Uso explícito de palabras escritas con una caligrafía delicada. Justo como Abel, cuya belleza era de otro mundo con un alma oscura totalmente opuesta a su hermosa apariencia. Aries sentía que podía oír su voz mientras leía su ridícula carta.
—No hay duda de que él es el emisor de estas cartas —murmuró, apartando la vista de la carta hacia el pobre cuervo. Había estado volando de un lado a otro para entregar memorándums sin importancia.
Aries levantó su mano, extendiéndola para acariciar su cabeza con cautela. —No responderé más —dijo, siguiendo la instrucción de Abel—. Gracias.
Retrocedió de un salto cuando el cuervo graznó y voló. Por un segundo, su corazón se aceleró, viendo cómo el cuervo se desvanecía en la oscuridad.
—Aunque él esté loco, no pensé que pudiera hacer que un cuervo volara una nota —salió un susurro, asombrada de que Abel estuviera usando un cuervo para entregar su correspondencia—. Bueno, él es Abel. ¿Qué no puede hacer?