Chereads / Expulsado del equipo del Héroe por tener el P... Corto (Español) / Chapter 21 - Capítulo 2 Invirtiendo en bienes raíces

Chapter 21 - Capítulo 2 Invirtiendo en bienes raíces

Cuando llegamos a la ciudad de Cuencas, vimos a algunos guardias en la ciudad; ellos nos quedaron mirando… No nos dijeron nada, aunque aún no podía relajarme… Pero tal vez solo les llamó la atención ver a un grupo lleno de mujeres donde una de las chicas cargaba a un hombre sin fuerza para caminar.

 

Raiza se acercó a uno de los habitantes de la ciudad y le preguntó por un lugar donde puedan vender o comprar casas.

 

"Creo que el único lugar que hace eso de forma segura es en el gremio de comerciantes".

 

Raiza le dio las gracias a la persona que nos dijo cómo llegar al gremio, y fuimos por el camino que nos indicaron.

Cuando llegamos al gremio de comerciantes, vimos que era un edificio de dos pisos muy elegante, pero que no desentonaba con el resto de la ciudad, que era muy particular.

Las casas en esta ciudad no suelen estar pintadas, pero las piedras de las casas están muy detalladas con grabados esculpidos con diferentes formas e imágenes; aunque de lejos se vean simples, de cerca están llenas de muchos detalles. Debieron ser construidas por gente muy talentosa.

 

La persona encargada de comprar la casa debía ser yo, ya que tengo mis documentos de identificación y mi licencia de aventurero de plata 2.

Chizze es una esclava, Raiza quiere pasar desapercibida y a Kharla no le gusta hablar mucho de su vida personal. Así que tengo que hacer esta misión y así poder tener el cambio para poder comer.

 

Una vez entré al local en compañía de Chizze, había una fila para hablar con la recepcionista.

Había cuatro cajas de atención al cliente, pero solo una persona estaba atendiendo. Fue algo frustrante esperar en la fila por este motivo, pero no debía llamar la atención.

Una vez llegó mi turno, solicité información sobre viviendas que pudiera comprar el día de hoy, que estén amuebladas de preferencia con cuatro o más dormitorios con una cama cada uno.

 

La recepcionista miró mi ropa; todavía estaba usando la ropa que preparé para la fiesta en el palacio, pero ya tenía mi traje muy sucio y andrajoso. Dijo con una voz llena de lástima:

 

"Tenemos muchas casas con esas características, pero están en una zona turística y pueden ser muy caras. Seguro no quiere ver opciones más económicas".

 

Busqué en mi bolsillo y discretamente le mostré la moneda de platino. La mujer no dijo nada y solo sacó un papel, escribió un pequeño párrafo y me dijo:

 

"Toma esto, ve a la oficina del supervisor del gremio de comerciantes. Está en el primer piso y dale esto a su secretaria. Allí te atenderán mejor".

 

Tomé el papel, llamé a Chizze y fuimos al primer piso. Entregué el papel a la mujer que parecía ser la secretaria del supervisor. No me dirigió la palabra; entró en la oficina del supervisor, salió y me dijo que pasara.

Entré a la oficina con Chizze y vi al supervisor, o mejor dicho, a la supervisora. Ella era una mujer de piel canela con tatuajes en los brazos, un collar en su cuello, una blusa escotada que resaltaba su hermoso cuerpo y un cabello oscuro lacio.

 

La supervisora me miró a los ojos y dijo:

 

"Antes de hablar, déjame ver tus credenciales y esa moneda de platino".

 

Estábamos sentados en un sofá, Chizze y yo, mientras que la supervisora estaba sentada en una elegante silla. En medio de nosotros había una mesita de té.

Saqué mis documentos personales y la moneda de platino, y los coloqué en la mesa entre nosotros.

Primero tomó mis credenciales y se aseguró de que fueran auténticas; luego sacó un pequeño gotero y dejó caer una gota de un líquido oscuro encima de la moneda.

 

"Bien, con esto comprobé que sí eres Ester, el aventurero plata 2, y que la moneda de platino es auténtica. Si fuera falsa, ese líquido la habría vuelto de color negro. Ahora, una última pregunta: ¿por qué quieres comprar una casa en esta ciudad y por qué cargas tanto dinero en efectivo contigo?".

 

Me dijo la supervisora de la oficina. Puse mi mejor cara de póker y dije:

 

"Gané mucho dinero con los esclavistas en Rusthia, comprando esclavos y vendiéndolos en diferentes partes del país. Después de hacer una pequeña fortuna, quise emigrar al imperio de Dredprism. Mientras consigo el permiso de emigración, planeaba vivir en esta ciudad.

