Nota: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
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Era otro día normal en la ciudad fortaleza de Tokyo-3 donde, en un salón de clases de una escuela en particular, todos los alumnos conversaban, reían animadamente y, en general, perdían el tiempo en cualquier cosa, aprovechando que aún no sonaba la campana que daría por iniciadas las clases del día. Pero ese aire distendido que reinaba en el lugar fue literalmente drenado cuando la temida "Demonia Langley" hizo su ingresó al salón. Asuka venía con el ceño fruncido y un aura asesina de tal magnitud, que habría hecho salir huyendo aterrado al desafortunado Ángel que hubiera tenido la mala idea de atacar NERV ese momento. Todos se apartaron del camino de la pelirroja, incluso Hikari mantuvo una distancia segura. La chica de pecas y moños conocía de sobra a su amiga por lo que era consciente de que lo más prudente en este momento, era dejarla tranquila hasta que se calmara.
Poco después del ingreso de la pelirroja y asomándose por la puerta con mucha cautela, apareció un severamente disminuido Shinji Ikari, quien al ver la vía despejada se deslizó cautelosamente dentro del salón de clases hasta literalmente atrincherarse tras su escritorio. Una vez que el joven Ikari estuvo en una relativa seguridad, fue abordado inmediatamente por Touji y Kensuke.
— Oye, Shinji, ¿qué rayos le pasa hoy a la Demonia Langley? — preguntó Touji, señalando con el pulgar hacia la pelirroja sentada unos puestos más adelante.
— Ni idea — respondió el aludido, haciéndose el desentendido.
— No te hagas el tonto Shinji. Tú debes saber qué le pasa. Vamos, cuéntanos — lo apremió Kensuke.
— Yo... no puedo decirles. Si Asuka llega a saber que les conté lo que pasó, a mí me mata por chismoso y después los mata a ustedes por saber — respondió un nervioso Shinji
— ¿Me estás jodiendo? — preguntó Kensuke, entre sorprendido y asustando.
— ¿Qué rayos pasó? ¿Acaso la viste desnuda o algo así? — preguntó un ansioso Touji.
— ¡¡Claro que no!! — estalló Shinji — Ahora, si valoran sus vidas, les sugiero que no me pregunten más sobre... — Shinji no pudo terminar lo que estaba diciendo, ya que se congeló en el acto al ver a Asuka mirándolo directamente a los ojos, con una mirada que prometía una muerte lenta y dolorosa si se atrevía pronunciar una sola palabra más.
Cuando Touji y Kensuke siguieron la línea de visión de un ahora congelado y aterrado Shinji, se encontraron con la fiera mirada de Asuka que les prometía asesinarlos si seguían en su afán de ahondar en más detalles. Ante esto, los dos chicos tragaron con dificultad, para luego correr a sus asientos, y tal como había echo su amigo hace unos instantes, atrincherarse tras su escritorio con la cabeza gacha y en completo silencio. Por el resto del día "Los tres chiflados" se la pasaron esquivando a Asuka para conservar la vida.
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Era ya entrada la tarde cuando Shinji se apareció finalmente ante el departamento de Misato. Pese a haber salido hace varias horas de la escuela, no había querido llegar antes al departamento para así darle algo de tiempo y espacio a la pelirroja, esperando que esta pudiera calmarse un poco. Para su desgracia este era uno de esos escasos días en que no tenía responsabilidades en NERV, por lo que el vástago despreciado de Gendo, se vio obligado a pasar toda la tarde dando vueltas de un lado a otro por la ciudad fortaleza, sin rumbo fijo y sin nada que hacer. Sus amigos lo dejaron nada más salir de la escuela, retirándose cada uno por su lado, ya que ambos tenían cosas que hacer ese día.
Lo cierto es que el vástago despreciado de Gendo hubiera preferido mil veces pasar la tarde en compañía de Rei, pero justo este día la chica peliazul se había retirado mucho antes de que finalizaran las clases. No fue difícil para él deducir que el destino de la chica de sus ojos era NERV, para pasar la tarde en una serie pruebas que parecían practicarle solo a ella, ya que a la pelirroja y a él nunca los llamaban para realizarles esas pruebas. El pensar en eso creó una duda en la mente de Shinji. Estos exámenes y pruebas que solo le practicaban a Rei, desde hacía un tiempo que le llamaban la atención, por lo que ahora que estaba en buenos términos con ella, podía preguntarle sobre eso en su debido momento; pero por ahora… Shinji Ikari inspiró profundamente, rogó a todos los dioses por su vida, abrió la puerta e ingresó al departamento de Misato.
El departamento se encontraba en silencio y aparentemente vacío. Shinji trago sonoramente, por alguna razón ese ambiente calmo le resultaba mucho más amenazante que cualquier lluvia de gritos o golpes que hubiera podido esperar. Aun así, el chico estaba cansado de vagar sin rumbo y para esa hora el hambre estaba tornándose bastante molesta, un poco más y su estómago comenzaría a devorarse a sí mismo. Ingresó lentamente al departamento y cerró la puerta tras de sí con mucha cautela, atento a cualquier sonido. Luego avanzó cuidadosamente por el pasillo tratando de hacer el menor ruido posible.
