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Chapter 25 - 23

Raira

 

Raira suspiro quedamente de pie frente a su espejo, sabía que esa misión salía totalmente de lo "normal", parte de él temía por Kym, siendo totalmente nuevo en esa parte del mundo, y tan joven aun, sentía que estaba lanzando al más joven de cabeza primero sin probar primero la profundidad del pozo, y además sabiendo que hay pirañas en el fondo.

 

Se miró al espejo mientras terminaba de recoger sus cabellos en una trenza francesa, quitándolo de su cara de momento, llevaba un pantalón negro ajustado pero cómodo para correr y moverse, así como una camisa sin mangas que le venía ajustada, se acomodó el cinto de piel suave en su cintura donde tenía a su espalda en una funda un cuchillo con mango de hueso tallado, a su costado otro de obsidiana, y a su espalda en una funda especial y con un cinto sujetándolo en su sitio contra su espalda pero no estorbando el movimiento de sus manos estaba claramente un machete.

 

Un Wendigo era algo bastante distinto aun espíritu o aun fantasma hambriento. Para empezar, era algo vivo, un humano que cometió el horror de cometer actos de canibalismo, podría haberse salvado de arrepentirse, pero encontró placer en eso, y con ayuda de algo de influencia de un brujo oscuro, termino de transformarse en esa criatura abominable.

 

Claro que se pueden crear de manera "natural". Humanos atrapados en sitios inhóspitos solo logrando sobrevivir comiendo a sus compañeros, y perdiendo la cabeza en algún punto, terminando por comenzar a cazar a otros que entraban a sus territorios. Pero eran casos muy aislados y generalmente eran eliminados rápidamente por los cazadores cercanos, siempre se encontraba en algún sitio cercano algún linaje que se dedicaba a eliminarlos.

 

¿pero en medio de la ciudad? ¿En el metro?

 

Nada natural en ese caso. Totalmente era obra de alguien con malas intenciones, y con tantas desapariciones en el sitio, seguramente alguna de esas víctimas era la criatura, o su comida. Incluso temía que hubiera más de una de esas criaturas.

 

Raira fue a la cama donde tomo su chal ceremonial acomodándoselo de forma que no estorbara cuando tomara las armas, y se aseguró que sus botas estuvieran bien amarradas, algo raro de usar para él, pero no era buena idea ir descalzo a ese sitio. Tomo luego la mochila de tela donde metió varias cosas para crear una barrera y no dejar que nadie entrara a la zona ni que la criatura se escapara.

 

Salió a buscar cómo iban los demás.

 

 

 

Kym

 

Kym en su cuarto termino de atarse los botas de montaña asegurándose que la orilla de sus pantalones estuvieran dentro para que no fuera a pisarse la orilla en caso de correr, eran pantalones de mezclilla elástica, así que aun que se veían ajustados eran cómodos, pero le venían algo largos por eso no los usaba a menudo, se acomodó sus guantes de piel suave negros que usaba cuando hacia parkout con sus amigos, y mirándose al espejo aseguro su cabello con algo de gel para que no le callera sobre los ojos en un momento inoportuno, por un momento se miró al espejo perdido.

 Tuvo una rara sensación de estarse preparando para una cita en vez de ir a cazar un monstruo. Suspiro exasperado, y se acomodó la playera azul ajustada y se acomodó su chaqueta antes de acomodarse el arnés que solía acomodarse en su pecho con su mini cámara, decidido a grabar lo que pudiera, nunca estaba de mas tener algo de evidencia.

 

Se ajustó sus collares y pulseras, y miro a la mesa donde se encontraba un cinturón que Raira le dio antes con un cuchillo, luego de acomodárselo también busco un gas pimienta y su mini bastón retráctil con taser, que solía llevar cuando visitaba sitios abandonados el solo. Y se los acomodo en el bolsillo de la mochila de cintura y pierna que se colocó ajustándola, otro equipo que solía usar en sus exploraciones, agrego además un mini botiquín y una lámpara con baterías extra. Si se trataba de algo físico, y no un fantasma, en su opinión mejor llevar eso encima.

