Nota: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
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Shinji Ikari estaba completamente aturdido sin poder creer lo que estaba pasando, y sin poder reaccionar ante una situación que jamás hubieras imaginado vivir. Asuka lo estaba besando.
Los suaves labios de la pelirroja chocaron con los suyos presionándose con fervor hasta que ella prontamente busco ir más allá, momento en que la lengua de la chica irrumpió en su boca junto con un gemido, siendo asaltado por una marea de deliciosas sensaciones. De pronto, la chica pasó sus brazos por el cuello de Shinji, abrazándole con fuerza mientras se iba sobre él, haciendo que este llevara un pie atrás buscando estabilidad para no irse de espaldas por el embate de la pelirroja.
El Tercer Elegido aún no se recuperaba del impacto de la situación, cuando sintió como la lengua de la chica comenzaba a masajear su propia legua, explotando en un nuevo mar de sensaciones, mientras ella se apegaba aún más dando suaves gemidos mientras su lenguas se masajeaban, disfrutar el dulce sabor de la boca de Asuka.
El beso fue tan intenso y con tanta pasión, que pronto Shinji quiso separarse por falta de aire, pero ella no lo permitió. Sus rostros seguían juntos, sus labios aun rosándose mientras respiraban pesadamente en busca de aire, sorbiendo el aliento del otro.
— Apuesto que ella nunca te ha besado así — susurró Asuka entre pesadas respiraciones antes de cerrar nuevamente la distancia, tomando por asalto una vez más la boca de un aun aturdido Tercer Elegido.
Fue en ese momento, ante esas palabras cargadas de deseo por parte de la chica, que Shinji cayó en cuenta de lo que estaba pasando, de que la chica que le estaba devorando la boca con tanta pasión y deseo, no era Rei.
Asuka dio un pequeño chillido de sorpresa al sentirse apartada por fuertes brazos que terminaron abruptamente un beso al que se había entregado con mucha más pasión de la que tenía presupuestada; y que había comenzado a disfrutar tan intensamente que hasta su cuerpo estaba comenzando a calentarse.
— ¿Por qué me detienes? — preguntó Asuka, molesta por ser interrumpida justo cuando las cosas comenzaban a ponerse candentes.
— No es correcto — dijo Shinji, tratando de recuperar el aliento — No vuelvas a hacer eso.
— ¿Porque no soy la muñeca? — preguntó Asuka repentinamente seria, dedicándole una intensa mirada al Tercer Elegido.
— ¡Deja de llamarla así! — reclamó Shinji, ya bastante molesto ante ese despectivo apelativo de la pelirroja para hacia la chica que ama.
Una molesta Asuka estaba por responder una nueva pesadez, pero tuvo un momento de lucidez justo antes de abrir la boca, dándose cuenta que si seguía por ese camino solo se pondría del lado malo de Shinji; justo lo que no quería en ese momento. Con un supremo esfuerzo de su parte, tuvo que tragarse lo que pensaba decir sobre la estúpida muñeca.
Por su parte, Shinji seguía aturdido por lo que había pasado. Estaba preparado para responder insultos y descalificaciones en contra suya o de Rei, no a que le robaran un par de besos. Su molestia se asentó contra Asuka, por atreverse a hacer algo semejante, pero también estaba molesto consigo mismo por no reaccionar más rápido, deteniendo esos besos cargados de fuego y arrebatadora pasión; algo tan distinto al erótico y dulce éxtasis que le hacían experimentar los besos de Rei.
Shinji no pudo dejar de apretar los dientes con creciente molestia, al encontrarse comparando los besos de Rei y Asuka. No le gustó eso.
— No sé a dónde pretendes llegar con esto, pero detente aquí — dijo Shinji tratando de recuperar la calma, dándole una mirada dura a la chica frente a él — Solo vine para ver como estabas y hablar contigo, no para… esto — añadió, haciendo un gesto de molestia.
Ante esas palabras, Asuka bajó la cabeza en frustración mascullando un casi imperceptible "Scheisse". El saber que la maldita muñeca había atrapado a Shinji en sus redes la enfurecía. En ese momento solo sentía ganas de gritar y maldecir contra la muñeca, ganas de reclamar contra el idiota de Shinji por dejarse enredar en las garras de esa estúpida, maldecirse a sí misma por ser tan tonta y porque, pese a todo esto, no dejaba de sentirse feliz porque el idiota de Shinji había venido por ella a "su" lugar especial. Apretó los dientes con fuerza.
Era tan extraño sentirse furiosa y contenta a la vez; junto con sentirse rechazada, cuando había puesto su alma en ese par de besos para hacerle entender al idiota que tenía al frente, lo importante que es para ella, solo para ser rechazada en favor de esa estúpida muñeca.
