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Chapter 16 - Capítulo 15 Bienvenida a casa, Raiza Leiva

Estábamos dentro de la puerta de neblina hacia el bosque de los elfos.

 

Dentro, solo vi una habitación de color blanco que parecía infinita. "Por lo que nos contó Legoz, la única forma de salir de aquí es seguir un camino definido. Pero si das un paso en falso, vuelves al punto de partida", dijo Raiza.

 

Ella caminó en línea recta y, cuando me di cuenta, estaba detrás de nosotros. Dije en voz alta:

 

"Sí, definitivamente no será fácil salir de aquí. En pocas palabras, estamos jodidos. Genial".

 

Raiza se acercó y tomó mi mano. Usó mi magia degenerativa en ella para recuperar mis fuerzas y sanar mis piernas rotas.

 

"Amo, Chizze quiere saber qué hago con la rehén".

 

Miré a Chizze y noté que tenía a la chica de ojos vendados sostenida en su brazo derecho, como si fuera una bolsa de papas.

 

"No me jodas, Chizze. ¿Por qué la trajiste con nosotros? ¿En qué estabas pensando?"

 

Noté que los ojos de Chizze comenzaron a lagrimear y me sentí como la mayor basura. Recuerdo que la tomó de rehén en un intento de salvarme. Diosa, perdóname por ser tan estúpido.

 

"Lo siento por gritar. Sé que pensaste que era lo mejor para mantenernos a salvo". Abracé a Chizze mientras ella intentaba aguantar las lágrimas.

 

"Oigan, si van a coquetear, podrían soltarme, si no es mucha molestia. Prometo no hacer nada sospechoso".

 

Dijo la mujer de ojos vendados. Chizze se alteró al oír su voz y la soltó bruscamente.

 

"Auch, eso dolió. *Tose, tose* Me presento: soy Kharla, una maga especializada en soporte de estadísticas. Sé algo de magia ofensiva básica, aunque soy muy mala en eso. Pero soy el mejor soporte que puedes encontrar".

 

No entiendo en qué situación ella cree que se encuentra. Básicamente, el enemigo que atacó el palacio real la tiene secuestrada y ella se ve muy tranquila, casi como si quisiera hacer amigos.

 

"Cállense, niños inquietos, que intento pensar cómo salir de aquí", dijo Raiza mientras deambulaba en círculos.

 

"Qué suerte tienen, muchachos, porque se dé una persona que sabe cómo salir de este lugar... adivinen quién".

 

Dijo Kharla mientras ponía una cara engreída.

 

"Oye, Raiza, ¿por qué no intentamos destruir este lugar?"

 

"Buena idea, Ester. Creo que tengo otro orbe explosivo conmigo".

 

Kharla, con mucho miedo en su cara, dice…

 

"Esperen, mínimo escúchenme antes de hacer cualquier cosa…

 

He estado mirando a esa mujer cuando daba vueltas. No siempre vuelve al inicio en el mismo momento.

A veces da 10 pasos y regresa, luego 20 y regresa, luego 7 y regresa.

Eso es un patrón. Imaginen esta habitación como un círculo, dentro de otro círculo, que a su vez está dentro de otro círculo".

 

No entendí nada. Chizze hace una cara que indica que entiende menos que yo, pero Raiza la escucha atentamente.

 

"Si das los pasos correctos, sales del primer círculo. Pero si en el siguiente círculo vas por el camino incorrecto, regresarás al inicio del primer círculo… Así que siempre que no vuelvas al punto de partida, estás yendo por el camino correcto. En pocas palabras… debes caminar sobre tus propios pasos hasta salir del laberinto".

 

Raiza, con una sonrisa en la cara, dice:

 

"Eres muy inteligente. Menos mal, ya estaba cansada de estar rodeada de idiotas".

 

Maldita y arrogante elfa.

