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Chapter 29 - Capítulo 10 El Circo Ambulante

 

Al día siguiente, me levanté con algo de dolor de espalda y con el olor a carne ahumada.

"¡Amo, Chizze cazó el desayuno! Venga a comer, amo", me dijo Chizze, una de mis compañeras.

 

Vi a mis compañeras devorando un jabalí gigante. Me llamó la atención que la Dríade solo tomaba agua.

No hice preguntas y solo devoré una costilla de jabalí.

 

Aún no había terminado mi carne cuando escuché música a lo lejos. "Esperen dentro de la cueva. Yo iré a ver la fuente del sonido. Chizze, acompáñame", dije.

 

"Espera, señor Ester, creo que Chizze sigue algo cansada. Déjame ayudarte esta vez", exclamó Kharla.

Supongo que tiene razón; además, Kharla nunca quiere estar a solas conmigo.

 

Supongo que pasó algo…

 

"Te tomaré la palabra. Bien, sígueme", respondí.

 

Salimos de la cueva y caminamos hacia la fuente del sonido.

 

"Señor Ester, ¿sabía usted que Raiza era el héroe desaparecido en la guerra contra los demonios hace más de 100 años?" me pregunto Kharla.

 

Supongo que este día tenía que llegar.

 

"No lo sabía al principio. Ayudé a Raiza sin siquiera saberlo, y cuando me di cuenta, estaba en su cruzada para derrotar al ejército demoníaco", respondí.

"Así que tú y yo somos iguales", dice Kharla, respondiendo a mis palabras.

 

 

"No lo somos, Kharla. Aun antes de conocer a Raiza, decidí que derrotaría al rey demonio con mis amigos. Pero me separé de ellos y, en mi soledad, decidí unirme a Raiza.

Somos diferentes. Yo ya había decidido lo que haría antes de conocer a Raiza. Ahora tú debes preguntarte qué es lo que quieres para ti. Aun si después de esto nos separamos, siempre serás nuestra amiga que secuestramos del palacio real de Rusthia."

 

 

Aunque digo mis palabras con una cara burlona, Kharla me devuelve la sonrisa. Supongo que está empezando a aceptarme como un amigo.

 

 

Una vez llegamos a un camino de tierra, el sonido es más fuerte.

 

Escucho a un hombre con una guitarra cantar una alegre canción.

Pero cuando veo a ese hombre; parece ser un payaso con un traje muy elegante, parecido a una armadura, con un casco vikingo.

Detrás de él veo una caravana de alrededor de diez carruajes y carretas. En ellas hay más personas tocando varios instrumentos, acompañando la canción del payaso que, caminando a pie, guía la caravana.

 

Dudo mucho en acercarme al payaso, pero Kharla toma mi mano y me dice que la siga. Decido confiar en su instinto y nos acercamos a la caravana.

 

En seguida, el payaso nos ve, deja de tocar esa música y nos mira atentamente.

 

El payaso empieza a correr hacia nosotros.

Mis instintos me dicen que corra, pero Kharla se queda quieta y tranquila. Decido confiar en mi compañera por el momento.

 

"Vaya, ¿qué hacen dos niños perdidos en el bosque? No les pasó nada malo", dice el payaso. Viéndolo de cerca, tiene una cara aterradora. Aun con el maquillaje, sus ojos y dientes afilados no me generan nada más que miedo…

 

 

"Hola mucho gusto. Soy Kharla y el hombre a mi lado es Ester, un sacerdote. Sufrimos un ataque de un monstruo salvaje y nosotros y nuestros compañeros estamos atrapados en el bosque", explica Kharla.

 

El payaso hace una cara todavía más aterradora. Casi por instinto quisiera paralizarlo y correr.

 

"Qué historia tan triste, señorita. Casi me haces llorar. Pero tranquila, el Bufón de Plume nunca dejará a un niño en peligro", dice el payaso.