"Un sándwich y un vaso de jugo"
Ese era el único pensamiento del Tercer Elegido mientras caminaba silenciosamente a la cocina. Sólo quería un sándwich y un vaso de jugo para calmar el hambre, después de eso se iría a su cuarto para encerrarse con llave y no saber del mundo hasta el día siguiente. Con mucha cautela se asomó al interior de la cocina. El lugar lucia tan solitario como el resto del departamento, ingresó y se acercó al refrigerador. Cuando estaba por poner una mano en la manija de la puerta, algo dentro de él le dijo que se detuviera, solo para sentir el sonido de una respiración detrás de él. Una ola de sudor frío recorrió la espalda de Shinji mientras los cabello de su nuca se erizaban. Lentamente volvió la cabeza con ojos temerosos, solo para ver a la pelirroja envuelta en un aura oscura, con el rostro contraído en una mueca de furia.
Segundos después, desde afuera del departamento se pudo escuchar cosas rompiéndose, gritos y golpes, que bien podían pasar por una pelea de perros. Finalmente la puerta del departamento de abrió súbitamente para dejar pasar el golpeado cuerpo del Tercer Elegido, que salió volando hacia afuera, gracias a una certera patada gentileza de una furiosa pelirroja, seguido de una serie de insultos en alemán y japonés que hubieran puesto rojo de vergüenza a cualquier marinero.
Desparramado en el suelo, Shinji sólo atinó a encogerse sobre sí mismo para protegerse de algún nuevo ataque. Por fortuna lo único que le llegó fue el sonido de la puerta siendo cerrada de golpe. Con mucha cautela el Tercer Elegido abrió los ojos, solo para ver que su tormento había terminado. Con un suspiro de alivio se levantó suelo, solo para que la puerta del departamento volviera a abrirse y milésimas de segundo después, su cabeza fuera impactada y casi volada de sus hombros por un proyectil de artillería "Made un Asuka". Cuando Shinji pudo recuperarse del impacto, se dio cuenta que el proyectil que casi le vuela la cabeza era un bulto con su ropa.
— ¿Qué demonios? — se atrevió a preguntar el vástago desprecia de Gendo, al tiempo que retiraba unos calzoncillos de su rostro. Inmediatamente supo que esas no fueron las palabras más adecuadas para decir, cuando Asuka de dio su mirada patentada de: "Lárgate o te mato". Segundos después le cerró de golpe la puerta en las narices.
El Tercer Elegido suspiró cansadamente y recogió con resignación su ropa que estaba desparramada por todas partes. Shinji decidió tomarse el asunto de forma razonable. Sabía por experiencia que a la pelirroja se le pasaría la rabieta en unos días; lo que no quería decir que no siguiera enojada, pero al menos lo dejaría entrar al departamento otra vez. Eso lo dejaba con el problema de buscar un lugar donde pasar la noche.
En un principio estuvo tentado en pedirle refugio a Rei, pero luego de pensarlo un poco decidió que no sería tan buena idea, ya que podría acarrear problemas innecesarios a ambos, por lo que finalmente decidió pedirle refugio a su amigo Touji. Estaba seguro que el chico no pondría objeciones de brindarle albergue en su casa durante unas cuantas noches. Con esto en mente, el joven Ikari tomó su ropa desperdigada, su bolso con las cosas de la escuela y emprendió el rumbo a casa de su amigo, no sin antes pasar por algún local de comida rápida para hacer una escala técnica y calmar su apetito.
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— Tuvo que haber sido una pelea bastante fea para que la "Demonia Langley" te saque a patadas del departamento — comentó un divertido Touji, caminando junto a un mosqueado Shinji.
— Preferiría no hablar de eso — dijo con resignación el aludido, sin ganas de recordar el festival de patadas e insultos del que fue víctima por parte de la pelirroja.
— ¡Hey! Pensé que éramos amigos. Has herido mis sentimientos — dijo Touji en forma dramática, llevándose las manos al pecho con rostro compungido, logrando que Shinji rodara los ojos.
Ambos chicos se habían encontrado de camino de casa de Touji y ahora caminaban disfrutando de la suave brisa, que refrescaba la que había sido una calurosa tarde. Shinji miró a su amigo junto a él. Sabía que Touji no hablaba en serio sobre eso de herir sus sentimientos. Su tono de voz y su histriónica reacción lo dejaron bastante claro, aun así, no pudo dejar de sentirse un poco mal. Touji era su mejor amigo, y sabía que podría mantener la boca cerrada si le confiaba algunos de los más escabrosos aspectos de su vida. Además, bien pensado, no estaba mal poder desahogarse con alguien, sabía que podía confiar en Touji. Con esto en mente, Shinii estaba a punto de sincerarse con su amigo cuando los chicos sintieron unos bocinazos a sus espaldas. Al voltear a mirar, se encontraron con un lujoso Audi RS7 Sportback color plateado, estacionándose junto a ellos.
