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Chapter 23 - Capítulo 4 Los pecados de mi hijo

El carruaje me llevó a una casa relativamente bonita, ubicada en una buena zona de la ciudad.

Apenas llegué a la propiedad, comencé a dar vueltas por el patio delantero buscando a las personas que viven en la casa.

 

"Oye, ¿tú qué crees que estás haciendo en mi casa?"

Un hombre ya muy adulto, sin cabello y con una barba con algunas canas, salió con un palo de madera.

 

"Si no te largas de mi casa, no me haré responsable."

 

"Señor, espere un momento, solo quiero hablar", intenté calmar al señor, pero él solo se alteró más.

 

"Esa placa… ¿te enviaron los mercenarios de mierda? Primero me matarán antes de quitarme la casa de mis padres."

El hombre se abalanzó sobre mí para golpearme con el palo. Quería calmarlo sin dañar su cuerpo, así que usé ligeramente algo de mi magia degenerativa que afecta el sistema nervioso de la forma más suave posible, ya que no quería dañarlo.

 

Sin embargo, creo que sí le afectó, porque quedó retorciéndose un rato en el césped…

 

En ese momento, un niño y una niña, dos infantes de alrededor de 10 años de edad, salieron del interior de la casa.

 

"Por favor, no le hagas daño a papá." Ambos niños se veían algo golpeados. Pensé lo peor y pregunté con una voz seria al padre…

 

"¿Tú golpeaste a tus propios hijos?"

Los niños inmediatamente gritaron: "Papá nunca nos golpearía, es solo que…"

Los niños empezaron a llorar, y el padre habló: "Estas son las consecuencias de mis pecados. En verdad lo siento, mis niños."

 

El hombre estaba llorando mientras era defendido por sus pequeños hijos, haciéndome sentir como el villano de esta historia.

Toqué al padre de los niños, desactivé los efectos de mi magia degenerativa y dije: "Solo quiero hablar, y si tienes algo que decir, creo que ahora es un buen momento."

 

Entré a la casa de la familia que conocí hace rato. Estábamos sentados en su sala, los niños abrazaban a su papá mientras lloraban, y el hombre tenía una actitud de derrota.

Saqué los papeles y dije: "Me enviaron del gremio a buscar una deuda."

"Yo no le debo dinero a nadie", respondió el papá de los niños.

 

"Entonces habla y dime cómo terminaste así."

 

 

Todo comenzó cuando me casé con mi esposa cuando tenía 16 años y ella 15.

De niño, perdí a mis padres. Ellos me dejaron su casa y algunos ahorros en herencia. Pude arreglármelas por mí mismo. No tenía más familia, pero mi esposa fue toda la familia que pude pedir.

 

Tuvimos a nuestro primer hijo dos años después de casarnos. Se llamaba William, como mi suegro, que en paz descanse.

Todo fue bien hasta que, cuando William tenía 10 años, tuvimos a nuestro segundo hijo y, poco menos de un año después, mi esposa quedó embarazada de mi hija menor.

El problema es que el último embarazo de mi esposa fue de alto riesgo. Los doctores incluso le quitaron el útero en un intento de salvarla, pero fue inútil.

Mi esposa murió dejándome solo con un hijo de 11 años y dos bebés.

 

Me sentí muy miserable, pero tenía que ser fuerte por mis hijos. Aunque cometí un error: me enfoqué demasiado en mis hijos más pequeños, que aún eran bebés, y no le presté suficiente atención a William.

Prácticamente no sabía nada de él, pero nunca lo vi como un problema, ya que, como yo a su edad, ya era independiente. Pensé que él podría ser igual a mí. Vaya que me equivoqué…

Empezó a juntarse con malas compañías y cada vez fue más agresivo conmigo y con sus hermanos.

 

Hasta que, hace un mes, se fue de casa después de una discusión. Entre todo esto, un sujeto quería comprar mi casa, pero no planeo venderla. Es mi único recuerdo de mis padres, el lugar donde viví con mi difunta esposa, y es todo lo que puedo darles a mis hijos cuando muera.

Pero ese sujeto no aceptaba un "no" como respuesta y pasó a acosarme para que cediera la casa.

Suelo hacer trabajos de limpieza para ganar dinero, y desde que conocí a ese hombre, nadie me contrata.