 

Checando que no olvidara nada suspiro aliviado y levanto la mirada cuando Raira toco al marco de su puerta.

-Listo -declaro con voz firme, el mayor él sonrió y le indico que le siguiera.

 

 

 

 

Makur

 

En el cuarto de visita Makur observo serio las ropas en la cama antes de comenzar a vestirse, pantalones negros de estilo militar que milagrosamente eran de su talla, tal vez no era raro, ya que al parecer Yoali, los trajo de su casa.

Aun le era confuso que ese chico parecía saber dónde vivía y como entrar, y él seguía en blanco al respecto. Se puso entonces la camisa negra de tela que respiraba que le venía ajustada pero no apretada, la ajusto dentro de su pantalón colocándose el cinto ajustándolo, y noto el chaleco militar a juego del pantalón con varios bolsillos y checándolo con cuidado noto también que tenía blindaje.

¿era un militar? ¿policía? ¿seguridad privada? Ni idea,

 

Se colocó las calcetas y las botas igualmente hechas para romperle la cara a alguien de una patada, pesadas pero cómodas y descubrió punta de metal como los de construcción, para evitar pisotones, o cosas pesadas golpeando sus dedos. Cuantos negros sin dedos flexibles para mejorar el agarre. Se sentía listo para la batalla.

 

Esperaba que si sabía pelear su cuerpo lo recordara, aunque los conocimientos en su mente lentamente se estaban asentando en su mente, lo físico de momento solo eran bailes ceremoniales, no creía que eso le serviría con esa criatura. Masaje su cuello recordando los golpes, y presto atención a los otros objetos que el pelirrojo le dio, algunos collares que identifico y se colocó bajo sus ropas, un machete y un cuchillo que acomodo también uno en su muslo y otro en su cintura, identifico entre sus cosas una navaja táctica que puso en su bolsillo, así como un bastón retractable que probo con un movimiento de muñeca que se sintió familiar antes de guardarlo en sus bolsillos.

 

Se miró una vez más al espejo y suspiro, no sabía qué hacía, pero todo su ser le decía que tenía que encargarse de esa criatura, y por último tomo el espejo de piedra colocándolo en el bolsillo junto a su corazón apretando este contra su pecho cerrando los ojos sintiendo el calor que desprendía y casi pareció escuchar los canticos que recordaba de su sueño.

 

Un tóquido en la puerta de su cuarto le hizo abrir los ojos y volver su vista a esta, el pelirrojo y el niño rubio le miraron curiosos.

 

- ¿listo? -le pregunto Raira. Makur asintió y sin decir nada más les siguió.

 

 

 

 

 

Cuando llegaron a bajo vieron a Yoali esperándolos en la sala, vestía con pantalones de tela suave blanca y un ligero chaleco, no traía ni camiseta ni zapatos, solo esperándoles paciente meciendo sus pies, al verles se levantó mirándoles fijamente como juzgando si realmente estaban listos.

 

-Ya es hora, pronto caerá la noche, los llevare directo a la zona -les informo, y cuando salieron de la casa el menor bajo las escaleras de un salto y ante la mirada sorprendida de Kym cambio de forma a un enorme perro negro de ojos dorados, este se agito sacudiendo su pelaje y se volvió a verles impaciente.

 

-Vamos pues -sonrió Raira levemente. Yoali entonces dándoles la espada aulló y Makur parpadeo al ver frente a ellos la sensación de vapor, como un espejismo, casi instintivamente avanzo adelantándose a Raira quien solo elevo la ceja tomando la mano de Kym quien le siguió. Makur se concentró en el último sitio en su memoria y elevo la mano y como una cortina la realidad se movió envolviéndolos a los cuatro.

 

En el jardín de la casa Akbal no quedo nadie, la noche volviendo a quedar tranquila y silenciosa.