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Chapter 25 - Capítulo 24: Sospechas

Capítulo 24: Sospechas

Narra Brenda

Los primeros rayos del sol acariciaban mi piel cuando desperté. Me encontraba en el sofá de la cabaña, con Alan durmiendo en la alfombra debajo de mí. Miré rápidamente mi celular: ¡eran las 7:30 am! Nunca había despertado tan tarde. Había olvidado avisarle a mi mamá que no estaría en casa. Tenía que irme, pero Alan seguía durmiendo. Se veía tan pacífico que no quería despertarlo, pero tenía que hacerlo.

- Alan… Alan – lo llamé, moviéndolo suavemente.

- ¿Qué pasa? - murmuró, aún medio dormido.

- Tengo que irme a casa. Seguro me han llamado mil veces. – Revisé mi celular y me sorprendió no encontrar ninguna llamada perdida. – Algo debe estar mal. Mejor me voy.

- Espera, tranquila – dijo Alan, sentándose -. Ayer tomé tu celular y le envié un mensaje a tu mamá haciéndome pasar por ti. No quería despertarte, te veías tan tranquila durmiendo. Le dije que estabas con una amiga que conociste en la biblioteca.

- ¿Una amiga? ¿Y te creyó? - pregunté, sorprendida.

- Sí… de hecho, pareció contenta de que hayas hecho una amiga.

- Eres un salvavidas, Alan. Pero creo que debería irme a casa antes de que mi mamá empiece a sospechar.

- Tienes razón. Recoge tus cosas, yo te llevo.

Recogí mi mochila y subimos a su auto.

- Prométeme que encontrarás la manera de que pasemos más tiempo juntos – le pedí.

- Lo prometo, de corazón – respondió.

Luego, me entregó un papel con un número de teléfono.

- ¿Qué es esto? - pregunté, curiosa.

- Es mi antiguo número. Si tu mamá pregunta con quién estuviste, dale este número. Tu "amiga" se encargará de todo – me guiñó el ojo –. Te conozco, sé que eres tímida y que te cuesta hacer amigos.

- Eres un genio – exclamé, tomando el papel. No pude resistirme y me incliné para darle un beso.

Al llegar a su departamento, donde siempre dejaba mi auto, me despedí de él con un beso dulce y prolongado. Luego, conduje a casa. Aún era temprano y, siendo domingo, supuse que todos estarían durmiendo, como era costumbre. Entré en silencio para no despertar a nadie, pero para mi sorpresa, mi mamá salió de la cocina. Nunca había llegado a casa tan tarde, así que esta situación era nueva para mí. Mi hermana, en cambio, estaba acostumbrada a llegar tarde.

- Mamá, me asustaste...

- ¿Dónde has estado? - preguntó, interrumpiendo mis pensamientos.

- Te dije en el mensaje que estaba con una amiga - respondí, tratando de sonar casual.

- ¿Ah sí? - preguntó, con un tono de duda en su voz.

- Sí, mamá, no hice nada malo... Ahora iré a tomar un baño.

Pensé que había superado la prueba cuando ella no dijo nada más. Pero justo cuando estaba a punto de subir las escaleras, volvió a hablar.

- ¿Sabes algo curioso?

Me detuve en seco, sin girarme para mirarla.

- Nunca te he visto con una amiga... Nunca ha venido ninguna chica a esta casa... ¿Puedo saber cómo se llama? ¿Dónde la conociste? - preguntó, todavía con dudas en su voz.

Por un momento, me quedé paralizada en el escalón, pero luego encontré la fuerza para responder.

- La conocí en la biblioteca, mamá. Va a otra escuela y tiene mi misma edad - respondí, intentando mantener la calma.

- ¿Y cómo se llama? - continuó, todavía escéptica.

Tomé un momento para pensar antes de responder.

- Se llama Nuria - dije finalmente.

Ella me miró fijamente y, antes de que pudiera hacer otra pregunta, tomé la delantera.

- ¿Qué pasa, mamá? ¿Acaso crees que soy tan patética que no puedo tener una amiga? - pregunté, notando su persistente duda.

