El cuerpo de Naruto se movía por sí solo, como si estuviera atrapado en un sueño del que apenas comenzaba a despertar. La oscuridad que lo rodeaba se iba disipando lentamente, revelando las luces tenues de las calles nocturnas. El frío que penetraba por la ventana confirmaba que era altas horas de la madrugada, una hora familiar para él, que solía deambular solo por las noches.La energía comenzaba a regresar a su cuerpo, pero su mente aún permanecía en un estado de trance, incapaz de procesar completamente lo que estaba experimentando. Los recuerdos del sueño se aferraban a su mente, como si se negaran a desaparecer.El Kyuubi, siempre inquieto en su interior, reaccionaba con agitación a la presencia que se había infiltrado en su paisaje mental. Un hombre, más alto que Kakashi-sensei, estaba presente en su mente, perdido en un trance que lo dejaba desprovisto de juicio. Las respuestas que ofrecía a las preguntas de Naruto eran vagas, o simplemente no respondía en absoluto.Naruto se encontraba absorto en la presencia de este extraño, tratando de recordar si alguna vez lo había visto antes. A pesar de sus innumerables misiones y encuentros con diferentes personas, no lograba reconocer al hombre que ahora ocupaba sus pensamientos. Solo podía recordar vagamente su estatura, su piel bronceada y una capa larga que lo envolvía, casi tan larga como las vestimentas del Rey de Trozani.Sacudiendo la cabeza para despejar las últimas brumas del sueño, Naruto se dio cuenta de que no estaba en su cama, sino sentado en el duro suelo de su habitación. Sus cobijas yacían esparcidas a su alrededor, y su almohada estaba a medio caer entre la cama y el suelo. Era evidente que algo más que una simple perturbación lo había sacado de su sueño.El dolor en su abdomen, similar al que sentía después de un intenso ejercicio físico, lo recordaba a la presencia del Kyuubi. Pero esta vez, la bestia parecía perturbada, reaccionando de manera inusual a la experiencia que acababa de vivir Naruto. ¿Qué había causado que su sello ardiera con tal intensidad? La pregunta resonaba en su mente mientras trataba de encontrar respuestas en la oscuridad de su habitación.La luz de la luna entraba por la ventana de su cuarto en tan solo unos pequeños rayos, tan finos y casi invisibles como una cortina de ceda fina; Delgada y transparente.La Aparición de aquel extraño hombre no era la única intriga que se traía el rubio entre manos. Si bien el desconocido estaba en un lugar que se suponía que nadie, además de Sasuke, podía entrar, Naruto taladraba a otro objetivo que era incluso más lúcido que el hombre antes descrito.El Niño. Más recordaba la apariencia de ese niño que la del hombre absorto en la oscuridad. Cuando vio al niño, todo su entorno había cambiado repentinamente, e incluso el mismo Kyuubi se había desvanecido de su vista. Su paisaje mental ya no era un calabozo con agua hasta los tobillos; Sino una vasta galaxia blanquecina, en la que él mismo yacía de pie, frente a un niño que se encontraba incluso todavía más extrañado que el propio Naruto.Sin razón aparente, pensó que podría ser una presencia escondida; Que el hombre de antes estaba enlazado con aquel mocoso... pero ya ni siquiera sabía qué pensar. El niño, más o menos de la edad de Konohamaru, estaba acabado, con sus ropas rasgadas y grisáceas, como su cabello maltratado y rastros de enfrentamiento en su rostro. Pero más allá de eso, estaba aquello. Una presencia más, tan blanca como el panorama en el que antes se encontraba en ese entonces, pero entremezclándose con lo que se podía y no ver. Había agarrado al mocoso por el mentón, obligándolo a verlo a los ojos... el Mocoso únicamente pudo a darle a Naruto, una mirada sumamente alarmada, completamente indescriptible para el rubio más grande.El entrecejo se le había fruncido, y sus dientes se habían apretado con fuerza mientras un puchero se formaba en sus labios temblorosos; Una pintura repleta de tristeza se había pintado, en el momento en que vio a Naruto.¿Cómo fue posible? ¿Por qué le había pasado esto, de todas las cosas?Se masajeó los hombros, en espera de alguna iluminación divina que pudiera aclararle las cosas. No recordaba la última vez que se había caído de la cama debido a una pesadilla. Esta había sido una ocasión particular, que no compartió ningún parecido en comparación con las otras experiencias.— Ahora no es el momento para poner en duda todo lo que nos dijo. — Naruto Recordó las palabras de Kakashi-sensei, cuando salieron todos juntos de Trozani a través de uno de los pasadizos subterráneos del Rey. El Ninja que copia había escuchado la inquietud de Naruto mientras el equipo completo corría, y quería cuanto antes recuperar el tiempo perdido y ponerlos al día en los acontecimientos. —Ya sea que el futuro exista, o No... tenemos que creerle, pues fue este pergamino el que llamó a la destrucción y amenaza a la Aldea; No podemos dejarlo así sin más. Tenemos que creerle.—¿Qué demonios me está ocurriendo? — Se dijo en sus adentros. Naruto se trastabilló a un lado cuando se estaba levantando. Se masajeaba la cabeza con una de sus manos, con un ceño fruncido en su semblante. — ¿Futuro? ¿Pergamino...? Es ridículo... ese sueño no puede deberse a eso.No ganaba nada con negarlo, más que la tranquilidad de no tener que enfrentarse al escenario de un portal que lo llevaría a un tiempo diferente. La sola mención del tema, provocaba en su cuerpo la misma reacción que cuando se mencionaba a los Fantasmas: Naruto simplemente no quería saber de ninguno de los dos, fuesen reales o no.Ojalá supiera la respuesta. Muy en el fondo, quería saber la verdad; Quería descubrir por qué tenía tanto miedo.Las manos le sudaban, y juraba sentir que toda la sangre que llevaban sus venas a todas sus demás extremidades, se enfriaba al pasar de los minutos. Se sentía intranquilo, como si se le hubiese olvidado algo sumamente importante en Trozani. Desde que dejó esa ciudadela de extraños, no se sentía cómodo; Konoha ya no se sentía la misma.Había descubierto eso cuando llegó a casa. Lo sabía, pues, el cielo no se veía igual de tranquilo como solía estarlo. Había una sensación extraña cuando lo miró antes de acostarse. Un sentimiento que le gritaba cosas que nunca se convirtieron en palabras. Estaba seguro que era un sentimiento de inconclusión, pero era imposible... estaba seguro que no había dejado nada a medias en Trozani.Entonces, ¿Por qué ya ni siquiera podía dormir tranquilo? Ni siquiera su cama se sentía igual.Se movió como pudo sobre sus pies, murmurando cosas para sí mismo, mientras observaba sus cosas en el suelo. Naruto se puso frente a su cama, y observó por la ventana. El