Durante el camino, mis compañeros y yo fuimos atacados por monstruos y bandidos. Por eso perdimos muchas de nuestras cosas. Por suerte, tenía escondida esa moneda, por eso mi prisa en gastarla y conseguir dinero de bolsillo".

 

La supervisora parecía creer mi explicación. Fue a su escritorio, buscó unos papeles y los puso en la mesa en medio de nosotros.

 

"Estas son las casas que tenemos en venta".

 

Vi los documentos y todas tenían las características que le pedí a la recepcionista. Me decanté por la propiedad que tenía un valor de 200 monedas de oro con todo e impuestos; tenía piscina y un cuarto de vapor. Básicamente, una casa de vacaciones.

 

"Esta es la casa que quiero comprar y quisiera mudarme hoy mismo".

 

"Está bien, mandaré a uno de mis empleados a buscar las llaves y que te indique dónde está la casa, pero no tenemos 100 monedas de oro para darte la diferencia de esa moneda de platino. Ahora te puedo dar 50 monedas de oro y en una semana puedo darte la diferencia. Solo tendrás que volver al gremio por ellas".

 

La supervisora tomó la moneda de platino y la puso en una caja fuerte. Firmó un documento y me dijo que lo guardara; que era un vale por la diferencia de 50 monedas de oro.

Salimos de la oficina de la supervisora con las 50 monedas de oro y el contrato de la compra de la casa de vacaciones que compré. Fuimos a la recepción a esperar al empleado con las llaves de la casa y que nos mostrara dónde estaba ubicada la propiedad.

Después de media hora, llegó el empleado; era un hombre algo calvo, con una barba frondosa y tatuajes en la cara. En esta ciudad, los tatuajes son muy populares; recuerdo que hasta Miguel Ángel estaba lleno de tatuajes.

 

Salimos los tres de la oficina y afuera nos estaban esperando Raiza y Kharla.

 

"Señor Ester, se tardó demasiado. Pensé que llegaría la noche y no saldrías", dijo Kharla con una cara cansada.

 

"Caballero, el carruaje está listo. Pueden subirse usted y sus compañeras", dijo el empleado del gremio de comerciantes. El carruaje era muy elegante; me pregunto si tratan así a todos los clientes que gastan 200 monedas de oro…

 

Después de un viaje medianamente largo, llegamos a la casa. Era mucho más grande que en el retrato de los documentos y su diseño era más enfocado al gusto extranjero, ya que las piedras de la construcción eran más simples, con colores pastel, pero era muy llamativo en esta ciudad, ya que era muy diferente a las demás casas.

 

El empleado del gremio nos dio un tour por la casa y nos ofreció un servicio de jardinería y mantenimiento de la casa, limpieza de la piscina, todo por una moneda de oro mensual.

Parecía un buen trato; pagué la moneda de oro y me entregó una factura por el servicio.

Creo que ese era el negocio personal del empleado, así que acepté gustoso.

Antes de que el empleado se fuera, pregunté por un lugar donde pudiéramos comer y me mostró el camino al centro comercial de Cuencas.

 

Después de que se retirara el hombre, no perdimos mucho tiempo y nos fuimos inmediatamente al centro comercial. Y cuando llegamos, en verdad era un edificio hermoso.

Había muchos locales de comida, ropa, tratamientos médicos y estéticos. Nunca vi un lugar así. Fuimos a la zona de restaurantes, que eran un conjunto de locales que compartían las mismas mesas, así que repartí 10 monedas de oro para cada uno y guardé las 9 monedas de oro restantes para una emergencia.

Cada uno fue a comprar la comida que quisieran comer.

 

Yo me pedí una orden de carne a la parrilla con puré de papas. Chizze compró un montón de costillas de jabalí gigante en salsa BBQ, Raiza compró una orden grande de sopa de fideos, creo que se llama ramen, y bollos rellenos de carne molida. Finalmente, Kharla pidió un filete a la parrilla y un montón de postres dulces y helado.

No hablamos ni una palabra; solo comimos en silencio. Creo que no era el único que se estaba muriendo de hambre.

 

Una vez terminamos de comer, nos quedamos mirando el techo, hasta que Kharla rompió el silencio.

 

"Necesitamos ropas nuevas; con estos trajes resaltamos demasiado, y sin contar que están muy desgastados por el viaje a pie y nuestras peleas".

 

Raiza dijo: "No pienso cambiar mi armadura, ya que dudo encontrar un mejor herrero que Ellen, pero sí necesito mejor ropa para llevar debajo de mi armadura, la cual también necesita mantenimiento porque ya huele rara".

 

"Señora Raiza…"

 

Raiza interrumpe a Kharla: "Cuando estemos en público, llámame Victoria. No preguntes, solo hazlo".