— Shinji Ikari, es un gusto verte otra vez — dijo un hombre vestido en forma elegante, asomándose por la ventanilla de automóvil.
— Señor Kumon. Buenas tardes — respondió el aludido, al reconocer al hombre como el dueño de la Discotheque donde había iniciado su romance con Rei.
— ¿Kumon? — preguntó Touji mirando interrogante al sujeto del Audi, ya que estaba seguro de haberlo visto antes, hasta que finalmente su mente hizo la conexión correcta — ¡Ahora acuerdo! Usted le regaló a Shinji una invitación para la inauguración a una discotheque el otro día.
— El mismo que viste y calza — reconoció el hombre con una sonrisa — Díganme chicos, ¿quieren que los acerque a alguna parte?
Luego de unos minutos, el lujoso Audi RS7 Sportback, con Kumon al volante, Shinji en el asiento de copiloto y Touji sentado atrás, se deslizaba suave y elegantemente por las calles de Tokyo-3, rumbo a casa de Suzuhara.
— ¿Seguro que esto no es una molestia para usted? — preguntó Shinji sentado al lado del hombre, pensando que podían estar quitándole tiempo a las importantes cosas que, con toda seguridad, debía atender esa tarde.
— Descuida, no es ninguna molestia. De hecho, la casa de tu amigo queda precisamente de camino a donde me dirijo.
— Nuevamente, muchas gracias por traernos — dijo Touji sentado atrás, más interesado en el lujoso interior del Audi RS7, que en lo que se pudiera estar hablando. Aun así, no pudo dejar de hacer una pregunta — Por cierto. ¿Cómo estuvo la inauguración de su discotheque?
— Estuvo excelente — comentó el hombre con entusiasmo, recordado esa movida noche — Tuvimos un lleno total. Incluso había una verdadera marea de gente afuera del local tratando de entrar, aunque el evento era solo con invitación.
— Si, Shinji me comentó algo sobre eso — dijo Touji, más por inercia que por verdadera atención.
— Por cierto Shinji. ¿Qué es de aquella linda chica Ayanami con la que fuiste esa noche? Por lo que pude ver, es mucho más que una simple compañera de trabajo para ti — preguntó el hombre con una sonrisa, mirando con complicidad al Tercer Elegido.
— Ehhh, si, bueno...
— ¿Ayanami? — preguntó un sorprendido Touji, interrumpiendo a media frase al Tercer Elegido, totalmente consiente de que había una sola chica en la vida de Shinji que respondía a ese apellido en particular — ¿Están queriendo decir que fuiste esa noche a la discotheque con Rei Ayanami? — preguntó incrédulo, mirando fijamente a su amigo.
— Perdón Shinji, parece que fui un tanto indiscreto — se disculpó Kumon apenado, al ver la reacción de Touji, por lo que le quedó claro que Shinji no había revelado los detalles de esa noche, ni en compañía de quién asistió a la inauguración de la discotheque.
— No hay problema señor Kumon, de todas formas Rei y yo pensamos hacerlo formal — le respondió Shinji con la sonrisa más tranquilizadora que poseía en su repertorio, mientras pensaba que la tranquilidad se iba a ir por la borda tan pronto como pusieran sus pies fuera del vehículo al llegar donde se ubicaba la vivienda de su amigo — Por cierto, la casa de mi amigo se encuentra ahí adelante.
Kumon estacionó el Audi RS7 donde le habían indicado y ambos jóvenes bajaron del automóvil, Touji no sin algo de pena, ya que había quedado enamorado del lujoso vehículo. En ese momento el hombre sacó unos tickets de uno de los bolsillos de su chaqueta, entregándole uno a cada uno de los chicos, que observaron con interés lo que tenían en las manos.
— Son invitaciones dobles para este sábado por la noche. Vayan con sus novias y diviértanse; y Shinji, felicidades. Ayanami es una linda chica — dijo el hombre con una sonrisa sincera.
— Gracias — dijo Shinji algo avergonzado.
— Bien, nos vemos este sábado, chicos. No falten. Los estaré esperando — dijo Kumon despidiéndose, para luego poner en marcha el Audi SR7, alejándose calle abajo.
Pasaron unos instantes luego que el hombre se perdiera por la calle, en que ambos chicos no dijeron una palabra, cada uno enfrascado en sus propios pensamientos. Un tenso silencio cayó entre ambos, hasta que finalmente Touji dio un cansado suspiro y miró a su amigo fijamente.
— Creo que me debes una explicación — dijo Touji con seriedad.
— Sí, tienes razón. En verdad te la debo — respondió Shinji, con algo de resignación.
