- ¡Capitán!
- ¡Siesssssss!
Las demás figuras enmascaradas observaron girar el cuerpo de la capitana en el aire y luego golpearse contra el árbol, vista que causó una distracción imposible de evitar, pero ese sería su mayor error, ya que al igual que con sus anteriores contrincantes, Willt no lo dejaría pasar y sus garras, cuerpo, colmillos y serpientes los persiguieron.
- ¡Argh!
- ¡...!
- ¡N-!
Las siete figuras enmascaradas fueron mandadas a volar, corriendo con mucha suerte de no morir, sin embargo podían verse cortes y golpes por todo su cuerpo e inevitablemente tuvieron que apartar la vista de su capitana y centrarse en su oponente. Aunque era cierto que Willt también estaba observando el estado de su compañero, ya que a pesar de su confianza y de todo, Dante era su único verdadero compañero y amigo de vida.
La piel de Willt, que ahora eran escamas negras, era dura y rasposa y de no ser por el trabajo en equipo que estas personas mostraban hace mucho que habría acabado con todos.
- ¡Capitana!
Pero como si hubieran leído estos remordimientos uno de los enmascarados en mejor estado saltó y corrió en dirección a Dante y la capitana.
En el cuerpo del enmascarado se notaba la urgencia y la convicción de ayudar a la capitana incluso a coste de su vida, sin embargo aunque no llegó a ayudarla si entregó su vida. El enmascarado que parecía ser un hombre joven se derrumbó detrás de Willt y tomó esa posición para tratar de tomar ventaja, pero por la misma urgencia había olvidado un detalle importante y las serpientes que mordieron y crujieron su cuerpo se lo hicieron recordar antes de fallecer.
- ¡No, Leo!
Los demás enmascarados gritaron lo que parecía ser su nombre, pero esos gritos de preocupación nunca llegarían a él, quien en segundos fue lanzado al suelo luego de parecer más un trapo sucio todo retorcido y todos se volvieron a levantar observando a Willt, quien movía su pata delantera lentamente hacia ellos como si les gritara que eran los siguientes.
- ¡Maldición!
- ¡Debemos ayudarla!
- ¡Cálmense!
Los enmascarados se pusieron nerviosos, gritando y dejando ver que todos mostraban la urgencia del llamado Leo, pero contrario a él sus ansias fueron detenidas por el fuerte grito de un enmascarado que portaba una máscara de mono.
- ¡¿Qué dices, la capitan-?!
- ¡Dije que te calmes!
- ¡Pero-!
- ¡Cállate!
La situación se había dado vuelta desde hace mucho, ya que ahora eran ellos los acorralados y por eso mismo no deberían cometer errores tan estúpidos como estos y el Mono era el único que parecía recordarlo, por eso, frente a los interminables gritos de quejas y lamentos, el Mono se volteó y golpeó al que tenía una mascara de Zorro, llevándolo al suelo.
- ...
Todos quedaron sorprendidos, incluso Willt, quien a pesar de reconocer que esta sería una excelente oportunidad para atacar o desaparecer decidió no hacerlo y siguió avanzando lento y cauteloso ya que la razón pronto sería revelada cuando un par de flechas volaron apuntando a él.
- ... Molesto ...
Las flechas cortaron el aire y volaron hasta golpear las escamas de Willt, entonces se quebraron y rebotaron sin poder atravesarlas.
Las personas escondidas eran el problema, Willt se hubiera lanzado y cargado contra ellos para acabarlos, pero no podía ceder espacio, tenía a sus serpientes pendiente de todo lo que ocurría detrás y a los costados, mientras él prestaba atención a lo que había delante y sobre él, todo por estas personas que podrían escabullirse o disparar hacia su compañero, quien parecía estar más desmayado que consiente. Además, al observar estas flechas romperse los enmascarados entendieron el significado detrás de las palabras del Mono.
- ¿Debemos...?
- Sí. Ayudaremos a la Capitán... pero no podemos dejar libre a esta cosa.
- ...
Las palabras fueron cortas y redundantes, tratando de no revelar el plan que tenían en mente, ya que sabían que Willt podía escucharlos aunque susurraran y así todos intercambiaron vistas antes de que el Mono le tendiera la mano al Zorro para ayudarlo a levantarse.
- Lo siento...
- Eso es lo que yo digo.
El Zorro se acomodó la máscara y se disculpó, entonces ambos volvieron a prestar atención al gran tigre que se acercaba.
- Vamos... una última vez.
y una vez más, con todos de acuerdo, los seis enmascarados restantes saltaron en dirección a Willt, quien no se apresuró y esperó a que llegaran mientras no pasaba nada por desapercibido.
- ¡Haaaa!
- ¡Vamos!
- ¡Maldito monstruo!
Los enmascarados golpearon con sus distintas armas manteniendo la fe de que alguna lograría atravesar sus escamas, pero lastimosamente para ellos eso no pasaría y uno tras otro sus armas fueron rebotando mientras temblaban junto a sus brazos.
Las garras de Willt se lanzaron sobre unos, mientras los dientes persiguieron a otros, pero todos eran escurridizos y se apoyaron entre ellos para lograr apartar a sus compañeros antes de volver a atacar.
