Hoy me vestí elegante para mi primera cita…
Sé que puede sonar patético que tuviera que comprar a una mujer para que ella aceptara salir conmigo, pero fue ella quien me invitó, así que no importa…
Fui a un sastre cuyo local estaba cerca de la posada. Tenía un alquiler de trajes de gala a un precio razonable, aunque debía dejar algunas monedas de más como garantía. También alquilamos el traje de Chizze, aunque las joyas tuvimos que comprarlas al precio completo. Menos mal que Chizze consiguió 200 monedas de plata del mercader de esclavos…
Ahora, como es la fiesta en honor del príncipe Carlo Dante Rusthia, supongo que podría encontrarme con esas personas con las que peleamos en la zona de monstruos, así que tenía que disfrazarme. Gasthor me ayudó con esto. Puso sus manos en mis mejillas mientras me miraba a los ojos; nunca en mi vida me sentí tan incómodo.
"Listo, ya está terminado".
Sacó un pequeño espejo de su bolsillo y miré mi cara. Me hizo crecer una frondosa barba y bigote. Admito que no era mi estilo, pero podría ayudarme a pasar desapercibido en el castillo…
Como Chizze no tenía nada que ocultar, solo tuvo que vestirse de la manera más elegante posible.
Ya en la noche, alquilé un carruaje medianamente elegante y pasé a la posada por Chizze, la cual estaba vestida con un elegante vestido rojo y joyas que resaltaban su belleza. En verdad, quería besarla, pero teníamos trabajo que hacer.
Le pagamos al dueño del carruaje para que nos llevara al Palacio Real, y mientras estábamos en el carruaje rumbo al palacio, noté que Raiza nos seguía en la distancia, entre los techos de los edificios.
Cuando llegamos al Palacio Real, vi que estaba adornado de forma elegante y llamativa, tanto que Chizze y yo, aun con nuestros mejores trajes, no resaltábamos en absoluto al estar rodeados de tanta gente noble.
Fuimos a la entrada mientras yo estaba algo nervioso. Le entregamos la invitación al guardia…
"Son los representantes de los esclavistas, bienvenidos, caballeros. Por cierto, su esclava está muy hermosa; tiene buen gusto, amigo", dijo el guardia mientras miraba a Chizze de una forma muy asquerosa. Pero aún no debía hacer un alboroto…
"Muchas gracias, sí, ella es muy linda", tomé a Chizze de la mano y entré apurado a la fiesta, que era en el segundo piso del castillo. El salón del trono estaba en el tercer piso, justo arriba del salón de eventos donde se celebraba la fiesta…
El plan era simple…
Las ratas de Gasthor ya estaban infiltradas y vigilaban todo lo que pasaba en el castillo, así que sabíamos el camino más corto al salón del trono, ya que la seguridad del castillo es casi impenetrable.
Si una puerta está cerrada, no puede ser abierta, pero las puertas desde la entrada del castillo hasta el salón de eventos estarán abiertas, y el salón de eventos está debajo de nuestro objetivo.
Solo necesitaba abrir un camino al salón del trono a través del techo.
Gasthor me dio un orbe explosivo; solo debía cargarlo con mi vitalidad, y la explosión podría hacer un agujero en el techo. Esa explosión sería la señal para que Raiza entrara a toda velocidad y los tres entráramos en la puerta hasta el bosque de los elfos y liberáramos a los ogros a la fuerza.
Solo debía esperar el momento perfecto para explotar el techo, cuando los invitados estuvieran más borrachos por el alcohol, los sirvientes y guardias más cansados, y el héroe de Rusthia junto a su séquito estuvieran distraídos…
En ese momento, podríamos ejecutar el plan, ya que solo necesitamos un minuto desde la explosión hasta llegar a la entrada al bosque de los elfos.
Ya dentro del salón de eventos, me quedé maravillado por aquel elegante palacio.
El país de Rusthia es muy pobre por el estilo de vida que vive su gente; aun en la capital, que se considera la zona más rica del país, el nivel de vida no es muy bueno. La ciudad del muelle de Zhanty tiene un nivel de vida mucho mejor; en cambio, el palacio se ve como un derroche del dinero público, y esas sirvientas artificiales que pasean por el palacio son el mayor derroche de dinero.
Pensé en bailar un poco en el salón con Chizze, pero cuando me di cuenta, ella se fue de lleno a devorar la barra libre del palacio. Se notaba su falta de modales, lo cual me consternaba…
En ese momento, se apagaron las luces. El rey, desde un segundo piso dentro del mismo salón de eventos, nos miraba desde lo alto junto a su sirvienta artificial principal y dio su discurso, que solo alababa a sus hijos… Pero, irónicamente, ninguno estaba junto a él.
Hasta creo que el Carlo Dante que se supone que se debe presentar hoy no será el verdadero; en verdad, no me agrada ese sujeto.
Cuando me di cuenta, prendieron las luces y vi al príncipe Carlo Dante Rusthia entrar al salón, dirigiéndose al escenario, que estaba justo debajo del segundo piso, donde estaba el rey de Rusthia por encima de todos nosotros.
El nuevo Carlo Dante tenía la misma cara que el que vi en la zona de monstruos, y también reconocí a las dos personas que estaban en el escenario. Creo que eran los dos mismos acompañantes del falso Carlo Dante: el clérigo viejo y gordo y la chica con los ojos vendados.
Intenté no hacer contacto visual con ninguno de los dos… pero ya era tarde.
Noté que el cardenal me estaba mirando y entonces escuché…
"¡GUARDIAS, CAPTUREN A ESE HOMBRE O TODOS MORIREMOS!"
