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Chapter 17 - Capítulo 16 El final del bosque de los elfos

Kykoo Leiva estaba en sus aposentos reales completamente solo.

 

Alguna vez ese lugar estuvo lleno de una familia amorosa. Desde niño fue criado con mucho cariño y acompañado de una buena familia. Siempre quiso tener una familia propia y darles a sus hijos el mismo amor que le dieron sus padres.

 

Cuando llegó a la adolescencia, se enamoró de su amiga de la infancia, que también era su prima. Desde que Kykoo tiene memoria, ella ha estado allí para él en sus peores momentos. Estuvo a su lado cuando sus padres murieron y Kykoo heredó el deber de proteger el bosque, ya que ese fue el último deseo de su padre, el antiguo rey élfico, y convirtió eso en su propósito de vida.

 

Pero también cumplía con sus deberes de esposo amoroso, ya que su esposa era su mundo, y del sincero amor que se tenían, su esposa quedó embarazada. Su hijo aún no había nacido y ya lo amaba.

 

Cuando nació y la vio por primera vez, fue amor a primera vista, pero su corazón se rompió cuando, usando el orbe del destino, vio que nació con el don del héroe.

 

Vio que su esposa rechazó a su hija, y todos los presentes en el parto compartieron el pensamiento de que el nacimiento de esa niña era una gran desgracia. No pudo hacer nada más por su hija que ubicarla en un lugar seguro para ella, donde pudiera crecer como un héroe: el reino de Dredprism.

 

Todo el camino al imperio se mantuvo tranquilo, pero cuando llegó el momento de despedirse de su hija, besó su frente y vio su cara por última vez. Salió una lágrima de su ojo izquierdo y se marchó en ese momento. Se fue a toda velocidad del Imperio de Dredprism. Él solo lloraba en silencio mientras se alejaba de la hija que tanto amaba.

 

Cuando llegó al bosque élfico, las cosas no mejoraron. Su esposa quedó traumatizada después del parto. Había días en los que era tratable estar con ella, días en los que lloraba por no tener a su hija al lado y días de enojo en los que gritaba que debió matarla ella misma.

 

En pocas palabras, ella estaba completamente rota.

 

Esto llevó a su muerte. Las curanderas no supieron la causa de su fallecimiento, pero Kykoo sabía que ella murió de tristeza. Aún no había terminado de llorar a su esposa cuando comenzaron los problemas en el bosque élfico.

 

El clima se volvió impredecible, la tierra dejó de ser firme y algunos árboles simplemente morían. Kykoo entró en pánico. Pensó que esto podría ser un ataque del rey demonio, pero el héroe ya no estaba en el bosque élfico y ya era tarde para ofrecer la vida de Raiza para apaciguar al rey demonio.

 

Entonces, Kykoo Leiva, sin nada que perder, fue directo al territorio demoníaco y pidió una audiencia en el castillo Real del rey demonio.

 

Una vez frente al rey de los demonios, Kykoo se arrodilló y dijo:

"Por favor, no ataques el bosque élfico. Solo queremos vivir en paz, no nos opondremos a usted. Solo perdone nuestras vidas".

 

El rey demonio, con una cara que Kykoo no se atrevió a mirar, respondió: "Creo que estás confundido. No he atacado el bosque élfico y, por lo que dijiste que le pasaba a tu bosque… Te daré una clase de ciencias naturales completamente gratis. El mundo está en constante cambio. A veces habrá terremotos, se extinguirán especies y otras prosperarán; bosques serán arrasados y unos nuevos los reemplazarán con el pasar de las décadas. El mundo está en constante cambio. Esto se llama cambio climático".

 

Dijo esas palabras sin emociones, como un profesor enseñándole a un tonto niño el abecedario.

 

"Tu bosque estuvo destinado a perecer desde antes de que yo naciera en este mundo. Es normal que esto pasara. Seguro crees que estabas protegiendo el bosque, pero solo te estabas protegiendo a ti mismo, ya que sin ese bosque, tú y los tuyos no sabrían qué hacer con sus egoístas traseros".

 

Kykoo se quedó helado con las palabras del rey demonio, pero no podía aceptar sus palabras.

 

"En fin, eso es todo lo que tengo que decirte. Nunca consideré a los cobardes elfos una amenaza, ni siquiera a tu querida hija la veo como una amenaza. Así que ve a esconderte en tu bosque como la rata que eres".

 

Kykoo se asustó con las palabras del rey demonio y se fue inmediatamente del territorio demoníaco.