Supongo que los habrá amenazado o algo así…

 

Y la razón que te trajo aquí a mi casa, mi hijo, que no veo hace un mes, tomó una gran deuda con ese hombre y ahora me quieren cobrar ese dinero a mí.

Con esa excusa, quieren quitarme mi casa y ya no sé qué hacer para poder cuidar de mí y de mis hijos.…

 

 

 

 

Escuché la historia del padre de los niños. El hombre estaba llorando al final de la misma. Supongo que ya sé por qué esos niños lucen golpeados; debió ser obra de su hijo mayor. No lo mencionó porque creo que le duele y avergüenza tanto no haber protegido a los niños como haber criado a su abusador.

 

"Listo, ya sé qué hacer. Dame algún objeto personal de tu hijo, de preferencia algo con su olor."

El hombre se levantó y me guió al cuarto de su hijo William.

 

"Ahora, el cuarto está ordenado, pero cuando William se fue, dejó este lugar destrozado durante nuestra discusión. Lo limpié esperando que volviera cuando se calmara, pero no volvió. Escoge lo que sea de este cuarto, todo era suyo."

 

Busqué entre sus cosas y tomé una camisa sucia. Me aseguré de que fuera de William y la guardé en una bolsa.

"Listo, señor, ¿estará bien aquí solo con los niños? Tengo una casa grande con piscina donde vivo. Si quieren, pueden ir conmigo."

"Muchas gracias, joven, pero me niego a abandonar mi casa."

 

Saqué algunas monedas de plata y se las di al hombre. "Noté que los niños no han comido bien. Crecí en un orfanato; tengo un buen ojo para estos casos."

El hombre puso una mirada seria. "Puede que no esté en mi mejor momento, pero no me gusta pedir limosnas."

 

"¿De qué estás hablando? No son limosnas. Ya te lo dije, tengo una gran casa con piscina. Necesita que la limpien de vez en cuando."

El hombre, casi llorando, aceptó las monedas y me dio las gracias. Me acerqué a los niños pequeños.

 

"Niños, lamento la pelea que tuve con su papá. Ya me disculpé con él, pero también quiero pedirles perdón por meterlos en nuestra discusión."

Los niños, aun con algo de miedo, aceptaron mis disculpas, y aproveché para tocar sus cabezas con mis manos y recitar magia curativa, curando parte de sus lesiones.

Pude cicatrizar las más recientes, pero las que ya habían cicatrizado no podía curarlas.

Supongo que William solía maltratarlos a espaldas de su padre.

 

"Hermano mayor, eres sacerdote. Ya me siento mejor que antes."

"Yo también me siento mejor. Gracias, hermano."

Estos niños me recuerdan a los niños de mi orfanato. Me despido de esa familia y me marcho de regreso a mi casa.

 

 

Cuando llego a casa, veo a mis tres compañeras en la sala de la casa bebiendo vino. Creo que esto es lo que llaman una noche de chicas.

 

Me llamó la atención que Karla estaba tocando un arpa para el entretenimiento de mis demás compañeras.

 

"Amo, volviste. ¿Cómo te fue tu día? Maestro, ¿estás bien? ¿Pasó algo?", dijo Chizze.

Raiza, mientras tomaba vino y comía algunas uvas, me dice con algo de pereza: "Oh, Ester, volviste. Me quemé con el sol. ¿Puedes ayudarme con tu magia curativa… que…?"

 

¿Qué pasó? ¿Por qué Chizze y Raiza se quedaron calladas? Kharla, dejando de tocar el arpa y algo nerviosa, dice:

"Señor Ester, ¿estás enojado con nosotras por algo que hicimos?"

 

Vaya, mi cara me está delatando. Creo que tratar con esa familia me dejó muy enojado. Era una familia amorosa. Que su propio hijo les hiciera eso a su padre y a sus hermanos menores me hace hervir la sangre.

 

"Perdón, chicas, no es su culpa. Déjenme darles un resumen de mi día…"

 

 

Mis tres compañeras escuchan atentamente mi historia.

Al poner todo en palabras, logro desahogarme y saco algo de la furia que tenía dentro.

"Ya veo que tu primer trabajo como mercenario es algo complicado", dice Raiza.

"Ese tal William tenía un padre amoroso y dedicado… y lo trató como basura. Ahora creo que yo también estoy enojada", agrega Kharla, mientras que Chizze se quedó en silencio; creo que no entiende nuestro enojo.