golpe, el sueño lúcido y los recuerdos de Trozani, le habían arrebatado el sueño.No estaba seguro de qué estaba buscando allá afuera que le sirviera de entretenimiento (O Aburrimiento) y hacerlo dormir, pero simplemente quería mantener la mente ocupada con algo. Konoha estaba dormida bajo la luz de la luna... o eso era lo que se esperaba cuando, con su mano, hizo a un lado vagamente las delgadas cortinas que decoraban su pobre ventana.La aldea estaba sumida en un escándalo que no solía escucharse por estas horas. Las luces de los hogares y edificios cercanos, se percibían encendidas, mientras que los murmullos en voz alta rebotaban en eco por las calles que rodeaban la zona en la que residía el Ninja rubio. Naruto frunció levemente las cejas ante esta rareza.El escándalo más fuerte que ha escuchado a esta hora en otras ocasiones, se habían debido a robos en la zona, o simplemente algunos pleitos entre borrachos. Nunca sobrepasaban el nivel de tener que llamar a una multitud de civiles para que se pusieran a divagar; No cuando podrían hacerlo a la mañana siguiente, en la seguridad de la luz del sol.El chico Uzumaki no pensó más en ello. Vivía solo, por lo que no habría nadie para recriminarle sus salidas nocturnas para la investigación. Terminó de abrir la ventana por completo, y con un salto, estaba de cuclillas con los pies en el muro de la ventana. Tuvo una vista completa de su propio balcón, antes de impulsarse y saltar sobre él, sin molestarse en tocar el suelo de éste. Naruto sintió como el Ramen que había cenado, se levantaba en el interior de su estomago mientras la gravedad hacía efecto, e inesperadamente, se dio cuenta del frío que estaba haciendo cuando el exterior estaba sumido en una brisa casi helada, y sin rastros de querer llover o nevar.El escalofrío perduró hasta que sus pies tocaron el suelo, y comenzó su caminata sin un destino en específico. La curiosidad lo carcomía, y esa experiencia interna que le había interrumpido el sueño, era la principal desgraciada en fomentarla.Parecidos a los días en los que habría fuegos artificiales, las personas se asomaban por sus ventanas y balcones. La mayoría de ellas ni siquiera estaban en el interior de sus casas, y divisaban el cielo en grupos individuales, comentándose entre sí cosas que él no logró asimilar a tiempo.—¿Se ha ido...? ¡¿La luna ya no está?! — Escuchó Naruto decir a un civil. —Con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones de casa, Naruto no solo se arrepintió internamente de no salir con algo un poco más abrigado, sino que prestó mucha más atención a lo que los civiles comentaban. Estaban demasiado ocupados lastimándose los cuellos al mirar arriba, que ninguno se volteó para dirigirle alguna de las miradas características que acostumbraban darle.— No, Idiota. ¡Está ahí! ¡Mírala! — Escupió otro hombre en el grupo. Algunas personas se paraban peligrosamente en sus balcones, e incluso compartían comentarios con los residentes de las plantas inferiores. — L-La luna no puede desaparecer, ¡No tiene lógica! N-No pasará... ¡Eso no!La voz del hombre se desvanecía con unos timbres de nerviosismo. Sus intentos por apaciguar las incógnitas de los demás, recaían en la desesperación confusa colectiva.—¿Y Qué fue eso de hace rato? No fueron fuegos artificiales. — Se unió una mujer, de alrededor de sus cincuenta, desde uno de los balcones más cercanos a la primera planta de un pequeño complejo de departamentos. Sonaba más segura que el hombre de hace un momento. — Lo vi claramente, la luna se iluminó hermosamente... ¡Y Pasó! ¡Aventó todas las nubes con una sola ráfaga de quién sabe qué cosa!Un jadeo nervioso se percibió en el grupo pequeño de personas. El hombre nervioso se puso a la defensiva, y el resto de gente dejó de prestarle atención al cielo para intercambiarse miradas resignadas entre sí, o simplemente suspirar del cansancio en preparación a lo que se avecinaba.— ¡¿Q-Q-Qué dices, Mamá?! ¡Ya vete a dormir! ¡S-Seguro ya estás diciendo cosas extrañas otra vez!—¡¿Jaah?! ¡¿Cómo es que dices?! — Escupió la mujer, levantando un puño al aire. — ¡Entonces ven y sube para cerrarme la boca, Idiota cobarde!Sus gritos provocaron una ola de suspiros cansados en sintonía, y al mismo tiempo, todas las personas miraron con cansancio al hombre que se estremecía en silencio.La mujer soltó una roncería déspota, y se dio la vuelta para adentrarse a su departamento mientras barría la tierra con sus pies a manera de minimizar los intentos de su hijo por responderle.— ¡Serás idiota...! ¡En la Próxima Luna ni siquiera te avisaré! ¡Buscaré otro hijo con el que pueda contarle mis locuras, mientras tú te haces bola en tu departamento!Al tiempo que Naruto dejaba atrás al grupo de personas, podía percibir el sonido de la voz vacilante del Hombre. Aparentemente, el hijo de la señora que ahora despotricaba en la comodidad de su departamento. El señor decía desde la lejanía, cosas que coincidían con lo que había dicho la mujer, y para sorpresa de Naruto, ninguna de las personas que, acostumbradas a sus peleas, veían en silencio el intercambio de gritos, los contradecían.Una Luna luminiscente que desvaneció a todas las nubes en el cielo oscuro; Eso es lo que escuchó.—¿Luna...? — Reflexionó el Uzumaki, dirigiendo sus ojos azules al cielo faltante de nubes o estrellas. El Adolescente caminó y caminó, sin algún rumbo fijo; A Cada calle que entraba, estaban ahí: Personas agrupadas, comentando lo mismo, sin la valentía de alejarse lo suficiente de sus propias casas. — ¿Qué pasó? ¡¿Qué fue lo que ocurrió mientras dormía?!Sus pies se movieron solos. Naruto tenía los ojos bien abiertos cuando su cuerpo se movió por instinto. No tenía idea de a dónde se dirigía con exactitud, pero de una cosa estaba seguro: No había persona que no comentara lo mismo.La Luna; Un Fenómeno Brillante Y Blanco.La Luna; En su Media Forma con una Luminiscencia cegadora.¿Qué eran todos esos comentarios? ¿Qué cosa extraña tenía la luna como para que todos salieran de sus casas a estas horas de la noche?No sería para nada extraño si él supiera la razón, obviamente. Sin embargo, teniendo en cuenta todas las acciones extrañas que el mundo hizo en contra de ellos durante las últimas semanas, le preocupaba que la razón de todo este bullicio, se debiera a eso.El tema que Naruto había querido evitar desde que se hizo mención la primera vez. Pero no tenía escapatoria, porque no solo Konoha tenía en sus manos la supuesta arma que se utilizó para llevar a cabo el fenómeno de los Portales con personas muertas, sino que también los altos mandos estaban tomando en cuenta esa posibilidad, puesto a que la propia Hokage no lo dudó dos veces en tomarlo como una consideración lejos de ser remota. Y, Sobre todo, Iruka-sensei. Su querido Profesor estaba decidido en dar una mano si eso resultaba ser cierto; Si el origen del sufrimiento de los cadáveres que presenció, terminaba por ser la verdad.Personas del Futuro, llegando aquí... Personas del futuro, escapando de su presente.