sra. Sofía.
—¡Asterio! ¡Astaro! ¿Están bien?
La Sra. Sofía se acercó a nosotros, mientras veía el desastre causado por nosotros, inmediatamente Asterio se quitó la máscara del viejo degenerado para después aparentar no saber nada.
—Sí, estamos bien Sofía —respondió mi hermano—.
—Si—respondí con la cabeza agachada—.
—Lo siento, pero teníamos que hacerlo—pensé, mientras recordaba lo que había hecho—.
○●○●○
Regresamos a casa, tal y como lo planeamos nuestras ventas ese día subieron, bueno al dejar fuera la competencia estaba claro que nos beneficiaríamos bastante.
Siendo sinceros, estoy un poco arrepentido, tal vez esa no era la manera correcta de hacerlo, pero bueno, que se le va a hacer ya todo estaba hecho.
Ese día nos dimos el lujo de cenar todo lo que queríamos, después de todo fue un día agotador, 4 horas de viaje en carreta era algo agotador más para mi amiga Marta.
—Mañana le daré unas buenas verduras frescas, se las tiene merecidas—pensaba en recompensar a Marta—.
Puede que no lo parezca, pero parece que mi hermano también siente un poco de remordimiento por lo acontecido, no deja de jugar con la cuchara de su plato, mientras su mirada se fija en un punto en específico.
—¿Qué te pasa Asterio? ¿Te duele el estómago?
—No, estoy bien descuida Sofía, creo que estoy un poco cansado, iré a tomar aire fresco para después dormir.
—Oh ya veo, entonces ten cuidado.
Asterio salió de la casa dejándonos con un poco de intriga, ambos miramos como mi hermano que normalmente era alegre e hiperactivo, salía como un chico serio y antisocial, algo así como yo.
—Creo que debería ver que es lo que le pasa —pensé—.
—Astaro, deberías ver que es lo que le pasa a tu hermano —me sugirió—.
—¿Eh?
—Aunque no lo parezca, él también tiene momentos tristes, donde necesita a alguien a su lado para poder desahogarse, así que ¿Por qué no vas a ver qué le pasa?
—Sí, supongo que tienes razón —accedí gustosamente—.
A pesar de ser mi hermano mayor, debo de estar ahí para él, sin importar que sea el hermano menor, después de todo, solo nos tenemos a nosotros.
—Hablando de lasos de sangre—pensé—.
Salí para encontrarme con mi hermano sentado en el suelo, recargado en la pared mientras observaba el cielo nocturno, sostenía una mirada perdida mientras miraba fijamente al vacío.
—Creo saber lo que le pasa—pensaba mientras lo observaba—.
—Tú también te sientes mal ¿Verdad?
—¿Tú crees? —dijo sin voltear a verme—.
—Sí, un poco —respondí seriamente—.
Me senté junto a él mientras mirábamos las estrellas, era prácticamente hermoso el cielo nocturno, solo con verlo sentía una gran paz en mi interior. A algunas personas les da miedo, y comparto su opinión, ya que es algo desconocido, algo que nunca hemos visto, pero aun así se veía muy hermoso.
—Sabes Astaro, a veces, pienso que soy un mal ejemplo de hermano —dijo con tristeza—, a esas personas al igual que a ti, les cuesta esfuerzo y sudor cultivar todas esas verduras, para después venderlas, para ellos vender algo que les costó sudor y esfuerzo es algo placentero, ya que el dinero que recibes a cambio de todo ese esfuerzo te hace sentir vivo.
—Si estoy de acuerdo —dije un poco confundido—.
—¿Qué quiere decir con eso? —pensé—.
—Dime ¿Qué sentirías si alguien te hiciera lo mismo, que le hicimos a esos hombres?
—Bueno em… yo me sentiría ¿Furioso?
—¿Solo eso?
—Triste —añadí—.
—Sí, triste, a eso quería llegar —me miro a los ojos—.
¿Por qué intenta sermonearme en un momento así? lo hecho, hecho esta no hay marcha atrás, que gana con arrepentirse de lo que acabamos de hacer, bueno hablando personalmente yo sí estoy un poco triste por lo que hicimos, solo un poco. Pero ganamos al hacerlo, esto nos benefició, después de todo, salió bien.
—Estas ¿Arrepentido? —le cuestioné—.
—No, para nada, es más lo volvería a hacer si es necesario —me dijo con una pequeña sonrisa—.
¿Lo volvería a hacer? Bueno no es que esté en contra, pero, no espera ¡si estoy en contra! después de todo yo también soy un granjero.
—Yo creo, que no deberíamos hacerlo de nuevo —titubee en mis palabras—.
—Ya veo, tu si te arrepientes.
—Solo un poco.
—Dime Astaro si este fuera un cuento ¿Estarías conforme con el final? —me cuestionó—.