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Touji estaba recostado de espaldas en su cama con las manos atrás de la nuca, mirando fijamente el techo, mientras que Shinji recostado en un futón en el piso de la habitación junto a la cama, le relataba a su amigo los pormenores de lo ocurrido el sábado pasado. A medida que Shinji relataba los hechos, los ojos de Touji se agrandaban progresivamente, mientras se sentaba en la cama mirando a su amigo sin poder dar crédito a todo lo que estaba escuchando.
— Espera un momento. ¿¿Me estás diciendo que te le declaraste a Ayanami en medio de la pista de baile?? — gritó Touji.
— Bien… en realidad, debería decir que fue ella la se me declaró primero — replicó Shinji, perdido en el recuerdo de ese momento tan importante.
— ¡Aguanta un segundo! ¿Estás diciendo que la que se declaro fue "Ella"? — le preguntó su amigo totalmente incrédulo, como si estuviera escuchando el relato de un fenómeno totalmente antinatural.
— Sí, aunque no lo hizo con palabras. Sé que esto podrá parecerte algo difícil de creer, pero… bien, me lo dijo con sus ojos — dijo un sonriente Shinji al recordar aquel mágico momento.
Touji miraba a Shinji como si le hubiera crecido una segunda cabeza, totalmente sorprendido e incrédulo. Bien, Shinji podía conceder el escepticismo de su amigo. Si a él le hubieran contado algo parecido hace un par de semanas, tampoco lo hubiera creído. Suspiró y decidió explicarse de mejor forma.
— Pude verlo en sus ojos, Touji. Me decían "Te Amo". Pude verlo tan claro como si me lo hubiera dicho con palabras. Luego de eso, ya no pude contenerme más y me declaré. Por supuesto, ella me correspondió — concluyó el joven Piloto EVA, mientras su amigo trataba de procesar todo lo que había escuchado, sin poder salir aún del asombro. Finalmente y luego de unos momentos de reflexión, le dedicó una sincera sonrisa a Shinji.
— Esto sí que fue repentino. Pero supongo que así es el amor — comentó.
— Así parece — respondió Shinji con una sonrisa, al tiempo que se incorporaba para mirar directamente a su amigo — Lamento no habérselos dicho a ti y a Kensuke.
— Olvídalo — dijo Touji, haciendo un gesto con una mano para restarle importancia — Supongo que no es algo que puedas ir contado a todo el mundo de buenas a primeras. Por cierto, me alegro mucho por ti. Aunque aparentemente es algo extraña, parece que Ayanami es mucho más de lo que imaginamos. En verdad te felicito — dijo Touji dándole unas palmaditas en el hombro a Shinji — Además, ¿para qué negarlo? Ayanami es una chica preciosa. Eres un suertudo.
— Gracias amigo — respondió Shinji con una sonrisa.
— Pero aún hay algo que no entiendo. ¿Por qué ocultarlo? Quiero decir, no sé mucho de cosas románticas, pero, ¿no se supone que deberían estar contentos con estar juntos y todo eso? — lo cuestionó el chico un tanto extrañado de mantener algo tan importante en el más absoluto secreto.
— No nos mal entiendas. Estamos felices, es solo que... bien, queríamos mantenerlo oculto por unos días y contarle a todos que habíamos comenzado a salir recién esta semana — se explicó Shinji.
— ¿Pero por qué hacer eso? ¿Qué tiene de malo decir que empezaron a salir el sábado pasado? — Volvió a preguntar Touji, todavía sin entender el razonamiento de su amigo.
— ¿Recuerdas que Misato estuvo llamando a todo el mundo preguntando por mi paradero, y que yo aparecí recién el domingo por la tarde? — preguntó Shinji a su amigo, el que afirmó con la cabeza — Bien, solo piénsalo un momento. Ahora que sabes la verdad y sabes que es mentira eso de conocer a un grupo de chicos en la discotheque y luego irme con ellos a seguir la fiesta en otro lado; entonces, si no estaba con ellos, ¿dónde crees que pasé la noche?
Touji permaneció en silencio por unos segundos analizando lo que había escuchado. El chico no era la mente más brillante de Tokyo-3, pero aún así no le costó demasiado atar los cabos sueltos y llegar finalmente a la única conclusión posible, mientras iba abriendo sus ojos de par en par.
— No puede ser ¿¿Pasaste la noche con… con…?? — trató de exclamar el chico, quedando encasquillado a media frase de la sola incredulidad.
Shinji miró seriamente a su amigo y le dio un leve sentimiento de cabeza.
— Tú... tú... tú... ¡¡Maldito suertudo!! ¡Tuviste una noche de pasión desenfrenada con una chica y no me habías contado nada! — estalló Touji, entre sorprendido, excitado y envidioso por la noticia de que su amigo había dejado "El club de los vírgenes", para pasar a engrosar las filas del club "Por fin la estoy usando" — Pero cuéntame. ¿Cómo fue? ¿Qué hicieron? ¿Qué se siente? ¿Qué.....