Kharla tragó saliva y dijo: "Señora Victoria, cuando caminábamos hacia el centro comercial, vi unos baños de aguas termales. Podríamos comprar ropa aquí mismo e ir a bañarnos en las aguas termales y solo volver a casa a dormir".

 

Escuchamos el plan de Kharla y decidimos seguirlo.

 

Pasamos por una tienda de ropa en la cual compramos trajes de esta región. Compré un traje oscuro de sacerdote con algunos símbolos de deidades locales. No era muy de mi gusto, pero me ayudará a no resaltar tanto.

Chizze se compró ropa de combate que le permitía moverse a mucha velocidad con un decorado de flores, conservando sus joyas que usó en la fiesta del palacio; creo que ya les tomó cariño.

Kharla se compró un traje elegante con símbolos que desconozco, pero le quedaba muy bien.

Raiza solo compró ropa que destacaba poco, pero quedaba bien debajo de su armadura. Creo que también compraron mucha ropa interior nueva, pero para eso les di su espacio.

 

"Oye Ester, ¿no quieres comprar unos guantes nuevos?", me dijo Raiza mientras intentaba darles espacio mientras compraban ropa interior.

 

Contesté: "No es necesario, ya le he tomado cariño a estos guantes que me regalaste. Además, fueron hechos por Ellen; tú dijiste que no hay un mejor herrero en esta región".

 

Lo dije mientras tenía una sonrisa en la cara. Por un segundo, creo que vi que Raiza tenía un leve rubor.

 

"¿Por qué siempre tienes que repetir lo que digo, idiota?".

 

Dijo esas palabras mientras se regresaba junto a las demás mujeres.

 

...

 

Una vez terminamos nuestras compras, fuimos a las aguas termales.

 

Ya dentro del local de aguas termales, vimos los precios: había baños públicos divididos por sexo, donde la gente se baña junto a muchas más personas, y los baños privados, que eran más caros, pero permitían bañarse sin desconocidos alrededor. Raiza pidió un baño privado para nuestro grupo.

Yo estaba a punto de usar los baños públicos normales, pero en ese momento Raiza me jaló de la mano y me llevó a los baños privados.

 

"Esperen un momento, ¿a dónde me llevan?".

 

"Pues a bañarte, hombre tonto", dijo Raiza mientras entrábamos en nuestro baño de aguas termales privado.

 

Una vez dentro, Raiza y Chizze comenzaron a desvestirse. Yo me tapé los ojos y dije:

 

"¿Están seguras de que un hombre las mire desnudas?".

 

Mi linda esclava dijo: "A Chizze no le importa; igual siempre tocas el cuerpo de Chizze cuando duermes".

 

"Espera, ¿qué le has hecho a la señorita Chizze cuando duermes, sacerdote pervertido?", dijo Kharla. Creo que ella es la única incómoda con mi presencia.

 

Raiza interrumpió a Kharla: "Ya relájense, este tipo es inofensivo y tampoco quiero que mucha gente vea su cicatriz en el pecho. Eso puede llamar mucho la atención".

 

Kharla me miró pensativa y dijo: "Es verdad, te atravesaron el pecho. ¿Cómo es que sigues vivo?".

 

Eso mismo me pregunto yo. Interrumpiendo mis pensamientos, la elfa dijo:

 

"Eso no importa. Ya bañémonos, no perdamos tiempo. Solo alquilé este baño por una hora, así que no pierdan tiempo". A regañadientes acepté bañarme con mis compañeras.

 

Para usar estos baños, hay reglas: primero tengo que limpiar mi cuerpo y mi cabello fuera de las aguas termales. Una vez limpio, me puedo meter a las aguas termales a calentarme.

Limpié mi cuerpo mirando a la pared para darles algo de privacidad a mis compañeras, pero podía sentir sus miradas en mi cuerpo.

Ya con mi cuerpo limpio, entré a las aguas termales. El agua estaba caliente y había mucho vapor, por lo que solo podía ver las caras de mis compañeras sin ver sus cuerpos.

 

"Ah, qué rico está el baño, amo. Nunca había estado en aguas termales antes", dijo Chizze mientras se acercaba mucho a mí. Básicamente, estábamos hombro con hombro, pero no me siento nervioso por su cuerpo. Creo que ya me acostumbré a tenerla cerca.

 

Pero Kharla me miraba con desconfianza y solo se acercaba a Raiza. Supongo que aún no confía en mí y no la culpo.

 

"Señor Ester, ¿cómo pudo curarse de ese ataque del falso Carlo Dante? Nunca escuché de alguien que sobreviviera a un golpe así, y esa cicatriz no se ve nada normal. He visto tu magia curativa en el bosque élfico y no deja ninguna cicatriz. Pero, ¿por qué entonces...".