— ¡Naruto!Una voz sumamente familiar, lo sacó de sus pensamientos. Su cuerpo, por sí solo, lo había llevado a las calles principales de la aldea, atravesando la agitación popular que ahora aglomeraba a la aldea semidormida. Despertó en sí, y divisó a su derecha, un rostro conocido, bajando apuradamente y en saltos, las escaleras que llevaban a la puerta principal de una casa que solo Naruto conocía desde afuera.— Sakura-chan...El Ninja rubio esperó unos segundos, hasta que la Pelirosa se aproximó al frente suyo, con el semblante extrañamente alarmado consumiéndola.—¡¿Estás Bien, Naruto?!—¡¿Eh...?! Ah... Si. — Contestó él, con evidente vacilación. Su mente, que ahora recuperaba la tonalidad de colores, lo recomponía, y a él llegaron todos los comentarios antes escuchados. Divisando el rostro de Sakura más de cerca, Naruto solo alcanzó a parafrasear, con una inquietud creciente: — ¿Por qué...? ¿Qué está ocurriendo?Sakura cayó en una mudez instantánea, como si estuviera estudiando los ojos del Uzumaki. Naruto no tuvo tiempo de volver a cuestionarla, cuando, con una urgencia preocupante, la Pelirosa le despotricó en un regaño fallido.— ¿Qué te pasa...? ¡¿Estabas profundamente dormido o qué?! ¡Tan solo mira como están todos! — Le dice, retóricamente. Profundamente en sus ojos, realmente quería que Naruto se pusiera a ver a todas las personas, y encontrar una respuesta por sí mismo. Como por supuesto no sería tan sencillo, ella se aventó a su ayuda, acercándose como una más entre las personas cuchicheadas, y compartió el dato con el Rubio, visiblemente Ansiosa. — La Luna estaba completamente blanca, Y pareció haber estallado en una luz brillante, ¡El cielo completo quedó limpio por la brutalidad de la onda expansiva que ocurrió!— ¿Cómo dices...? — Murmuró Naruto, Incrédulo. Todos los comentarios anteriores, hicieron clic en su cabeza al encontrarles sentido. Más aún, una parte de él se sentía incompleto por no haberse dado cuenta de este fenómeno mientras dormía. Su corazón bombeaba más rápido. — ¡¿Es cierto?! ¿Cómo...?— ¡Solo... Míralos a todos! — Exclamó Sakura, escupiéndole un susurro, más parecido a un siseo apurado. —Naruto siguió su pedido, y divisó a todas las personas tratando de hallar algún rastro del fenómeno que supuestamente había barrido el cielo. Sakura lo miró, alarmada, cuando regresó su atención a ella.— Fue demasiado grande... ¿Acaso será...? — Susurró ella. Podía estar fuera de servicio, pero Sakura seguía siendo una Shinobi. No podía tomar el riesgo de comentar despreocupadamente Información confidencial. Ella tragó. — S-Saturo-sama lo confirmó, y aunque aun no hemos conocido a supuestos sobrevivientes... ¿Esto... podría deberse a eso?Todavía con la falta de palabras para completar la insinuación, Naruto entendió la indirecta. Era un cabeza hueca, pero tampoco un Idiota que no escuchaba o recordaba las misiones a las que asistía; No cuando se jugaba con la vida de personas inocentes.Ellos habían escuchado de los labios de Saturo, la posibilidad de que los Portales abiertos, se hayan debido gracias a la presencia de personas de un Futuro desconocido al Presente. Posteriormente, de regreso a Konoha, Kakashi-sensei logró aclararle a todos las verdaderas circunstancias.No habría otra razón por la que los portales hayan sido abiertos. Eso dijo el Rey.Pero, ¿Por qué esto? ¿Qué tenía que ver una Luna con un Jutsu que supuestamente podía jugar con el tiempo?Quería que no fuera una posibilidad; Simplemente no quería aceptarlo, no quería enfrentarse a un fenómeno tan irreal. Hasta para él fue inesperado cruzarse con ese pensamiento en su cabeza: 'No quiero hacerlo'.¿Uzumaki Naruto? ¿Negándose a enfrentarse a algo? ¿Ese Naruto? ¿El que jura convertirse en Hokage y unir a todas las naciones? ¿El mismo Naruto?Sintió un escalofrío recorriéndole la columna. En su cuerpo percibía la sensación de Repelús cuando personificaba el dichoso escenario. Era más que una posibilidad. Había dejado de serlo cuando los Ninjas de Trozani fueron absorbidos por esos mismos portales, frente a sus propias narices, y él lo sabía. Ni siquiera él estaba seguro de por qué seguía negándose a reconocerlo, y eso le molestaba más que cualquiera.— Los Portales, Trozani, El Pergamino, El viejo Hokage y Ese Rey... ¿Y Ahora la Luna? — Dijo para Sí. — ¿Por qué nos pasa esto? ¡¿Qué le está pasando a la Aldea?!— Ustedes dos.Ambos; Naruto y Sakura, se voltearon antes de darse cuenta que frente a ellos, habían aterrizado de las azoteas, distintos Chunin, y acercándose a los grupos esparcidos de personas, levantaban las manos en calma para llamar a la obediencia. En cambio, los dos viejos compañeros del Equipo siete, divisaron a un único Ninja que se aproximaba, haciendo exactamente la misma rutina que sus compañeros practicaban con el resto de civiles.Naruto le dio una mirada penetrante, con ambas cejas levantadas en el caso de protestar. Sakura era la más cercana de los dos a la sorpresa apaciguada.— Debo pedirles que se retiren lo antes posible de las calles, La quinta ordenó toque de queda. — Les Informó solemnemente el Ninja. Ambos adolescentes ahogaron un quejido, y prosiguió. — Por favor, sean obedientes y permanezcan en sus casas hasta mañana. La quinta no quiere a nadie afuera.— ¡¿Ah?!— ¿Un toque de queda? — Cuestionó Haruno, después de su Amigo Uzumaki. — ¡¿Pasó algo grave?!El rubio permaneció a la espera de alguna respuesta por parte del Ninja en cuestión. No obstante, el Hombre se quedó estático y mudo, Sin embargo, sus labios se apretaban con fuerza, y sus ojos no tenían la iniciativa de ver a la aprendiz de la quinta a los ojos.— Lo siento, no puedo decirles la razón. — Confiesa. — La Hokage pidió expresamente que todos los Ninjas se retiraran, y solo los autorizados a tomar la labor; Ustedes no pueden salir hasta mañana, o sean llamados directamente por la quinta.Casi al mismo tiempo, Naruto y Sakura ahogaron otro quejido. De nuevo, la quinta Hokage estaba exigiendo privacidad y discreción, y ambos sabían la razón; No podía significar otra cosa, no cuando hasta Akatsuki lleva días sin otorgarles nuevas noticias sobre actividades ilícitas.