Nuevamente sintió como su rabia comenzaba a burbujear y sintió ganas de gritar su justo reclamo, pero su mente racional le decía terminantemente que si se comportaba como una celosa desquiciada, no llegaría a ninguna parte. Aun así, tenía que dejar las cosas claras de una vez; el problema es que hacer eso no era fácil. Le costaba reconocerlo a sí misma, más aun a Shinji.
Asuka apretó los dientes en frustración, sabiendo que esta situación fue causada por ella misma por alejar a Shinji con su actitud de mierda, dándole la oportunidad a la muñeca de tomar ventaja. Todo esto por ser una estúpida orgullosa que negaba su sentir. Pues bien, era hora de ser igual de orgullosa y reconocer de una vez por todas lo que siente. Miró fijamente al Tercer Elegido y por primera vez, dejó salir su verdad.
— Te amo.
Cualquier enfado o molestia de Shinji murió al escuchar esas palabras. No esperaba algo así, no de Asuka, no ahora. Miró a la pelirroja y lejos de ver a una chica emocionada, se encontró con una chica seria y algo rígida, pero con ojos que expresaban todo lo que el resto de su cuerpo no podía. Algo se removió dentro de él, un recuerdo de algo que sintió una vez, algo que había quedado en el pasado, algo que nunca fue.
— Asuka… yo… lo siento… yo…
— ¿No te das cuenta que estar con ella es un error? — dijo Asuka con voz seria, cortando a Shinji a media frase antes de proseguir — Ella te va a lastimar.
Shinji estaba boquiabierto ante el descaro de la pelirroja. Ahí estaba ella confesando de pronto que lo ama, para luego lanzar mierda indiscriminadamente en contra de Rei; siendo que la que siempre lo había tratado como basura fue ella. ¿Quién se cree que es para decir algo semejante?
— ¿Y quién es la chica adecuada para mí entonces? ¿Tú? ¿Tú que siempre me has tratado como si fuera basura? — preguntó Shinji, visiblemente molesto.
Asuka hizo una mueca. Sabía que él tenía razón en ese punto, ella había sido una perra. Sintió ganas de gritar de frustración, pero logró contar hasta 5 para calmarse, antes de hacer lo único podía sacarla de esta mala situación: Responder con sinceridad. Esa era una única carta que podía jugar aquí, la única que le quedaba. Suspiró pesadamente y una vez más habló con la verdad.
— Me comporté como una estúpida y fui una perra contigo. Lo reconozco — dijo Asuka con algo de dificultad al reconocer sus faltas.
Un sorprendiendo Shinji miraba la pelirroja apenas creyendo esto, la gran Asuka Langley Soryu estaba reconociendo que lo había tratado como la mierda. ¿Estaba soñando? Fue sacado de sus elucubraciones cuando la pelirroja continuó hablando.
— No puedo cambiar el pasado, pero desde ahora intentaré ser una mejor mujer, alguien que puedas encontrar atractiva, alguien con quien quieras estar — dijo Asuka, con voz no tan firme como hubiera querido, pero aun así, con mucha convicción.
Para este punto Shinji no sabía qué pensar. Asuka no se había disculpado, solo reconocido lo mal que se había comportado con él y prometía cambiar eso desde ahora. Era impactante y desconcertante a la vez. Es como si estuviera ante una Asuka totalmente distinta. Aun así, y analizando las palabras de la pelirroja, había un potencial nuevo problema para su relación con Rei. Hizo una leve mueca al imaginar lo que le esperaba por delante. Un bufido de Asuka lo sacó de sus reflexiones para mirar a la chica, que le devolvía una mirada con el ceño arrugado.
— Si crees que me voy a rebajar a perseguirte como una tonta rogando por tu amor, entonces saca esa idea de tu cabeza — dijo ella con molestia — Te amo. Me cuestas reconocerlo, me cuesta decirlo, pero te amo. Aun así, tengo mi orgullo.
Shinji miró a la pelirroja sin saber qué decir. Ella se acercó un poco más.
— No me voy a meter entre la muñeca y tú. No me rebajare a eso. ¿Sabes por qué? — preguntó, a lo que Shinji solo pudo negar con la cabeza, ella continuo — Porque eso no va resultar. Esa relación no va a ir a ninguna parte. Ella te va a lastimar, y cuando eso pase, yo estará ahí para ti.
Asuka se acercó y le dio un nuevo beso a un congelado Shinji. Si bien el beso tenía sentimiento, carecía del fuego de los besos anteriores. En cambio transmitía emoción, cariño y cercanía. Sentimientos que tocaron al joven Piloto EVA incluso cuando ella terminó el beso, apartándose con un sonido húmedo, dejándolo congelado y sin saber qué hacer o decir. Solo se quedó ahí, rígido como si fuera una estatua, tratando de asimilar todas las cosas que Asuka acababa de decir, tan impactado, tan descolocado, que apenas notó que la chica le había robado un nuevo beso.