 

"Bien, chicos, este es el plan: formemos una línea recta los 4. Los 3 de atrás seguirán a la persona de enfrente, y si la persona que está de frente vuelve al punto de partida, sabremos que ese no es el camino correcto. Y esta persona deberá volver al final de la fila".

 

Este plan me recordó a un juego que jugábamos en el orfanato cuando éramos prácticamente bebés. Pensé que era un plan ridículo, pero no se me ocurrió algo mejor.

 

 

Después de un rato largo de ensayo y error, finalmente vimos la salida del laberinto.

 

El loco plan de Kharla rindió sus frutos, lo cual hizo bastante feliz a Raiza…

 

"Te llamas Kharla, ¿verdad? ¿No quieres unirte a nosotros y traicionar a tu país?"

 

Dijo Raiza con una cara burlesca.

 

"Acepto encantada. Por favor, cuiden bien de mí". Qué diablos, esas dos ya se hicieron amigas. A mí me tomó mucho más tiempo llevarme amigablemente con esa elfa.

 

"Y señorita Raiza, ¿qué vamos a hacer en el bosque de los elfos?"

 

"Pues rescatar a unos ogros que son parientes de un amigo mío y golpear en la cara al hombre que dice ser mi padre".

 

Kharla bajó la mirada, se quitó la venda de sus ojos, miró directamente a la cara a Raiza y dijo con la cara sonrojada y una sonrisa:

 

"Te entiendo, yo también quiero golpear a mi padre".

 

 

Unos cinco soldados élficos estaban patrullando los alrededores del bosque. Mientras bostezaban por lo tranquilo que estaba todo, se dieron cuenta de que uno de ellos se había desmayado y sus compañeros no tuvieron tiempo de reaccionar. También se desmayaron, dejando a solo un soldado en pie, y él escuchó una voz que dijo…

 

"No están muertos, pero si armas un escándalo, no tendrás tanta suerte". El soldado cayó desmayado después de oír esas palabras…

 

"Kharla, tu magia de aumento de estadísticas es muy buena. Obviamente soy muy veloz, pero creo que ni siquiera se dieron cuenta de que los golpeé".

 

"Gracias, señorita Raiza. Me halagan sus palabras".

 

Miraba a las dos mujeres desde lejos. Ahora parecen mejores amigas y noté una vibra extraña en el ambiente.

 

Me pregunto si así se sentía Raiza cuando me miraba dormir con Chizze. Creo que Chizze también se siente igual que yo, ya que compartimos la misma mirada fría.

 

Una vez nos ocupamos de los soldados que hacían guardia en las afueras del bosque, llegamos a la ciudad de los elfos. Ya la había visto una vez en los recuerdos de Raiza, pero noté que no se veía igual…

 

Los árboles se ven más desgastados, faltan muchas hojas y las hojas que quedan tienen un apagado color café. Hace mucho frío, no es un frío mortal como en el norte, pero no es un frío normal de los bosques élficos.

 

Raiza sacó el orbe de teletransportación en su mano derecha y en su mano izquierda sacó una rata.

 

"Un momento, yo tenía dos de esos roedores", y miré a Kharla, que jugaba con un ratoncito blanco como si fuera su mascota.

 

"Lo siento, señorita Raiza, no pensé que era tuyo. He visto a estos ratones dando vueltas en el castillo. Me llamó la atención su color blanco y siempre quise verlo de cerca. Noté que estaba domesticado, ya que no apesta ni es hostil con los humanos. Toma, te lo devuelvo".

 

Kharla le entregó el ratón a Raiza.

 

"Esta no es mi mascota".

 

Raiza colocó los dos ratones en el piso, vertió maná en el orbe, desapareciendo a los ratones y dejando en su lugar a Gasthor y Legoz.

 

"Buen trabajo, Raiza. No perdamos tiempo. Legoz, guíanos con mis compañeros".

