Un espejo humeante en la oscuridad. Una figura elevándose desde la oscuridad sus manos extendiéndose tomando el espejo entre sus manos, ojos dorados abriéndose despidiendo luz, cientos de memorias, cientos de vidas. Un guerrero con un tocado de pluma y una máscara de jade.
Sonido del Tambor marcando un ritmo profundo, el rascador y los cascabeles, la figura elevando el espejo mientras comenzaba a moverse al ritmo entre el humo que salía del espejo mientras más y más imágenes parecían aparecer en las sombras, diferentes rostros, diferentes eras, todos compartiendo los ojos dorados y el espejo en sus manos.
Detrás del guerrero entre las imágenes la figura de Tezcatlipoca se elevó, la piel del jaguar cubriéndole casi por completo, sus ojos dorados observándole atento, en la pintura de jade en sus ojos haciéndoles resaltar y sus manos descendieron atrapando al bailarín entre sus manos todo volviendo a quedar en la oscuridad.
"Makur Poctli" resonó entre las sombras casi como el rugido del jaguar y el humo surgió y la figura de un hombre de 28 años apareció entre estas, piel clara, cabellos negros claros, figura atlética, de al menos 1.90 metros de alto, entre sus manos se formó el espejo humeante el humo rodeándolo y casi formando una como túnica que cubría su desnudes.
"Makur Poctli" se escuchó de nuevo, y Makur levanto la mirada encontrándose de frente con el rostro de Tezcatlipoca de pie entre sus manos "Eres mi sangre, eres mi guerrero, eres mi espíritu, eres mi portador. Soy tu deber" el dios no abrió la boca, pero su voz parecía resonar en sus huesos y su alma.
"Esa criatura esta suelta, intento destruirnos, tendrás que ofrecerme su corazón, mortales quieren enfrentarse a los dioses, solo necesitamos que nuestra sangre actué en nuestro nombre, ve mi sangre. Recibe la herencia de tu linaje ve a la batalla"
La figura del dios desapareció en una nube de humo blanco que envolvió a Makur y aspiro profundamente casi pareció su pecho inflarse y el humo entro por completo en su interior sus ojos se cerraron y abrió la boca lentamente el humo saliendo por esta.
Cuando abrió los ojos de nuevo, se encontraba tumbado en el suelo, sobre un montón de toallas, desnudo bajo una cobija de tigre, una almohada en su cabeza, pero algo de humo seguía saliendo de su boca, antes de que sin poder evitarlo soltó algo de tos sacando casi por completo una fumarola de su boca. Antes de poder finalmente recuperarse se sentó con cuidado, mirando su pecho donde ahora tenía unas cicatrices rosadas aun curándose de las garras de la criatura que le ataco. Arrugo el ceño recordando un poco de la noche anterior.
Se encontraba yendo a su casa en el metro, ya era tarde, posiblemente era el último tren de la noche, tan cansado estaba no noto la peculiaridad, de que se encontraba completamente solo, se sentó y cerro por un momento los ojos, antes de que con un chillido el tren frenara de golpe. Apenas alcanzo agarrarse del asiento y el poste a su lado para no irse al suelo, las luces parpadeaban constantemente y noto que el tren parecía estar detenido justo en medio de uno de los túneles, fue entonces cuando se dio cuenta que estaba solo.
Se levantó y comenzó a apretar el botón de emergencia, no entendía que pasaba, pero la oscuridad parecía ponerse cada vez más espesa. Intento abrir la puerta al otro compartimiento cuando escucho el sonido de uñas deslizándose contra el metal, el metal chillando al ser desgarrado, se volteo rápidamente y abrió sus ojos muy grandes, al ver como una enorme mano/garra atravesó el metal de una de las puertas al exterior y la criatura al parecer estaba intentando abrir el carruaje como si fuera de papel, vio un ojo rojo en el hueco del metal y una figura encorvada entre las sombras. Esa criatura soltó una especie de sonido gutural, un ronroneo monstruosa y finalmente la puerta se abrió. Dejándole ver a la criatura al otro lado, era algo deforme, parecía parte humano, parte perro, pero del tamaño de un oso, su columna arqueada de forma dolorosa marcada contra la piel pálida estirada sobre huesos afilados, una boca llena de dientes como el osico de un perro rabioso y pelón, orejas puntiagudas y ojos enromes, sus brazos y piernas eran fácilmente el doble de largo de las de un humano y parecía podría correr sobre los cuatro miembros como un perro.