Por su parte, la pelirroja miró a un casi catatónico Shinji Ikari y supo que había ido por buen camino. Lo estuvo pensando mientras caminaba a esta pequeña plazoleta y mientras estaba sentada aquí hasta que Shinji apareció. Pudo ver claramente en los ojos de Misato que ella no aceptaría que se metiera entre Shinji y la muñeca. Misato iba a mandarla directo a la mierda si interfería en esa relación. Pudo ver eso mismo en los ojos de Shinji, él tampoco lo aceptaría. Le gustarse o no, meterse entre esos dos y romper esa relación iba a ser totalmente contraproducente. Solo lograría que eso le explotara en la cara.
Con mucho pesar y rabia de su parte, Asuka supo que su única opción era esperar. Era una verdadera mierda. Detestaba la sola idea de que esa maldita muñeca con ojos de conejo se enredara con Shinji, lo odiaba de solo pensarlo. Pero sabía que sería ella la que reiría al último; porque así como sabía que sería una mierda tener que soportar esta situación, sabía también que no tendría que esperar demasiado.
— Regresemos — dijo Asuka dando un suspiro de cansancio — Misato debe estar preguntándose por qué no hemos vuelto aun — añadió, pasando junto a Shinji.
Shinji contempló a la chica alejándose sin saber qué decir, finalmente decidió simplemente seguirla igualando su paso luego de unos segundos, caminando junto a ella sin poder verla a la cara ni reclamar por los besos robados o todo lo que había dicho. Seguía aturdido y necesitaba procesar todo esto para saber realmente qué decir y cómo lidiar con ello. Por su parte Asuka no estaba conversando y parecía que no iba a decir nada más. Agradecía eso. En este momento solo necesitaba ordenar sus ideas.
Caminando a su lado, la pelirroja parecía tranquila pero en realidad no lo estaba. Asuka era un mar de emociones en conflicto. Estaba contenta porque Shinji había venido mostrando preocupación por ella, lo que le indicaba que no todo estaba perdido. Aun así seguía profundamente enfurecida con la maldita muñeca por atrapar a Shinji en sus redes, enojada consigo misma porque fue ella la que se lo sirvió en bandeja, frustrada por no poder ponerle fin a esa relación en este momento, como debería ser, pero era consciente de que no podía hacerlo; aun no.
Ya la había cagado demasiadas veces con Shinji, y actuar presa de la rabia solo sería una cagada más a su cuenta. Muy a su pesar, debió asumir que la muñeca había ganado esta mano, y con mucha rabia debía aguantar sin tomar represalias por el momento. La idea de ver a Shinji con esa puta ojos de conejo la enfermaba, pero debía ser inteligente aquí. Tendría que soportarlo por un tiempo mientras cambiada las cosas y le mostraba a Shinji que ella era mucho más que una cara bonita, le mostraría la gran mujer que es, y que está ahí esperando por él. Sabía que no tendría que esperar demasiado.
Ella no llamaba a Rei Ayanami "muñeca" por nada. La maldita puta es un proverbial tarro de gusanos, y Shinji aprendería eso por las malas. Todo lo que rodea a la muñeca es una completa mierda. No se sabía nada de su pasado, padres o familia, fue criada en NERV desde niña y se convirtió en un puto robot sin emociones tan fría como un cubo de hielo. Pasaba demasiado tiempo en exámenes médicos que ni a ella ni a Shinji les habían practicado jamás. Estada días desaparecida dentro de NERV sin saber en qué está metida, y por último, es la muñeca consentida del Comandante Ikari, haciendo todo lo que el tipo le pide.
Definitivamente, todo lo que rodea a Rei Ayanami es muy sospechoso y no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que hay algo muy mal con ella. Por supuesto, el idiota de Shinji pasó por alto todas esas banderas rojas, pero eso le iba bien. Sabía que esta relación no iba durar demasiado, de hecho, no le daba más de un par de semanas, y definitivamente ella estaría ahí para Shinji. Le mostraría definitivamente quien es la mejor.
Asuka dio una leve sonrisa. Si, definitivamente le mostraría a Shinji quien es la mejor. Ya había dado el primer paso. Acaba de confesa sus sentimientos. Él no respondió, pero estaba bien, ya que no era su intensión que él los aceptara. Solo quería dejarle las cosas claras, junto con robarle algunos besos. Pero más importante que todo, él se había tomado la molestia y el tiempo de venir a hablar con ella. Eso quiere decir algo, ¿verdad?
