Días antes
Luna se encontraba sentada al lado de Damián en un parque, hablando de sus vidas.
—Oye, ¿te puedo preguntar algo raro, Damián?
—Sí, Luna, dime lo que quieras.
—Tú tienes todo: buen trabajo, buena apariencia, y estás soltero. Eso no es común, especialmente aquí, donde hay tantas chicas hermosas.
—La verdad, no me interesan las relaciones románticas. Ya lo he intentado, pero no encuentro a alguien que me entienda y cumpla mis requisitos. Además, vine a esta ciudad para hacer algo importante y no necesito distracciones.
Luna, sorprendida por la sinceridad de Damián, sonrió y preguntó:
—¿Y tienes más amigas aparte de mí? ¿O amigos?
—La verdad, solo he tenido amigas. Es raro, pero me gusta ayudarlas. Sin embargo, siempre termino alejándome de ellas porque se enamoran de mí, y como te dije antes, no estoy interesado en eso.
Luna lo abrazó con ternura.
—Nunca te dejaré.
—Está bien, mi niña.
Luna se quedó en shock y se sonrojó.
—¿Mi niña?
—Te veo como una bebé niñita —Damián se rió ligeramente.
—¡No soy una bebé!
**En la actualidad**
—Hola, Ian. ¿Cómo estás? —dijo Luna con una sonrisa.
Ian la miró de arriba a abajo.
—Hola, Luna. Toma asiento. ¿Cómo has estado? Discúlpame, esta semana he estado muy ocupado y no he podido ir a casa. Me imagino que debes sentirte sola —dijo Ian con una sonrisa falsa.
—No te preocupes por eso, te entiendo. Yo también he estado muy ocupada con el trabajo y la universidad. Solo he llegado a dormir. Pero sí te extraño. Y una pregunta, ¿dónde te estás quedando? Se me olvidó preguntarte.
Ian se puso nervioso por un momento y pensó en una excusa para no decirle a Luna que se había pasado la semana con Aurora.
—Mmm... bueno, me estoy quedando con un amigo, Alex. Por cierto, le das mis saludos.
—Está bien. ¿Y qué querías decirme esta noche? —dijo Luna con una sonrisa.
—Bueno, es algo muy importante.
De repente, Aurora entró al restaurante y Luna hizo un choque de miradas con ella. Aurora le sonrió y se sentó en una mesa un poco lejos de ellos.
—Oye, Luna...
—Sí, dime. ¿Qué pasa? Dime lo que quieras, estoy aquí para ti en las buenas y en las malas.
—Ian tomó aire y soltó—: Debemos terminar.
A Luna se le hizo un nudo en la garganta y se quedó en shock. Ian la miró un poco preocupado por lo que pudiera pasar.
—¿Es una broma, verdad? —dijo Luna con lágrimas en los ojos.
Ian la miró con pena.
—Explícame por qué. Dime por qué —dijo Luna en un tono elevado, y todo el mundo volteó a ver.
—Ian dijo en tono alto—: Porque sí, eres una inútil, una idiota. Solo estaba contigo por tu belleza y por nuestras familias. Además, eres una bebé que tiene miedo a todo, hasta a tener relaciones. ¡Madura!
Luna comenzó a llorar más.
—Entonces, ¿es por esto? ¿Es porque no soy una de esas chicas que le regalan su cuerpo a sus novios? Entonces, todo lo que me habías dicho de amarme era falso, ¿y nuestro futuro juntos?
Ian recapacitó.
—Lo siento, no debí decir eso. Perdona.
—Te diré la verdad, conocí a alguien a quien amo de verdad.
Aurora se acercó y abrazó a Ian. Luna se quedó mirando y salió corriendo, llena de lágrimas y dolorida.
**Horas después**
Marcus llamó a Luna, pero ella apagó su teléfono y se quedó llorando en la cama, pensando en todo lo que Ian había dicho. Se dio cuenta de que todo lo que había soñado con él y el año que habían pasado juntos había sido en vano.
Luna se quedó dormida y se despertó a la mañana siguiente sintiéndose peor que el día anterior. Encendió su teléfono y vio 30 llamadas perdidas de Marcus, así que lo llamó.
—Marcus, ¿qué pasa?
—Luna, ¿estás bien? Voy para tu casa. Ese idiota de Ian me las va a pagar.
—Espera, ¿cómo lo sabes? ¿Quién te lo dijo? —dijo nerviosa.
—Luna, enciende la TV.
Luna corrió a encender la TV y vio las noticias que hablaban de lo que había pasado el día anterior. Alguien había publicado el video en las redes sociales. Luna se quedó sin palabras y dejó caer el teléfono al ver que el video lo había publicado Aurora con la descripción: "Video para la amante de la relación".