La oscuridad era casi completa en el cuarto, ni siquiera podía distinguir sombras o el delineado de los muebles o de sus juguetes, ni de la ropa sobre la silla cercana. Normalmente a esa hora Matty ya estaba profundamente dormido, y cuando dormía solía tener su lámpara de noche protegiéndolo. Pero un ruido lo despertó, algo que no lograba entender que era, se preguntaba si tal vez lo soñó, mientras aun en su cama parpadeo adormilado en la oscuridad esperando a que sus ojos se acostumbraran, tratando de escuchar los sonidos de la casa. El del auto ocasional pasando por la calle fuera de su ventana, o tal vez el de sus padres en la habitación de al lado, esa casa era nueva para él, no llevaban más que una semana así que aún no se adaptaba a esta. A los aromas, a los sonidos, a las sombras.
Tentadoramente saco una de sus manos de debajo de la cobija y busco su lámpara de noche su dinosaurio brillante. Tuvo que cerrar los ojos cuando su mano hizo contacto con el suave material de plástico y se ilumino por un momento calando sus ojos, pero se sentó manteniendo al suave dinosaurio entre sus manos antes de finalmente abrir los ojos. Inclino la cabeza a un costado, todo parecía normal, seguía sin entender que fue ese sonido que lo perturbo, se acomodó de nuevo contra su almohada sintiendo el sueño llegar de nuevo, pero frunció el ceño cuando un aroma extraño comenzó a llegarle, no lo identificaba pero no era agradable, como el de fruta que llevaba mucho tiempo en la cocina, el sonido fue lo siguiente que detecto, un muy ahogado "tum, tum, tum" abrió los ojos atento, reconociéndolos como sonidos de alguien subiendo las escaleras, preguntándose si su papa se quedó otra vez tarde trabajando en su oficina y apenas subía. Se relajó un poco a eso, escuchando los pasos acercarse, imaginando que su papá se asomaría, pero eso no paso. Cuando el ruido se detuvo frente a su puerta, esta fue abierta de golpe haciéndole saltar cuando se estrelló contra la pared y cuando vio la figura en la muerta perdió el color en su pequeño rostro, sintió liquido caliente escapar su cuerpo, y un grito de horror salió de su boca.
Las puertas de los otros cuartos comenzaron a abrirse de golpe, los padres despertaron ante el grito de horror de su hijo pequeño e ignoraron de momento todo solo queriendo llegar a su lado, pero miraron con horror como las luces parpadeaban y cosas caían por todo el sitio. Esa no sería una noche tranquila.