La luna brillaba intensamente en el cielo cuando Marcus, con voz desesperada, gritó el nombre de Luna a través de la llamada. Sin embargo, ella, abatida en el suelo, no podía oírle.
**Noticias de última hora**
Ayer ocurrió un evento insólito que ha sacudido al país. La modelo más famosa, conocida mundialmente por su belleza y carisma, fue humillada públicamente por su ahora ex pareja, Ian, el héroe número uno de la nación. Esta pareja, que había conmovido a todos con su química y ternura, se desmoronó ante los ojos del mundo. Un video revela que Ian le fue infiel a Luna, dejándola por Aurora, la hija del segundo al mando en la división de héroes. Aurora, además de ser la hija de un hombre rico, poderoso y apuesto, heredó la belleza de su padre, lo que ha desatado una gran controversia en las redes sociales. La comunidad se encuentra dividida, apoyando a Luna o Aurora, pero la mayoría no ha dudado en arremeter contra Ian por jugar con los sentimientos de Luna. Sus palabras en el video fueron un golpe bajo, no solo para Luna, sino también para Aurora. A pesar de la tormenta mediática, Ian y Aurora han hecho pública su relación, sin reparos, compartiendo incluso una foto desayunando juntos. ¿Qué sucederá ahora? ¿Perderá Ian el apoyo de sus seguidores o será Luna quien tome su venganza? Todo esto lo podrás seguir en tu canal de chismes favorito, *Chisme en la Actualidad*.
**El reencuentro**
Luna, abatida, escuchó un golpeteo en la puerta. Al abrir, se encontró con Damian, quien la miraba con profunda preocupación.
—Escuché lo que pasó, me enteré por las noticias. ¿Estás bien? —le preguntó con suavidad.
Luna, sin poder contenerse, se lanzó a los brazos de Damian, dejando que las lágrimas fluyeran.
—Tranquila, estoy aquí —murmuró Damian, acariciándole el cabello—. No llores, ese bastardo no te merece.
—¿De verdad lo crees? —susurró Luna, limpiándose las lágrimas.
—Por supuesto que lo creo. Eres una mujer inteligente, hermosa, audaz... y los gatos te adoran —dijo, intentando hacerla sonreír.
Luna esbozó una pequeña sonrisa, agradecida por su apoyo.
—Eres una persona maravillosa, Damian —le dijo, con sinceridad.
Damian frunció ligeramente el ceño, como si sus palabras le incomodaran.
—No soy tan bueno como crees —respondió, con un tono más serio—. Pero en otro momento te explicaré. Cambiando de tema, ¿quieres un helado?
—Me encantaría —respondió Luna, intentando dejar atrás el dolor por un momento.
—Perfecto. Yo voy a comprar el helado mientras tú te das una ducha —añadió Damian, con una sonrisa traviesa.
—¡Tonto! —exclamó Luna, dándole un pequeño empujón—. Ve a comprar el helado.
Damian se fue, dejando a Luna con una sensación de alivio. Aprovechó el momento para ducharse, organizar un poco el desorden de su vida y apagar su teléfono, lleno de notificaciones y llamadas que no deseaba atender.
Cuando Damian regresó, pasaron el tiempo juntos, viendo películas y jugando, en un intento de levantar el ánimo de Luna. Poco a poco, ella fue relajándose hasta que, finalmente, se quedó dormida. Damian la observó por un momento, mientras la luz de la luna se reflejaba en su rostro. Con ternura, le acarició la cara suavemente y le dio un beso en la frente.
—Perdón por no decirte toda la verdad —susurró, antes de salir en silencio, dejándola descansar.
**Unas semanas después**
Ian estaba en su oficina en Azure, sumido en sus pensamientos, cuando de repente todo se volvió oscuro. No podía ver nada. Utilizó su poder para iluminar el espacio, y allí, frente a él, se encontraba Mit, el villano más buscado y enigmático de todos.
—¿Qué quieres, Mit? Es raro verte aquí solo —dijo Ian, tratando de mantener la calma.
—Solo vine a decirte algo —respondió Mit, con una voz sombría—. Pagarás por todo el dolor que has causado.
—¿Dolor? ¿De qué hablas? Soy un héroe, estás mal de la cabeza. Aunque eso explicaría todo —dijo Ian, con una sonrisa arrogante.
—Eres un imbécil —respondió Mit, frunciendo el ceño con desdén.
—Si vuelves a hablarme así, juro que no te dejaré vivo —amenazó Ian, su rostro transformándose en una máscara de furia.
—Qué rápido cambias de humor —se burló Mit, esbozando una sonrisa cruel—. Imbécil.
Ian, lleno de ira, creó una lanza de luz y la lanzó hacia Mit con la velocidad de un rayo, un ataque que muy pocos podían esquivar. Para su sorpresa, Mit lo hizo con facilidad.
—¿Cómo lo hiciste? —exclamó Ian, incrédulo—. Pocos pueden esquivar eso.
Mit, sin inmutarse, replicó el diseño de la lanza de Ian.
—¿Qué haces, idiota? ¡Esa es mi técnica!
Con furia, Mit le lanzó la lanza, y aunque Ian logró esquivarla, esta le rozó la cara, dejándole un corte superficial.
—¡Maldito! ¿Qué hiciste? —gritó Ian, cubriéndose el rostro, furioso.
—Solo es un regalo de mi parte —respondió Mit, con una sonrisa siniestra, antes de desvanecerse en la oscuridad.
La oficina volvió a la normalidad, como si nada hubiera pasado. Ian, nervioso, buscó rápidamente un espejo para examinar la herida y luego llamó al presidente para informarle de lo sucedido.
El destino de estos personajes se entrelaza en un juego de luces y sombras, donde nada es lo que parece. ¿Podrá Luna encontrar la paz? ¿Logrará Ian mantenerse en la cima, o caerá en la oscuridad que lo acecha?