- ¡Argh!
- ¡Ah!
El cielo estaba cubierto de muchos colores y la oscuridad comenzaba a devorarlos poco a poco mientras seguía a su pastora como un fiel borrego. La noche comenzaba a anunciar su llegada con la presencia de la Luna, dejando un hermosos paisaje que solo se extendía más y más sobre el horizonte, pero este hermoso paisaje estaba siendo corrompido por interminables gritos y crujidos.
- ¡Corre!
- ¡Ayud-!
- ¡No se alejen!
- ¡Agáchate!
Los gritos eran ahogados, salvo aquellos gritos que reflejaban una muerte inminente, y los demás propietarios de los otros gritos hacían lo posible para ocultarse, sin embargo la oscura silueta alcanzó a un par y así como la luna devoraba al sol, sus gritos fueron tragados y dejados en el olvido.
El día había transcurrido sin incidentes y con lo cercano de la noche esta era la última vez que se separaban antes de acampar por la noche, siendo esta tal vez la razón de porque podrían considerarse relajados, pero el mundo era cruel y de una rigurosa, fría y dura manera te haría recordar que no deberías olvidarlo.
- ¡Por aquí!
Un hombre con mascara de lobo que cubría la mitad superior del rostro era uno de los poco supervivientes del grupo cinco y hablaba a sus compañeros compañeros supervivientes cerca a él, todos ansiosos detrás de sus propias mascaras por el ataque sorpresa.
- Debemos escondernos, hagamos tiempo hasta que vengan los demás grupos a ayudarnos.
- Sí, pero-
- ... Graaaa...
Las personas enmascaradas estaban ocultos detrás de arboles cercanos, observando de vez en cuando los movimientos de los seres que los habían atacado, sin saber decir si era suerte o una lástima ya que eran dos las criaturas que habían acabado con la vida de sus compañeros. Uno tenía la parte superior de un hombre, con garras filosas en las manos que cortaban la piel y huesos como gelatina, mientras que la parte inferior era más parecido al cuerpo de una serpiente, aunque esta no estaba cubierta por escamas, sino que era más parecido a piel humana tejida de esa forma, y el otro tenía un cuerpo recio y grande, con colmillos que sobresalían de su mandíbula inferior y, contrario al otro, sus manos no eran filosas, sino toscas y grandes como las de un gorila.
Una de estas criaturas, a la que después de ver y revisar se había comprobado como homúnculo, sostenía y devoraba el cuerpo de uno de las dos primeras victimas que dejó el ataque sorpresa, pero ante el tono un poco elevado del hombre con máscara de lobo volteó en su dirección y dejó caer lo poco que quedaba de su cuerpo.
- ¡Corran!
-...Graaaa...
Por suerte el hombre con máscara de Lobo había dado un último vistazo mientras hablaba y alcanzó a dar la orden a los demás, quienes la siguieron de inmediato y vieron como las garras del homúnculo cortaron los grandes troncos donde estuvieron ocultos sin ningún problema.
Los ojos del homúnculo eran como los de un camaleón y se movieron simultáneamente para seguir a las distintas figuras que corrieron y trataron de ocultarse en los alrededores, para inmediatamente seguir al más lento y; por ende, el más cercano.
- ¡Ayuden-!
La voz aguda reveló que la persona detrás de la máscara era una mujer, pero las garras y el homúnculo en general era algo a lo que eso no podría importarle menos y, mientras gritaba, las garras cortaron limpiamente su cuerpo.
- ¡Lia-!
- ¡Detente, idiota!
Un enmascarado salió de su escondite al escuchar los gritos y, al presenciar la escena, su voz llena de emociones dejaba en claro que la relación que tenían era una más que cercana y por eso trató de vengarla, saltando mientras mostraba una especie de machete oculto entre sus ropas, pero esa era una decisión estúpida y a pesar de los gritos de sus compañeros ocultos no se detuvo y los ojos de la criatura se movieron captando cada movimientos suyo, para segundos después agitar sus garras y reunirlos en la otra vida.
- No podemos seguir huyendo... Sé lo que dijo la Capitana, pero... no quedara nadie...
- ...
Una de las personas enmascaradas, portando una máscara de conejo, habló hacia la del lobo, quien parecía ser el encargado de todos, y este no pudo negar ni una sola de sus palabras, frunciendo el ceño tras la máscara.
- ¿Cuántos quedamos...?
- De este lado... siete, el otro homúnculo persiguió a los otros cuando nos separamos, pero ellos solo eran cuatro y escuchamos sus gritos, por lo que...
- Deben estar muertos...
- Si...
El hombre de la máscara de lobo no pudo evitar tensar su expresión, después de todo ya estaban contra las cuerdas pero ahora sabía que pronto el otro homúnculo se uniría a su caza y, como dijo la coneja, no quedaría ni uno.
- ...