- No, hija, no es eso. Solo que nunca habías llegado tarde a casa y, menos aún, sin avisar - respondió, tratando de explicar su preocupación.

- Bueno, es mi primera amiga. Me entusiasmé hablando con ella. Si te tranquiliza, te prometo que no volverá a pasar... o, si prefieres, puedo dejar de hablar con ella - repliqué, un poco a la defensiva.

- No, hija, no es eso - dijo, tratando de calmarme. - Solo quiero que la próxima vez me avises... y me gustaría mucho conocerla.

- Te la presentaré en otra ocasión, mamá. Pero ahora, toma - le dije, entregándole el papel con el número que Alan me había dado.

- ¿Qué es esto? - preguntó, tomando el papel.

- Es el número de Nuria - respondí. - Todavía lo tengo en papel porque no he memorizado su número.

Mi madre sacó su celular y marcó el número que le había entregado. Una parte de mí estaba nerviosa, no sabía qué le diría Alan cuando contestara. Ella puso el teléfono en altavoz y decidí quedarme a escuchar.

- Hola... ¿eres Nuria? Soy la mamá de Brenda - dijo mi madre por el celular.

- Hola, señora. Sí, soy Nuria - respondió Alan, afinando su voz para sonar más femenina.

Estuvieron hablando un buen rato. Al principio, mi mamá parecía dudar, pero no sé cómo, Alan logró convencerla. Yo estaba intentando contener la risa. Cuando finalmente colgaron, mi mamá me pidió disculpas y me retiré a mi habitación.

Inmediatamente llamé a Alan por celular.

- Eres un genio, no sé cómo lo hiciste, pero mi mamá se lo creyó... bueno, dudó al principio, pero al final se lo creyó - dije, riendo.

- Por ti, haría cualquier cosa... y ahora tenemos una coartada - respondió, también riendo.

- Te amo - le dije.

- Yo te amo más - respondió.

Continuamos hablando un rato más y, luego, colgamos al mismo tiempo. Después, me metí a bañar y el resto del día transcurrió con normalidad.

Al día siguiente, me levanté temprano como de costumbre, realicé mis tareas en casa y me dirigí a la escuela. Las horas pasaban y durante el receso me encontré con Anabela. Conversamos un rato y me sorprendió cuánto teníamos en común, incluso compartíamos varias clases. Creo que finalmente había encontrado una amiga. Nos despedimos, ella se dirigió a la biblioteca a buscar unos libros, y yo me encaminé al salón de Alan, asegurándome de que nadie me viera entrar.

- Hola - saludé.

- Brenda, te ves hermosa hoy - me elogió.

- Gracias, profesor. Solo pasaba para desearle un buen día - respondí.

- Solo con ver tu sonrisa, mi día ya es perfecto - dijo, tomando mi mano.

Sonreí, pero entonces alguien golpeó la puerta: era Melody.

- Siento interrumpir - dijo ella.

Me quedé paralizada, totalmente pálida, y rápidamente retiré mi mano de la de Alan.

- Disculpen, ¿interrumpí algo? - preguntó.

- Ok, profesor Freeman, entonces, ¿así será la tarea, verdad? - dije, intentando actuar con normalidad.

- Sí, señorita. Si tiene alguna duda, no dude en consultarme - respondió Alan, antes de dirigirse a Melody. - No, señorita, no interrumpe nada. ¿En qué puedo ayudarla?

Comencé a caminar hacia la salida, fingiendo que todo estaba normal.

- No, disculpe, profesor. Me equivoqué de salón. Buscaba el de historia. Lo siento, de verdad - se disculpó Melody.

Salí de allí casi corriendo, para evitar que Melody me alcanzara y comenzara a molestarme. Me escondí en un salón que parecía estar desocupado, hasta que ella pasó y pude continuar mi camino.

- Estuvo cerca, ¿no? - dijo Alan, apareciendo detrás de mí.

- ¿Qué haces aquí? ¿De dónde saliste? - pregunté, sobresaltada.

- Existen rutas en este instituto que los alumnos nunca conocerán - respondió.

- Alan, debemos ser más discretos. Alguien puede darse cuenta.

- Lo sé, pero es que estoy tan feliz de que seas mi novia.

