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Chapter 17 - Episodio 18: alerta! el mal va ganando.

En la History Academy, Víctor se encontró con un vestuario inusual. Los instructores le entregaron una ropa de entrenamiento pesada, diseñada para fortalecer a los guerreros más fuertes. Sin embargo, cuando Víctor se la puso, algo sorprendente sucedió: el peso apenas lo afectó.

Los demás estudiantes jadeaban bajo la carga, pero Víctor caminaba con ligereza. La tela resistente se adaptaba a su cuerpo, y las pesadas placas parecían flotar sobre su piel.

"¿Cómo es posible?" murmuró uno de los instructores. "Esa ropa debería ser un desafío incluso para los más fuertes".

Víctor sonrió. "No sé explicarlo. Pero para mí, esto es como llevar una camiseta".

Los demás lo miraron con asombro mientras él se dirigía al campo de entrenamiento. Allí, realizó saltos, flexiones y movimientos ágiles. La ropa no lo frenaba; al contrario, parecía amplificar su destreza.

El director de la academia, observando desde lejos, frunció el ceño. "Víctor", le dijo, "tienes un don. Esa ropa está imbuida de energía ancestral. Solo los elegidos pueden llevarla sin esfuerzo".

Y así, Víctor continuó su entrenamiento, llevando su "ropa pesada" como si fuera una segunda piel. Nadie sabía cómo, pero su conexión con el tiempo y el espacio parecía otorgarle habilidades únicas.

Víctor se convirtió en un enigma para los demás estudiantes de la History Academy. No solo resistía los pesos de la ropa de entrenamiento, sino que su cuerpo parecía común y corriente. Sin embargo, algo sutilmente diferente lo distinguía.

Los instructores murmuraban entre ellos. "¿Es humano?", preguntó uno. "No hay rastro de ninguna raza conocida en su ADN".

Elena, la mujer que lo había recibido en 2024, también estaba intrigada. "Víctor", le dijo en privado, "tus células son como las nuestras, pero hay una resonancia extraña. Como si estuvieras conectado a algo más allá de nuestro mundo".

Víctor se tocó el pecho, donde latía su corazón. "¿Qué soy?"

El director, al enterarse de la conversación, lo llamó a su despacho. "Víctor, tu existencia desafía las categorías. No eres solo humano. Eres un puente entre dimensiones, un caminante del tiempo".

Víctor asimiló la información. "¿Por qué yo?"

El director sonrió. "Porque la profecía hablaba de alguien como tú. Alguien que podría cambiar el curso de la historia. Tu resistencia, tu conexión con el tiempo... todo es parte de un propósito mayor".

Y así, Víctor continuó su entrenamiento, no solo como un guerrero, sino como un misterio viviente. ¿Qué secretos ocultaba su sangre? ¿Qué destino lo aguardaba más allá de las estrellas?

El campo de entrenamiento zumbaba con actividad. Víctor, con su ropa de entrenamiento aparentemente liviana, se preparaba para su próxima sesión. Pero entonces, una figura intrigante apareció en la entrada.

Luci, de cabello plateado y ojos cambiantes, emanaba una confianza inusual. Su raza era humana, pero su habilidad para cambiar de forma la hacía única. Se acercó a Víctor con una sonrisa desafiante.

"¿Así que tú eres el famoso Víctor?", dijo Luci. "El guerrero que desafía las leyes del peso y el tiempo".

Víctor la miró con curiosidad. "¿Y tú eres...?"

"Luci", respondió ella. "Cambia Formas. Puedo ser cualquier cosa que desee: un lobo, un águila, incluso una brisa suave. Pero tú... tú eres un enigma".

Víctor se encogió de hombros. "No sé qué decir".

Luci se burló. "Eso es porque no sabes quién eres realmente. Pero no te preocupes, Víctor. Juntos descubriremos tus secretos".

Y así, en ese campo de entrenamiento, dos almas misteriosas se encontraron. Uno, un guerrero sin memoria. El otro, una cambia formas con más preguntas que respuestas. El destino los había unido, y el tiempo aguardaba sus revelaciones.

Ambos decidieron tener un combate amistoso.

El campo de entrenamiento vibraba con anticipación. Víctor y Luci se enfrentaron, mirándose a los ojos. Las apuestas eran altas: un guerrero sin memoria contra una cambia formas llena de secretos.