 

"En fin, ahora debo ponerme a trabajar. Solo vine por Chizze. Por cierto, Kharla, tu magia fue muy útil. Úsala en Chizze, que tenemos mucho trabajo que hacer."

 

Kharla aceptó mis halagos y conjuró su magia en Chizze.

 

"Chizze ya está lista, amo. ¿Cuáles son sus órdenes?"

Sacó la camisa de William y se la doy a oler a Chizze.

 

"Vamos a dar un paseo nocturno. Si detectas a alguien con ese olor, me avisas. Y si la cosa se pone fea, intenta no hacer un alboroto, que recuerda que sigo siendo solo un pasante."

 

 

Salí con Chizze en un paseo nocturno. Nos subimos a una carreta y le dije al conductor que éramos turistas que querían conocer la ciudad y que fuera despacio.

 

El conductor siguió mis órdenes, y dimos vueltas por una hora sin que Chizze pudiera captar el aroma de nuestro amigo William…

 

Hasta que llegamos a la zona rosa de la ciudad de Cuencas. En este lugar se reunían los burdeles, bares y casinos.

Noté gente comerciando drogas para uso recreativo en las calles y hasta personas consumiéndolas a la vista de todos.

Era un lugar perfecto para las personas más viciosas, pero no era de mi gusto.

 

"Amo, detecté el aroma que buscabas."

 

"Señor, pare aquí, nos bajamos." El conductor me cobró una moneda de plata y 50 de cobre.

 

Una vez de pie en la calle, me dediqué a seguir a Chizze.

 

"Intenta no llamar mucho la atención, Chizze. No queremos que nuestra presa se escape."

 

"No se preocupe, maestro, puede confiar en Chizze."

 

Recorrimos la zona rosa caminando lentamente hasta llegar a un gran casino. Era el edificio más grande de la zona.

 

Los guardias vieron mi placa y, sin intercambiar palabras, nos dejaron pasar.

 

El lugar estaba muy lleno; sería complicado encontrar a William aquí, o eso creía.

 

"Amo, la persona que busca no está en este piso. El aroma que buscas está arriba."

 

Noté que en el piso de arriba del casino había unos salones privados, así que William tiene nexos con este casino.

Ahora, ¿cómo llego arriba sin llamar la atención?

 

Chizze, casi leyendo mis pensamientos, se acerca a la barra del bar y habla con el barman.

 

"Hola, señor. Busco a un amigo. Chizze le debe algo de dinero de un negocio y dijo que estaría aquí, pero no lo encuentro. Se llama William. ¿Sabes dónde podría encontrarlo?"

Después de decir esto, Chizze pone una moneda de plata en la barra. El barman la toma discretamente y dice:

"Creo que sé dónde está. Dame un minuto."

 

El hombre llama a un guardia del casino, y este sube para confirmar que allí está nuestro sujeto.

 

El mismo guardia baja y le dice a Chizze que lo siga, que William la espera.

Bueno, no es un mal plan, pero ahora, ¿cómo subo yo?

 

Chizze tiene una breve charla con el guardia:

"Espera, Chizze no puede ir a ningún lado sin su guardaespaldas."

 

"Este lugar es bastante seguro. No necesita guardaespaldas."

 

"Pues, en ese caso, Chizze se va…"

 

 

Chizze toma mi mano y me lleva a la puerta, y salimos del casino. "Amo, perdón. Eso no salió como esperaba. Me entró pánico, y si Chizze iba sola, definitivamente haría un escándalo."

 

Tomé la mano de Chizze y dije: "No te preocupes, Chizze. Lo que hiciste estuvo bien. Ahora, escóndete en alguno de los techos y vigila las salidas de este edificio. Ya tengo un plan para encontrar a William."

 

 

Te estarás preguntando cuál fue mi plan.

Lo pensé mucho, y cada cosa que pensaba terminaba conmigo golpeando a alguien… así que me di cuenta de que eso era inevitable.

 

 

Entré de nuevo al casino, pero uno de los guardias no me quiso dejar pasar.

Tomé su brazo y recité "Paralizar Sistema Nervioso", dejando al guardia retorciéndose en el piso. El otro guardia se quedó inmóvil mirándome con algo de miedo en sus ojos.

 

Fui a la entrada del primer piso, que estaba bloqueada por un hombre musculoso con una calavera tatuada en su cara.

