—Gale se mordió el labio, oyendo el suspiro de Craig—. «¿Estoy siendo demasiado insensible? Pero solo quiero ver la tumba de Gilberto porque hace tiempo que no lo visito», reflexionó.
—De acuerdo, te llevaré allí. ¿Quieres comprar flores primero? —preguntó Craig, y Gale asintió tímidamente.
Primero compraron flores, luego se dirigieron hacia el Cementerio de Gilberto. Craig necesitaba quedarse al lado de Gale también por su seguridad, así que la acompañó hasta la tumba de Gilberto.
Él se paró al lado de Gale y observó en silencio cada uno de sus movimientos.
Gale dejó las flores y exhaló fuertemente.
—Ha pasado un tiempo... Espero que estés en paz dondequiera que estés, Gilberto. Me aseguraré de que la persona responsable de tu muerte pague el precio...
Luego se mordió el labio y continuó:
