Capítulo 22: ¿Hoy en la noche?
Narra Brenda
Estábamos en el salón de clases de Alan, después de nuestra primera pelea de novios. Me sentía mal por haberlo lastimado, pero también estaba preocupada por mi padre y no sabía si quería volver a casa. Alan parecía entenderme y me sorprendió con una invitación.
- Tengo una idea para que te distraigas, y una excusa para que no vuelvas a tu casa… Te quería invitar a algo - dijo Alan con una sonrisa.
- ¿Ah sí? ¿Y qué es? - pregunté con curiosidad.
- Bueno, hace tiempo escribí un cuento para niños… lo escribí en la universidad y me pidieron leerlo porque lo van a publicar… y me gustaría que estés ahí - explicó Alan.
- Eso es increíble… ¿y dónde? ¿y cuándo? - pregunté emocionada.
- En el Café & Amor, hoy en la noche - dijo Alan.
- Me encantaría ir - dije entusiasmada.
- A mí me gustará verte ahí - dijo Alan con una sonrisa.
Narra Alan
Después de haber invitado a Brenda al evento en el Café & Amor, me sentí aliviado. Sabía que ella estaba bajo mucha presión y que necesitaba distraerse. Además, estaba emocionado de tenerla a mi lado mientras leía mi cuento en público.
- ¿De verdad vendrás? - pregunté con entusiasmo.
- Sí, quiero acompañar a mi novio en la lectura de su cuento - dijo con una sonrisa y me plantó un beso en la boca.
Me sentí aliviado y emocionado al mismo tiempo. Sabía que Brenda estaba pasando por un momento difícil, y verla sonreír y disfrutar de mi lectura me hacía sentir bien. Además, su presencia me daba la seguridad que necesitaba para enfrentar al público.
- Me alegra mucho que vengas. Estoy seguro de que te divertiras mucho - dije mientras la besaba
- Estoy segura de que sí. Además, me encanta escuchar tus historias - dijo Brenda con una sonrisa.
Después salimos del salon de clases, Brenda y yo nos encontramos en el estacionamiento. Ella ya estaba allí esperándome, ya que había salido antes que yo. Nos saludamos con una sonrisa y nos dirigimos hacia mi auto.
- ¿Lista para ir al Café & Amor? - pregunté emocionado.
- ¡Por supuesto! - respondió Brenda con una sonrisa.
Narra Brenda
Nos subimos al auto y comenzamos nuestro camino hacia el café. Durante el viaje, hablamos sobre la presentación y nuestros planes para el futuro. Fue un momento agradable y relajado, y disfruté de la compañía de Brenda.
Finalmente llegamos al Café & Amor y fuimos recibidos por Ian, el amigo de Brenda que trabajaba allí. Nos llevó a nuestra mesa y nos hizo sentir bienvenidos en el ambiente acogedor del café.
Después de pedir nuestras bebidas, Alan comenzó a leer su cuento. Me quedé asombrada con su habilidad para contar historias, y me sumergí en su mundo de ficción. Cada palabra estaba cuidadosamente elegida, y su voz era cautivadora.
La historia trataba de una niña llamada Sofía, quien tenía una gran debilidad por los caramelos. Sofía tenía un frasco lleno de caramelos y se permitía comer uno al día, pero un día se levantó con ganas de comer todos los caramelos a la vez. Metió su mano en el frasco y tomó varios caramelos al mismo tiempo, pero cuando intentó sacar su mano, se quedó atascada. La moraleja de la historia es que nunca debemos tratar de abarcar más de lo que podemos manejar, ya que podemos terminar frenados.
Mientras Alan leía su cuento, todas mis preocupaciones desaparecieron. No podía apartar la mirada de él y no podía evitar sonreír. Cuando terminó de leer, el público comenzó a aplaudir. Luego, alguien me habló. Era un chico que no conocía, pero parecía tener la misma edad que Alan.
- ¿Su cuento no es tan malo como parece? - dijo el chico. - ¿Lo conoces?
- Sí, es mi profesor de literatura - respondí.
- ¡Qué bien! Yo también lo conozco. Fue mi compañero de universidad. ¿Cómo te llamas, admiradora? - dijo el chico, extendiendo su mano.
- Soy Brenda - dije, tomando su mano.
- Mucho gusto, Brenda - dijo el chico sonriendo. - Soy Matt.
Alan se acercó a mí y se sorprendió al ver a Matt.
- Hola, ¿qué haces aquí? - dijo Alan sorprendido, abrazando a Matt.
- Escuché que alguien iba a leer un cuento esta noche y reconocí que era el cuento que mi mejor amigo escribió en la universidad... y al parecer aquí conocí a la presidenta de tu club de fans - dijo Matt, mirándome.
- Mmm, ¿ustedes ya se conocen? - preguntó Alan
- No mucho... yo me acabo de enterar de que éramos compañeros de universidad - respondí
- ¿Por qué no celebramos este reencuentro con unas cervezas? Ya vuelvo, voy a buscar a una camarera - dijo Matt y se fue.
- Lo siento... no sabía que iba a venir, quería estar contigo - dijo Alan.
- No importa, no hay problema - respondí.
Alan entrelazó sus manos con las mías, pero rápidamente las solté cuando Matt se acercó.