Es cierto, aún no había ganado, pero esto era un paso en la dirección correcta. Por ahora soportaría esta mierda de la mejor forma posible y se tragaría su rabia; le mostraría a Shinji la increíble mujer que es, y estaría para él cuando la maldita muñeca muestre quién es en realidad y lo lastime, como está segura que hará. Ese será su momento de actuar, ese será el momento en que ella tomará lo que siempre debió ser suyo. Solo debe ser paciente y esperar un poco, entonces ella reiría al final.
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Sentada ante la mesa del comedor, una sorprendida Misato Katsuragi miraba boquiabierta a la chica peliazul sentada ante ella, apenas creyendo todo lo que había escuchado de boca de su nueva protegida. Debería estar feliz por ella, en verdad debería estarlo; pero luego de conocer la verdad tras lo ocurrido la noche de la fiesta de NERV, no estaba segura de sí sentirse bien o no con todo esto.
No pudo dejar de reprenderse mentalmente por no pensar en que Shinji pudo estar con Rei esa noche; de hecho, había llamado a Rei esa misma noche un poco después de la rabieta de Asuka. Estaba algo preocupada por la airada reacción de la chica ante el estúpido desplante de la pelirroja; también estaba sorprendida ya que nunca imaginó ver a la chica peliazul en ese estado, es por eso que decidió darle espacio para que se calmara y no volvió a molestarla pensando en llamarla al día siguiente. Cuando se dio cuenta de que Shinji no había pasado la noche en casa, se preocupó y llamó a todo mundo preguntando por él, pero no a Rei; simplemente lo descartó, y luego de la descarada mentira de Shinji cuando apareció al día siguiente, simplemente terminó por nunca pensar en ella.
Misato dio un suspiro de frustración al darse cuenta de que tantas cosas habían pasado frente a sus narices sin darse cuenta. Shinji no solo había mentido espectacularmente; lo hizo para ocultar que pasó la noche con Rei, y la mayor parte del día siguiente haciendo… haciendo… haciendo…
— ¿En qué rayos estabas pensando al hacer eso con Shinji? — preguntó una molesta Misato, mirando duramente a la chica peliazul.
Rei se sobresaltó ante esas fuertes y duras palabras. No pudo evitar un par de pestañadas de sorpresa, totalmente descolocada por la actitud de la mujer ante ella. Hubiera esperado distintas reacciones de parte de la Mayor Katsuragi al contarle la verdad de todo lo ocurrido. Sorpresa, incredulidad, alegría, cautela; incluso hubiera sido razonable algo de molestia por no enterarse antes de todo esto, pero lo que nunca consideró fue ver a la mujer enojada.
— ¿A qué se refiere, Mayor? — preguntó Rei luego de unos segundos.
— ¿Qué "a qué me refiero"? A que tuviste sexo con Shinji. ¡¡A eso me refiero!! — dijo una cada vez más molesta Misato, mirando con reprobación a la joven Piloto del EVA-00.
— ¿Hay algún problema con eso? — preguntó Rei, dándole a la Directora de Operaciones de NERV una mirada genuinamente confundida; como si en verdad ella no supiera lo que estaba mal con esa revelación. Ver esa mirada solo hizo que la mujer se enojara aún más.
— ¡¡Por supuesto que hay un problema!! — estalló Misato — Estás recién iniciando una relación; de hecho, esta es tu primera relación de pareja. ¡¡Simplemente no puedes ir a acostarte con el chico en tu primera cita!!
Rei se estremeció por la intensidad con la que la mujer pronunció esas palabras, por la mirada dura y reprobatoria que le estaba dando.
— No es cualquier chico. Es Shinji — respondió Rei, para hacerle entender que no estaban hablando de un chico al azar.
— Aunque se trate de Shinji. ¡¡No puedes regalar tu virginidad así de fácil!! — dijo con fuerza Misato.
Rei no pudo dejar de sentirse dolida por esas palabras. No esperaba una afirmación semejante de parte de la Mayor Katsuragi, ni ese nivel de incomprensión.
— Lo hice porque es Shinji, porque lo amo — afirmó Rei, dándole una mirada seria a la mujer para hacerla entender su punto — Y fue algo mutuo. Él tomó mi virginidad y yo tomé la suya — finalizo.
Esas últimas palabras de Rei lograron arrancar un sonrojo en las mejillas de Misato. Pese a sus mejores intentos, su mente no pudo dejar de mostrarle una imagen de Rei y Shinji compartiendo un acto tan íntimo. Una imagen de un acto cargado de ternura y amor; algo muy alejado del desenfreno y la lujuria de sus propias experiencias. Sintió envidia.