 

Recité "Paralizar Sistema Nervioso", y cuando llegué al primer piso, fui recibido por más guardias que querían atacarme.

 

Todos terminaron en el piso paralizados.

Noté que uno de ellos era el sujeto que vino a llevarse a Chizze. Lo tomé de un brazo y dije: "¿Dónde está William?"

 

El hombre casi se mea del susto y solo señaló una oficina al final del pasillo.

 

Tumbar la puerta fue sencillo, pero en ese momento me recibió una bala de cañón recién disparada.

 

Me confié, dejé que me ganara el coraje y recibí la bala de cañón de golpe, dejándome tirado en el piso retorciéndome de dolor.

 

"Así que eres tú quien me está buscando. ¿Qué quieres de mí, aprendiz de sacerdote?"

 

Era un hombre joven de 21 años, con pelo rubio y la mitad de su rostro tatuado, definitivamente era William.

 

"Un momento, este tipo tiene una placa del gremio de mercenarios. Le ordené a esos idiotas que cobraran tu deuda con tu padre, no contigo. Eso será un problema.

Quería evitar ensuciarme las manos de sangre, pero ya no tengo elección. Debemos matarlo y quemar su cuerpo. Que no queden ni los huesos de este idiota.

Eso debí hacer con tu padre desde el inicio.", Dijo un hombre de traje algo anciano y con apariencia de villano genérico de cualquier novela.

 

"Te dije que lo hicieras. Contactar con los mercenarios fue una pésima idea." Respondió William…

 

El hecho de que quisieran matarme no me afecta tanto, pero que un hijo hable de matar a un padre que hizo todo lo posible por cuidar a su hijo y que este quiera matarlo me duele más que mis costillas rotas…

 

En verdad, necesita un castigo ejemplar…

 

 "CURACIÓN ACELERADA."

 

Uso mi velocidad, pateo la cara de William y lo lanzo contra la pared, luego tomo las manos del hombre que quería matarme.

 

"MAGIA DEGENERATIVA: DESTRUCCIÓN CELULAR."

 

Las manos del hombre comienzan a deteriorarse hasta volverse como las manos de una momia.

 

"¡Ay! ¡Maldito hijo de puta, qué me hiciste!"

 

"PARALIZAR SISTEMA NERVIOSO."

 

El hombre se queda retorciéndose en el piso.

 

"Seguro te preguntas qué le hice a tus manos. Es mi habilidad única, magia degenerativa. Destruyo tu cuerpo desde dentro; no importa lo que hagas, no podrás curarte. Con solo tocar tu cuerpo puedo volverte un saco de huesos inerte, pero no eres mi objetivo.

Mi verdadero objetivo es el hijo ingrato que quería matar a su padre. Así que lo tomaré y me iré con él. Lo mandaremos a trabajos forzados para pagar el dinero que le prestaste, y si te metes con su padre de nuevo…

No, es más.

Si tan solo veo tu cara o escucho tu nombre, te destruiré a ti y a todos los que te protejan."

 

Sobo suavemente la mejilla del hombre y dejo su sistema nervioso como antes.

 

"¿Me quieres repetir lo que acabo de decir?"

 

"Quieres a William, llévatelo. Ni siquiera quería su casa, él solo me la recomendó como un buen lugar para construir mi nueva mansión. Yo…"

 

Pongo mi mano en su espalda y le causo más dolor en su sistema nervioso. "Repite lo que acabo de decir."

 

El hombre me mira con miedo en sus ojos.

"William pagará su deuda trabajando, no me meteré con su familia y nunca más me volverás a ver."

 

"Buen chico. Ves que no era tan difícil." Tomo sus manos y las devuelvo a la normalidad, excepto un meñique de su mano izquierda.

 

"Ese meñique tómalo como una advertencia para que no olvides mis palabras. Y si quieres, ve con algún sacerdote para que intente curarte y te des cuenta de que no mentía."

 

Cuando busco a William con la mirada, noto que ese tipo salió corriendo, pero yo sigo tranquilo.

Salgo caminando lentamente hacia la salida.

 

Mientras camino, voy retirando las parálisis de los guardias, ya que cumplí con mi misión.

Cuando termino con el guardia que dejé en la entrada del casino, veo que Chizze había atrapado a William, que estaba inconsciente en el piso.

 

 

Salimos de la zona rosa al amanecer.