— ¡Para ya, Touji! — lo interrumpió un Shinji visiblemente incómodo, cortando las escandalosas preguntas de su amigo — Lo único que estoy reconociendo es que pasé la noche con Rei. Nada más. No estoy afirmando ni negando que hayamos hecho algo, pero tú saltaste de inmediato a esa conclusión. ¿Entiendes ahora por qué decidimos mantener eso en reserva?
Touji quedó de piedra ante esa afirmación de Shinji. Tenía razón. Él solo reconoció pasar la noche con Ayanami, lo que no significa necesariamente tener sexo. Bien pudieron simplemente conversar, pasear por la ciudad tomados de las manos hasta el amanecer, o simplemente dormir; Ayanami en una cama y Shinji en un sillón o un futón. Si tuvieron sexo o no, estaba seguro que Shinji jamás lo reconocería, pero ese es precisamente el punto. Nunca lo afirmó ni lo negó, pero él de inmediato pensó… suspiró.
— Tienes razón. Perdón por eso — reconocía Touji con algo de vergüenza — No estaba pensando, solo llegué a esa conclusión por inercia. Supongo que si le cuentas eso a cualquier otro, llegaría a la misma conclusión. Kensuke se volvería loco y aunque se lo expliques y luego se lo pidas de rodillas, no podría guardar eso en secreto ni aunque su vida dependiera de ello. La "Demonia Langley" de seguro armaría un escándalo de proporciones, solo es cosa de ver como se lleva con Ayamani — señalo Touji, mientras su amigo asentía ese último comentario — Bueno, no te preocupes. No haré más preguntas al respecto y me llevaré este secreto a la tumba.
— Gracias — dijo Shinji con una sincera sonrisa.
— No hay de qué, para eso están los amigos; aunque en verdad no dejas de darme cierta envidia. Estás junto con la chica que amas, mientras que yo… — intentó agregar Touji, antes de guarda silencio.
Shinji contempló a su ahora desanimado amigo y estrechó los ojos. La situación de Touji no era como la de él con Rei, pero no debería tener que andar suspirando por los rincones. Ya le había insinuado algo a su amigo en el pasado, pero ya venía siendo hora de que se lo dijera de forma directa.
— Touji — dijo Shinji, para llamar la atención de su amigo y lo miró directo a los ojos — Tú estás solo porque quieres.
— ¿Qué quieres decir con eso? — preguntó el aludido con cierta brusquedad, devolviéndole una mirada seria al Tercer Elegido.
— Sabes muy bien lo que quiero decir — respondió Shinji — Estás "Enamorado" de la Delegada de Clase y ella está "Enamorada" de ti. Tú lo sabes, ella lo sabe y… por todos los cielos, Touji ¡¡Todos en la escuela lo saben!! Incluso los maestros lo saben — añadió un tanto exasperado por la situación de su amigo, antes de rematar con la pregunta que desde hace tiempo rondaba por su cabeza — ¿Por qué no de dejas de perder el tiempo y te declaras de una vez?
Touji quedó más rojo que una señal de tráfico y rígido como una estatua ante la directa pregunta de su amigo. No pasó mucho para que su vergüenza se transformara en furia. El chico apretó los dientes y arrugó el entrecejo, apuñando fuertemente las manos. En cosa de segundos saltó de la cama y levantó a Shinji de las solapas, mirándolo con fiereza.
— ¿¿Estás tratando de burlarte de mí?? — ladró el chico, enseñando amenazadoramente los dientes.
— No. Solo trato de entender por qué si ambos tienen el amor ahí, al alcance de la mano, ninguno hace nada por concretarlo — respondió Shinji calmadamente y sin intimidarse, mirando directo a los ojos de su amigo.
Esa nueva afirmación del Tercer Elegido desarmó por completo a Touji. Toda la furia que había invadido al chico de eterna ropa deportiva, se desinfló en cosa de segundos. Bajó la mirada, para luego soltar el agarre sobre Shinji, que cayó sentado sobre el futón. Luego de eso pasaron largos segundos en que Touji no hizo el menor movimiento, simplemente estaba ahí de pie, enfrascado en sus pensamientos, mientras Shinji lo observaba sentado a sus pies. Finalmente y luego de lo que pareció una eternidad, Suzuhara se dejó caer sentado sobre el futón quedando frente a su amigo, al que miró con algo de pena.
— Es más fácil decirlo que hacerlo — respondió, para luego bajar la cabeza.
— No tienes que decírmelo. Lo sé por experiencia — comentó Shinji, recordando que las cosas tampoco fueron fácil para él — Aún así, vale la pena el esfuerzo. Además, tú no tienes nada que perder, los dos se aman, solo falta que alguien se decida a dar el primer paso.
— ¿En verdad crees eso? — señaló el dueño de casa, bastante dubitativo.
— No solo lo creo, estoy seguro que a cualquiera que le preguntes, te dirá exactamente lo mismo. Es evidente que ustedes se gustan. Por más que lo intenten, no pueden ocultarlo — respondió Shinji con una sonrisa de complicidad, que arrancó un leve sonrojo de su amigo.