— ¿Qué está tratando de hacer la Abuela Tsunade...? ¡Apartándonos de esta forma...!Su brazo fue jalado con firmeza hacia atrás, haciéndolo trastabillar momentáneamente. Sakura permanecía a su lado, sin la habitual expresión acusatoria que exigía silencio. Ella también estaba intranquila; Tenía miedo. Pero al igual que Naruto, no podía hacer nada para evitar ser tratada como un estorbo. Los dos habían asistido junto con Kakashi-sensei y Sai a Trozani; El equipo Kakashi era el que más informado estaba.Pero ellos ya habían cumplido su misión. La Hokage tenía que hacerse cargo ahora. Ayudaban más permaneciendo en silencio.Y Naruto, finalmente, pudo ser capaz de leer por completo los pensamientos de Sakura. Y Dada a su creciente ansiedad y su falta de respuestas, deseaba no poder haber sido capaz de leerla. No quería pasar toda la noche mirando al techo y esperar; Esperar como las horas pasan, mientras que los adultos se encargaban de algo que él ya sabía de antemano, y quería solucionarlo.No quería tener que ver la misma expresión de Iruka-sensei, en Sakura-chan, otra vez.No hacía tanto calor como lo hubiera esperado. Había tomado la ruta subterránea más protegida desde la superficie, y, por tanto, más metros por debajo del nivel del suelo. La luna le había otorgado una inconformidad y preocupación que sobrepasaba su experiencia. El motivo era obvio: Aunque tuviera el trabajo, obligación y deber de cuidar de quienes se perdían por el tiempo, eso no significaba que fuese un trabajo rutinario.Para ella, era mejor nunca haber laborado; No guiar a nadie, significaba que ninguna persona de otro tiempo había abierto el pergamino. Pero su vida, y sus largos años de espera, se habían unido en uno solo para recordarle por qué hacía lo que hacía. Todos sus conocimientos añejos habían resucitado en solo un par de semanas, desde la llegada inesperada de los niños.Nunca antes había hecho este nivel de frío en las profundidades del suelo. Si así estaban los túneles, con la cantidad de tierra sobre ellos, por debajo de sus pies y a su alrededor; Entonces no quería imaginar cómo era el frío en la superficie.Ella, la persona más adulta del grupo, y, por tanto, alguien que está exenta del Pergamino y su Promesa, sentía un frío incomodísimo y perturbador, como si una ola de suspiros ponzoñosos y melancólicos le esperaran al ascender a la superficie; Un mundo fantasma.Su caminar era más preciso que el del resto. La Gran Anciana quería llegar cuanto antes al siguiente escondite, y cruzar de manera rápida la superficie. No solo no acostumbraba a ascender por sí sola, sino que tampoco acostumbraba a tener a su cuidado a niños refugiados del tiempo. Cualquier error en la superficie, podría costarle su vida; Pero más importante aún, la de los niños. Por lo que los nervios la cargaban como el filo de una navaja, siempre a la espera de ser utilizada, pero con la incógnita de saber el cómo.—¡Ji–kyu!Un estornudo resonó en las paredes, y a lo largo del túnel en tubo. La mujer mayor, con una antorcha alzada en la mano, pasó la vista por encima de su hombro para divisar al dueño del sonido que se había repetido por cuarta vez. De entre los muchos niños que la seguían desordenadamente y en grupos esparcidos, se encontraba un rubio niño bigotudo, con su capa color ceniza en los hombros. Boruto, con los brazos debajo de la capa, se calentaba el cuerpo frotándose los brazos con las manos, mientras apegaba más los mismos a su propio cuerpo.El resto de sus amigos también padecían de un frío similar. Puesto a que todos llevaban puestas sus vestimentas de pijama, no estaban protegidos contra el frío externo, por lo que la Anciana les volvió a facilitar el uso de las capas con las que llegaron al escondite por primera vez.No había ni un solo chico o chica vestido de manera diferente. Todos, desde alguien tan alto como Iwabee, como alguien pequeña como Tsubaki, llevaban los mismos pantalones, las mismas camisas abotonadas, y los mismos suéteres de lana o tela vieja que apenas cerraban encima. Incluso tenían las mismas capas. Sin embargo, La Anciana era la única que no padecía del mismo frío que los estaba perturbando en su caminata.—¿F-Falta mucho? Me estoy congelando aquí abajo...Ante el quejido de Boruto, Sarada se giró a medias, mirándolo por encima del hombro y sacudiendo su cabello maltratado en el proceso. Un ceño levemente fruncido se intercalaba por debajo de los lentes empañados.— Boruto, ¿De verdad piensas que eso va a arreglar nuestra situación? — Inusualmente, lo que se esperaba como un regaño de Sarada, terminó siendo más como un reproche en comprensión. Su entrecejo se fruncía con pena, al tiempo que su tono reflejaba desánimo. — Si salimos bajo la Luna llena, nos volverá a ocurrir lo mismo, no podemos arriesgarnos. Nos salvamos porque la Abuela y los suyos nos ayudaron.—¡Ya sé todo eso! Es solo que... — Murmura el Uzumaki. Sarada le ganaba por unos pasos, y él trató de igualarlos con el temblor friolento pasando por sus piernas. — No lo entiendo... ¡Solo quiero saber por qué nos pasa todo esto! ¡¿No se conformaban con dejarnos muy atrás en el tiempo Y sin ningún aliado?!Nuevamente, Sarada iba a protestar pacíficamente. Aparentemente, estaba decaída gracias al fenómeno de la luna, que los afectó igualmente a todos, manteniéndolos tan quietos como si una fuerza electromagnética se hiciera con sus sentidos. Sarada se había recuperado junto con los demás cuando la Anciana los escondió en la oscuridad, pero ahora que estaban caminando y dirigiéndose a ciegas al aire externo, no sabía si su sentir se debía bien a la luna o a los nervios de la conclusión que había llegado anteriormente, con respecto al dichoso fenómeno lunar.Eida, la Joven chica que alguna vez fue Enemigo de Konoha, y a su vez, un aliado sospechoso, podría estar involucrada. Y En consecuencia a ese escenario, probablemente, no solo Kawaki estuviese vivo, sino que también Code... el Hombre que destruyó a todos a los que amaban.Eso solo le hizo reflexionar aun más en silencio, y cada vez, quedaba más pasmada. Hasta el punto de no tener ánimo alguno para confrontar a Boruto. Su amigo de la infancia era Inmaduro y mayormente refunfuñón, pero en los últimos días, hasta Sarada quería unírsele y hacer lo mismo juntos.¿Por qué les ocurría esto...?