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Chapter 7 - El País de los exiliados parte 3

En aquel bosque 

Se acercaba un oso grizzly de aproximadamente 2 metros, caminando despacio con firmeza, con unas garras no menores a 8 centímetros según el cálculo, y sin hacer ningún sonido alarmante, solo uno tenue, pero no dulce.

Dmir y Join sacaron del carruaje unas armas, ambos sacaron un mazo y me dieron a mí una soga.

-Tienes que conseguir un arma

¿La empresa no paga eso? -dijo Lucsus, incrédulo.

Lucsus no podía creer lo que le acababan de decir. Tenía que pelear contra animales salvajes y ni armas le daban

además con una soga. Según solo daban el desayuno en efectivo, pero ¿a quién le iba a comprar algo que lo alimentara en este bosque? Bueno, eso es otro tema, pensó Lucsus.

El oso emitió un sonido ensordecedor y corrió a atacar a Dmir. Él lo esquivó y consiguió asestarle un golpe con el mazo en la espalda

. Por otro lado, Join lo rodeó y le dio un buen golpe en la cabeza por la espalda. El oso volteó enfurecido y le encajó la garra, no menores de 8 centímetros, en el hombro a Join.

Dmir comenzó a golpearlo en secuencia por la espalda y la cabeza para que lo soltara, o Join pudiera escapar de las garras y del suelo en donde el grizzly lo tenía.

-¡Join, ayuda Lucsus!

Dmir, ¿vas a trabajar o no? -gritó Dmir.

Lucsus reaccionó y corrió hacia donde estaba el oso. Sentía una presión de poder perder una extremidad si hacía algo mal. Lo agarró con la soga al oso y enrolló,

y dijo -¡Jala, Dmir!

Ambos jalaron con mucha fuerza y por el oxígeno que le faltaba al oso, terminó cediendo y soltando a Join.

-¡Ahora! -dijo Dmir, y ambos sacaron un cuchillo y apuñalaron al oso. Dmir lo apuñaló en el ojo y Join en el cuello. Lucsus solo jalaba la cuerda para ralentizar el movimiento del oso. Las manos se le estaban raspando con la misma cuerda y parte de la piel desprendiéndosele

Sus manos pasaban de rojo a morada. Claramente Lucsus soltó sin querer la cuerda y este oso se movió e incluso habiendo sido apuñalado frecuentemente por el par de Dmir y Join

el oso feroz desgarró a ambos asestándoles zarpazos y mordiéndolos desesperadamente, atacando a todo sin un objetivo claro.

-Maldito Lucsus -dijo Dmir- Lo único que tienes que hacer es sostener la cuerda y ni eso puedes.

-Join, ese no sirve para este trabajo -dijo- Llamaré a la jefa después de salir de esta situación tan horrible o embrollo.

Era evidente que Lucsus no sabía pelear contra un oso cuerpo a cuerpo y menos si no le decían cómo.

Fue a donde el oso y con un palo que encontró en el bosque amarró una piedra al palo con la camisa que rompió y creó un mazo, con el que le proporcionó golpes en el ojo al grizzly sin ser tocado.

Así es, el efecto de la pastilla en verdad subía sus capacidades físicas de alguna manera, sentía más adrenalina.

Dmir y Join siguieron atacando al oso mientras Lucsus llamaba su atención y esquivaba los feroces ataques del grizzly.

Tras 30 minutos peleando, ya el efecto de la pastilla había pasado y estaban 3 simples mortales contra un oso ciego que parecía, y mejor dicho, tenía más posibilidades de sobrevivir.

Lucsus ya no podía ni moverse y Dmir y Join solo tenían fuerza en la garganta para decir lo inútil que era supuestamente Lucsus, el nuevo ayudante.

Así es, el trabajo de Lucsus y Dmir era apoyar a Join, quien era el que sabía cómo tratar con los monstruos, en este caso el grizzly.

Fuerza no le faltaba pero sí inteligencia; atacar a un oso de frente no era nada inteligente, mucho menos había una estrategia porque aunque Dmir sabía que no es la mejor estrategia, tampoco le importaba pensar en otra.