Touji permaneció en silencio unos segundos analizando lo que había escuchado, llegando a la conclusión de que Shinji en verdad tenía razón en todo lo que dijo. Hikari y él estaban perdiendo el tiempo, solo era cuestión de dar el primer paso.
— Oye Shinji… ¿cómo le hago para... ya sabes, declararme? — preguntó tímidamente después de un rato, arrancado una sonrisa de Shinji, que ya tenía una idea en mente.
— ¿Por qué no la invitas a la discotheque el sábado? — preguntó, sorprendiendo a Touji por tan atrevida idea — Vamos, no es tan descabellado. La invitación que te dio el Sr. Kumon es para dos personas. Podrían pasar el rato junto, divertirse un poco y cuando ambos ya estén relajados, le dices lo que sientes.
Touji miró a su amigo analizando su planteamiento, cayendo en cuenta de que efectivamente, no era una idea descabellada; en realidad era una idea bastante atractiva, además ya tenía en su poder lo más importante: la entrada a la discotheque.
— No es mala idea — reconoció finalmente con una sonrisa, antes de añadir — ¿Podrías acompañarme?
— ¿Eh? — fue todo lo que pudo decir el Tercer Elegido, totalmente descolocado.
— Bien, a ti también te dieron una invitación. Podrían acompañarnos con Ayanami en una cita doble. Si estás ahí para darme ánimo, me sentiré más seguro para decirle a Hikari lo que siento por ella — explicó Touji, con el rostro esperanzado.
— Bueno, yo…
— Vamos, di que sí — insistió Touji.
Shinji miró a su amigo por unos segundos, este lo miraba de vuelta esperanzado y expectante. Podía comprender a Touji con su solicitud de apoyo. Si en su momento él hubiera contado con alguien ahí para darle ánimo, tal vez las cosas no le hubieran resultado tan difíciles. Tampoco podía dejar de lado el hecho de que la idea de salir en una cita con Rei era bastante atractiva; aunque fuera una cita doble.
— Está bien. No creo que Rei se oponga a la idea — contesto finalmente Shinji, esperando que en verdad Rei no pusiera objeciones a esta cita doble.
— ¡¡Gracias Shinji, Eres un gran amigo!! — gritó Touji, mientras se abalanzaba y atrapaba a Shinji en un abrazo de oso que casi lo deja sin aire.
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Transcurría un nuevo día en Tokyo-3, junto con una nueva jornada de clases en una conocida escuela de la ciudad fortaleza. Allí, un esforzado maestro impartía la clase de literatura, que a decir verdad, a nadie parecía importarle. Una de los pocos alumnos que si estaba poniendo atención a la clase; quizás, la única que lo hacía, era Hikari Horaki, la Delegada de Clase, quien, no conforme de poner atención a las palabras del maestro, también tomaba apuntes en su Laptop en forma esporádica. Así fue transcurriendo la clase, con el maestro muy entretenido citando a cierto autor extranjero de compleja pronunciación y escritura aún más incomprensible, mientras Hikari aprovechaba de revisar sus últimos apuntes, con el fin de verificar que estuvieran correctamente escritos. Fue entonces que en la esquina superior de la pantalla del Laptop, se marcó con insistencia la llegada de un mensaje. La chica miró extrañada el monitor ya que nunca recibía mensajes, lo cual llamó su atención. Pulsó "Enter" y el mensaje se desplegó en la pantalla.
"Encuéntrate conmigo en la azotea durante el descanso. Tengo algo importante que conversar contigo. Touji"
Hikari tuvo que leer varias veces el mensaje para convencerse de que no estaba equivocada. Aún así y luego de comprobar que el menaje fuera efectivamente real, quedó con la duda de que fuera una mala broma de alguien. Con esto en mente, la chica de moños giró discretamente la cabeza para mirar al chico de sus sueños, sentado hacia el final del salón de clases. La chica se sorprendió al encontrarse repentinamente con la mirada del chico. Por su parte, Suzuhara solo pudo sonrojarse como un tomate al encontrarse mirando directamente a los ojos de la chica, bajando la mirada en forma avergonzada.
Hikari se sonrojó de igual forma ante la actitud de Touji, y miró al frente mientras se sonrojaba de la misma forma en que lo había hecho el chico de ropa deportiva. Una ahora nerviosa chica de pecas, se olvidó por completo de la clase de literatura, mientras pensaba para sí: "Oh, Dios. Es verdad. Él me escribió y quiere verme… ¿será que al fin se decidió?"
Con este pensamiento en mente y por primera vez en su vida, Hikari Horaki dejó de prestar atención a la clase. El maestro pasó al olvido y dejó de tomar apuntes, centrada únicamente en sus pensamientos que la llevaron muy lejos de ahí, de la mano de un chico que vestía eternamente ropa deportiva.