Luci sonrió, sus ojos destellando. "¿Estás listo, Víctor?"

Víctor asintió. "Siempre lo estoy."

Sin más palabras, se lanzaron el uno al otro. Los puños de Víctor eran precisos, pero Luci se movía como el viento. Cambió de forma, esquivando sus golpes, convirtiéndose en un lobo ágil y luego en un halcón veloz.

Víctor no se inmutó. Sus puños seguían buscando su objetivo. Luci se transformó en una serpiente, deslizándose por el suelo, pero Víctor la atrapó en un agarre firme.

"¿Quién eres, Luci?" gruñó Víctor. "¿Por qué estás aquí?"

Luci se retorció, volviendo a su forma humana. "No soy tu enemiga, Víctor. Solo busco respuestas".

El combate continuó, cada golpe resonando en el aire. Víctor no cedía, y Luci no se rendía. Ambos eran enigmas, conectados por hilos invisibles.

Al final, se detuvieron, jadeantes. Luci sonrió, sangre en los labios. "Eres más de lo que aparentas, Víctor. Pero aún no sabes quién eres".

Víctor la miró fijamente. "Descubriré la verdad, Luci. Y cambiaré la historia".

Luci, con heridas en su piel y ojos resueltos, se retiró del campo de batalla. Sus pasos la llevaron a una habitación apartada en la History Academy. Allí, rodeada de tecnología avanzada, se dejó caer sobre una camilla.

Las luces se atenuaron, y los paneles en las paredes comenzaron a brillar. Luci cerró los ojos, permitiendo que la energía curativa la envolviera. Su piel sanaba, los huesos se fusionaban y la fatiga se desvanecía.

Mientras tanto, Víctor continuaba en el campo de entrenamiento. Su mente estaba en otro lugar, preguntándose sobre su propia naturaleza. ¿Por qué era diferente? ¿Qué secretos ocultaba su sangre?

Los instructores observaban desde la distancia, intrigados por la escena que se desarrollaba. Luci y Víctor, dos enigmas entrelazados por el destino, cada uno buscando respuestas.

El tiempo seguía su curso, y la History Academy albergaba más misterios de los que cualquiera podía imaginar. ¿Qué más aguardaba a estos dos guerreros? Solo el tiempo lo revelaría.

En el rincón más alejado de la History Academy, donde las sombras se entrelazaban con la tecnología futurista, se encontraba Trapecio. Su nombre de héroe resonaba en los pasillos: un misterio, una incógnita. Pero tras la máscara y el traje, se escondía Juan, un joven con sueños y secretos.

Trapecio no era el más fuerte ni el más rápido, pero su agilidad y destreza eran inigualables. Saltaba entre los edificios de la academia, desafiando la gravedad. Los demás estudiantes lo miraban con admiración y curiosidad.

Un día, Víctor lo encontró en el tejado, observando la ciudad desde las alturas. "¿Por qué Trapecio?" preguntó Víctor. "¿Por qué ese nombre?"

Juan se quitó la máscara, revelando sus ojos cansados. "Porque la vida es un acto de equilibrio", dijo. "Somos todos trapecistas, saltando entre el pasado y el futuro".

Víctor asintió. "¿Y tú, Juan? ¿Cuál es tu historia?"

Juan miró al horizonte. "Eso es lo que estoy tratando de descubrir. Mi pasado está lleno de huecos, como un salto en el aire. Pero aquí, en la History Academy, quizás encuentre respuestas".

Y así, Trapecio y Víctor compartieron su enigma. Dos almas en busca de identidad, dos nombres entrelazados por el destino.

La Historia de Juan "Trapecio" Martinez: El Reclutamiento Inesperado

En las bulliciosas calles de New Peru, Juan Martinez, conocido como "Trapecio" en el mundo del streaming, vivía su vida entre partidas de videojuegos y risas con sus seguidores. No era el mejor estudiante, pero su pasión por los juegos lo mantenía ocupado.

Un día, mientras transmitía en vivo desde su habitación, su teléfono vibró con una notificación urgente. El mensaje era breve pero intrigante: "Te necesitamos. Ven a la History Academy".