 

"Muchas gracias, señor Bufón… Señor Ester, ve por los demás. Yo te esperaré aquí. No tardes mucho tiempo, que sería de mala educación hacer esperar a nuestros anfitriones."

 

No me lo puedo creer, tendré que viajar con ese payaso aterrador.

 

 

Haciendo caso a Kharla, fui por mis compañeras. Tomamos las cosas que no alcanzó a destruir Eurisia y fuimos con ese payaso aterrador.

 

Cuando llegamos con Kharla ella nos presenta al payaso aterrador y a la gente del circo que acompañaban al payaso:

 

"Señor Bufón y sus compañeros, déjenme presentarles a mis amigos. Ya conocen a Ester, es un sacerdote.

Victoria, nuestra guardaespaldas. Diana, una amiga que se unió recientemente a nuestro grupo, y Chizze, la mascota", dijo Kharla.

"¿A quién llamas mascota, enana de mierda?", exclamó Chizze.

En verdad, me pregunto cómo se las arreglan esas dos para pelear tanto.

También note que llamo a Diana a la Dríade; supongo que es mejor que nadie sepa quién es en realidad.

 

El payaso aterrador se presenta de forma muy teatral.

"Mucho gusto, yo soy el Bufón de Plume del Circo Plume, el circo más famoso de Dredprism. Viajamos por todo el país dando el mejor espectáculo de circo a un bajo costo. Los niños menores de 15 años pagan la mitad".

 

¿En serio está haciendo publicidad de su circo ahora?

 

"Amo, ¿qué es un circo?", pregunto Chizze.

 

"Un circo es un espectáculo que incluye actos de magia, actuación, música y todo lo que entretenga a los niños y sus familias", explico de manera simple para Chizze, aunque nunca he estado en un circo….

Y si hay payasos como este en los circos, prefiero no ir nunca.

 

 

El payaso pone una cara sorprendida.

"Pequeña niña, ¿nunca has visto un circo en tu vida? Por la Diosa, qué terrible. Pero tranquila, eso se solucionará pronto. Ya hablé con la pequeña Kharla y aceptamos su petición de ayudarlos a llegar a la capital, aunque necesitaré cierta ayuda del señor Ester".

 

¿Por qué de todos nosotros parece que este payaso solo tiene interés en mí?

 

Con una cara incómoda digo: "Ayudaré gustoso si nos llevas a la capital".

 

Maldita Kharla, pensé que por fin nos estábamos llevando bien, y ahora estoy atrapado con este payaso aterrador.

 

Por favor, que alguien me ayude.

 

 

Nos unimos a la caravana circense y, como aún quedaba algo del jabalí gigante que cazó Chizze, lo compartimos entre la gente del circo.

 

Parecían gente más agradable que el payaso; eran un grupo de personas de diferentes etnias y colores. También noté que había hombres bestia de la familia de los reptiles con sus características escamas esmeralda, enanos que no parecían ser herreros rúnicos, y hombres y mujeres que parecían venir del país de Amster. Había gente de Dredprism, pero la presencia extranjera era mayor.

 

Una vez llegamos al pueblo más cercano, ya era de noche.

En las afueras del pueblo, cerca de su entrada, todos los integrantes del circo comenzaron a sacar lonas y a clavar estacas de madera.

El trabajo que estaban realizando se veía pesado, tanto que nos ofrecimos a ayudar, pero nos dijeron que tenían todas las posiciones ocupadas y que esperáramos sentados.

 

Supongo que más ayuda quien no estorba…

 

También notamos que algunas personas estaban armando sus tiendas de campaña personales. Teníamos pensado ir a dormir a alguna posada, pero a esta hora dudo que esté abierta, así que decidimos armar nuestra propia tienda.

 

Teníamos dos tiendas para acampar, pero Eurisia destruyó una junto al carruaje, así que nos tocará compartir una los cinco.

 

 

Un hombre dice desde detrás de mi espalda las siguientes palabras:

"Ester, amigo, te estaba buscando. Sígueme, necesitamos tu ayuda…

oye, también noto que esa tienda es muy pequeña para los cinco.