El cardenal gritó desde el escenario y los guardias, incrédulos, me rodearon. Levanté mis manos. Sé que debía hacer un escándalo en el salón de eventos, pero todo esto se sale de mis planes y necesito algo más de tiempo para cargar el orbe explosivo…
"Perdón, cardenal. ¿Hice algo que ofendiera al equipo del héroe?"
"No te hagas el inocente. Recuerdo que tú derretiste la cara de Carlo con tus poderes demoníacos. Tú debes ser un demonio."
"Creo que está algo confundido, cardenal. El príncipe Carlo Dante Rusthia está aquí enfrente, y personalmente, su rostro es hermoso. Nunca le haría tal cosa. Solo soy un ser humano que vino a entregar sus respetos al héroe de Rusthia."
Intentaba ganar algo de tiempo con toda esta palabrería, mientras discretamente cargaba mi vitalidad en el orbe en mi bolsillo.
"Cardenal Darwin, cuidado con tus palabras. ¿Qué pretendes al hacer este escándalo? Si querías capturar a ese hombre, deberías hacerlo de una forma más discreta. Guardias, llévenselo de aquí para que continuemos con la gala en honor a mi querido hijo."
Kharla Dante frunció el ceño al oír las palabras de su padre…
El rey había ordenado que me capturaran, pero aún necesitaba algo más de tiempo para cargar el orbe…
Y de pronto se escuchó…
"¡Bajen sus armas o le cortaré el cuello a esta niña!"
No sé en qué momento Chizze se escabulló y tomó a la compañera de pelo blanco y ojos vendados del héroe de rehén, poniendo sus afiladas garras en su cuello.
"¡Bajen sus armas y no hagan movimientos bruscos!" gritó el cardenal con la cara pálida. Debe tener en mucha estima a su compañera…
Pero el rey gritó…
"No se atrevan a desafiarme en mi propio castillo. Carlo, mata a ese sujeto de barba. Demuestra que eres el verdadero héroe."
Carlo obedeció arremetiendo contra mí. Esquivó su ataque y, cuando saltó sobre mí, tomé el orbe y lo lancé hacia Carlo, pero él lo esquivó con mucha facilidad…
Todo eso era parte de mi plan. Mi objetivo nunca fue Carlo; era el techo detrás de él…
El orbe chocó con el techo cerca del rey de Rusthia y simplemente explotó.
…
Una vez se escuchó la explosión desde fuera del castillo, Raiza murmuró…
"¿En qué está pensando este idiota? La explosión debía ocurrir mucho más tarde."
Pero sin perder tiempo, corrió a toda velocidad desde la entrada del palacio hasta el salón de eventos, donde buena parte de los invitados fueron presa de la explosión…
El plan era evitar lastimar a la mayor cantidad de personas, pero fracasamos miserablemente.
Incluso yo estaba en el piso con mis piernas rotas por la conmoción, y sin darme cuenta, Raiza estaba parada frente a mí, mirándome tirado en el suelo. Sin mediar palabras, Raiza me tomó en sus manos y subió a la habitación del trono.
Antes de subir, noté que el rey estaba siendo protegido de los escombros por la sirvienta artificial que siempre lo acompañaba. Creo que podríamos estar de acuerdo en que ningún otro humano lo protegería con tanta lealtad.
Como lo teníamos planeado, Raiza, Chizze y yo entramos por el agujero en el techo al salón del trono. Nos llamó la atención que dos ratas de Gasthor nos estaban esperando.
Las ratas nos mostraron el camino hasta la puerta que conectaba con el bosque de los elfos, la cual estaba ubicada justo detrás del trono, cubierta por unas cortinas. Sin perder más tiempo, entramos a la puerta de neblina…
…
Regresamos con el Cardenal Darwin
No recuerdo bien qué pasó… Se suponía que solo debería ser una pieza decorativa para el falso príncipe. No me convertí en cardenal para estas estupideces. Ya no soy un niño para estas tonterías…
Se aclaran mis recuerdos… Recuerdo la cara de ese sacerdote y recuerdo una explosión… Por la Diosa, como me duele la cabeza. Luego pensé en voz alta…
"Princesa Kharla, ¿estás bien?" Pero no vi a la princesa Kharla por ningún lado…
El salón de eventos del palacio real era un desastre. Vi a personas muertas cubiertas por los escombros. Era un escenario aterrador. Quería vomitar, pero mi deber era proteger a la princesa. Quise buscarla, pero antes de siquiera comenzar…
De entre los escombros, una sirvienta artificial agarró mi pierna. Hice un grito de verdadero miedo, en especial porque esas cosas dan miedo y verla con el cuerpo destruido solo me dio un nuevo sentimiento de terror… pero esa cosa dijo…
"El rey está inconsciente, por favor, ve a curarlo."
Aún seguía presa del pánico. Todo esto era una situación horrible. No quería ayudar a ese cerdo, por más que tuviera esa estúpida corona en su cabeza. Mi prioridad era buscar a la princesa…
Pero entonces la sirvienta dijo: "El rey no se está moviendo. Si algo más grave le llegara a pasar al rey, no podría vivir conmigo misma. Por favor, sálvalo, por favor…"
Tuve la sensación de que si esta cosa pudiera llorar, estaría llorando con todas sus fuerzas.
Me hice sacerdote para aliviar el dolor de las personas, ya que, en mi opinión, lo que nos une a todos los seres vivos es que todos sentimos dolor…
Nunca pensé en apiadarme de una de estas cosas sin vida…
Exhalé con consternación y dije en voz baja…
"Dime cómo llegar junto al rey…"