Misato dio un golpe puño en la mesa, enojada consigo misma por comparar sus experiencias con la de Rei, sintiendo cierta envidia de que una chica con tan poca experiencia la había superado al experimentar algo que ella nunca había vivido. Se levantó con molestia de la silla en que estaba sentada, para luego pasearse de un lado a otro en un intento por calmar su enojo. No tenía que perder el enfoque aquí. Tenía que hacerle ver a Rei la gravedad de sus acciones. Volvió a mirar a la chica fijamente antes de hablar.
— ¿No te has puesto a pensar en las consecuencias de lo que hicieron? ¿Acaso te cuidaste o simplemente tuvieron sexo así sin medir las consecuencias?
— Estaba en mis días infértiles. Era seguro tener relaciones — respondió la chica con seriedad, gustándole cada vez menos el rumbo que estaba llevando la conversación.
— ¿Días infértiles? — logró preguntar Misato, incrédula ante las directas palabras de su protegida descarriada, mientras la miraba con ojos desorbitados.
— Tengo un ciclo menstrual estable, así que es fácil sacar la cuenta — afirmó Rei, levantando las manos para comenzar a enumerar con los dedos — Mi periodo comienza entre el 7 u 8 de cada mes. La noche de la fiesta estábamos a…
— ¡¡Ya sé cómo sacar la cuenta del ciclo menstrual!! — estalló Misato cortando a Rei a media explicación — Por muy estable que sea tu periodo, no puedes confiar en eso ciegamente. No es un sistema 100 por ciento seguro. ¿Te has puesto a pensar qué harás si quedas embarazada?
Rei se tensó ante esas duras palabras y Misato pudo ver que pese a mantener un rostro estoico, la comprensión llegó finalmente a los ojos de la chica, la cual; para su completa sorpresa, guardó silencio por largos segundos. Esa máscara de estoicismo que era el rostro de la chica peliazul seguía en su lugar, pero Misato podía jurar que veía los engranajes girando en su cabeza, hasta que finalmente volvió a hablar cuando pareció llegar a una conclusión.
— Estaría feliz de ser la madre del hijo de Shinji.
Los ojos de Misato casi salen de sus órbitas mientras su boca colgaba hasta suelo ante tan descabellada afirmación. Lo peor de todo es que Rei parecía decirlo en serio. La chica realmente lo pensó antes de responder. Es más, ahora tenía un leve sonrojo en las mejillas, sin dudas imaginándose a sí misma cargando en sus brazos al bebe de Shinji. Eso fue suficiente para Misato. Llegó al límite de su aguante y caminó hasta quedar de pie junto a una aun sonrojada Rei, la cual levantó la cabeza para mirar a la mujer; fue en ese momento en que le llegó la bofetada.
Rei tenía el rostro volteado de lado por la fuerza de la bofetada. Sus ojos estaban abiertos de par en par por la sorpresa de ese golpe que nunca esperó. Llevó una mano a su agredida mejilla que ardía por el dolor, como si cientos de agujas se clavaran en ella. Levanto el rostro solo para encontrarse con la mirada de una ahora furiosa Misato Katsuragi.
— ¡¡Termina de una vez con esta estupidez!! — ladró Misato furiosa — ¿No te has escuchado a ti misma? No puedo creer que tú; de todas las personas, diga tantas estupideces juntas. Te creí más inteligente, pero al final solo una niña enamorada como cualquier otra.
Esas palabras estremecieron a Rei. Se sintió reprendida, mirada en menos y ofendida, todo al mismo tiempo, pero por sobre todo, se sintió herida y traicionada. Esta mujer que la estaba mirando con furia en los ojos, era tan distinta a la mujer alegre y risueña que le ayudó a comprar ropa y le explicó cómo combinarla adecuadamente, tan distinta a la mujer que le enseñó a maquillarse y le explicó lo que debía hacer para llegar al corazón de Shinji.
— ¿Por qué me ayudó entonces? — preguntó Rei con una mirada seria.
Misato dio un bufido de resignación mientras levantaba la cabeza mirando hacia arriba, como si estuviera implorando paciencia desde algún lugar en lo alto. Dio un fuerte suspiro mientras contaba hasta diez, en un intento por calmar su creciente enojo, recordándose a sí misma que Rei es distinta al resto de las chicas de su edad, y que su falta de habilidades sociales bien podía ser la causa de todo este desastre. Mayor razón para aterrizar de una vez a la Primera Elegida y darle un baño de realidad.
— No te equivoques Rei. Estoy feliz de que hayas dejado de ser esa chica fría y sin emociones que vivía una vida plana y sin sentido, solo existiendo para pilotar un EVA. Me alegra que hayas acudido a mí para pedir ayuda, y por supuesto que estoy feliz de que estés con Shinji.
— ¿Entonces…? — intentó preguntar Rei, pero fue cortada a media frase.
