Raira se quedó quieto, antes de elevar la mirada de donde estaba cortando una verdura para su almuerzo, frunciendo el ceño en dirección a la salida. Noto que alguien estaba en la entrada, se secó las manos, y salió de la casa notando la presencia de un enorme perro negro en la entrada observándole, antes de entrar sin problemas a través de la reja, troto hasta detenerse frente a él, y de pronto, en lugar del perro se encontraba un adolescente, no mucho mayor que Kym, cabellos largos a sus hombros recogidos en una coleta floja, vestido de pantalón de algodón y camiseta de tirantes negros, su piel dorada por el sol, descalzo y ojos de un tono dorado casi brillante, mirada a Kym con un aire de madures raro para su rostro tan joven.
-Akbal, un espíritu hambriento fue liberado en el viejo hospital, encontramos su rastro anoche, pero no logramos capturar al causante -empezó a decir, su voz algo rasposa por desuso, pero antes de que pudiera seguir diciendo más, Raira corrió de vuelta al interior dejando al otro confuso, le siguió extrañado, asomándose a tiempo de ver como este iba metiendo varias cosas en su maleta de trabajo e incluso agarrando un cuchillo de oxidiana con grabados en plata, reconociéndolo como una arma ceremonial -es…. ¿Tanto es necesario? Es un sitio lejos de la ciudad y abandonado -murmuro el canino/hombre.
-Mi estudiante fue allá esta mañana, no sabe cómo enfrentarse a eso, y llevaba con él a dos civiles -le dijo con tono seco el otro, terminando de agarrar cosas -vamos -ordeno al canino, quien dio casi un brinco ante el tono y regreso a su forma canina y aulló, el aire frente a la casa pareció vibrar y Raira movió su mano como si apartara una cortina y ambos desaparecieron de la casa Akbal.
Observando todo desde lo alto del muro que rodeaba la propiedad, una figura vestida de negro observo eso, meció un poco sus dedos casi como un niño pequeño, antes de desaparecer jalando también el aire como si tirara de una cobija cubriéndose con esta. El sello en la propiedad tembló un poco antes de quedar quieto de nuevo.
Fuera del hospital, justo junto a las camionetas el aire se movió y la realidad pareció doblarse y apareció Raira y el perro negro. El mayor arrugo la nariz ante el aroma del sitio y miro de reojo al perro a su lado, quien sintió su pelaje esponjándose de inmediato y cambio su forma a la humana.
- ¡No estaba así anoche! -se intentó justificar ante la mirada despectiva del otro, y miro nervioso alrededor todo el sitio olía a energía negativa y muerte, el fantasma ambiento, encontró alimento en ese poco tiempo.
-Debiste ir a buscarme en cuanto supiste que era, esas criaturas se alimentan de todo lo vivo, no solo humanos -le dijo fríamente el mayor y saco de su maleta una bolsita de terciopelo negro y se las dio al menor -no entres corre a enterrar estas piedras alrededor necesitamos formar un circulo protector y no darle oportunidad de huir -le ordeno, el menor mascullo pero acepto la tarea empezando por enterrar una de las piedras justo bajo sus pies antes de correr internándose entre las hierbas no parecía molestarle el estar descalzo.
Raira chasqueo su lengua y tomando su daga de ónix en mano se internó a la propiedad extendiendo su otra mano al frente su palma hacia el cielo y en esta apareció una llama negra que comenzó a parpadear liberando otras llamas pequeñas que comenzaron a expandirse, volando como si buscaran algo. Antes de mostrar huellas que comenzó a seguir Raira, primero localizar a Kym y sus amigos, aun que le dio material para un circulo protector, esa criatura en el sitio era demasiado poderosa, y no tardaría en tirar las protecciones.
Kym se sentía agotado, sus amigos estaban muy cerca del circulo al centro de la habitación, se lograron calmar luego de un rato, pero cuando comenzaban a relajarse algo comenzó a golpear contra la puerta de metal, comenzando a mover la pesada camilla. El menor indico a los otros que se alejaran de la puerta y se colocaran detrás de él, y Kym su medallón en mano intentaba dejar de temblar para concentrarse, pero se sentía cansado, y sus piernas comenzaban a temblar, sus amigos se acercaron ayudándole cuando vieron como parecía empezar a caer. Antes de que pudieran preguntarle algo, la puerta se abrió de golpe y tuvieron que moverse para esquivar la camilla, y miraron los tres con horror la figura en la puerta, era un hombre mayor, que lucía casi azul, su boca abierta en un grito ahogado un líquido negro escapando de su boca y ojos, se tambaleaba y retorcía cada tanto, antes de avanzar otro poco.
-S… señor Teno -dijo quedamente un horrorizado Mike apretando su agarre en Kym temblando como una hoja.
De la boca de este salió casi un alarido y comenzó a moverse intentando entrar al cuarto. Kym elevo sus manos su medalla en mano y concentro su energía.
"NO" grito mentalmente y la criatura retrocedió unos pasos, antes de soltar otro alarido feroz luchando contra la fuerza que lo detenía. Kym jadeo, sintiendo cada uno de esos golpes, mordiendo su labio intentando no retroceder ignorando el dolor en su cuerpo.
La criatura soltó un manaso que hiso a Kym gritar, y el junto con sus amigos parecieron salir volando hasta la otra pared, quedando en el suelo Mike y Jackes noqueados y Kym no muy lejos, noto con horror que su brazo en el que sostenía el medallón tenia profundos rasguños desde su codo a su muñeca y estos estaban comenzando a sangrar. Elevo la mirada al ver a la criatura frente a él, su mente quedando en blanco de horror.
-Aléjate -se escuchó una voz entonces que pareció resonar y la criatura soltó un alarido y una flama negra pareció envolverlo, en segundos el aspecto de este cambio, y al suelo callo el hombre mayor aun lucia pálido, pero parecía aun respirar. Kym sintiendo lágrimas en sus ojos miro hacia la entrada donde vio a Raira observándole, al notar su mirada le dedico una sonrisa y entro al cuarto -todo está bien, ya llegué -le dijo suavemente.
Nunca antes vio a Kym tan espantado, pero también estaba orgulloso de lo mucho que lucho. Este logro recuperarse y checo a sus amigos, mientras el mayor recolocaba el circulo protector, pero esta vez agregando lo que parecía ser tiras de papel con símbolos en este en varios puntos incluyendo el techo y el piso y además de otros que pego directamente en las frentes de los inconciente Jackes, Mike, y el ahora no poseído Señor Teno. Antes de tomar el brazo de Kym echando sobre las heridas un líquido que hizo su piel sisear y arder.
- ¿Qué es eso? -pregunto con una queja de dolor, Raira le sonrió con calma.
-Alcohol -le comento y saco una gasa y un frasco de pomada blanca que puso en las heridas y pronto estaba vendado su brazo -no queremos infecciones -le revolvió sus cabellos -quédate aquí, estas muy débil, nadie entrara, necesitas descansar -le indico frotando su mejilla con su dedo antes de alejarse, con expresión seria en su mano de nuevo la daga de ónix que tomo nota de esta Kym, antes de asentir, aunque quisiera seguirle, no imaginaba como podría, sus piernas estaban muy débiles y no parecían querer mantenerle. Le vio salir del cuarto y cerrar la puerta detrás de el con su corazón latiendo con fuerza, pero su conciencia lentamente yéndose, el cansancio ganando ahora que se sabía a salvo.