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Una nerviosa Hikari Horaki llegó ante la puerta que daba acceso a la azotea. Cerró los ojos y dio una gran inspiración para darse fuerzas, luego de lo cual abrió la puerta ingresando a la azotea de la escuela. El lugar estaba vació, a excepción de un chico en ropa deportiva que se encontraba de pie cerca de la baranda al borde de la azotea. Se encontraba de espaldas a ella, con brazos cruzados sobre el pecho, mirando el cielo, como si estuviera a medio camino entre la distracción y el nerviosismo. La chica se acercó silenciosamente hasta quedar de pie a escasos metros del chico. Pasaron unos segundos, en los que Touji seguía sin mover un solo músculo. Hikari no sabía si él se había percatado o no de su presencia, por lo que decidió que debía hacerse notar.
— Ya estoy aquí, Touji. ¿De qué… de qué quieres hablar? — preguntó ella con un poco de timidez en la voz, para su total exasperación, ya que su intención era presentarse segura ante él, pero había fracasado miserablemente.
Touji se giró al escuchar a la chica, a la cual no había notado hasta que ella llamó su atención. Contempló por unos segundos a la que para él era la chica más linda del mundo, tragó sonoramente y se obligó a dar unos pasos hacia adelante hasta quedar justo frente a ella. El había pasado largos minutos en ese lugar reuniendo el valor necesario para hacer lo que debía hacer, pero ahora que veía a la linda chica de pecas frente a él, toda su determinación se había esfumado en cosa de segundos.
"¿Cómo rayos fue que Shinji pudo hacer esto?" se preguntó mentalmente, totalmente complicado por esta incómoda situación.
— ¿Touji? — preguntó la chica, llamando la atención del aludido, que se había perdido momentáneamente en sus pensamientos. Sus miradas se encontraron y ambos no pudieron evitar sonrojarse un poco. En ese momento la determinación de Suzuhara pareció regresar. Ya no podía seguir dilatando esto por más tiempo.
— Hikari, yo... bueno, yo... — trataba de decir Touji, pero las palabras parecían atorarse en su garganta negándose a salir.
— ¿Sí? — preguntó la chica de pecas, tratando de disimular su expectación, pero fracasando en el intento.
Mientras, maldiciéndose mentalmente por el rumbo desastroso que estaba tomando la situación, Touji se obligó a calmarse; pero al darse cuenta que por más que lo intentaba las palabras simplemente se negaban a salir de su boca, hicieron que la chica lo mirara con extrañeza, sin poder evitar levantar una ceja. Al ver la expresión extrañada de la chica de sus sueños, Touji respiró profundamente y se lanzó finalmente al hipotético vació, hablando tan rápido como pudo para evitar que palabras lo rehuyeran otra vez.
— Hikari... ¿Tegustaríasalirconmigoestesábadoenlanoche?
La chica de pecas quedó completamente descolocada por lo que acababa de escuchar; de hecho, dio un par de pestañada en evidente señal de confusión. Touji había hablado de golpe y ni siquiera tomó aire entre cada palabra que pronunciaba, por lo que la chica tuvo que repasar mentalmente lo que había escuchado, tratando de descifrar el contenido de ese tropel de palabras, pero cuando finalmente su mente logró decodificar el mensaje, sus ojos se agrandaron desmesuradamente.
— Touji, tú… ¿quieres salir conmigo el sábado en la noche? — preguntó ella armándose de valor, para confirmar si había entendido bien el mensaje del chico.
Touji se sonrojó furiosamente, pero se negó a dejar que el nerviosismo le ganara la partida. Si Shinji pudo hacer esto, entonces él también podía.
— Bien, yo… sí. Me gustaría salir contigo el sábado en la noche — logró decir el chico con voz algo temblorosa pero decidida. Suspiró y se armó de valor para seguir — Me regalaron una invitación para asistir una discotheque que inauguraron hace poco y pensé que, bien…. pensé que… tal vez podríamos ir… juntos — finalizó, bajando la mirada, sin poder sostener la mirada de la chica en ese momento.
Hikari miró con sorpresa a su hasta ahora amor platónico. Esto no era exactamente lo que ella había esperado oír de labios del chico frente a ella, pero tampoco se presentaba tan mal. A decir verdad, era una invitación muy tentadora, por lo que para ella había una sola respuesta posible.
— Me encantaría ir contigo. Nunca he ido una discotheque — fue la respuesta algo tímida de la chica de pecas, mientras esbozaba una linda sonrisa en los labios.
— ¿De verdad? ¡¡Genial! — dijo Touji, casi saltado de la felicidad — ¡Ah! por cierto, Shinji también vendrá con nosotros el sábado.
— ¿Eh? ¿Qué? ¿Ikari? — preguntó la chica, totalmente sorprendida y descolocada por eso último.
— Sí, Shinji también tiene una invitación, así que irá el sábado con nosotros. Teníamos pensado encontrarnos más temprano el sábado y dar una vuelta por la ciudad antes de ir a la discotheque. ¿Qué opinas? — preguntó Touji, sin reparar en la confusión de la chica frente a él.