— ¡¡Porque no se supone que tengas sexo en la primera cita!! — estalló Misato exasperada — Aun eres una niña, Rei. ¡¡Una niña!! Aun eres demasiado joven para experimentar con el sexo. Debes ir paso a paso y crecer un poco más para que puedas comprender las consecuencias de tus actos; de perder tu virginidad siendo tan joven.
Esas palabras fueron como una nueva bofetada en la cara para Rei. En verdad esperó que la Mayor Katsuragi estuviera feliz por ella. Feliz por haber logrado expresar sus sentimientos y que estos fueran correspondidos. Feliz por haber establecido un vínculo tan estrecho y hermoso con la persona que ama. En cambio, obtenía una reacción airada de la mujer que no solo fue su consejera; porque no decirlo, también fue alguien muy cercana, casi como si fuera una amiga. Rei sintió como ese vínculo que se había formado entre ella y la Mayor Katsuragi a lo largo del tiempo en que se habían acercado, acababa de ser pisoteado, esgrimiendo para ello un argumento totalmente hipócrita.
Esto es algo que ya había conversado con Shinji unos días atrás, luego de una hermosa y totalmente satisfactoria sesión de sexo. Descansando abrazados sobre la cama, surgieron un par de temas de conversación. Es cierto que el que habló fue principalmente Shinji, pero ella estaba muy atenta a todo lo que él decía. Fue en ese momento que salió este tema en particular, lo molesto que lo hacía sentir el doble estándar conque NERV los trataba a todos ellos. El argumento de Shinji no tenía nada que ver con lo que ellos habían estado haciendo esa tarde, era sobre lo que NERV les pedía al subir a un EVA y las restricciones que les eran impuestas en sus vidas. Un argumento que también era perfectamente válido para un ámbito tan personal e íntimo como el sexo, un argumento que le hizo sentir que no tenía por qué permitir que se entrometieran en su vida privada.
Una molesta Misato estaba por seguir con su diatriba, cuando Rei se levantó repentinamente de la silla en la que estaba sentada y le dio una mirada de tal intensidad, que la hizo dar un paso atrás.
Misato fue tomada totalmente fuera de guardia por la chica peliazul. Si bien el rostro de Rei seguía siendo estoico, su mirada era totalmente distinta. Sus ojos eran duros y recriminatorios, pero a la vez pudo ver algo más en ellos… ¿dolor? Misato sintió de inmediato que algo estaba mal, que algo había cambiado con Rei; esa mirada de alguna forma le hizo pensar que había cometido un error en alguna parte, pero no tuvo tiempo de analizar las cosas, ya que la chica eligió ese momento para hablar.
— ¿Soy una niña? ¿Soy muy joven para tener sexo con la persona que amo? — preguntó Rei mirando duramente a Misato — ¿Si soy una niña, por qué me hacen subir a un EVA? ¿Si soy muy joven para tener sexo, por qué me envían a luchar y eventualmente a morir enfrentando a un Ángel?
Misato se crispó por esas preguntas, pero Rei no había terminado.
— ¿Debo esperar hasta ser mayor? ¿Y si muero mañana en una batalla? ¿Soy muy joven para comprender las consecuencias de mis actos? ¿Entonces por qué ponen sobre mis hombros el destino de la humanidad?
Misato fue golpeada una vez más por esas duras preguntas de Rei. Sintió vergüenza y rabia por partes iguales, porque la chica tenía razón, pero las cosas no eran tan simples, no eran blanco o negro, habían demasiados grises de por medio.
— Sabes que las cosas no son tan simples — respondió Misato — Sabes que no tenemos otra opción más que mandarlos a ustedes a pelear. Si pudiera, yo misma subiría a un EVA para ir a pelear en su lugar, pero es imposible. Sí, es totalmente injusto. Ustedes no deberían pasar por esto, pero es la única opción que tenemos para asegurar la supervivencia de la humanidad.
— Entonces, para subir a un EVA, pelear y morir, nos tratan como adultos; pero en nuestra vida privada nos tratan como niños. Eso es hipócrita — dijo Rei con un tono de voz serio y el rostro repentinamente frío.
— ¡Cuida tus palabras jovencita! — estalló Misato, dejando de lado momentáneamente sus preocupaciones por la mirada acusadora y herida de Rei, centrándose en el enojo que brotó en ella al ser llamada hipócrita, pero por sobre todo, porque en el fondo sabía que la chica tiene razón. Eso la molestó aún más.
Rei acababa de exponer una verdad incómoda, dejando en evidencia el doble estándar con el que NERV trata a los jóvenes Pilotos EVA. Ella misma había caído en eso muy a menudo, pero nuevamente, sabía que no estaba equivocada en su planteamiento. Eso volvió a endurecer su posición, pero Rei se le adelantó nuevamente al hablar.