— Ustedes mismos llegaron a una conclusión. — Sarada apartó la vista de su amigo, y lo dirigió a la mujer que los guiaba a su propio paso. — Y No haré otra cosa que creerles. Después de todo, el motivo por el que ustedes fueron rebobinados, tiene que estar en su tiempo, no en el mío.No hubo razón alguna para cuestionarle a la anciana. Sabían que se refería a la curiosidad de los niños, con respecto a quién estaría involucrado, o al menos, quién era el más cercano al motivo de la activación del Pergamino en Konoha. Sarada había hablado pocas veces con Eida, el Ino-Shika-Chou nunca llegó a más de solo unas charlas dado a que la propia Eida le incomodaba las presencias extremadamente débiles ante su habilidad, y el resto de los equipos ni siquiera sabían más de Eida que su nombre, edad y Procedencia; además de las técnicas conocidas, gracias a la revelación que les facilitó Sarada hace poco.Tenían muy pocas cartas sobre la mesa; Sin ningún motivo aparente para defender la idea del porqué Eida seguiría con vida. Más, sin embargo, tenían suficientes motivos por los cuales el segundo líder de Konoha, la mantendría a ella y a su hermano, con vida.Si Code había llegado a la aldea para destruirla, tendría que existir un motivo oculto por el cual matar específicamente a los Jōnin él mismo, sin usar a las Inmundicias que él controlaba. También tendría que existir un Porqué para el objetivo del Joven Albino. Sarada conocía algunas cosas, pero no todos los detalles; Y Shikadai y su equipo, únicamente información que se le daba al resto de Ninjas de igual manera, con la excepción de algunos detalles filtrados por sus propios padres.Pero habían llegado a una pequeña conclusión, que vinculaba a la chica que había llegado a Konoha, Enamorada de Kawaki.— Viví con ella por unas cuantas semanas nada más. — Dice Boruto, con las manos metidas en sus axilas para protegerse del frío. Sarada se volteó para verlo, pero este había desviado su atención al frente del todo, no queriendo ser delatado como alguien que había leído los pensamientos de su Amiga de la infancia. — Es muy silenciosa, y aunque puede ser desdeñosa con sus comentarios pasivos a veces, nunca sé qué es lo que se le está pasando por la cabeza. A Veces le preguntaba por qué gustaba de Kawaki, pero ni siquiera ella sabía como responderme. Habla del amor sin saber exactamente si lo que siente realmente es amor.La Gran Abuela escuchaba atentamente al Joven Uzumaki mientras lideraba al grupo. Sus amigos más cercanos hacían el intento de visualizar el rostro de la mencionada chica, con las descripciones de comportamiento que Boruto había descrito.El niño Bigotudo aprieta los labios, mismos que temblaron momentáneamente debido a un escalofrío proveniente de sus extremidades inferiores. El frío era cada vez más liso, acariciando más la piel en vez de atacar sin piedad a los nervios.— La veo capaz de venir aquí si Kawaki lo hizo también. — Sentencia el de ojos cerúleos. Todos en el túnel se muerden la lengua gracias al frío que los invadía. Boruto recordaba sus días en la casa de sus padres, conviviendo con Kawaki, hasta el día que les tocó vivir con Eida y su Hermano. — Aunque no lo entienda; Si su corazón late a miles al pensar en Kawaki, incluso si lo que en verdad siente es miedo, vendrá. Puedo decirlo.Sarada no se sorprendió. En cambio, Taketori Hoki tenía sus dudas. Se aproximó al hombro izquierdo de Boruto, siguiéndolo con un paso atrasado, igual de sereno como solía estar.—¿Es posible que Shikamaru-san le haya ofrecido un trato? ¿Puedes decirlo con seguridad?Boruto lo observa, a medias, por encima del hombro. Había encontrado la pose perfecta para que sus brazos se mantuvieran calientes, no quería arruinarlo.Hizo un sonido afirmativo, pero se entremezcló con la duda por el temblor inconsciente de sus músculos. Hoki no lo tomó como advertencia, sino como una seguridad absoluta.—Ella, por más sospechosa que parezca, sigue siendo nuestra aliada; Alguien que vive en Konoha. — Sus palabras dejan a Hoki con una mueca en el rostro. El niño nunca la había visto, y tampoco se veía con ganas de confiar en ella solo basándose en las palabras de un Excompañero de la academia. — El viejo de Shikamaru aprovecha cualquier oportunidad, por más pequeña que sea. Él jamás abandonaría a Eida si eso significa algo para nosotros, los sobrevivientes. Piénsenlo, sería contraproducente traerla, los poderes de su hermano ya son peligrosos de por sí, como desconocidos.—¿P-Pero, entonces cual sería ese trato? — Namida, detrás del todo, unida a su equipo, pregunta. — Si la oferta tiene que ver con Kawaki-kun... ¿Eso significaría que también está vivo?Boruto no quiso voltearse, pero asintió fuertemente hasta que su cabello rebotó un poco, lo suficiente para que los de atrás pudieran divisarlo.Él hizo una ligera mueca al recordar a Kawaki. Lo había entendido tarde; Había comprendido su comportamiento mezquino y envidioso, demasiado tarde. Ambos seguían siendo hermanos, y Boruto no entendió la importancia de su rol en la vida de Kawaki, sino hasta que la versión más joven de su padre, se mostró frente a él.Boruto había sido rebobinado junto con sus amigos, y ahora eran repudiados y olvidados. Pero estaban juntos... en cambio, Boruto se preguntaba constantemente si Kawaki la estaba pasando mal estando solo.— Ojalá y esté vivo... jamás me lo perdonaría si no fuese así. — Murmura, deseando que fuese lo suficientemente bajo. Pero Sarada y Hoki habían hecho cada uno una mueca, absteniéndose de compartir sus opiniones. —Obviamente sería salvado, pero ahora, sin mi Papá, todo el que lo conoce le temerá. Lo esperado sería que Eida querrá hacer algo al respecto, si es que está tan enamorada de él.Al frente del grupo que caminaba, la mujer Anciana escuchaba con atención cada palabra del Uzumaki. Su entendimiento de la persona en cuestión, era bastante limitado. Se hacía una idea en base de las pocas palabras que utilizan los niños para describirla, pero el alcance de la comprensión máxima, aún se mantiene lejos de su disposición.Boruto se tomó unos segundos para procesar de manera correcta los recuerdos que tenía acumulados. El cataclismo fue un golpe fuerte que literalmente los aventó a todos atrás, y la mayoría de las cosas todavía eran borrosas y confusas para él. A Su cabeza se repitieron todas las veces en las que el rostro de Eida hacía aparición; Creía imposible que la chica hubiera sabido del cataclismo, incluso antes de que sucediera, y que no se lo hubiera comentado a nadie.Pero eso ya se estaba convirtiendo en una posibilidad. A Él no llegó nada parecido a algún recuerdo de Eida perturbada, o asustada por algo. Todo se veía normal, nada fuera de lo usual, al menos hasta dónde Boruto la alcanzó a conocer.No contaba con un ojo Senrigan como Eida, pero podía decir qué recordaba y qué no. Estaba seguro que Eida nunca mostró indicios de saber algo, y que ahora que sospechaba de ella, tampoco creía que ella hubiese querido que ellos lo supieran, lo que le dio al Único Uzumaki, más preguntas de las que ya tenía consigo.