—Si este fuera un cuento, creo que pudo haber tenido un mejor final—pensé—.
Sabotaje●
Esas palabras hacían eco en mi cabeza. Literalmente tiramos por los suelos el esfuerzo de personas que solo querían ganarse una moneda, este final, es un final ¿bueno? o es un final ¿malo?
—No sabría decirte con certeza —dije agachando la cabeza—.
—Si me lo preguntas a mí, yo no cambiaría el final —dijo sin duda alguna—.
—No te importa el esfuerzo que ellos pusieron en cultivar esas verduras ¿verdad? —cuestioné con voz firme esta vez—.
—¿Por qué debería de importarme? Acaso eso ¿nos beneficiaria en algo? —me dijo sin ninguna expresión—.
—Entonces, es por el beneficio por lo que trabajamos —afirmé—.
—Sí, sin un beneficio el trabajo es solo una pérdida de tiempo, para que hacer algo si al final no saldrá nada bueno de ahí, es como si plantaras una semilla y la regaras todos los días sabiendo que esta jamás crecerá ¿crees que vale la pena? —me cuestionó firmemente—.
—No —respondí secamente—.
Pero, aun así, el rostro de esos hombres al ver todo el desastre, parecía estar al borde de las lágrimas, supongo que son lágrimas de frustración y de tristeza.
—Pero el esfuerzo de esos hombres —intente apelar—.
Un golpe interrumpió mi frase, mi hermano había golpeado el suelo agrietándolo solo un poco, este me miraba con un rostro serio mientras se ponía de pie.
—Si volvemos al ejemplo del cuento, este se consideraría un final feliz, para nosotros, para que un final feliz aparezca siempre tiene que haber un final infeliz primero.
Eso, es un poco frío, pero tiene razón, la felicidad de una persona es la infelicidad de otra. Puede que se haya molestado por mi persistencia, pero aun así debo de ver por nuestro beneficio y no por el de los demás.
—La empatía es un valor que me interesa comprender—pensé—.
—Esa es la realidad Astaro.
Mi hermano me acaricio el cabello mientras me sonreía, su rostro aun parecía triste, su manera de pensar es algo diferente a la mía, a veces creo que tiene razón, pero otras siento que no, pero al ser mi hermano mayor, creo que sería malo desobedecerlo solo por creer que mis pensamientos son los correctos.
—Aunque no puedo obligarte a pensar de la misma forma que yo —me dijo simplemente—.
Lo mire a los ojos, este tenía una sonrisa muy cálida, solo esa palabra se me vino a la mente al ver su sonrisa, a veces puede ser muy duro, su forma de pensar era diferente a la mía, pero aun así lo considero un buen hermano, ya que siempre está para mí cuando estoy deprimido o triste.
No sabía que me quería decir cuando me dijo eso, él no me obliga a pensar igual que él, solo me está enseñando una nueva cosa que jamás me he parado a pensar, la felicidad de alguien es la infelicidad de alguien más, eso es ley, y no hay nadie en el mundo que cambie eso.
—No me obedezcas si no crees que para ti es lo correcto, si estas en contra de mis pensamientos, te pido de favor que no sigas mi voluntad solo por ser tu hermano mayor, eres libre de pensar y hacer lo que tú creas que es correcto.
—Pero tú has hecho mucho por mí, no creo que ir en contra de ti snif, snif, sea una buena forma de agradecerte todo lo que hiciste por mí en el pasado.
No contuve mis lágrimas, estas se salían en contra de mi voluntad al recordar mi anterior yo, una persona tímida, miedosa, insegura y débil. En ese momento mi hermano estaba ahí para abrazarme y calmarme, cuando tenemos miedo el mundo es muy aterrador, todo con lo que convivimos día a día influye mucho en nuestra vida, y algunas veces nos topamos con miedos que ni siquiera sabemos que tenemos, y cuando nos damos cuenta solo tratamos de huir y evitarlos.
En mi caso esto fue diferente, para mis miedos, mis temores, él siempre estuvo para mí, gracias a él es que soy la persona que soy ahora, deje mis miedos y mi inseguridad gracias al apoyo de mi única familia.
—No importa cuán mayor parezcas, sigues siendo mi pequeño hermano llorón y miedoso —me abrazo—.
—Snif, snif no puedo evitarlo… me sale solo.
Limpiaba las lágrimas de mis ojos mientras me ponía de pie.
—Deja de mirarme con esa sonrisa, es vergonzoso —pensé avergonzado—.
—Aun así, tengas cincuenta años, seguiré abrazándote mientras tengas miedo, eres mi familia y jamás abandonare a alguien muy preciado para mí, así que solo sigue tu voluntad hermanito —me dijo mientras mostraba una gran sonrisa—.
—Sí, yo seguiré mi voluntad hermano —respondí alegremente—.