 

 

Por lo que llegué a ver desde la distancia en el bosque, no vi a ningún ogro. Sin embargo, Legoz nos contó sobre el trato que reciben los ogros en este lugar…

 

"Debajo del bosque de los elfos hay túneles que conectan directamente con las raíces de los árboles. Su objetivo es dar nutrientes tanto a la tierra como a los árboles desde las raíces… El problema es que hacer esto no soluciona la lenta muerte de los árboles que los elfos consideran sagrados, solo lo retrasa. Además, en la zona ha habido deslaves en la tierra, por lo que trabajar abajo es muy peligroso".

 

Por lo que entendí de las palabras de Legoz, los elfos tenían a los ogros trabajando en constante peligro de muerte por un derrumbe. Nunca pensé que los elfos serían tan crueles.

 

Después de pedirle a Gasthor que me quitara esta ridícula barba falsa, que por cierto no sirvió de nada, Legoz nos guió a la entrada de los túneles subterráneos.

 

Había más guardias vigilando la zona. Legoz nos rogó que no los matáramos, ya que no todos los elfos estaban de acuerdo con secuestrar a los ogros, y los que lo estaban al principio, al parecer, comenzaron a ser carcomidos por la culpa. Por eso Raiza no mató a los soldados que vimos hace rato.

 

Ya cerca de los túneles, Kharla potenció las estadísticas de Raiza. Con ese poder, ella rápidamente noqueó a siete guardias que estaban cuidando los túneles.

 

Ahora el plan era dividirnos en dos grupos…

 

Raiza, Kharla y Gasthor entrarían en los túneles a rescatar a los ogros del bosque.

Mientras tanto, Chizze y yo vigilaríamos la entrada desde lejos.

Legoz, con un casco que cubre su rostro, fingirá ser uno de los guardias que acabamos de noquear (los cuales ocultamos dentro de los túneles).

Él cuidará la entrada de los túneles en caso de que otros elfos se acerquen.

 

Manteniendo las posiciones estratégicas, comienza la parte final del plan.

 

 

 

 

Nos encontramos en la mente de la princesa de Rusthia, Kharla Dante Rusthia…

 

Siempre viví a la sombra de mi padre y sus decisiones. Aunque en teoría era una princesa, siempre me sentí más como una prisionera en el palacio real de Rusthia. En verdad, odio este país y, si pudiera ser libre, no me importaría vivir como un plebeyo… siempre y cuando pueda irme muy lejos…

 

 

"Todo listo, señorita Raiza. Usé mi magia de detección y creo que hay cerca de 60 personas al fondo de este túnel, pero también noté que la tierra no está en sus mejores condiciones.

Un derrumbe podría ocurrir en cualquier momento. Hay que movernos de forma lenta y segura. Si corre con su velocidad aumentada, podría generar un movimiento accidental en la tierra y matarnos a todos.

Intente ocultar su presencia cuando quiera atacar y hágalo de forma que no genere una pelea muy larga".

 

Raiza se tomó mis palabras en serio y empezó a avanzar sigilosamente, mientras detrás de ella, Gasthor y yo la seguíamos en silencio. Es algo nuevo para mí dar las órdenes y que me tomen en serio.

 

¿Quién es esta mujer? Veo que su aura es poderosa, pero no siento miedo.

 

Quien me da miedo es ese sacerdote. Su aura no es humana, pero viendo cómo interactúa con Raiza, creo que es inofensivo…

 

Pero en serio, ¿cómo sobrevivió a que mi doble le atravesara el pecho?

 

Susurre en voz baja "Quietos, noto dos presencias en movimiento".

 

Raiza usó su sigilo. Lenta y silenciosamente se acercó a los sujetos y los noqueó golpeando sus cabezas entre sí, haciendo muy poco ruido.

 

Seguimos avanzando y nos topamos con más soldados élficos, pero recibieron el mismo trato que los demás soldados.

 

Cuando llegamos al final del túnel, encontramos a los ogros del bosque. De las cerca de 60 personas en los túneles, los ogros del bosque eran 51; los demás eran sus guardianes.