 

Subimos a un carruaje que al principio no quería dejarnos subir, ya que tengo manchas de sangre en mi ropa y William estaba inconsciente.

Pero puse 10 monedas de plata en su cara y nos pidió la dirección.

 

Le dije al conductor que tendría que visitar 3 lugares.

 

Primero fuimos a la casa del padre de William.

 

Mientras Chizze me esperaba en el carruaje. Desperté a William por la fuerza.

 

"¿Dónde estoy? ¿Esta es mi casa? ¿Por qué me trajiste aquí?"

 

Golpeo su cara y digo: "Cállate. Ahora tienes que disculparte con alguien."

 

Apenas toco la puerta, sale el padre de William. Creo que hice mucho ruido porque incluso sus hijos estaban detrás de él.

 

"Señor, miré lo que me encontré tirado por ahí. Estaba al lado del sujeto que quería quitarle la casa. Resulta que eran amigos, pero creo que ya se pelearon porque estuvo de acuerdo en que William pague sus deudas trabajando."

 

El padre de William llora al verlo.

"¿Por qué, hijo? ¿Por qué nos haces esto?

 

William levanta la mirada con odio en sus ojos, mira a su padre y dice:

 

"¿En serio quieres saber por qué, papá? Porque eres un padre de mierda. Nunca te preocupaste por mí. La única persona que se preocupó por mí fue mamá, pero murió pariendo a esos animales que me obligas a llamar hermanos, y para ellos sí fuiste el padre que nunca fuiste conmigo.

Por eso, papá, por eso hago esto, por eso los odio tanto, por eso quiero verlos muertos."

 

En este punto, tanto William como su padre estaban llorando, pero los hermanos estaban extrañamente tranquilos; creo que no es la primera vez que escuchan a su hermano decir esas palabras.

 

"Señor, creo que es inútil lograr que su hijo haga lo correcto, incluso al final. Mejor me lo llevo para que pague por sus pecados." Tomo a William del cuello de su camisa y lo arrastro hacia el carruaje.

 

"Espera, no te lleves a mi hijo. No quiero que termine así. Aún no es tarde para que él cambie. No me importa vender la casa; así pagaré su deuda y podremos comenzar de cero como una familia.

Por favor, William, perdóname. Debí ser un mejor padre. Aún no es tarde para ser una familia."

 

Entonces suelto a William y golpeo a su padre en la cara.

 

"Cállate, idiota. ¿No ves que fue esa actitud la que convirtió a tu hijo en el hombre que es ahora? Deja de lamentarte. Aún tienes dos niños que te necesitan y que necesitan un hogar seguro. Solo no cometas el mismo error dos veces. Ahora es mi decisión qué pasará con William, no la tuya."

 

El hombre, después de oír mis palabras, solo pudo llorar, mientras yo me llevaba a su hijo para que pagara por sus pecados.

 

Llevo a William de regreso al carruaje, que me lleva a mi segundo destino. Durante el resto del viaje William tenía una aptitud muy tranquila, casi como si estuviera en paz… en verdad no entiendo a este sujeto.

 

Me quedé en el gremio de mercenarios y le dije a Chizze que fuera a casa; el resto podría hacerlo solo. Ella quería quedarse conmigo, pero viendo la determinación en mis ojos, optó por seguir mis órdenes sin cuestionarme.

 

Una vez llegué al gremio, casi como si me esperara, Rammus estaba afuera, leyendo un periódico mientras tomaba un café. "Ester, te dije que vinieras más temprano, pero a esta hora aún no abre el gremio."

 

Rammus ve que llevo arrastrando a William.

 

"Déjame adivinar, no pudiste desalojar a la familia y fuiste por el sujeto que se endeudó", le respondo a Rammus:

 

"¿Cómo calificas este primer trabajo como mercenario?"

 

"La verdad, fue algo mediocre. Estás hecho trizas, pero digamos que pasaste por un pelo. Ya puedes irte, yo me encargaré de que este tipo pague sus deudas. No me importa si tengo que vender sus órganos. Intenta tomarte el día de hoy y mañana para descansar, porque aquí en confianza, te ves terrible."

Le entrego a William y subo a otro carruaje que estaba cerca del gremio de mercenarios.

 

Cuando llego a casa, Chizze me estaba esperando afuera.

Supongo que no puede descansar si no estoy cerca.

 

Apenas me bajo del carruaje, me desmayo y caigo inconsciente en el suelo.