Willt no se preocupó o se impacientó, recibió los ataques de cada uno y atacó sin esperanza de alcanzarlos, ya que era cierto que ellos se cansarían antes que él, pero entonces lo vio, aquello que había estado esperando.
Siete enmascarados eran los que lo habían atacado y mantenido hasta el momento, claro, había matado uno porque se dejó llevar por las emociones, sin embargo a pesar de ser seis no se habían echado hacia atrás, además, eran dos las personas con arcos escondidas en la oscuridad que apoyaban. Estos no parecían tener una puntería privilegiada con la cual podrían apuntar a los ojos o nariz de Willt, pero si tenían un gran entendimiento de la situación y eran hábiles corredores que casi no hacían ruido al moverse, pero por más perfecto que se sincronicen y pierdan sus sonidos con el ambiente un error siempre ocurrirá y las serpientes de Willt no dejaron pasar aquellas hojas que cayeron en la oscuridad.
- ... Los encontré...
- ¡¿Qué?!
- ¡Cuidado!
Willt giró su cuerpo y en parejas tuvieron que ayudarse para evitar la embestida de su cuerpo, cayendo al piso o perdiendo el equilibrio. Entonces, de inmediato Willt saltó en dirección al par de árboles de los que habían caído un par de hojas que aún flotaban en aire y se mecían con el viento.
Algo que había aprendido en sus intercambios previos era la forma de actuar del grupo de enmascarados, ellos atacaban en parejas. Las parejas no eran fijas, de hecho se ayudaban entre ellos de forma tan cambiante y coordinada que a pesar de ser un número impar no habría nadie que se quede solo o atrás y los ocultos con arcos no eran la excepción, ya que después de encontrarlos en reiteradas ocasiones observó como las flechas volaban de un árbol o de un lugar bastante cercano y, aunque podría ser, Willt dudaba mucho que cambiaran esa caracteristica, cosa que comprobó al llegar a su destino y ver como dos enmascarados se apoyaban para moverse entre los árboles.
- ¡Roar!
Junto a un rugido Willt saltó contra ellos, los cuales se empujaron para apartarse del camino y caer al suelo.
- ¡Ayúdenlos!
Willt creyó que los tenía, entonces su gran cuerpo golpeó y el tronco y destrozó las ramas antes de voltear y seguir a los indefensos enmascarados, sin embargo la vista lo sorprendió al igual que los gritos.
- ¡Vamos, sigan!
Los demás enmascarados los siguieron a pesar de haber podido correr hacia la capitana y eso despertó una gran inquietud en Willt, quien había planeado perseguirlos y acabarlos por la espalda en menos de un segundo después de lidiar con estos arqueros, pero contrario a sus pensamientos, los enmascarados estaban aquí y una figura negra fue captada por las serpientes en su cola.
- ...¡Dante!...
Siete enmascarados con armas de cuerpo y dos con armas de distancia, esa había sido la creencia de Willt, pero tal parece que había estado equivocado y uno de ellos se había mantenido escondido hasta estos últimos momento a pesar de toda la conmoción y peligro.
Este suceso no tenía sentido para Willt, los enmascarados parecían lo suficientemente cercanos como para dar la vida los unos por los otros sin pesarlo, entonces que alguien espere mientras observa este sufrimiento sería una contradicción a sus principios, pero tal vez Willt estaba equivocado o al menos equivocado en la mayoría y observó como esta figura corría hábilmente por el suelo acercándose a Dante por la espalda mientras mostraba dos filosas navajas en sus manos.
Dante estaba casi inconsciente, de hecho su visión y la información que procesaba era únicamente lo que tenía enfrente, por lo que no escuchó el grito desesperado de su compañero y levantó lentamente su brazo con la hoz al mismo tiempo que el último enmascarado saltó detrás de él como un depredador.
Willt sacudió su cuerpo y las escamas negras volvieron a su habitual pelaje dejando que las armas de los enmascarados corten su cuerpo, pero no le prestó atención y atravesó entre ellos en dirección a su compañero mientras observaba como las navajas estaban cada vez más cerca de su cuerpo dibujando una trayectoria que acabaría con su vida.... pero....
- Fuuu...fu...fuuuu...fu...
Un sonido de un instrumento musical de viento llegó a los oídos de todos, incluso a los de Dante, y el décimo enmascarados se detuvo como si se hubiera congelado.
Su cuerpo se puso rígido y los brazos que acribillaban el aire con gran fuerza se detuvieron de inmediato, entonces sangre comenzó a gotear de detrás de la máscara y el cuerpo detenido del enmascarado cayó al suelo creando su propio charco de sangre.
Willt no se detuvo y sostuvo a Dante, quien no logró acabar con la vida de la Capitana y estuvo a punto de desmayarse.
- ...¡Dante!...
- ¡Capitana!
Willt tomó a Dante y retrocedió con él, entonces los enmascarados saltaron frente a la capitana, sin embargo ninguno de los dos bandos observó al otro, ya que todos y cada uno estaban observando en dirección del sonido que se volvió a escuchar.
- Fuuuuuuu....fu....fufufu....fu...
El sonido congeló el cuerpo de todos, llenándolos de una tensión inimaginable y haciendo que más de uno se orine en sus pantalones, entonces, a la distancia, debido a la baja iluminación, solo pudieron observar un par de piernas largas que se asomaban a los costados de un vestido azul que caía hasta el suelo por el medio.