 

Los ogros no parecían maltratados físicamente, pero sí se veían muy cansados y tenían grilletes de esclavitud.

 

Por lo que sé de esclavizar personas, hay dos cosas que se suelen hacer: marcarlos mágicamente con un conjuro o forzarlos a la esclavitud poniéndoles grilletes o collares que fuerzan la servidumbre. Ese era el caso de los ogros…

 

El líder de los ogros del bosque dijo "Amigos, me alegra verlos con vida. Sé que tienen muchas cosas que decir, pero no hay tiempo. Esta chica es Raiza. Sé que es una elfa, pero no tiene relación con sus captores y tiene el poder para liberarlos".

 

En voz baja, Gasthor le dijo a Raiza al oído: "Oye, usa tu sangre en los grilletes y collares y di: 'Te libero'. Una vez que estén libres, los teletransportaré y traeré a mis mascotas para buscar a Kykoo".

 

Los ogros, sin mediar palabras, dejaron que la señorita Raiza los liberara de sus grilletes y collares.

 

Una vez estaban libres, los ogros se miraban más tranquilos. Se tomaron todos de las manos y la señorita Raiza usó el orbe, teletransportando a los ogros y trayendo un montón de ratas blancas en su lugar…

 

Las ratas rodearon a Gasthor. Era obvio para mí que eran sus mascotas.

 

"Chicos, vayan al bosque de los elfos y busquen a Kykoo Leiva", dijo Gasthor, y los ratones corrieron a toda velocidad fuera del túnel.

"Oh no, mis ratones que ya salieron del túnel vieron muchos problemas en la entrada del túnel".

 

Supimos en ese momento que teníamos que salir corriendo o este túnel podría convertirse en nuestra tumba...

 

 

 

 

Mientras Raiza y su equipo iban a rescatar a los ogros, Chizze y yo vigilábamos a Legoz en la entrada del túnel.

 

"Amo, noto el olor de un grupo de orejas largas y traen comida", dijo Chizze, con la baba saliéndole de la boca. Aún tiene hambre después de arrasar con la barra libre del palacio…

 

Tres elfas llegaron con un carro de comida. Creo que era hora de la merienda de los guardianes y sus prisioneros.

 

Legoz, con voz nerviosa, dijo: "Gracias por la comida, señoritas. Yo la repartiré con mis compañeros y los prisioneros".

 

Entre las tres elfas había una que destacaba; al parecer, era mayor y tenía un aura más imponente. Se notaba que las otras dos elfas eran solo sus asistentes.

 

Ella habló: "Creo que te conozco, pero no sé de dónde. Eres nuevo".

 

Legoz respondió: "Sí, soy nuevo. Es de mis primeros trabajos. Siempre quise ser soldado élfico desde niño. Estoy emocionado por trabajar y demostrar mi valía".

 

La elfa que parecía ser la superior de las otras mujeres sonrió y le entregó los alimentos a Legoz. Cuando Legoz se disponía a meter la comida en la cueva…

 

Se escuchó un leve silbido y se vio cómo las ropas de Legoz comenzaron a llenarse de sangre. Legoz fue atacado con magia de viento. Casi fue cortado por la mitad, pero solo perdió un brazo y parte de su abdomen estaba cortado.

 

Legoz vomitó sangre, cayó al suelo y se retorció de dolor.

 

"¿En serio creíste que me engañarías, niño tonto?", sin pensarlo, Chizze saltó desde el árbol donde vigilábamos a Legoz y atacó a la elfa.

 

Pero la elfa detuvo su golpe con un escudo de viento.

 

"Eres la compañera de este traidor, una sucia mujer bestia. Te daré el honor de morir en mis manos".

 

La elfa usó un conjuro: "Mil dagas en el aire".

 

Hizo un montón de cortes en el aire, dañando gravemente a Chizze y, como daño colateral, lastimó a las dos elfas que la acompañaban a dejar la comida.