- Sí, para mí también es hermoso llamarte novio.

Alan se acercaba a besarme, pero yo me retiré. No quería que nos vieran juntos en la escuela, especialmente después de que Melody nos interrumpiera en el salón de clase. Aunque Alan era mi novio, debíamos ser más discretos. Sabía que él estaba tan feliz como yo de estar juntos, pero teníamos que ser cuidadosos.

- Pero aquí no - dije, alejándome de Alan.

- Siempre me dejas así, te veo después 'Alumna' - dijo Alan con una sonrisa antes de alejarse, dejando el lugar impregnado con su perfume.

Tenía una hora libre debido a la falta de un profesor, así que decidí ir al café & amor. Llegué sonriendo como una estúpida y me encontré con Ian.

- ¿Cómo estás, señorita angustia? - dijo Ian.

- Feliz - dije sonriendo.

Ian no quiso entrar en detalles y se quedó a desayunar conmigo. Resulta que también tenía un tiempo libre en su trabajo y reíamos de tonterías.

- Me tengo que ir, ¿te veo más tarde? - pregunté.

- Lo siento, hoy no puedo... es que tengo entrenamiento de fútbol - dijo Ian.

- ¡¿Lograste entrar al equipo?!!! ¡¡¡¿Por fin?!!! - exclamé emocionada.

Ian solo sonrió y yo seguí hablando. Le di un abrazo sin darme cuenta de que Alan acababa de entrar al café & amor. Noté que me estaba observando y, al soltarlo, vi la cara de celoso que tenía Alan. Él notó que yo lo miraba y salió del lugar.

- Bueno, Ian, después de este dulce momento me iré a mi clase. Adiós y suerte - dije.

- "Gracias y adiós - dijo Ian, tan expresivo como siempre.

Seguí caminando, detrás de Alan, y decidí mandarle un mensaje.

Solo te quiero a ti... celoso - escribí en mi celular

Alan giró y me vio, soltó una risa y comenzó a escribir directo en su celular.

Te gusta provocarme... Te amo - respondió.

Caminé rápido y lo rebasé. Cuando pasé junto a él, le susurré:

- Yo más...

Entré a mi salón y las demás clases siguieron hasta que el día en la escuela terminó. Al llegar a casa, me di cuenta de que había olvidado unos libros en la escuela. Era la primera vez que me pasaba, ya que nunca olvidaba nada en la escuela. Pero ahora, Alan absorbía toda mi concentración.

Al salir de la biblioteca y pasar por mi casillero, noté que alguien estaba parado en la puerta. Cuando me acerqué, vi que era Melody.

- Brenda - dijo con una sonrisa falsa.

- Melody - respondí, tratando de ser amable.

- Qué bueno que te veo, quería preguntarte algo - dijo.

- Lo siento, ahora no tengo tiempo - dije, tratando de evitarla.

- Ay, vamos, es solo una pregunta. ¿Es que no puedo pedir tu ayuda? - insistió.

- Está bien, Melody, ¿qué quieres? - cedí, sabiendo que no me dejaría en paz.

- Bueno, quería saber cómo puedo hacer para entrar a la clase del profesor Freeman - dijo, guiñándome un ojo.

- ¿Y por qué no se lo preguntas a él? - sugerí.

- Porque sé que tú me puedes obtener mejor información. Tú sabes de lo que hablo - dijo con una sonrisa maliciosa.

- No sé a qué te refieres - dije, tratando de no darle más pistas.

- ¿Yo? Yo no trato de decir nada. Creo que es más que claro, ¿no? - dijo, insinuando algo que no entendía.

- Pues no lo es. No sé qué insinúas, pero si tanto quieres saber de su clase, ve y pregúntaselo a él, ¿ok? - respondí, tratando de ser firme.

Comencé a caminar hacia la salida, pero ella no dejaba de hablar.

- De todas maneras, creo que él te eligió como su "Alumna Favorita", ¿no? - dijo, con una risa burlona.

Estaba súper nerviosa y enojada. Quería regresar y patearle en la boca para que se callara, pero sabía que eso solo empeoraría las cosas. Así que mejor me contuve y seguí caminando como si no la hubiera escuchado.