—Pero eso no explica lo demás. — Boruto aclara su revelación anterior. Sacando la mano de su capa, aun apegada a su cuerpo para mantenerse caliente, se sostuvo el mentón; La mirada perdida en algún escenario que coincidiera con su especulación. — ¿Por qué no invocar a Kawaki con nosotros? ¿Por qué Eida tampoco se mostró?, ella ayudaría a Kawaki... la veo capaz de ayudarnos si somos parte de algún intercambio valioso que le interese, pero...Boruto no pudo terminar. Se había quedado sin alguna especulación sobresaliente. ¡Eida era un cuadro pintado por el pintor mayormente reconocido en el mundo artístico!, ella simplemente sobrepasaba los límites del entendimiento. Siempre decía lo que pensaba, no lo que sentía; A Menudo expresaba facialmente lo que sentía, pero nunca vio en ella alguna expresión lejana a la imperturbabilidad pura que la caracterizaba.Era imposible llegar a una respuesta. Sin saber qué era lo que impulsaba verdaderamente a Eida, nadie podría llegar a ella.—¿Y Si aceptó ayudarnos a cambio de salvar a Kawaki-kun también? — Intenta teorizar Enko. —Pero Hoki niega con la cabeza, a la par que fruncía el entrecejo. Esa había sido su primera teoría, y la había descartado cuando pensó profundamente en ello. Miró a la castaña tras él mientras sus pasos hacían eco en el túnel.—Dejar a Kawaki atrás no sería una opción; No para el séptimo. — Taketori le lanza una mirada fulminante a Boruto, y a su vez, a Sarada por igual. — Ninguno de los Hokage que están vivos, a mi parecer. Kawaki es de nuestra edad, y se priorizó nuestra evacuación. Si él llegó a sobrevivir, su nombre ya estaba escrito en la lista de sobrevivientes. Y Eso Eida lo debe de saber, ¿No es Kawaki prácticamente Hijo del Séptimo?, lo recibió en su casa, por supuesto que va a sobrevivir. En el caso más óptimo, sería Eida quien pediría ser salvada también.—Ahí regresaríamos de nuevo al mismo punto. — Renga, su Amigo, se acerca a su lado. Debido a su estatura, cercana a la de Iwabee, muchos que podían, tuvieron que levantar la mirada por encima de sus cabezas para poder verlo a la cara. — ¿Por qué Shikamaru-san y los demás lo permitirían? ¡Nadie conoce su verdadero poder! ¿No la convierte eso en un peligro?, Si realmente la tomaron en cuenta para debilitar a Code, entonces, ¿Por qué invocarla lejos de nosotros? ¡Nada nos ayudaría más que su técnica!— Omnipresencia... — Murmura Tsuru, con una pizca de maravilla en su tono serio. — La habilidad de estar en todas partes sin mover un músculo... nos hubiera servido muchísimo antes.— ¿Y Si su habilidad no funciona aquí?Una vocecita los hizo a todos parar en seco, y girarse. La gran anciana tuvo unos segundos de retraso, y por curiosidad, alzó la antorcha para divisar a la persona que se ocultaba en el fondo del grupo.Namida, la que antes llevaba un suéter naranja, se hizo más pequeña en su lugar. No tenía idea de como debía reaccionar ahora que todos tenían su atención puesta en ella, quién había lanzado una teoría, y que tenía que aclararla como lo hicieron los demás.Agarró valor, y tomando aire por la nariz, habló.— L-La Gran Abuela mencionó algo antes, ¿N-No?, Esto... el orden de nacimiento, los C-Castigos del tiempo...—Los términos del Pergamino; El precio a pagar de los refugiados de éste.La persona en aclarar el punto de Namida, fue, como bien era de esperarse, la Gran Anciana. La mujer estaba quieta, con la antorcha alzada; No tuvo la iniciativa de explorar la teoría de Namida, pues le permitiría explicarse. La niña había hecho varias preguntas temerosas a lo largo de su estadía, quería ver como desentrañaba su propia teoría.—¡E-Eso! — Asiente Namida fuertemente. Todos abren los ojos, con más extrañeza que con sorpresa. La castaña apretaba los puños frente a su pecho, y los subía y bajaba para animarse a sí misma. — Me puse a pensar un poquito en ese tema... Los 'Términos para Los Refugiados', vienen a ser como 'Obligaciones' que tenemos que cumplir a cambio de vivir aquí. P-Pues, durante todos nuestros ejercicios, fuimos comenzando desde Iwabee-kun hasta el menor de nosotros, y Mirai-san, por su parte...La Anciana quedó lo más serena posible ante la mención de la pelinegra de ojos rojos. Se había librado del constante interrogatorio con respecto a Mirai mediante una mentira simple: 'Mirai está entrenando por su parte, y como es mayor, no debe mezclarse con ustedes cuando usa Chakra'.Supuso que Namida iba a rescatar su teoría con ese punto, que, aunque bien era una mentira lo de que la Sarutobi se estaba preparando, no escondía la verdad de las condiciones. Era cierto que la condición básica del pergamino, predeterminadamente, tenía que ser 'El uso correcto del Chakra en su estado más detallista'. La gran parte de condiciones las ponían los pactantes, y no era posible saber explícitamente las otras condiciones.— Lo que trato de decir es que, según la Abuela, no podemos abusar libremente del Chakra puesto a que estamos por debajo del límite de años que separa esta época de la nuestra. — Explica la Suzumeno. No se percibía vacilación en su ser, y se chupaba los labios para pronunciar bien las palabras temblorosamente. — E-Eida-san... ¿No tiene la misma edad que Mirai-san?, puede estar en el límite de edad, pero sigue siendo una refugiada... ¿Puede ser posible que aun no pueda ser capaz de usar su ojo Omnipresente? ¿Así como Mirai-san no puede abusar del uso de su propio Chakra?Un silencio sepulcral inundó el túnel.La abuela estaba imperturbable, con su rostro lejos de expresar algo gracias a la dificultad que sumaban las arrugas para leer alguna. Los otros niños veían a la castaña de coletas, que cerraba y abría las manos mientras se las veía. La propia Namida estaba aquí, pero su mente se encontraba más allá, pensando profundamente en su teoría con una profunda timidez. No era una Chunin, así que no se sentía apta para opinar tan seriamente.Y El silencio solo lo hizo más pesado para ella.Metal Lee era el más sorprendido de todos. Los demás estaban extrañados, y al parecer, cada uno se quedó con las palabras de Namida para analizarlas por sí mismos. El de cabello de cuenco observaba a la niña que se veía tímidamente las manos, con los ojos bien abiertos y las cejas frunciéndose; Se desconocía exactamente si lo que sentía era tristeza o sorpresa.Miró el perfil de la niña con el lunar pequeño, dispuesto a creerse lo que estaba a punto de pensar. Pero la voz de su compañero, Denki, lo detuvo en el momento cumbre.— Los adultos querían que llegáramos cuanto antes con la Gran Abuela. — Dice el de lentes, pensativo. Se cruzó de brazos, y después se agarró el mentón mientras divagaba. — Eida, sin poder alguno, solo nos retrasaría. Y Lo que es peor, no podemos hacer uso de Chakra a su alrededor si ella está cerca, y tampoco puede andar libremente, desprotegida junto a su hermano... Y Si su hermano también está por debajo de los límites, como nosotros... ¡E-Entonces también es un Refugiado Inutilizable!