¿Sabes qué?

 Ester, pasa la noche con nosotros" …

 

 

¡Diablos, era ese payaso de nuevo!

 

No quería seguirlo, pero Kharla me dijo que le hiciera caso por ahora. Así que, a regañadientes, acepté seguir al payaso.

 

Me llevó a una carpa más grande que compartía con otras personas del circo, y en medio de esta había un gran león blanco.

 

Había visto leones antes en los libros de mi maestro, pero verlo en persona era muy impresionante. Incluso me hizo olvidar del payaso aterrador que estaba a mi espalda.

 

Me acerqué al león, que se encontraba en un estado lamentable.

Usé magia curativa para detener el daño en su cuerpo.

 

 

El payaso con una cara nerviosa dice:

"Antes de que digas cualquier cosa, Ester, en el Circo Plume no usamos animales salvajes en nuestro espectáculo. Preferimos hacer el espectáculo nosotros mismos, pero mi predecesor no pensaba igual y tenía varios animales salvajes en el espectáculo.

Cuando asumí el mando del circo, todo cambió, pero no pude deshacerme del pequeño Simbad. Aun desde pequeño, siempre tuvo mala salud, y liberarlo a su suerte era una muerte segura, así que decidimos cuidarlo como una mascota.

A veces nos acompaña al escenario, pero no lo obligamos a hacer trucos; a lo sumo, dejamos que los niños lo miren de cerca… Pero por más que intentamos mejorar su salud, nos ha sido imposible".

 

 

Escuché la historia del payaso mientras analizaba el cuerpo de Simbad con mi magia.

 

"Ya curé un poco su cuerpo, pero el león tiene un cuerpo débil por la mala alimentación y falta de ejercicio. Puedo preparar una medicina para que complementen con su comida y una rutina de ejercicios para que el león recupere su vitalidad. Necesitaré algunos ingredientes, pero ya es muy de noche. Dejemos descansar a Simbad por hoy".

 

"¿En serio era la alimentación? Siempre le damos mucha carne de los monstruos que intentan atacarnos en nuestros recorridos, pero supongo que no balanceamos su dieta. En fin, ya es muy tarde y hemos terminado los preparativos para el circo. Ahora hay que descansar y prepararnos para la función de mañana".

 

 

Todas las personas en la carpa aplauden las palabras del payaso y me señalan la que sería mi cama: una hamaca ubicada en medio de varias otras hamacas.

 

Al menos están ubicadas lejos del payaso.

 

Sin perder tiempo, me acuesto en mi hamaca e intento conciliar el sueño.

 

 

Me levanto temprano debido al ruido de mucha gente caminando de un lado a otro.

 

Salgo de la carpa y noto que todos los miembros del circo están preparando toda la zona donde nos asentamos para que el circo funcione correctamente, mientras otros miembros del circo preparan una sopa para el desayuno.

 

"Señor sacerdote, tenga un poco de sopa. Si puede, llame a sus amigas para que también desayunen", dice uno de los enanos que trabaja en el circo, mientras me da la sopa. Estaba deliciosa. Creo que a Chizze le gustaría probarla.

 

Fui a nuestra tienda de campaña y vi que mis compañeras seguían dormidas. Supongo que estaban lo suficientemente lejos del ruido.

"Chicas, ya está el desayuno", digo.

Raiza me responde inmediatamente: "Ester, ¿no notaste nada raro en la gente del circo?"

Creo que Raiza no estaba del todo dormida, en caso de que algún miembro del circo intentara atacarlas.

 

"Solo me dijeron que curara a un león. Pensaba ir al pueblo de al lado en busca de hierbas medicinales", respondo.

 

"Bueno, si es solo eso, puedo ayudarte", dice Raiza mientras golpea en la cabeza a la Dríade.

 

"¡Auch! ¿Qué pasa? ¿Nos atacan de nuevo?"

 

"No, Ester necesita hierbas medicinales. Ayúdalo", le dice Raiza a la Dríade.