Makur no grito, pero no dudo en usar toda su fuerza para abrir la puerta justo a su espalda y saltar al otro carro, la criatura rápidamente corrió en su dirección atrapando su abrigo largo, que el pelinegro no tardo en zafarse de este tomando su portafolio y aprovechando el impulso giro con fuerza y lanzo el maletín de metal directo a la cara de la criatura que soltó un alarido de dolor, antes de soltar un rugido furioso.
Makur no se detuvo en sus movimientos rápidamente corriendo antes de darse vuelta y con impulso se lanzó a la criatura y se deslizo debajo de esta barriéndose antes de levantarse y correr a la puerta que esta criatura dejo abierta.
La criatura era rápida pero el espacio dentro del carro era estrecho para su enorme tamaño así que termino algo enredado al intentar atrapar al escurridizo bocadillo. Pero se recuperó pronto y clavando sus garras en el piso de metal para agarrar impulso se lanzó detrás de él.
Makur no supo cómo lo logro corriendo por el oscuro pasadizo, agarrando todo a su paso lanzándolo sobre su hombro para mantener a la criatura ocupada o a distancia, cuando de pronto vio venir frente a él, al menos cinco enormes perros negros, quienes se lanzaron contra la criatura defendiéndolo. Makur no huyo, al verle distraído tomo uno de los tubos de metal que quedaron de alguna construcción como si fuera un Bat, y con un golpe certero, le dio un golpe a la cara de la criatura cuando se movió con toda la intención de morder a uno de los perros que se aferraba a su pierna, el perro aprovecho para alejarse y atacar de nuevo. Con ayuda de los perros logro darle varios otros golpes, antes de que la criatura furiosa con un último momento de fuerza se sacudió a los perros de encima mandándolos a volar y de un movimiento de su garra golpeo a Makur en el pecho también haciéndole ir lejos antes de caer a la distancia con un bufido de dolor.
La criatura rugió furiosa, sangre por todo su rostro y cuerpo y se preparó para lanzarse de nuevo a Makur, cuando otro perro este aún más grande apareció de la nada y en el aire de transformo en un niño ante la mirada incrédula del herido Makur, tenía en sus manos una especie de lanza de piedra negra que le lanzo a la criatura atravesándole el osico, esta pareció causarle mucho daño porque con aun aullido la criatura huyo finalmente desapareciendo en la oscuridad. El chico corrió hacia la su mirada preocupada.
Eso fue lo último que recordaba luego de sentir la debilidad envolverle, sintiendo la sangre deslizándose y manchando sus ropas.
Y ahora despierto en el suelo de lo que parecía ser una sala de una antigua casa, parpadeo confuso… Makur Poctli. Sabía que ese era su nombre, pero al mismo tiempo estaba seguro que no era así, antes, antes tenía otro nombre, pero no lograba recordar cual era.
Y, sin embargo, recordaba y sabia muchas cosas de las que estaba seguro, no sabía antes. Era como despertar en un cuerpo extraño, en un mundo diferente. Su mano toco algo frio sobre las cubijas, y miro a su mano, notando un espejo negro, redondo, y de piedra, curioso lo tomo, recordaba el espejo en su sueño, intento ver su reflejo, pero solo se veía como humo en este, la materia era extraño, pero familiar al mismo tiempo. Todo era realmente confuso.