 

El rey élfico no pudo aceptar las palabras del rey demonio, así que fue con Gasthor, el líder de los ogros del bosque, a pedir su ayuda. Gasthor le dijo que sería mejor fundar un nuevo bosque élfico en otro lugar, ya que entendía que cualquier esfuerzo sería inútil.

 

Kykoo había perdido a su esposa y su hija protegiendo ese bosque y no aceptaría dejarlo morir sin pelear. Gasthor, adelantándose a sus intenciones, escapó con su gente, lo cual no era difícil por su naturaleza nómada, lo que llevó al rey de los elfos al borde del colapso.

 

Kykoo rompió un tabú de los elfos y negoció con los humanos. El reino de Rusthia aceptó buscar y capturar a los ogros del bosque para esclavizarlos y curar el bosque moribundo de los elfos. Muchos elfos se opusieron a estos actos, pero la mayoría apoyó a Kykoo.

 

Con el pasar del tiempo, sumado al trato inhumano hacia los ogros y al hecho de que, a pesar de hacerlos trabajar día y noche, el bosque no parecía mejorar y encima tenía que compartir sus recursos con los humanos, llevó a que las mismas personas que apoyaron a Kykoo, silenciosamente se opusieran a él a sus espaldas.

 

Sin embargo, sin más alternativas, no se opusieron públicamente contra Kykoo Leiva.

 

Y por eso, el gran rey de los elfos está completamente solo en el salón real. Hasta que vio que una rata blanca se acercó a su trono mientras lo miraba directamente a los ojos.

 

Kykoo, al ver la rata, no demostró ninguna emoción; solo se levantó lentamente, caminó hacia un cofre en el salón del trono y buscó una botella de vino. Fue a una mesita con dos sillas, puso dos copas en la mesa y miró directamente a la puerta.

 

Cuando se abrió la puerta, por un momento, vio a su amada esposa cuando era más joven.

 

Esa imagen hizo que una pequeña lágrima cayera de uno de sus ojos.

 

"Hola, padre", dijo esa mujer en la puerta, y la imagen de su esposa se difuminó.

 

Vio claramente a la mujer: era una guerrera con un brazo artificial y una cara de verdadero odio.

 

"Raiza, por favor, siéntate. Sé que no quieres hacerlo, pero míralo como un acto de piedad hacia este hombre patético".

 

Kykoo sirvió las dos copas de vino.

 

Kykoo tomó su copa con mucha elegancia mientras estaba sentado. Raiza, de pie, tomó su copa, la bebió de un trago y tiró la copa de cristal al piso, destruyéndola.

 

Aunque Raiza estaba actuando de manera muy hostil, Kykoo estaba feliz por simplemente verla y poder tomar ese vino que guardó por tantos años especialmente para cuando volviera a ver a su hija o para el día de su muerte.

 

"En verdad lo siento. Desde que soy el rey, solo he hecho cosas malas como rey, como padre y como hombre. No pude cuidar a tu madre, no pude cuidar el bosque, ni pude cuidarte a ti. Todo lo que he hecho ha sido horrible. Sé que no merezco tu perdón, pero llevo tiempo queriendo decir esto en voz alta".

 

Kykoo estaba llorando como un niño pequeño y tomó la botella de vino, intentando servirse otra copa para ahogar su dolor en alcohol, pero sus manos temblaban tanto que solo derramó el vino en la mesa.

 

Raiza, viendo aquel lamentable espectáculo, solo sacó su espada en completo silencio.

 

 

 

 

La barrera de niebla que protegía el bosque élfico desapareció. Los elfos se alteraron; desde que tenían memoria, esa barrera estaba allí para protegerlos. Todos los elfos se reunieron en la plaza frente al salón real, ya que ese era el protocolo en caso de emergencias.

 

Los elfos no tenían un castillo como tal; solo vivían en casas alrededor del gran árbol que era el centro del bosque. Dentro de ese árbol vivía solo la familia real, y frente a la entrada del gran árbol quedaba la plaza central. Era así para que el rey elfo pudiera dar discursos cómodamente a su pueblo.

 

Pero esta vez no estaba el rey para dar un discurso. Solo vieron a una mujer alta elfa saliendo del salón del trono.

 

"El rey Kykoo Leiva está muerto y, con él, morirá este bosque. Tienen dos opciones: quedarse y morir junto con este bosque o seguirme y fundar un nuevo hogar", dijo Raiza ante los elfos atónitos.