 

"Elfa cabeza hueca, ¿no sabes pedir un favor de forma amable? Por el amor de la Diosa… ¿Qué hierbas necesitas, Ester?"

 

 

Saco un libro de hierbas medicinales y le señalo las plantas que ocuparé en el tratamiento del león.

 

"Listo, eso será fácil", dice la Dríade. Se levanta de la carpa y camina cerca de un árbol, haciendo crecer todas las hierbas que le pedí. "Listo, no me des las gracias. Solo no me dejen tirada antes de llegar a la capital".

 

Me quedo asombrado con los poderes de la Dríade; literalmente acaba de crear vida.

Le doy las gracias, tomo las hierbas medicinales y termino de despertar al resto de mis compañeras para que desayunen, mientras yo preparo la medicina para el león.

 

 

Una vez que termino el tónico, lo coloco en una botella y busco al payaso aterrador.

 

"Señor Bufón, necesito que me acompañe para darle la medicina a Simbad".

 

"Oh vaya, eso fue rápido, señor Ester. Espérame un momento; estábamos haciendo los preparativos para ir a la plaza del pueblo a hacer un espectáculo publicitario, para que la gente del pueblo venga al circo esta noche".

 

 

Una vez que el payaso termina su trabajo, me acompaña a la carpa con Simbad.

 

"Señor Ester, Simbad amaneció mucho mejor hoy".

 

"Sí, mi magia curativa ya hizo efecto, pero si no resolvemos lo que lo enfermó en primer lugar, solo es cuestión de tiempo para que los síntomas vuelvan", le respondo al payaso mientras le muestro cómo usar el tónico.

 

Tomo el trozo de carne que Simbad iba a desayunar, lo corto en pedazos, mezclo el tónico con la carne y se lo sirvo a Simbad.

 

Al principio, el león duda en comer su comida, pero el payaso acaricia su melena, y el león finalmente tiene la confianza para comer la carne.

 

Le entrego un papel con la preparación del tónico, la cantidad de medicina que debe darle al león y las instrucciones de los ejercicios que debe hacer para mantener su salud.

 

"Muchas gracias, señor Ester", dice el payaso mientras me abraza. Entiendo que no es una mala persona, pero que este sujeto aterrador me abrace me pone los pelos de punta.

 

 

Una vez que terminamos el trabajo, Kharla y yo fuimos al pueblo cercano a comprar una carreta para continuar nuestro viaje…

 

Sé que ese payaso prometió llevarnos a la capital, pero no creo aguantar mucho tiempo en ese circo con mi fobia a ese payaso.

 

Igual, mi paciente ya está mejor, así que puedo irme sin sentir culpa por el león.

 

Pero…

 

Me llama la atención que Kharla está pasando más tiempo conmigo. Supongo que aún está algo sorprendida porque Raiza sea el héroe, pero como sigue con nosotros, solo es cuestión de tiempo para que lo acepte.

 

Fuimos al mercado local y preguntamos por carretas o carruajes en venta.

 

Nos enviaron con un comerciante que estaba en una mala situación económica.

 

"Muchacho, te puedo vender mi carreta y mis dos caballos si aceptas comprar mi cargamento. Invertí tontamente en armaduras y pieles de lobo negro pensando que sería un buen negocio, y no lo fue.

Los precios se desplomaron a la semana siguiente y me quedé atrapado en este pueblo".

 

Ese hombre fue el único comerciante dispuesto a venderme su carreta. Vi otras carretas en venta, pero eran muy pequeñas, viejas, y dudo que aguanten un viaje tan largo.

 

En cambio, la carreta comercial de este sujeto era perfecta. El precio de venta era de 20 monedas de oro, lo cual se me hacía algo caro, pero mis ganas de irme de ese circo fueron más fuertes.

 

"Te ofrezco 15 monedas de oro", dice Kharla, queriendo regatear con el comerciante. Me resulta raro que una mujer con varias monedas de platino luche por 5 monedas de oro.