 

 

"Vaya, no tienes miedo de lastimar a tus propios aliados", le dije a la elfa mientras sostenía el cuerpo lastimado de Chizze.

 

"¿Un humano? No, eres algo más. Tu aura te delata".

 

Solo respondí: "¡CURACIÓN ACELERADA!"

 

Chizze saltó de mis brazos y se dispuso a atacar a la elfa, pero nuevamente detuvo su ataque. Sin embargo, no notó que yo estaba detrás de Chizze.

 

Este movimiento lo habíamos practicado en nuestros entrenamientos. Ella ataca de frente y, desde detrás de ella, uso su cuerpo como trampolín para saltar encima de la elfa. Aterricé detrás de la elfa, toqué su espalda y grité:

 

"Magia degenerativa, ¡PARALIZAR SISTEMA NERVIOSO!"

 

La elfa quedó aturdida y recibió un golpe en la cara del puño de Chizze, noqueándola. No sé en qué momento pasó, pero había un montón de ratas saliendo de la cueva, lo que significaba que el plan salió bien. Ahora me levanto con la ayuda de Chizze, ya que la curación acelerada me dejó agotado.

 

Me acerqué a Legoz y cerré el corte en su pecho y detuve el sangrado de su brazo. Podría curarlo entero, pero no tengo mucha vitalidad.

 

"Ester, por favor, también ayuda a esas elfas. Solo estaban haciendo su trabajo; no merecían que su compañera las atacara tan cruelmente".

 

En ese momento, Raiza y su grupo salieron del túnel con un montón de elfos vestidos con armaduras de soldado en su espalda.

 

"Por la Diosa, me asusté cuando Gasthor dijo que había problemas. Pensé que derrumbarían el túnel y tuvimos que sacar a estos tipos para que no murieran aplastados… Ya da lo mismo".

 

Raiza tiró a los elfos que estaban en su espalda como si fueran fundas de basura.

 

Le pedí ayuda a Raiza para recuperar mi vitalidad y curar a los heridos. Curé el brazo de Legoz y a las elfas compañeras de la mujer que cortó el brazo de Legoz, pero las dejamos inconscientes junto al resto de soldados en un lugar seguro, ya que ya no serían una molestia.

 

"Así que este será el fin del bosque de los elfos", dijo la elfa que cortó el brazo de Legoz. No quise curarla ya que ella sí podría ser muy peligrosa. Todavía sigue bajo el efecto de mi magia degenerativa.

 

Me sorprende que pueda seguir hablando. Debe tener una gran fuerza de voluntad…

 

"Tú eres Gasthor. Viniste por tu gente y, por eso, ahora mi gente estará condenada. El bosque morirá pronto y, con él, todos los elfos. Siempre quise ver el mundo exterior, pero me aterra lo desconocido. El bosque es todo lo que tenemos y ahora es nuestro fin".

 

La elfa lloraba mientras decía sus quejas en voz alta, y Gasthor habló:

 

"Los elfos no morirán, eso te lo prometo. Ahora debemos ponerle fin a esta farsa llamada el bosque de los elfos".

 

La elfa, aún en el suelo, se rió.

 

"Qué tonto eres. Kykoo Leiva nunca permitirá que salgamos del bosque y nadie más puede sacarnos de aquí, si no es un alto elfo de la familia real élfica".

 

"Niña tonta, intenta descansar un poco si no confías en mí y confía en ella", dijo Gasthor mientras señalaba a Raiza, quien en ese momento se quitó el casco. La elfa abrió los ojos y dijo sorprendida:

 

"Esa cara, es el mismo rostro que la Reina de los elfos, la esposa fallecida de Kykoo Leiva".

 

Raiza respondió:

 

"Lamento decirte que no soy ella… soy Raiza Corddian… pero ustedes tal vez me conozcan como…

 

Raiza Leiva".