Chapter 14 - Ordenes del Jefe

Dante era una persona que viajaba siguiendo rumores o hechos, todo en búsqueda de brujas. En cuanto al agua y la comida que ocupaba durante sus viajes era solucionada con los arroyos o distintas fuentes de agua, así como las distintas criaturas que se encontraba y cazaba en la superficie, pero para poder comer y beber de estos recursos necesitaba las Piedras Purificadoras, las cuales las obtenía de los saqueadores, a quienes probó en reiteradas ocasiones sacarles la información sobre la preparación, sin embargo, aunque torturó y amenazó de muchas formas estos nunca la revelaron. Pero, a pesar de no obtener la receta obtenía varios ejemplares luego de deshacerse de ellos y solo era en casos como estos, donde no tenía la suerte de encontrarse con estos, lo que lo obligaba a buscar un Refugio Subterráneo para obtenerlo. Aunque Dante, al igual que Willt, odiaban visitar estos lugares, ya que como habían visto anteriormente estos lugares mostraban el peor lado de la humanidad.

En anteriores ocasiones, visitando algunos de estos Refugios, desde el primer día hubieron quienes trataron de acabar con él para obtener los diversos recursos que el recolectaba en la superficie, y Dante se encargaba de ellos sin dudar, pero como estos actos no detenían a las demás personas, habían quienes trataban de justificar su deseo y avaricia con justicia, lo que llevó a la existencia de casos donde la sangre derramada cubría el suelo y las paredes como pintura, razón por la cual Willt prefería no separarse de su compañero tratando de limitar esta reacciones, sin embargo ambos sabían que, en términos de diferencia, los resultados terminaban siendo casi los mismos. De esa forma, las serpientes de Willt sisearon mientras observaban a los perseguidores, quienes parecían haberse aburrido de la persecución y se acercaban rápidamente.

- ... ¿Qué harás?...

- Ya sabes la respuesta. 

- ... En ese caso deberíamos alejarnos de las personas... 

- ¿Y a donde iremos? si toda la caverna esta poblada. 

- ... En ese caso vamos donde haya la menor cantidad... 

- ¿Es necesario? Estas personas viven con la muerte en su puerta, ver sangre es tan común como respirar, ¿Por qué te preocupas por ellos?

- ... No lo entiendes... no es por ellos... 

Willt murmuró y apartó la vista de Dante, quien hablaba ajeno a todo sentimiento mientras decía palabras y oraciones con significados atroces, y en sus pequeños ojos como platillos tan característicos de los felinos se notaba una ligera tristeza que ocultaba junto a sus pensamientos. 

- ...Vayamos al borde de la caverna, el olor es menor en ese lugar...

- Como digas. 

Dante aceleró su paso y comenzó a correr en la dirección contraria a la que tomarías para salir de este Refugio. Esquivando hábilmente a todas las personas y obstáculos que se hacían presentes, pronto llegó a un pequeño descampado, donde no había rastros de basura, ni personas consumiendo o fumando algún vicio, de hecho, las personas en este lugar solo contaban con embaces en los cuales planeaban llenar o habían llenado agua, después de todo en esta pequeña porción de tierra limpia se encontraba el pozo de agua, la fuente de la vida. 

Al llegar al lugar Dante se volteó y esperó la llegada de los persecutores, quienes se habían quedado atrás no solo por su gran cuerpo, sino por la gran velocidad de Dante. 

- Haaa...

- Haaa...

Al cabo de unos minutos varios hombres llegaron jadeando, pálidos, como si se fueran a desmayar en cualquier momento. Normalmente gritarían y amenazarían de inmediato, pero solo pudieron apoyarse en sus rodillas mientras miraban al joven que persiguieron, observando como este los miraba con lástima. 

- C...Cu...¿Cuándo te diste cuenta?

El matón más cercano se irguió y preguntó mientras trataba de ocultar su cansancio y vergüenza, olvidándose por completo de todo el plan que se había ingeniado el Jefe junto al Matón a cargo. Aunque siendo realistas ese plan nunca hubiera funcionado y conforme los matones recuperaban el aliento se daban cuenta de esto.

Dante los miró, obviamente no iba a responder a sus preguntas y si de él dependiera entonces se desharía rápidamente de las personas que codiciaron lo suyo y atentan contra su vida, pero el peso en su hombro, así como sus últimas palabras, lo detuvieron. 

- Me iré de este refugio, ya conseguí lo que vine a buscar, así que váyanse...

- Lo siento, no podemos... Ordenes del jefe.

El matón que andaba frente a todos se veía bastante normal, su cuerpo estaba tenso y mostraba más la vergüenza que sentía que otras emociones, sin embargo él era la única excepción y Dante pudo reconocer a uno de los demás matones, quien era el matón que le preguntó sobre como llegó el día de ayer. Ese matón tenía una mirada divertida y ansiosa, como si no pudiera esperar para golpear a Dante y disfrutar de la sensación y aquella mirada era la más común entre todos los matones, por lo que las palabras que dijo el primero no sonaban muy convincentes, y Dante, volteando a mirar al pequeño Willt en su hombro solo pudo suspirar pensando "Lo intenté".

