—Claire Bowen estaba furiosa: «¡Ustedes se ofrecieron voluntariamente a no atacar, y pensé que me estaban respetando! ¡Nunca pensé que terminaría así! Vaya, ¡qué astutos son! Ahora, ¿están diciendo que sus computadoras no están siendo controladas por su gente, sino que están atacando automáticamente?»
—¡Sí, están atacando automáticamente! —dijo Nash Todd.
Claire Bowen quedó en silencio.
Se sentía que Nash Todd estaba realmente loco, colgando el teléfono enojado.
Justo cuando colgó el teléfono y estaba a punto de llamar a otra compañía, su teléfono móvil sonó primero.
Contestó la llamada; la otra parte era el director de otra compañía, quien dijo directamente: «Señora Bowen, ¿qué debemos hacer? ¡Nuestras computadoras están atacando automáticamente su firewall! Por ahora, no podemos encontrar el problema, por favor denos algo de tiempo...»
Claire Bowen quedó en silencio.
Entonces, ¿todas estas compañías la estaban tratando como a una tonta?
Pero... no podía ser.