Juan frunció el ceño. ¿Qué era la History Academy? ¿Y por qué lo reclutaban? Sin embargo, algo en el tono del mensaje lo impulsó a investigar.

La academia estaba oculta en el país llamado El Salvador, estaba en una isla algo grande, un edificio imponente con pasillos interminables. El director, un hombre de mirada penetrante, lo esperaba en su despacho.

"Juan Martinez", dijo el director, "eres especial. Tu conexión con el tiempo y el espacio es única. Necesitamos tu habilidad para proteger nuestro mundo".

Juan parpadeó. "¿Proteger? ¿De qué?"

El director sonrió. "De amenazas que trascienden las eras. Eres parte de una profecía antigua. Bienvenido a la History Academy".

Y así, Juan dejó atrás su vida de streamer para convertirse en un guerrero del tiempo. En los pasillos de la academia, descubriría secretos, enfrentaría desafíos y encontraría su verdadera identidad.

Los primeros días de escuela.

En una de las aulas de la History Academy, Juan "Trapecio" Martínez se sentó junto a otros estudiantes. La pizarra estaba llena de fórmulas y diagramas relacionados con la energía atómica. El profesor, un científico de mirada intensa, comenzó la lección.

"Estimados alumnos", dijo el profesor, "hoy exploraremos los misterios del átomo y su energía. ¿Qué es un átomo? ¿Cómo se relaciona con la energía nuclear?"

Juan tomó notas, su mente inquieta absorbiendo cada palabra. Había dejado atrás los videojuegos y los memes para sumergirse en un mundo de partículas subatómicas y reacciones nucleares.

El profesor continuó: "El núcleo del átomo contiene protones y neutrones. La energía atómica se libera cuando estos núcleos se fusionan o se dividen. Es la base de la energía nuclear".

Juan levantó la mano. "¿Y cómo se controla esa energía?"

El profesor sonrió. "Buena pregunta, Juan. La fisión nuclear es la clave. Al dividir núcleos pesados, liberamos una cantidad enorme de energía. Pero también debemos tener cuidado, ya que puede ser peligrosa".

Juan asintió. La energía atómica era como un trapecio: un delicado equilibrio entre poder y precaución. Y él estaba decidido a dominarlo.

"Trapecio" Martínez: Controlando la Energía Atómica

En el aula de la History Academy, Juan "Trapecio" Martínez se sumergió en la teoría de la energía atómica. El profesor continuó su explicación, y Juan tomó notas con determinación.

"La energía atómica", dijo el profesor, "es como un delicado equilibrio. Imagina que tienes una esfera en cada mano. Una es la energía potencial, lista para liberarse. La otra es la precaución, la contención".

Juan asintió. "¿Cómo puedo dominarla?"

El profesor sonrió. "Primero, debes comprender los procesos. La fisión nuclear, por ejemplo, implica dividir núcleos pesados. Eso libera una cantidad enorme de energía. Pero también puede ser peligroso".

Juan cerró los ojos, visualizando las esferas en sus manos. "¿Cómo puedo usarla?"

El profesor señaló la pizarra. "Imagina que concentras esa energía en un punto. Luego, con un gesto preciso, la liberas. Puedes crear un ataque de energía atómica. Pero ten cuidado, Juan. El desequilibrio puede ser catastrófico".

Juan asintió, sintiendo la responsabilidad en sus hombros. La energía atómica no era solo teoría; era poder real. Y él estaba decidido a controlarlo.

Generando Energía Atómica

En el campo de entrenamiento de la History Academy, Juan "Trapecio" Martínez se concentró. Había estudiado las teorías, comprendido los procesos, y ahora estaba listo para poner en práctica su habilidad.

Chocó sus manos una y otra vez, sintiendo la fricción. La energía comenzó a acumularse, vibrando en su piel. Recordó las palabras del profesor: "Concentra esa energía en un punto. Luego, con un gesto preciso, libérala."

Juan cerró los ojos, visualizando la esfera de energía en sus manos. La tensión creció, y su corazón latía al ritmo de la fisión nuclear. ¿Podría hacerlo? ¿Controlar la energía atómica?

Con un grito, separó las manos. La energía explotó, una ráfaga de luz y calor. El suelo tembló, y una onda expansiva barrió el campo de entrenamiento. Juan había creado su propio ataque de energía atómica.