 

Raiza la interrumpió abrazando a Kharla: "Deja de pensar tanto las cosas, Kharla. Ahora dejemos las preguntas de lado y relajémonos un poco".

 

Ese ataque de Raiza fue súper efectivo, y Kharla, con una sonrisa tonta en la cara, dijo: "Tienes razón, señora Raiza, ahora solo importa relajarnos".

 

En verdad, estoy casi seguro de que Kharla está enamorada de Raiza. Igual no es mi problema.

El baño de aguas termales fue muy delicioso. Siento mi cuerpo ligero y la ropa nueva recién comprada se siente muy bien. A todas mis compañeras también les quedaban muy bien sus nuevos trajes, y pusimos la ropa vieja en las mismas fundas de la ropa recién comprada.

 

Mis compañeras se adelantaron a la casa nueva, mientras que yo tomé la ropa vieja y quise donarla a la iglesia, ya que hace mucho que no hago cosas de sacerdote. La ropa está algo gastada y sucia, pero con un poco de mantenimiento podría serle útil a alguna persona.

 

...

 

Ya una vez dentro de la iglesia, quise aprovechar para darle las gracias a la Diosa y a las santas escrituras por haberme ayudado y mantenerme a salvo. También rogué por la salud y bienestar de mis antiguos compañeros.

Al terminar mis oraciones, fui a la urna de donaciones y dejé caer una moneda de oro, y puse las fundas de ropa en otra caja de donaciones.

 

Sin darme cuenta, un hombre caucásico con dos cicatrices en la cara, un corte grande encima de su ceja izquierda y una quemadura debajo de su ojo izquierdo, con cabello blanco algo corto y lleno de tatuajes en su cuerpo, estaba detrás de mí y me dijo:

"Pareces un sacerdote. ¿Eres nuevo en la ciudad? Porque nunca antes te había visto por aquí".

 

Miré al sujeto con una mirada tranquila: "Soy originario de los países bajos del norte. Llegué hasta aquí queriendo cruzar la frontera con Dredprism".

 

El hombre, que me miraba con una cara pesada, parecía no confiar en mis palabras.

 

"Veo que dices la verdad, pero ocultas algo… aunque eso está bien, siempre y cuando no le ocultes nada a la Diosa, todo estará bien. Siempre que tengo un secreto que me cuesta mantener oculto, vengo a rezar a esta iglesia para contárselo a la Diosa… ya que en estos tiempos es difícil confiar en otro ser humano".

 

Ya veo, es una de esas personas problemáticas, un fanático. Igual no debería faltarle el respeto a otra persona en tierra sagrada.

 

"Gracias por tu consejo. En fin, solo vine a donar algo de ropa vieja. Espero que no te importe, pero ya es muy tarde y necesito irme a mi casa", dije eso mientras me dirigía a la salida de la iglesia.

 

"Espera un momento, amigo. Creo que puedo decirte algo interesante. Quieres cruzar la frontera a Dredprism, ¿verdad?".

 

"Por supuesto, mis compañeros y yo tenemos familiares que queremos visitar, pero son familia algo lejana. Por eso tenemos problemas para poder visitarlos".

 

"Oh, ya veo… ese es un problema. Sabes, desde pequeño me enseñaron que hay que ayudar a las personas con sus problemas, siempre que te devuelvan el favor. Vi que donaste una moneda de oro, traes ropa nueva y la ropa que donaste está muy gastada, pero noto la calidad de la tela de esa ropa.

No eres un sacerdote común y corriente. Puedo ayudarte, pero como muestra de confianza, dame una moneda de oro. Te daré información muy útil y te devolveré la moneda después".

 

Creo que entiendo lo que trama… Si me niego, no me dirá nada, pero si acepto, corro el riesgo de ser estafado. Igual con los ahorros de Kharla creo que vale la pena perder la moneda si conseguimos cruzar la frontera. Tomo una moneda de oro de mi bolsillo, se la lanzo al hombre en sus manos y este, con una sonrisa, dice…

 

"Mañana temprano ve a la empresa mercenaria nacional de Khisphe. Cualquier carruaje te llevará ahí por unas monedas de cobre. Ve con la recepcionista y di que vienes de parte de Rammus Esskobar".

 

Así que ese era su nombre. El hombre tomó mi moneda de oro y me la arrojó de regreso. La atrapé y se la lancé para devolvérsela de nuevo.

 

"Puedes quedártela. Tómala como una forma de devolverte el favor", y procedí a retirarme.

 

Rammus Esskobar se quedó solo en la iglesia, tomó la moneda de oro y la puso en la urna de donaciones.

 

"Olvidé preguntarle su nombre a ese niño. Igual ya me devolverás este favor en otro momento".