- Yo tampoco quiero hacer esto, de hecho soy bastante nuevo a comparación de estos idiotas y aún no me acostumbro a todo esto, así que, ¿Qué te parece si dejas todo lo que traigas contigo?

- ¿Eres nuevo?

- Si bueno... antes era recolector, pero no pude volver a mi Refugio y cuando me encontré con un grupo ellos me trajeron aquí.

- ¡Oye!

Dante pensó por un momento lo inusual que era este matón, pero tanto el matón como él despertaron al oír los gritos de los demás. 

- Entonces, ¿Qué dices?

- Lo siento, pero al menos quédate atrás si no quieres morir.

Esto último fue la consideración que Dante le tuvo a una persona que en verdad solo seguía ordenes para sobrevivir en este mundo, sin embargo, el matón solo suspiró y buscó entre sus ropas, sacando un cuchillo bastante filoso. Al ver esto Dante pensó que tal vez después de todo este matón no era distinto a los demás, pero eso ya había dejado de importarle y temerariamente dio un paso hacia ellos.

- Oye, oye ¿Está caminando hacia nosotros?

- ... No se olviden, tengan cuidado con sus bolsillos, golpeen y corten donde no estén estos. 

Los matones estaban algo confundidos al presenciar esta escena nueva de alguien retándolos, pero el que decía ser un recolector mantuvo la calma y les advirtió recordar su objetivo, entonces todos los matones caminaron hacia Dante.

Eran quince matones y solo tres de ellos tenían un cuchillo como tal, los otros habían sacado algunos trozos de vidrio que sostenían con trapos para no cortarse y otros solo usaban trozos de madera o cualquier cosa que puedan tomar con la mano, mientras tanto, su adversario era Dante, quien lidiaba con Brujas y criaturas de la noche con un manejo perfecto de la hoz junto a su cadena, pero a pesar de ver a los distintos viciosos matones empuñar con fiereza sus armas, Dante ni siquiera mostró el mínimo interés en tomar la suya. 

- ¡Vamos!

- ¡Me pagaras lo de ayer!

- ¡No mueras rápido!

Todos los matones empezaron a correr y Dante no interrumpió sus pasos, entonces el primero llegó sosteniendo un trozo de madera más parecido a un mazo, se podía decir que era el material y la forma más tranquila de todas, pero de recibir un golpe en la cabeza, lugar donde apuntó el matón, no sería ninguna broma y Dante, viendo como el mazo se azotaba como un bate de beisbol, se agachó mientras avanzaba y esquivaba. 

- ¡...!

El matón siguió de largo y cayó al suelo por lo descuidado de su movimiento, pero nadie le prestó atención y el segundo y tercer matones llegaron donde Dante. Ambos portaban trozos de vidrio y apuñalaron reiteradas veces, pero Dante esquivó sin mucho problema, ya que sus movimientos eran tan lentos que no se podían ni comparar a la Bruja del Paraguas, y pasó entre ambos mientras estos se enredaban y tropezaban por sus mismos movimientos, luego llegó el cuarto, el quinto y así hasta que solo faltaban dos personas, aquel matón que deseaba golpear a Dante por su pequeño intercambio de ayer y al que le ofreció la opción de evadir la situación. 

Todo pasó muy rápido, después de todo no hubo descanso entre uno y otro, por lo que la escena donde Dante salió de entre todos sin ningún rasguño y sin golpear a nadie estaba vivido en los ojos de todos, pero aún así los dos últimos se aventaron contra él. Dante no sabía si era confianza o simplemente terquedad, aunque tal vez sea un malentendido que causó al no tratar con los anteriores y si era así entonces tendría que disculparse, ya que su intensión nunca fue esa y habló para dejarlo claro. 

- Tu serás él primero. 

- ¿Qué...?

Los ojos del matón se abrieron de par en par, ya que perdió de vista a Dante y acto seguido el mundo se había dado vuelta. 

Dante no era alguien resentido, sin embargo la mirada y los sentimientos que ese matón dirigía hacia él le parecían asquerosos y repugnantes, siendo que era esa la verdadera razón por la cual esquivó a todos hasta este momento. Por otro lado, tanto los matones como las personas que presenciaron esto sintieron nauseas, ya que a pesar de estar acostumbrados a la crueldad de este mundo y, como dijo Dante, vivir viendo sangre, estos nunca habían presenciado un acto tan frio y seco. Así todos vieron como Dante movió su pierna e hizo caer de espaldas al matón, entonces la planta de su pie se acercó como la si oscuridad devorara a la luz y junto al horrendo sonido de huesos rompiéndose la vida del matón había terminado.

Todos los matones detuvieron la nueva carga hacia Dante y retrocedieron unos pasos frente a la escena, pensando y mirando con envidia el cuerpo de su colega, ya que él no tuvo que presenciar esta escena. 

- Entonces... siguiente. 

Los ojos de Dante recorrieron a todos los matones presentes, humedeciendo sus espaldas y tensando sus músculos, entonces, un nuevo sonido de huesos crujiendo llegó a sus oídos para traerlos a la realidad, donde cada uno no tuvo otra opción más que esperar su turno mientras trataban de defenderse o escapar. Luego, en menos de cinco minutos, Dante caminaba en dirección a las escaleras que usó para llegar a este lugar.