Pero también sintió el agotamiento. La energía era poderosa, pero peligrosa. Debía aprender a dominarla, a usarla con precisión. Y así, con el sudor en la frente y la determinación en los ojos, Juan continuó su entrenamiento.

El Combate con Víctor

Victor observó la explosión de energía atómica desde lejos. Aunque no entendía completamente la ciencia detrás de ella, reconocía el poder en los ojos de Juan "Trapecio" Martínez. Decidió acercarse.

"¡Impresionante!" exclamó Victor, aplaudiendo. "Nunca había visto algo así. ¿Cómo lo hiciste?"

Juan se quitó la máscara, aún jadeando. "Es complicado, Victor. Pero estoy aprendiendo a controlarlo."

Victor sonrió. "¿Qué te parece un combate? Yo no tengo energía atómica, pero puedo ofrecerte un desafío."

Juan asintió. "Será un honor, Victor."

En el campo de entrenamiento, los dos guerreros se enfrentaron. Victor, con su agilidad natural, esquivaba los ataques de Juan. Pero Juan no se quedaba atrás. Concentraba su energía, creando ráfagas de luz y calor.

"¡Increíble!" exclamó Victor, bloqueando un golpe. "Esa energía... es como un trapecio, ¿verdad? Un acto de equilibrio."

Juan sonrió. "Exacto. Pero también es peligrosa. Debo aprender a usarla con precisión."

El combate continuó, y los dos guerreros se desafiaron mutuamente. Victor no entendía completamente la energía atómica, pero admiraba la determinación de Juan. Juntos, explorarían sus habilidades y cambiarían la historia.

El campo de entrenamiento vibraba con la energía de dos guerreros dispuestos a desafiarse. Víctor y Juan "Trapecio" Martínez se encontraron en el centro del espacio, mirándose fijamente.

Víctor, con su agilidad natural, lanzó un puñetazo. Juan lo esquivó con destreza, pero no se detuvo allí. Concentró su energía atómica en su puño y contraatacó. La explosión de luz y calor dejó a Víctor momentáneamente cegado.

"¡Impresionante!" exclamó Víctor, recuperándose. "Pero no subestimes el poder de un buen puñetazo."

Ambos se enzarzaron en una danza de golpes y energía. Víctor, con su experiencia en combate cuerpo a cuerpo, buscaba debilidades en la defensa de Juan. Pero Juan no era solo un trapecista; era un maestro de la energía atómica.

"¡Tienes que ser más rápido!" gritó Juan, liberando otra ráfaga de energía. Víctor rodó por el suelo, evitando el impacto.

"Y tú más preciso", respondió Víctor, lanzando un gancho. Juan lo bloqueó con una barrera de energía.

El combate continuó, y los dos guerreros se desafiaron mutuamente. Puños y energía se entrelazaban en una sinfonía de poder y control. Víctor no entendía completamente la ciencia detrás de la energía atómica, pero estaba decidido a aprender.

La energía atómica estalló en la nuca de Víctor, y el mundo se volvió un torbellino de luz y dolor. Se tambaleó, pero se mantuvo de pie, la determinación en sus ojos. El golpe había desencadenado algo más que poder: había liberado sus recuerdos.

Las imágenes del pasado inundaron su mente. Y allí, en medio del campo de entrenamiento, Víctor recordó. Recordó a Nine Sharon, su antiguo amigo, y cómo lo había traicionado por dinero y poder. Recordó la explosión que había destruido Yadaratman, su hogar.

La ira y la tristeza se mezclaron en su pecho. "¡Juan!" gritó, confundiendo a su oponente con su antiguo amigo. "¡Nine Sharon! ¡Tú fuiste el responsable!"

Juan retrocedió, desconcertado. "¿De qué estás hablando, Víctor?"

Pero Víctor no escuchaba. La energía atómica bullía dentro de él, amenazando con desbordarse. "¡No puedo perder otra vez!" rugió. "¡No puedo permitir que destruyas todo lo que amo!"

Y así, en ese campo de batalla, Víctor se salió de control. La energía atómica se liberó en una explosión desgarradora. El suelo tembló, y los muros de la academia se resquebrajaron.