— Amo a Shinji. Me gusta pasar mi tiempo con él. Me gusta tener sexo con él. Se siente increíble y me hace feliz — afirmó Rei dándole una mirada dura, antes de añadir — Ambos podemos morir en la siguiente batalla, y es nuestro deseo aprovechar nuestro tiempo juntos.
Una vez más, Misato se impactó y sonrojó por las directas y explicitas palabras de su protegida descarriada, quien estaba siendo bastante desvergonzada en sus afirmaciones, ya que básicamente le estaba diciendo en la cara que le gusta el sexo, que no tiene ninguna intención de dejarlo y que no se meta en sus asuntos. Pero a la vez, nuevamente exponía otra verdad que iba en contra de su propio argumento. Habían demasiadas posibilidades de que Rei y Shinji murieran en una próxima batalla, lo que quería decir que podrían no tener el tiempo ella solicitaba que se tomara.
Misato apretó los dientes, totalmente en conflicto por todas las cosas que la Primera Elegida le había revelado. Estaba descolocada por la mirada acusadora y herida de Rei, pero estaba mucho más enojada por ser tratada de hipócrita y ser desafiada tan descaradamente.
— Cuida tus palabras Rei. No voy a permitir faltas de respeto de tu parte — gruño Misato con voz cortante y una mirada afilada.
— Y yo no voy a permitir que usted decida lo qué debo hacer o no con mi vida — respondió Rei con el rostro repentinamente frío como el hielo y una mirada penetrante.
La indignación fue presa de Misato ante esa descarada y desafiante declaración de esta desconocida y rebelde Rei Ayanami. Apretó los dientes y estaba por gruñir una nueva respuesta cuando vio a la chica simplemente darse la vuelta y dar un par de pasos rumbo al corredor que daba a la puerta de calle. Esta acción indignó aún más a la mujer.
— ¡¡Un momento jovencita!! Aun no terminamos de hablar — grito Misato, logrando que Rei detuviera sus pasos, para luego girar la cabeza hacia ella, rostro frío y levantando una ceja, como pidiendo explicar el por qué la detenía.
La indignación volvió a crecer en Misato ante esta reacción de la chica, pero no alcanzó a decir una palabra, ya que de pronto se escucharon sonidos desde la puerta de entrada y en cosa de segundos una seria pelirroja apareció ante ellas.
Asuka detuvo su andar, estrechando la mirada al ver a las dos féminas de pie a un lado de la mesa de comedor, estando la muñeca encaminándose a la salida del departamento. No fue muy difícil para la chica intuir que algo estaba pasando ahí, pero la verdad no estaba interesada en tratar de dilucidar eso en este momento. Toda la atención de Asuka estaba en la chica peliazul.
Asuka y Rei estaban una frente a la otra a solo unos pasos de distancias. Ambas se contemplaron fijamente a los ojos; Asuka con furia apenas contenida, mientras que Rei sostenía la mirada con ojos fríos como el hielo, no dispuesta a aceptar un nuevo regaño, ahora de parte de una huraña pelirroja.
La competencia de miradas de las dos chicas se mantuvo por largos segundos, ninguna dispuesta a ceder primero. Ambas se taladraban con las vista, mientras la tensión en el lugar se podía cortar con un cuchillo. Finalmente, fue Asuka la que rompió el asfixiante silencio.
— Disfrútalo mientras dure — escupió Asuka, dándole una mirada sucia a la chica peliazul, para luego alzar la cabeza en un gesto altanero y pasar junto a Rei, dándole de paso un empujón con el hombro.
— ¡¡Asuka!! — llamó Misato, con el ceño arrugado.
— Solo ve a emborracharte como siempre lo haces y déjame en paz — gruñó Asuka sin mirar a la mujer, para luego encerrarse en su cuarto de un portazo.
Misato quedó descolocada una vez más cuando le enrostraron en la cara otra humillante verdad.
— ¿Estás bien? — preguntó un preocupado, y hasta ese momento ignorado Shinji; acercándose a su novia para constatar que se encontrara bien.
— Estoy bien. Gracias — respondió Rei con una pequeña sonrisa, al ver la genuina preocupación del chico que ama — Quiero ir a casa — añadió simplemente.
— Te acompaño — fue la respuesta del Tercer Elegido, quien se aprontó a acompañar a su novia a casa, como corresponde a un caballero.
— ¡¡Alto ahí ustedes dos!! Aun no termino de hablar — estalló una enojada Misato.
Shinji se sobresaltó visiblemente ante la vista de una enojadísima Misato. Por su parte Rei pasó de una linda sonrisa dedicada a su novio, a una expresión fría como el hielo en cosas de segundos.