Los tres estábamos paralizados del cansancio y para mi mala o buena suerte, la ira del grizzly se dirigió a mí para atacarme. El oso no me había asestado un golpe, pero ya yo tenía las manos y brazos hechos polvo, y además los golpes que me proporcionaba al esquivar sus ataques no eran para menos

mucho menos el sostener al grizzly mediante una cuerda eso se llevó toda mi fuerza.

¡Sas! El oso me agarra con sus uñas largas de no menos de 8 centímetros, pero las sostengo con ambas manos y solo unos centímetros se clavan en mi abdomen.

De pronto, un aventurero va pasando, parece haberse perdido en el bosque, porque pregunta -¿Esta es la grieta de la ambición?

Obviamente no era el contexto perfecto para que hiciera una pregunta en este momento tan crítico, pero a Lucsus no le pareció mal.

Dmir y Join respondieron -Si no ayudas entonces piérdete, maldito participante.

Lucsus... entonces es un participante, no un aventurero. Entonces, ¿cómo llegó aquí?

Lucsus no veía al sujeto por la posición en que el oso lo tenía y dijo

___Al oeste está la grieta de la ambición, estás un poco perdido.

-Muchas gracias buen hombre, ¿cómo te llamas? -preguntó.

-Lucsus.

-Gracias por orientarme, Lucsus.

-No hay de qué. Por cierto, ¿no conoces alguna manera de ganarle a este oso?

¡Buash! Una bocanada de sangre sale de la boca de Lucsus. Al oso apretarle fuertemente el abdome sin desgarrarlo.

-Mi nombre es Kevin y mi grupo está escondido por si es una trampa.

La manera de ganarle a un oso es haciéndote el fuerte y grande antes de que te ataque, y la manera de librarte de esta situación ya no es inteligencia sino.

¡Swosh! Kevin hace un movimiento con una postura recta y golpea con la culata de la lanza en la cabeza del oso.

Este sale disparado y arranca un árbol para luego caer al piso y quedar inconsciente.

Lucsus pudo ver que en ese momento la lanza hizo un brillo como rojo, en especial la culata de la lanza cuando golpeó al oso

como si la membrana roja de la lanza se concentrara en un solo punto y estallara, hasta chispas vio que salían.

Lucsus se levanta como puede y agradece de corazón la ayuda que le prestó, además de que le enseñó cómo resolver otra situación similar.

-Muy bien, me retiro. Salgan chicos o mejor dicho, vamos y continuemos hacia el oeste

-dijo Kevin.

Pasando por su lado, una chica de piel morena, cabello negro con rayas plateadas, ojos ámbar y piel morena sexy con vestido negro le dice susurrándole al oído mientras pasaba

___Estarás mejor sin esos dos, eres muy inteligente, solo cree en ti y fortalécete.

Lucsus...

Además de la dama sexy, una niña de cabello rojo sangre sonrió y le dijo -A nosotros nos toca duro, pero a ti más porque eres hombre. Toma, te regalo esta carta, es para meditar tranquilamente.

Los otros dos caminaron sin decir nada, pero con una mirada de admiración hacia Lucsus.

Los cinco ya no estaban a la vista y solo

quedaban Lucsus, Dmir y Join, y el oso hecho polvo pero no muerto, inconsciente.

Eso lo sabe porque se acerco a él y una leve respiración se sentía al tocar su pecho.

Y así fue el primer día del trabajo de Lucsus, salvado por la campana o por el calvo.

Join y Dmir llamaron a Sara. Al parecer me despidieron. Ambos se fueron y yo me quedé en el bosque porque de alguna manera sé que necesito aprender esto, a llevar situaciones así.

Este no es Jerusalén, acá sí puedo o tengo una amplia cantidad de opciones y decisiones, así que decido quedarme y completar la grieta de la ambición

que este es el nombre del lugar en que compiten a ver quién llega primero a la meta. No creo clasificar en el top 90 de 100, pero sé que aprenderé mucho, así es, solo hay 100 participantes, yo seré el 101.