 

Uno de ellos exclamó: "¡Un momento, miren su rostro! Es la difunta reina de los elfos."

 

Todos los elfos estaban llenos de emociones conflictivas. La niebla protectora había desaparecido, y algunos creían que la antigua reina había vuelto de la tumba para castigarlos.

 

Raiza respondió: "No, la reina era mi madre. Yo soy Raiza Leiva, la Héroe de los elfos."

 

Uno de los altos mandos de los elfos, quien apoyaba las ideas de Kykoo, dijo:

"Esa mujer es una impostora. La princesa Raiza Leiva nació muerta."

 

Conjuró una poderosa magia antigua capaz de destruir un castillo para atacar a Raiza, pero ella usó su contraataque con su espada y le devolvió el golpe, partiendo al elfo por la mitad y llenando la plaza central con su sangre frente a todos los demás elfos.

 

"Bueno, ahí va uno. ¿Alguien más quiere morir junto con este bosque?"

 

Tanto los altos mandos como los elfos civiles se quedaron callados y se arrodillaron frente a Raiza, reconociéndola como su nueva reina. Viendo que los elfos seguían siendo unos completos cobardes, Raiza tomó el control de la situación.

 

"Ordeno que todos los elfos se reúnan en la plaza, ya sean mujeres o niños. Este bosque estaba condenado a la muerte, pero veo en sus ojos que ya lo sabían.

 

Tomé la decisión que el cobarde de mi padre no pudo tomar. Crearemos un nuevo y mejor bosque con la ayuda de los ogros del bosque, pero ellos serán nuestros iguales. No toleraré ninguna discriminación, y sobre todo, deberé acabar con el verdadero responsable de destruir el bosque élfico: el rey demonio.

 

Gracias al avance de su ejército, el clima cambió y por eso nuestro querido bosque terminó en este estado. Me aseguraré de que nuestro nuevo bosque no tenga el mismo destino. Yo nací para ser el héroe porque la diosa sabía que estábamos en peligro y mi deber es protegerlos.

 

Mientras enfrento al ejército demoníaco junto a mis compañeros, ustedes estarán a salvo con el líder de los ogros del bosque, el señor Gasthor, quien tomará mi lugar hasta que regrese con la cabeza del rey de los demonios. Y si alguien quiere oponerse a mí… bueno, ya se imaginarán qué destino le espera a esa persona y toda su familia."

 

Me quedé impactado al escuchar el discurso de Raiza, ya que no solo tenía el tono de un discurso que daría un general antes de ir a la batalla, sino que estaba lleno de mentiras solo para mantener a los elfos bajo control.

 

En verdad, ella es una mujer peligrosa.

 

Raiza les ordenó a los elfos que se tomaran de las manos junto a Gasthor.

 

"Ahora tengo una misión. Mientras yo no esté, Gasthor está a cargo de ustedes. De vez en cuando me daré una vuelta para asegurarme de que se estén comportando bien, y Gasthor, si uno de ellos se porta mal, teletranspórtame para corregirlos", dijo Raiza mientras imbuía su mana en el orbe de teletransportación antes de devolvérselo a Gasthor, quien usó el orbe para llevarse a los elfos, dejando en su lugar un montón de mariposas de varios colores.

 

Supongo que no tenía suficientes ratones para tantos elfos; igual fue una hermosa vista.

 

"Bueno, al fin terminó ese molesto trabajo. Supongo que mi madre tenía razón; terminé siendo la razón por la cual el bosque fue destruido."

 

Raiza lo dijo con una mirada melancólica en su cara. Kharla tomó la mano de Raiza; no dijo ninguna palabra, pero calmó un poco a Raiza. Chizze abrazó por la espalda a Raiza, y bueno, era el turno de Ester o más bien mi turno.

 

Tomé su otra mano y dije: "No fingiré que entiendo tus sentimientos. Aunque no me consideres un amigo, recuerda que soy tu aliado y siempre que pueda te ayudaré", parafraseando las palabras que me dijo hace mucho tiempo.

 

Ella nos abrazó a los tres de una manera muy brusca mientras decía: "No te hagas el genial mientras me copias las palabras, tonto".

 

Nos dejó caer en el piso y dijo: "Bien, ahora debemos seguir avanzando a Amster."

 

En ese momento no lo sabía, pero el antiguo bosque de los elfos estaba ubicado en la zona de monstruos entre el Imperio de Dredprism y el país agrícola de Kisphe.

 

Así que ahora tendremos que ir al país donde Raiza fue criada para ser el héroe de la humanidad.