Juan, con los ojos llenos de asombro y miedo, retrocedió. "Víctor, detente. No sabes lo que haces."

Pero Víctor ya no escuchaba. Los recuerdos lo habían atrapado, y la venganza ardía en su corazón. ¿Qué haría ahora, cuando la línea entre amigo y enemigo se había difuminado?

La ira de Víctor se desató como un vendaval. Su cuerpo vibraba con una energía ancestral, y sus pupilas brillaban en un intenso amarillo. El fuego danzaba alrededor de él, envolviendo su cabello y sus venas. La explosión que siguió no era atómica, sino algo más antiguo y poderoso: el ki.

El campo de entrenamiento tembló. Los muros se resquebrajaron, y los demás estudiantes retrocedieron, asombrados y aterrados. Juan "Trapecio" Martínez, aún confundido por la explosión anterior, observó a Víctor con ojos abiertos de par en par.

"¿Qué... qué eres?" balbuceó Juan.

Víctor no respondió. Su mente estaba en otro lugar, en recuerdos de traición y pérdida. El ki fluía a través de él, una fuerza primordial que trascendía el tiempo y el espacio.

"¡Detente!" gritó Juan, intentando contenerlo. Pero Víctor ya no estaba en control. La ira dansandankai lo había liberado, y ahora todo estaba en juego.

El campo de entrenamiento temblaba bajo la presión del ki liberado. Juan "Trapecio" Martínez se enfrentó a Víctor, cuyos ojos ardían con una ira ancestral. El fuego danzaba a su alrededor, y su cuerpo estaba imbuido de poder.

Juan respiró hondo, recordando las lecciones de energía atómica. Pero esto era diferente. Víctor no solo tenía el control, sino también la ventaja. Su experiencia en combate cuerpo a cuerpo lo hacía peligroso.

"¡Víctor!" exclamó Juan, lanzando un puñetazo cargado de ki. Pero Víctor lo esquivó con facilidad, su agilidad natural intacta.

"Demasiado lento", dijo Víctor, y su propio puño se convirtió en una ráfaga de energía. Golpeó a Juan en el pecho, enviándolo al suelo.

Juan se levantó, tosiendo sangre. "¿Quién eres realmente, Víctor?"

Víctor sonrió, sus pupilas aún amarillas. "Soy la venganza. Soy la memoria. Y tú, Juan, eres solo un obstáculo."

El combate continuó, pero Juan sabía que estaba perdido. La explosión de energía atómica había desencadenado algo más profundo en Víctor. ¿Qué oscuros secretos guardaba? ¿Y cómo podría detenerlo?

La explosión de energía había dejado el campo de entrenamiento en ruinas. Víctor, aún envuelto en llamas, se tambaleaba. Pero antes de que pudiera lanzar otro ataque, Luci, la cambia formas, se interpuso.

"¡Basta!" exclamó Luci, su forma cambiando entre humana y lobo. "Esto no lleva a nada bueno."

Víctor gruñó, pero la ira en sus ojos se desvaneció. "¿Quién eres tú para detenerme?"

Luci se acercó, tocando su hombro. "Soy Luci. Y sé lo que es perder el control. No dejes que la venganza te consuma."

Víctor miró a su alrededor, viendo los escombros y las miradas asustadas de los demás estudiantes. "¿Qué hago ahora?"

Luci sonrió. "Aprende a canalizar esa energía. No como arma, sino como protección. Y recuerda: no estás solo en esto."

Y así, en medio del caos, Víctor encontró una aliada inesperada. La energía atómica y el ki seguían bullendo dentro de él, pero ahora tenía una dirección. Y tal vez, solo tal vez, podría encontrar la paz.

La energía había agotado a ambos guerreros. Víctor cayó al suelo, su cuerpo temblando. El fuego que lo envolvía se extinguía lentamente. Juan, aún en pie, se tambaleó, su respiración agitada.

Luci se apresuró hacia ellos. "¡Necesitamos ayuda!" exclamó. "Están al límite."

Los demás estudiantes rodearon a Víctor y Juan, preocupados. El director de la academia apareció, su mirada seria. "Esto se ha salido de control", dijo. "Debemos aprender a manejar estas energías antes de que alguien salga herido."