- Traje dos cervezas y un vaso de limonada para la señorita - dijo Matt, mirándome.
- Gracias - dije tímidamente.
Comenzaron a contarme sobre su vida en la universidad, cómo se conocieron y algunas anécdotas graciosas.
- Voy a buscar un vaso de agua - dije.
- Yo voy... - dijo Matt.
- No te preocupes, voy yo - dije y me fui.
Los dos se quedaron solos en la mesa.
Narra Alan
Matt me miró seriamente y dijo:
- Amigo... en serio que estás loco
- ¿Qué? – Nervioso, le pregunté
- Alan, ella es bonita e inteligente, pero no deja de ser tu alumna - me dijo con seriedad.
- Esto no es lo que crees – Traté de justificarme
Pero Matt insistió:
- A mí no me engañas, los vi tomarse de las manos, vi cómo te miraba ella... pero ella es tu alumna
Yo intenté defenderme:
- Pues no la conocí como mi alumna
Pero Matt me advirtió:
- ¿Y por eso crees que está bien? Cuando todo esto termine, ella se graduará, a ti te despedirán y te darán una temporada con todos los gastos pagados en la cárcel
Después de esa conversación, Brenda llegó y propuso jugar al pool para despejarnos un poco. Matt aceptó y nos dirigimos a la mesa.
- Tengo una idea - dijo Brenda sonriendo - ¿Y si jugamos al pool? - señaló la mesa - El perdedor paga unas papas fritas
- Me parece bien - dijo Matt sonriendo. Se levantó y se dirigió a la mesa de pool.
Cuando Matt se alejó un poco, Brenda se acercó a mí y susurró en mi oído:
- Gracias por invitarme... me estoy divirtiendo mucho
Le respondí con seriedad:
- No hay de qué - Luego, Matt se despidió y nos fuimos a mi departamento.
Narra Brenda
- Esta noche fue muy divertida - dije sonriendo mientras entraba al departamento de Alan - Es posible que todos los universitarios se saluden sin hacerse una llave en la cabeza
- Cuando ingreses a la universidad, lo sabrás - respondió Alan, sacándose su chaqueta.
- ¿Qué pasa? – Pregunté – Has estado serio todo el camino
- No pasa nada... todo está bien... solo pasé la noche divirtiéndome... con una estudiante - dijo Alan, afligido.
- Hablas como si fuera algo malo - dije, cruzando mis brazos.
- Y no has pensado que tal vez esto sea peor de lo que creemos", dijo Alan con un tono serio, sentándose en su sofá.
- Pero ¿por qué? ¿Acaso me comporté como una adolescente? ¿Te avergoncé? ¿Alguna vez te he avergonzado? - pregunté, sentándome en el sofá enfrente de él.
- No, ese no es el problema", comenzó a hablar Alan.
- Entonces ¿cuál es el problema? - pregunté interrumpiéndolo - La diferencia de edad nunca fue un problema cuando estamos juntos
- Cuando estamos aquí, en mi departamento, solos tú y yo, todo está bien. Pero cuando salimos, todo el mundo lo nota - explicó Alan.
- No, solo Matt se dio cuenta – dije tomando su mano – ¿Qué sientes cuando estás conmigo? – pregunté mirándolo a los ojos.
- Bien... me siento bien - dijo Alan levantándose - Brenda, yo te amo... – suspiró – Me gustaría tener una cita contigo fuera de mi departamento, sin tener que verte a través de un escritorio y que me llames 'Señor Freeman'. Quiero poder presentarte a mis amigos, y no como mi alumna. Me gustaría poder llevarte al cine, sin tener que fingir que es una excursión de estudio. Poder ir al museo, sin tener que entrar por separado y fingir que es un encuentro inesperado. Poder leer en la biblioteca juntos, sumergirnos en un buen libro, sin tener que pedirte que hagas un informe después. Cuando estoy contigo, no me importa nadie más.
Me acerqué con cautela y puse mis brazos alrededor de su cuello.
- Nos amamos... y eso es todo en lo que debemos pensar - dije mirándolo a los ojos con determinación.
Alan puso sus manos en mi cintura y me apretó más hacia él.
- Tienes razón - dijo con una sonrisa, y luego me besó con pasión.
Alan me tomó de la cintura y me levantó, yo apoyé mis piernas en su cadera mientras alborotaba su cabello.
- Eres tan hermosa - dijo Alan mientras me besaba el cuello - No puedo resistirme a ti
- Tú también eres hermoso - le dije sonriendo - Y eres el único hombre que me hace sentir así
Alan me abrazó con fuerza y me besó.
- Te amo, Brenda - dijo Alan acariciando mi mejilla - Eres lo mejor que me ha pasado
- También te amo, Alan - le dije con ternura - Eres mi todo
Alan me besó con pasión, mientras me tenía cargada en sus brazos.
- No puedo imaginar mi vida sin ti - dijo Alan con voz suave - Eres mi sol en un día gris
- Y tú eres mi roca - le dije hundiendo mi rostro en su cuello - Siempre estás ahí para mí, y eso significa todo para mí
Alan me besó en la frente y me acarició el cabello.
- Siempre estaré ahí para ti, mi amor - dijo Alan con seguridad - Te lo prometo