 

"17 monedas de oro es lo mínimo que aceptaría ahora", responde el comerciante.

 

"Hecho. Señor Ester. Páguenle al sujeto. Ahora tenemos que comprar provisiones para el viaje", me dijo Kharla.

 

Le di sus 17 monedas al hombre y me entregó las facturas del carruaje y sus productos.

 

Una vez cerrado el trato, me aseguré de que los caballos tuvieran buena salud.

Estaban algo desnutridos y no habían comido muy bien. Usé mi magia curativa en ellos y los alimenté poniendo algo de la medicina del león Simbad en su comida para que se recuperaran más rápido.

 

 

Cuando la carreta estaba cargada y los caballos alimentados, pasamos por el centro del pueblo, donde vi nuevamente el rostro de mis pesadillas…

 

"Damas y caballeros, soy el Bufón de Plume del Circo de Plume. Estamos ubicados junto a la entrada del pueblo, pero queremos dar un espectáculo para las personas presentes. Así que espero que disfruten este breve show".

 

El payaso y sus compañeros tocaron algo de música mientras el payaso hacía malabares con cuchillos, acompañados de un poco de magia que llenaba el ambiente de hermosas luces de colores.

 

Noté que el payaso usaba magia ilusoria y era muy bueno en ella; no solo usaba la magia sin recitar, sino que lo hacía a una buena velocidad.

 

He estado rodeado toda mi vida de gente talentosa y ese sujeto tenía talento, pero me perturba que nadie más que yo parece tenerle miedo.

 

Hasta los niños más pequeños se acercan al payaso para ver su show y saludarlo.

 

No sé quién está en el error: si esos niños o yo.

 

 

"¿Qué, como que planea irse, señor Ester?"

 

Una vez llegamos al campamento del circo, le dije al payaso que tendríamos que irnos hoy.

 

"Surgieron problemas y teníamos que continuar nuestro viaje cuanto antes", lo cual es en parte verdad, pero ya no quiero estar junto a ese payaso.

 

"Entiendo, señor Ester. Me hubiera gustado devolverle el favor por ayudar a mi amigo Simbad… podría pedirle que usted y sus compañeras nos acompañen esta noche para ver nuestro espectáculo.

Noté que nunca antes fueron a un circo y sería un honor mostrarles la magia del circo en un sentido figurado".

 

 

Vi su espectáculo en la tarde y fue impresionante. Supongo que podría ser un buen recuerdo antes de volver a terminar en medio de una pelea.

 

"Acepto gustosamente, pero una vez termine el espectáculo, viajaremos esta noche, ya que tenemos prisa por llegar a la capital".

 

 

Cuando cayó la noche, fuimos al circo y fue una noche agradable.

 

El payaso y su gente decoraron el lugar de una forma muy elegante, digna de ojos nobles, muy impresionante para entretener a este pequeño pueblo.

 

El lugar entero olía a palomitas de maíz y a manzanas acarameladas.

 

La carpa estaba llena de gente; estoy seguro de que debió venir casi todo el pueblo. El payaso nos reservó unos asientos en el frente.

 

Todos estábamos listos para el espectáculo.

 

Una vez empezó el show, salió una mujer algo gorda pero muy bella a cantar en solitario, para después ser acompañada por un grupo completo que complementaba la melodía.

 

Cuando terminó, siguió un espectáculo de comedia.

Hicieron un chiste sobre el payaso Pagliacci, el cual me hizo reír muy fuerte, por más irónico que suene.

 

Después de eso, tuvimos un espectáculo de danza artística, que encantó a mis amigas, pero yo solo me seguía riendo en silencio del chiste sobre el payaso Pagliacci.

 

Para finalizar el show, salió el Bufón de Plume a hacer su espectáculo de magia ilusoria.

 

Tanto niños como adultos disfrutaron del show de ese payaso.

 

Admito que también disfruté su talento para la magia ilusoria, aunque también pensé que ese poder, usado en una pelea, podría ser un arma muy peligrosa.