Víctor abrió los ojos, su memoria recién recuperada aún confusa. "¿Quién soy?" murmuró.

Juan también se incorporó. "Somos guerreros", respondió. "Y tenemos mucho por descubrir."

El campo de entrenamiento quedó en silencio, los escombros testigos de su poder desatado. Pero ahora, con Luci, Juan y los demás a su lado, Víctor sabía que no estaba solo en esta lucha. Juntos, explorarían sus habilidades y cambiarían la historia.

En la enfermería de la History Academy, Juan y Víctor yacían en camillas adyacentes. Los estudiantes se agolpaban, preocupados por Juan, cuyas heridas eran visibles y cuya energía atómica había dejado una marca en el campo de entrenamiento.

Luci, con su habilidad para cambiar de forma, se inclinó sobre Juan. "¿Estás bien?" preguntó, su voz llena de preocupación.

Juan sonrió débilmente. "Sobreviviré. Pero necesito aprender a controlar esto."

Los demás estudiantes murmuraban, algunos asustados, otros admirados. Pero Víctor, aún desorientado, no era el foco de atención. Solo Luci y Rigor, el director, se acercaron a él.

Rigor observó a Víctor con ojos penetrantes. "¿Qué recuerdas?" preguntó.

Víctor parpadeó, su memoria recién recuperada. "Traición. Destrucción. Y Nine Sharon..."

Luci apretó su mano. "No estás solo en esto, Víctor. Juntos encontraremos respuestas."

Y así, en la enfermería, los tres guerreros se unieron. El pasado y el presente se entrelazaban, y el futuro estaba lleno de incógnitas.

Secretos Compartidos

En la penumbra de la enfermería, Víctor se sentó en su camilla, su mirada fija en el techo. Luci y Rigor, los únicos que conocían su verdadera historia, se acercaron.

"¿Qué pasó en Yadaratman?" preguntó Luci, su voz suave pero firme.

Víctor inhaló profundamente. "Yadaratman era mi hogar. Un mundo de leyendas y profecías. Pero también fue el lugar de mi traición."

Rigor se cruzó de brazos. "¿Quién te traicionó?"

"Nine Sharon", respondió Víctor. "Mi amigo de la infancia. Nos enfrentamos en una batalla épica. Él quería poder, y yo... yo solo quería proteger a nuestro mundo."

Luci asintió. "¿Y qué pasó después?"

"Una explosión", murmuró Víctor. "Yadaratman quedó reducido a escombros. Pero antes de perder la memoria, vi un agujero de gusano. Y eso creo que fue todo, ya no recuerdo mucho después de ahí."

Los tres se sumieron en un silencio cargado de significado. Los secretos compartidos los unían, y ahora debían enfrentar las consecuencias.

Rigor observó a Víctor y Luci, su mirada profunda. La semana en la Tierra había sido agotadora, y aunque no necesitaba comida ni agua como los humanos, la experiencia lo había afectado.

"Víctor", dijo Rigor, "¿quieres algo de comer? Aunque no lo necesitas, podría ayudarte a recuperarte."

Víctor asintió débilmente. "Quizás un poco de agua. Y algo de información. Necesito entender más sobre mi pasado y cómo llegué aquí."

Luci se acercó, preocupada. "No estás solo en esto, Víctor. Juntos encontraremos respuestas."

Y así, en la enfermería de la History Academy, los tres guerreros se unieron. El pasado y el presente se entrelazaban, y el futuro estaba lleno de incógnitas.

La conexión entre los eventos se hizo más clara. Rigor, con su mirada profunda, asintió. "Nine Sharon... un nombre que resuena en la historia. ¿Estás seguro, Víctor?"

Víctor apretó los puños. "Lo estoy. Él fue mi amigo, pero también mi enemigo. Conquistamos planetas juntos, pero su sed de poder lo corrompió."

Luci se acercó. "¿Qué haremos ahora? ¿Cómo detendremos a Nine Sharon?"

Rigor miró a los tres. "Juntos. Como equipo. Exploraremos nuestros poderes y enfrentaremos lo que venga."

Y así, en la enfermería de la History Academy, los tres guerreros se unieron. El pasado y el presente se entrelazaban, y el futuro estaba lleno de incógnitas.

Fin de la primera parte.