El Lobo robó un vistazo al homúnculo, quien había comenzado a comerse el cuerpo de sus compañeros, y tomó una decisión, aunque siendo realistas las opciones se habían acabado y su respuesta era la única forma que quedaba si querían tratar de sobrevivir.
- Atacaremos...
- ...
Nadie reaccionó a las bajas y preocupantes palabras del Lobo, después de todo todos sabían que no había otra opción y su silencio significaba que esperaban las ordenes.
- Dos de nosotros correrán y llamaran su atención, los otros cinco atacaremos por la espalda cuando trate de seguirlos.
- Entendido.
El Lobo señaló a dos de las personas y además hizo gestos con las manos para explicar de forma más precisa a los enmascarados más lejanos, evitando así tener que elevar la voz. Todos asintieron y doblando uno a uno los dedos de su mano realizó la cuenta regresiva y entonces el momento llegó.
- ...Graaa...
El conejo, acompañada del águila, salieron corriendo de sus escondites y los ojos del homúnculo las siguió de inmediato para comenzar a perseguirlos. Los cuerpos que estaba devorando fueron lanzados y aplastados cuando su marcha comenzó, pero aunque este podía ser el futuro del Conejo y el águila, ninguno mostró dudas en sus ojos, ya que de inmediato los demás enmascarados escondidos saltaron sobre él. Todos mostraron una velocidad más alta que el promedio, pero lo realmente sorprendente fue el como se las arreglaron para casi no realizar sonido en su intensa carga y, finalmente, revelaron las distintas armas que escondían entre sus ropas.
- ...Graaaa...
El homúnculo notó al Lobo, quien lideraba el ataque, pero ya era tarde y este cortó con todas sus fuerzas tratando de separar la cabeza de su cuerpo, sin embargo el homúnculo reaccionó y se dobló, haciendo que el ataque solo cortara uno de sus ojos.
El horrible cuerpo que tenía se movió y giró como el de un gusano, haciendo que ahora las garras estuvieran dirigidas a él, pero en sus ojos no había miedo aunque su cuerpo estuviera cubierto de ansiedad y los demás enmascarados saltaron contra él mostrando la razón de esto. Todos portaban todo tipo de cuchillos, largos y pequeños, y con estos cortaron los brazos del homúnculo, quien ni siquiera parpadeó frente a esto, después de todo no sentía dolor, y de inmediato acercó su cabeza para morder y devorar con sus filosos dientes, pero ahora era el turno del Ave y el Conejo, quienes saltaron por su espalda, después de todo ya habían cumplido con su rol y ahora habían venido a ayudar y juntos, azotando con toda su fuerza, cortaron la cabeza del homúnculo.
Una sangre roja y viscosa cayó sobre el cuerpo y la máscara del lobo, quien ni siquiera la limpió mientras observaba a sus compañeros.
- ...
- ¡Bien hecho!
Finalmente, la cabeza del homúnculo cayó al suelo, demostrando que estos humanos, estos sobrevivientes, eran distintos a cualquiera que hayan visto, y festejaron con gritos ahogados ante la vista.
- ¡Buen trabajo!
- ¡Vamos!
- ¡Debimos hacer esto desde el inicio!
Algunos gritos fueron más de impotencia que de celebración, sin embargo todos los presentes trataron de relajar su cuerpo mientras hablaban y el Lobo, luego de escucharlos, tuvo que traerlos a la realidad.
- Aun no se acaba, falta el otro homúnculo, podríamos esperar a los refuerzos, pero la capitana dijo que solo en caso de no poder lidiar con ellos, así que deberíamos verificar si los que quedan aún viven y si es así, salvarlos.
- ...
Todos los enmascarados observaron al Lobo y asintieron, entonces, cesando con sus palabras y emociones, observaron el camino por el que habían huido y comenzaron a correr de vuelta, completamente atentos a los alrededores.
Mientras tanto, Dante y Willt, quienes seguían el cause del río sin preocupaciones, se detuvieron debido a que Willt comenzó a olfatear un olor que hizo sisear fuertemente a su serpientes y arrugó su rostro de tigre.
- ... Dante...
Willt habló hacia su compañero, quien ya había estado observándolo debido al inusual siseo que pocas veces escuchaba.
- ¿Qué ocurre?
- ...Huele a sangre...
- ¿Sobrevivientes? ¿Saqueadores?
- ... No lo sé...
No era extraño que Willt le dijera que olía a sangre, sin embargo Dante sabía que algo no era normal y su pregunta en sí fue una sin sentido para corroborar este punto, ya que sería imposible que su compañero distinga que tipo de personas eran, así que continuó.
- ¿Pero?
- ...Huele a Magia Negra...
Willt mostró sus dientes afilados, los cuales reflejaron los últimos rayos de luz y Dante, quien había estado caminando sin la máscara, arrugó su frente y sus ojos se hundieron en la frialdad, entonces la tomó de su cintura y la aseguró en su rostro mientras volteaba a ver al frente.
- Vamos...