El día amaneció con un sol brillante que iluminaba la base militar, y un aire de curiosidad flotaba en el ambiente. Hoy sería un día especial, ya que se llevaría a cabo un entrenamiento conjunto entre los tres equipos de los capitanes: Jesús Flores, Luis Méndez y Lucas Martínez. Habían decidido unir sus equipos para una serie de ejercicios tácticos destinados a fortalecer la cooperación entre sus unidades.
Jesús, Luis y Lucas se reunieron temprano en el campo de entrenamiento, listos para dar inicio a la jornada. Cada uno tenía la intención de mostrar el nivel de excelencia de sus respectivos equipos, pero también estaban dispuestos a aprender el uno del otro.
Sin embargo, cuando Jesús llegó al campo de entrenamiento con su equipo, los nuevos reclutas que no lo conocían lo miraron con sorpresa. Jesús era conocido por su reputación de ser un líder imponente, pero su estatura no correspondía a su fama. Era bastante pequeño en comparación con otros oficiales de alto rango.
Algunos reclutas reprimieron una risa y sonaron algunos murmullos de duda. Incluso varios pensaron que se trataba de una broma o que un recluta nuevo se había infiltrado en el entrenamiento. Jesús, consciente de las miradas de sorpresa, no mostró ninguna reacción inmediata. En cambio, eligió abordar la situación de manera directa.
- ¿Alguno de ustedes duda de mis habilidades como agente? - preguntó Jesús con una mirada seria que desafió a cualquiera a responder.
Hubo un breve silencio antes de que uno de los reclutas, un joven alto y fornido, se adelantara. - Bueno, Capitán Flores, no se trata de eso, pero...
Jesús lo interrumpió con calma. - Si tienes dudas sobre mi o por qué tengo este cargo, estás en tu derecho de expresarlo. De hecho, te invito a enfrentarme en un combate cuerpo a cuerpo para que veas el porque me encuentro en el lugar donde estoy parado en este momento.
El joven acepto el duelo bastante molesto ya que no esperaba que alguien más bajo que el, estuviera buscando problemas y menos aún, cuando esa persona tan baja ni siquiera daba un parecido a alguien que tenga condición física suficiente para hacer un simple ejercicio, con algo de egocentrismo subió al pequeño colchón de entrenamientos, y con un aire de superioridad dejo salir lo que colmaría el vaso de la paciencia del capitán Jesus.
- Bueno no creo que dure ni 5 segundos este combate.
El desafío tomó por sorpresa a todos en el campo de entrenamiento, incluyendo a Luis y Lucas, que observaban la situación con interés desde la lejanía. todos los del equipo de Jesus comenzaron a reír un poco y soltaron comentarios como, - Voy 1000 pesos a que termina el combate en 2 segundos, - yo voy que termina en 3.
Esto solo provoco que el recluta se sintiera confundido y a la vez más confiado, pensando que apostaban a que el derrotaría al líder de equipo, pero con un movimiento veloz de cabeza del capitán, provoco el silencio de todo su equipo.
A los 2 minutos el enfrentamiento comenzó, y aunque el recluta era más alto y tenía una ventaja evidente en términos de fuerza bruta, pronto se dio cuenta de que subestimó gravemente a Jesús. El capitán demostró una agilidad y habilidades de combate impresionantes. Utilizó la técnica y la astucia para esquivar los ataques del recluta, ya que era fuerte pero no veloz, y a la vez carecía demasiado de técnica suficiente para un combate real, finalmente Jesus cansado de "jugar" con un único golpe acertado por su pierna derecha en la cabeza al recluta lo noqueo y dejo tirado en el suelo.
La demostración de Jesús dejó a todos atónitos, incluyendo a los otros dos capitanes.
- Bien, fue un gran calentamiento, ahora, que alguien lleve a esta persona a la enfermería rápido - dice Jesus de manera tajante.
En lo que recogen a el recluta y lo llevan a la enfermería comienzan a oírse de fondo varios susurros, y entre ellos ya cansado Jesus rompe el silencio.
- Muy bien, espero que esto les haya dejado claro que no importa el tamaño, o la fuerza, lo único que importa es el cómo puedes utilizar todo lo que tienes, defectos y virtudes a tu favor en un combate. a la vez que espero que esto no vuelva a pasar ya que los capitanes no estamos aquí de adorno, y mucho menos, somos payasos que deben de aguantar sus comentarios tontos e infundados, además, para todos los nuevos que no me conocen, tal vez sea porque lo que es conocido de mí no es mi físico, si no, mi apodo, el cual es, "La rosa de Diamante", y soy líder, del grupo, "Las Flores del Edén".
Todos en la sala se quedan con la boca abierta ya que muy pocos conocen a personas de ese grupo, y no solo eso, conocer al propio capitán es muy difícil, ya que el mismo es enfermero de su equipo y un experto en combate cuerpo a cuerpo, y con armas.
La sala estando llena de varios novatos no lo pueden creer, ya que solo se escucha de ellos en televisión, y es una gran estrella en estos medios por tantas misiones cumplidas, pero en eso algunos integrantes más del grupo se presentan
- Bueno ya que nuestro capitán presento nuestro grupo supongo que también debemos de presentarnos nosotros - dice un chico de aproximadamente 1.80 metros de pelo rubio y sonrisa encantadora - Pues es un gusto ver tantas caras nuevas y lamento lo de su amigo, enserio una disculpa, pero okay, yo soy Margarita de Oro, Vice capitán del grupo, experto en tiro lejano. - otro chico que se encontraba en la espalda del rubio comienza a hablar.
- Mi nombre clave es Clavel de Rubí, y soy experto en combate con cuchillo, - dice una voz bastante tranquila de un chico de 1.70 metros de altura, rostro sereno y cabello Castaño. - es un placer. - pronuncia con un ligero sonrojo en su rostro.
- Oigan discúlpenlo un poco, no es bueno hablando frente a las personas. - dice el rubio guiñándole el ojo derecho al Castaño.
Toda la sala comenzó a hablar, no podían creer que los tres grandes de las flores del edén estén en su presencia, nadie les creería incluso si lo contaran.
- Esta bien ya todos guarden silencio y que comience el entrenamiento, - dice Jesus con una voz más clamada y tranquila.