Esto definitivamente era algo que Hikari no esperaba. De un momento a otro su gran "Cita con Touji" se había transformado en una "Cita Doble". Demás está decir que la idea no le agradó demasiado; pero por otro lado, si lo pensaba con más detenimiento, la idea en sí no parecía tan mala. Ikari de seguro iría en compañía de Asuka, y con su amiga ahí para apoyarla, le sería más fácil hacer algún movimiento para salir del punto muerto en el que estaba con Touji. Logrando eso, podría de una vez llegar a donde que ella quería. Hikari no pudo dejar que un leve sonrojo pasara por su rostro en ese momento.
— ¿Hikari? — preguntó Touji, ya que la chica parecía perdida en algún lugar muy lejano.
— ¿Eh? ¡Oh! Sí, de acuerdo. Me parece una buena idea — respondió ella, obsequiándole una hermosa sonrisa al joven de ropa deportiva.
Touji no pudo contestar a las palabras de la chica de pecas, al quedar encandilado por la sonrisa que ella le obsequiaba y solo atinó a asentir con la cabeza. El primer paso ya estaba dado, ahora solo era cuestión de tiempo.
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Luego de su encuentro con Touji en la azotea, la Delegada de Clase quedó con la cabeza en cualquier parte, menos en poner atención en clases. Eso fue más que evidente para Asuka, ya que su amiga parecía estar más bien viajando por la Vía Láctea, en vez de estar tomando apuntes, como era su costumbre. Cuando la pelirroja la cuestionó con la mirada, mientras el maestro estaba concentrado hablando sobre cosas que en verdad a nadie parecían interesarle, la chica de pecas señaló su Laptop. La pelirroja entendió de inmediata y puso atención en la pantalla de su propio Laptop. El mensaje de Hikari no tardó en llegar, y pulsó "Enter" para acceder.
"Estoy muy feliz y me alegra que también vengas con nosotros"
Asuka quedó más que intrigada con el mensaje, ya que no comprendía lo que su amiga quería decirle, pero no alcanzó a cuestionarla, ya que su teléfono móvil y el de sus dos compañeros Pilotos comenzaron a sonar. Al responder, una voz automatizada les informó que debían concurrir de inmediato a NERV y reportarse con la doctora Ritsuko Akagi, para realizar "Pruebas de Sincronización". Fue así como la pelirroja se retiró sin saber sobre qué hablaba su amiga, pero con la nota mental de llamarla más tarde para aclarar ese extraño mensaje. Lo que la pelirroja no sabía, es que las pruebas de Ritsuko la mantendrían ocupada hasta el día sábado, por lo que la llamada a Hikari; para su mala fortuna, no se concretaría a tiempo.
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Varias horas más tarde, la Segunda Elegida salió de la ducha secándose el cabello con una toalla. Estaba exhausta y hambrienta después de todo un día de pruebas de sincronización. Lo único que deseaba en ese momento era llegar a casa y comer algo. Incluso estaba dispuesta a comer esas horribles comidas preparadas de Misato, que solo ella podía arruinar aún más de lo que ya eran.
Cuando la pelirroja llegó hasta su casillero, se percató de que Rei ya estaba lista para retirarse. La chica llevaba una polera ajustada negra manga larga, sobre ella llevaba un buzo corto amarillo de manga corta con gorro, minifalda escocesa con pliegues, medias negras y unas botas de caña baja. Asuka sintió una punzada de envidia al ver lo bien que se veía y antes de que pudiera decir algo, Rei ya había salido por la puerta, ignorándola como solo ella sabía hacerlo.
Asuka se vistió rápidamente, no sin antes patear su casillero para botar un poco de la tensión acumulada. Cuando la pelirroja estuvo finalmente lista, salió del vestidor encontrando el corredor desocupado. Shinji no se veía por ninguna parte, por lo que supuso que aún debía estar en la ducha, así que decidió aguardar por él y tratar de arreglar las cosas. Luego de 10 minutos de espera, la pelirroja ya no aguantó más y entró al vestidor de hombres para intentar apurar al vástago despreciado de Gendo Ikari, solo para encontrar el lugar vacío. Shinji se había marchado sin ella.
— ¡¡BAKA SHINJI!! — rugió la furiosa pelirroja, mientras abandonaba los vestidores de hombres dando un fuerte portazo. Masculló con rabia algo ininteligible, al caer en cuenta de que la muñeca le había ganado la partida una vez más.
Continuará...
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Notas del Autor: Siguen avanzando las cosas para la hasta ahora secreta pareja de Shinji y Rei. Por el momento todo marcha relativamente bien, pero esta calma no podrá seguir por mucho tiempo más. La relación de esta improbable pareja saldrá a la luz más pronto que tarde y todo augura que esto acarreará varios problemas para ellos.
Asuka sigue con sus intentos por acercarse a Shinji, pero las cosas no marchan como ella quisiera. Por otra parte, la relación de Touji y Hikari parece que por fin dejará el punto muerto. Falta ver si esto prosperará o será un completo fiasco.
Saludos y nos leemos en el próximo capítulo.