— O-Oye, oye... cuida tus palabras, saber también que entro en ese bote, hace que me sienta herido. — Le recrimina Iwabee, frunciendo el entrecejo a su lado. —Denki le lanza una mirada avergonzada, más no sonríe. Tenía el punto que dejó iluminado Namida, en la punta de la lengua, y no quería dejarlo desvanecer en su cabeza.— A Ellos les conviene estar lejos de nosotros, así cumplen las condiciones del Pergamino, entre ellos dos. — Revela. Sorprendentemente, la anciana también abre ligeramente la boca al visualizar la idea. — No puedo llegar a una conclusión tan apresurada, pero tengo dos ideas que pueden ser sus motivos.Mientras Denki decía esto, haciendo el número '2' con los dedos índice y medio de su mano derecha, Boruto y Sarada se giraron con los ojos centrados en el cuatro ojos. Mitsuki, extrañamente, frunció el ceño al pensar en un motivo oculto que tenga Eida, que pueda terminar con sus amigos siendo lastimados.— La primera es la más simple, y para mi disgusto... la más probable. — Denki hace una ligera mueca, y traga saliva. Su voz hacía eco en el túnel, y la luz de la antorcha formaba sombras danzantes en los cristales sobrevivientes de sus anteojos. — Eida-san decidió irse por su cuenta en busca de Kawaki, y solo podía usar su ojo para buscarlo, si se alejaba de nosotros, que estamos por debajo del límite de años. Sabiendo las condiciones, Eida se llevó a su hermano, pues cumplir la condición entre los dos no provocaría fuertes olas si son solo ellos a escondidas.Doushu hizo un sonido en comprensión, respaldado por sus compañeras.— ¿Y Cuál es la segunda? — Pregunta el Genin. —Denki aguarda un segundo, mirando seriamente a los compañeros que lo miraban de frente. Aquellos que estaban tras él, sentían la seguridad de sus futuras palabras con solo ver como sus hombros se tensaban.— Que Eida-san tenga algo planeado con Shikamaru-san, para ayudarnos. Y No le convenía permanecer con nosotros. — Dijo. — Y Si tengo suerte, puede ser probable que no quiera simplemente ir en busca de Kawaki-kun. Vamos, piénsalo un poco, Boruto-kun.Su amigo rubio se enderezó, con una gota de sudor frío resbalándose por su sien. Esperaba no tener la respuesta en sus narices sin él mismo darse cuenta.Denki se acercó más a él, y aunque hablaba susurradamente para calmar el orden de sus ideas, los demás lo escuchaban con claridad.—¿Cómo por qué Eida-san no buscó por sí sola a Kawaki-kun desde el principio, teniendo a un aliado tan fuerte como su hermano y ella misma? — Denki cuestiona retóricamente. La mirada serena, reflejaba en sus ojos la determinación con la que su Sensei se había sacrificado. — Más allá de la vergüenza, pudo haberlo hecho; No estaba aliada con Kara, y a Konoha le convenía tenerla de aliada. ¿Por qué no iba a hacerlo ahora, cuando Kawaki-kun seguramente esté rondando solo, con gente que le teme?Boruto se tardó un poco en captar la idea, ya que en su cabeza era todo lo contrario: Eida tenía la libertad de ir tras Kawaki, ahora que la gente no lo protegía como 'El nuevo hijo del Séptimo'. Era lo más lógico, y su amigo lo trató como una novedad. Sin embargo, parecía estar equivocado, porque Denki exclamó para ser escuchado por todos.— ¡No es que no quiera hacerlo! ¡Es que no puede! — Revela. Denki usó los dedos índices de sus manos para simular la separación de dos núcleos al separar los dedos del otro. — Tiene dieciséis años, justo el tiempo exacto al que fuimos rebobinados. Puede utilizar el Chakra y sus técnicas, pero con limitaciones, puesto a que el Pergamino te castigará con 'Olas que te serán regresadas'. Se alejó de nosotros para tener más libertad de uso, ella y su hermano; No querían estar atados a tener que moverse con nosotros en sintonía, y Daemon es menor que todos, por lo que no le conviene si quiere proteger a su hermana.Tras él, El Ino-Shika-Chou escuchaba con atención, buscando cómo seguir el ritmo del único Kaminarimon. En cambio, Shikadai no perdió de vista al cuatro ojos, y dejó para sí su propio análisis para adaptarlo.— Es aquí dónde la cosa pierde sentido. — Dice Denki. La gran Abuela se acercó para iluminarlos mejor. Caminar solo haría que Denki perdiera la inspiración, y sus ojos estaban puestos en ella. Se avecinaban preguntas. — El fenómeno en el cielo, es muy raro... tomando en cuenta lo que dijo Sarada-san, y las experiencias de Boruto-kun, Eida-san tiene, al igual que su hermano, ADN de un dios que ya no está. Pero son exactamente esos mismos dioses los que están enlazados con la luna, teniendo de objetivo siempre a nuestro planeta. Dado a que claramente Boruto-kun no es el responsable, y Kawaki-kun no tiene habilidades similares, lo más justo es responsabilizar a Eida-san sin especulaciones.— Oye, ¿A Dónde quieres llegar? — Hoki pone una mano en su hombro. Hasta ahora, Denki no había revelado nada, y solo había concluido mediante una vaga divagación anterior. — No conocemos la técnica de Eida, solo la tomamos en cuenta por eliminatoria.Los ojos de Denki no perdieron la seriedad con la que ponían énfasis en sus palabras. Pasó su mirada de Hoki, a La Gran Anciana en una velocidad lo suficientemente lenta como para tensar a cualquiera.— Es ahí donde entra usted. — Le dice a ella. —La mujer solo muestra un silencio, en duda.Denki abre las manos para explicarse.— Durante todo nuestro entrenamiento, Iwabee-kun era quien tenía más libertades con el uso de sus técnicas, por decirlo de algún modo. — Dice. Su expresión se frunce. — Pero Iwabee-kun, nunca llegó a técnicas que necesitaran más Chakra de lo usual mientras estábamos con él, porque nos acapararía y podría hacernos daño; Porque el Pergamino lo contaría como una violación a las reglas. Y En ocasiones, ni siquiera él pudo llegar a más; era como si tuviera un limitador en su sistema. Es probable que no quisiera importunar a Kawaki-kun, ya que es menor que el límite.El moreno jadeó a su lado. Los nervios pasaron por su rostro al recordar aquellos momentos.Iwabee usaba normalmente su Chakra en los entrenamientos, sin abusar, siguiendo las pautas de la anciana para no herir a sus compañeros e importunarlos. Pero hubo momentos en los que le fue imposible hacer uso de técnicas gigantes, como la creación de rocas del tamaño del techo de la sala grande subterránea.La Anciana le explicó las diferencias entre 'Ser castigado por el Pergamino' y las 'Limitaciones' del mismo.Ser castigado, obviamente, venía si usabas inadecuadamente tu Chakra, incumpliendo con las pautas del pergamino. Pero como las mismas son dictadas por los pactantes, la anciana se guió por las pautas básicas: Desordenar la agrupación, Utilizar el Chakra para corromper al pasado.Alternativamente, las Limitaciones del Pergamino se llevaban a cabo individualmente, siguiendo el mismo reglamento de 'Orden': La persona en sí no puede utilizar una gran cantidad de Chakra que sobrepase el permitido por el pergamino; El mismo dividía equitativamente el uso de Chakra a utilizar, más no les restaba literalmente Chakra a las personas en cuestión. En otras palabras, si la persona sobrepasaba su límite, aun sin desordenar un grupo enorme de Chakra, sería castigada con llamas internas; Sentiría como su cuerpo quema, y no se movería por un tiempo.Denki tomó estos dos conceptos, y le lanzó a Boruto una mirada.—¿Por qué tomar el riesgo de salir herida y ser descubierta? ¿Por qué alejarse de nosotros, cuando pudo habernos explicado todo ella misma? — Denki apretó los labios. — Todos tenemos Chakra, es algo que nos identifica como seres vivos. Pero sé que Eida-san no es una Shinobi... no sabe usar el Chakra. Únicamente utiliza sus habilidades heredadas por el ADN con la que fue creada.— Habilidades propias de un Ōtsutsuki. — Susurra Sarada, con los ojos Ónix abiertos. Mitsuki la mira, y ella especula ansiosamente en silencio. — El pergamino prioriza el uso adecuado del Chakra en el pasado, y nos castiga por ellos... Si Eida fue la responsable del Fenómeno, entonces... ¡No puede ser castigada si no hubo Chakra de por medio!Casi al terminar, Sarada se dio cuenta de un error fatal, y murmuró con desgana.— Pero es tonto, Los Ōtsutsuki tienen Chakra superior al nuestro. Quizás Eida hace uso de éste mediante su ojo, y así lleva a cabo su técnica.— Pero eso no termina de explicar lo del cielo. — Mitsuki comenta. —— Puedo responder a eso.Denki camina unos pasos al frente, y se queda observando a la gran anciana con determinación en sus ojos. El niño sudaba frío cuando una idea se le cruzó por su cabeza, pero tragó saliva para ganar valor y llegar al final de su especulación. La Anciana tenía la boca media abierta al sospechar.— Cuando mencioné que Eida-san no era una Shinobi, y que no sabía usar el Chakra, me refería a que no sabe utilizar el Chakra como uno. — Dice. Un silencio sepulcral dejó a la vista el interés. — El pergamino divide equitativamente la cantidad permitida a usar, claro, no nos quita Chakra, solo nos limita a usarlo todo. Pero, ¿Y Si Eida-san tuviera un caso especial? ¿Y Si es por eso que se fue con su hermano, lejos de nosotros?, al estar con él, el pergamino 'Divide' equitativamente el uso... claro, ambos tienen el ADN de un dios, que nos supera a todos en Chakra. Probablemente el Pergamino basa la división de uso mediante SUS niveles de poder. Lo que quiere decir...— Que Eida si pudo haberlo hecho. — Boruto deja salir la revelación final. Sus ojos estaban con la vista perdida, no se le había cruzado que existiera una manera para burlar al pergamino. — E-Eida si pudo... ¡Y Si fue así...!— Entonces el que tiene más poder de ambos, es su Hermano. — La Gran anciana finalmente habla. La revelación los deja a todos perplejos, sobre todo por la imperturbabilidad en el semblante de la mujer, que se veía más metida e interesada en el tema en cuestión. — Si con la división equitativa de uso, esa niña pudo hacer ese escándalo celestial, no me quiero imaginar cuanto poder tendrá ese par de hermanos.— ¡¿E-Entonces Eida-san sí puede utilizar técnicas grandes?! — Namida tiembla desde su lugar. —La Anciana levanta la antorcha, y mira seriamente al grupo grande de niños que especulaban. El poco tiempo que pasaron con ella, fue suficiente para saber cuando tenían que callarse las preguntas.— Puede usarlas, sí. Pero como refugiada, solo puede hacerlo cuando está sola con su hermano; Por eso se separó de ustedes. La suma de sus Chakras pequeños, provocaría un desbalance, y el que tiene 'Más poder', sería obligado a reducirlo. — La mujer Anciana hace una pausa. — Pero hay algo que me ha dejado inquieta durante un largo rato...— ¿E-Eh? — Denki deja caer su máscara serena, y ahora luce genuinamente preocupado. —— ¿Qué sucede, Abuela? —Boruto cuestiona, serio. Sus cejas se fruncieron en una mueca de expectación ansiosa. —La Gran Abuela puso una mano detrás de su espalda, mientras que sostenía la antorcha con la otra, al tiempo que se encorvaba.— Incluso si ella burló las reglas del pergamino de alguna forma, sigue siendo un alto riesgo. — Dice. — 'Utilizar el Chakra para corromper al Pasado', esa es una de las pautas básicas que sigue el pergamino para castigar a la persona. No entiendo por qué usaría algo tan grande, que les hace a ustedes daño, y llame la atención de las personas del pasado; Allí ya está incumpliendo con algunas reglas, y hasta puede llegar a rozar con la promesa que se hizo entre Pactantes, de no lastimar a los aliados de la otra parte.La mención de la 'Promesa', no los sorprendió. Habían oído hablar de ella en una de sus tantas lecciones con la gran anciana, cuando esta les enseñaba a no provocar los castigos del pergamino, debido a que desconocían los detalles de la misteriosa promesa.— La única explicación que yo puedo encontrar para que esa chiquilla se tome tanta libertad, y sumando al misticismo que gira a su alrededor, según lo que mencionan... solo puedo apuntarla como alguien sumamente cercana al pergamino; Una persona que fue testigo de su ejecución.Más de uno ahogó un jadeo.—¿Crees que... Eida abrió el Pergamino junto con los adultos de Konoha? — Boruto pregunta. Todos sus amigos se amontonaron con él cuando se acercó al rostro de la Gran Anciana, con una sorpresa ansiosa. — ¡¿Ella puede tener idea de Por qué ocurrió todo esto, y las condiciones del Pergamino?! ¡¿Eso cree usted?!— Ohoho... no solo creo eso. — Dice la Anciana. Su risita no fue amistosa o cariñosa, sino más bien una burla a las circunstancias. —Los niños abrieron los ojos, confundidos. La mujer, con sus arrugas cubriéndole los ojos, los abrió, mostrando el tono grisáceo en ellos debido a la vejez. En ese instante, sintieron que no significaba algo bueno.—Creo fervientemente, que para que esa chiquilla actúe en secretismo, ande suelta en tierras pasadas en una supuesta búsqueda de un chico; Sabiendo de lo peligroso que sería para su propia seguridad, y deje salir un poder de esa magnitud con una densa despreocupación, sugiere una cosa. — Boruto y los demás se tensaron cuando la anciana bajó la antorcha, y subió la mirada; Las sombras gobernaron su rostro arrugado y ceñudo. — Esa chica... no solo es una Refugiada del Pergamino obedeciendo al Pergamino; También puede ser alguien que conoce las Limitaciones exactas del mismo... Una Pactante.