— ¿Somos niños ahora? — preguntó Rei, con tono de voz frío, haciendo que tanto Misato como Shinji se sobresaltaran — ¿Si ataca un Ángel en este momento, seguiremos siendo niños o seremos adultos?
Misato se crispó ante esa pregunta tan descarada.
— ¡¡REI!! — estalló Misato.
— ¿¿Quieres callarte?? — estalló la pelirroja, asomándose con furia desde su cuarto, luego de casi sacar volando la puerta de lo fuerte que la abrió — Si quieres emborracharte me da igual, estoy acostumbrada, pero si quieres gritarle a la muñeca, hazlo afuera y deja de molestar. Quiero descansar.
Luego de esas palabras, que más parecían un gruñido, la pelirroja metió la cabeza dentro de su cuarto y volvió a cerrar con fuerza la puerta, que casi se sale de su lugar por la fuerza con que fue cerrada. Misato miró con furia a donde estuvo asomada la cabeza de la pelirroja y estaba por ir a llamarle la atención, cuando cayó en cuenta de que Shinji y Rei ya no estaban en el departamento.
Una frustrada Misato Katsuragi dio un gruñido de frustración.
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Misato estaba enojada, muy enojada. Nada había salido como ella había esperado. Lo que en un inicio creyó sería una alegre conversación con su nueva protegida, se terminó transformando en una discusión en toda regla. Por increíble que parezca, Rei Ayanami había discutido con ella. La chica le había rebatido, argumentado y le restregó en la cara varias verdades muy incómodas.
Este era un cambio realmente impactante para la chica peliazul. Hace unos meses atrás Rei parecía casi una autista; pero ahora, luego de reconocer que está enamorada de Shinji y solicitar su ayuda, había experimentado un cambio. Era algo muy sutil, casi imperceptible, pero estaba ahí. Podía ver un despertar en Rei, como sus emociones parecían salir a la superficie en forma casi imperceptible, pero estaban ahí si sabias buscar. Aun así, lo que realmente cambió fueron sus ojos. Podía ver como los ojos de Rei cobraban vida por momentos, expresando en su mirada lo que su rostro no podía transmitir; y este día los ojos de Rei le dijeron muchas cosas.
Pudo ver sorpresa, incredulidad, recriminación y dolor. Hasta pudo jurar que vio traición en los ojos de Rei. Era increíble cuantas emociones podían ser vistas en los ojos de la chica peliazul, pero pronto esos ojos cambiaron para pasar a ser duros y fríos, ante su reclamo por iniciar prematuramente su vida sexual. Eso le dejó muy patente el hecho de que Rei estaba enojada… muy enojada.
Rei nunca gritó ni levantó la voz, siempre usó su característico tono de voz monocorde, pero esta vez fue más frío de lo habitual, con ojos que reflejaban toda la molestia que su rostro no podía expresar. Ojos que la fulminaron, la acusaron, la juzgaron; una mirada tan intensa, tan dura, que la hizo estremecer, y por qué negarlo, una mirada que la asustó.
Nunca esperó una reacción semejante de parte de Rei. El que argumentara en contra de la mentira en que habían incurrido ella y Shinji, el expresar su desaprobación y enojo por tener relaciones sexuales a tan temprana edad, pareció sacar lo peor de la chica peliazul. Ella en verdad estaba enojada, al punto de ser alguien totalmente distinta ante la sola idea de prohibirle el sexo con Shinji. Eso en verdad cabreó a la chica.
Viéndolo superficialmente, se podría argumentar que a Rei simplemente le gustó el sexo, disfrutaba del íntimo contacto físico, se sintió satisfecha y feliz con eso, y quiere seguir disfrutándolo. De hecho, ella reconoció que le gustaba el sexo y que quería más, pero el enojo de Rei estaba lejos de ser el de una chica lujuriosa enojada porque le iban a negar el placer de un buen orgasmo. No, pudo sentir que Rei estaba molesta por algo muy diferente.
Esa mirada de Rei; esos ojos acusadores junto con ciertas partes de su argumentación, le decían entre líneas que ella estaba molestas con la idea de que quiten tiempo con Shinji. No quería perder su tiempo de intimidad, eso seguro, pero sintió en su molestia radicaba en que la privaran de pasar tiempo y tener contacto con Shinji en general. Sus ojos decían claramente que eso no le gustaba, pero había algo más. En su último intercambio donde Rei le dijo que no permitiría que se metiera en su vida privada, pudo jurar que vio una velada amenaza en los ojos de la chica peliuazul.
¿Qué estaba pasando aquí? ¿Desde cuándo la silente, apática y fría Rei Ayanami podía exhibir una mirada tan dura, tan intensa, tan amenazante? Fue como si ella dijera con los ojos: "Atrévete a quitarme a Shinji".
¿Había hecho bien en juntar a Rei con Shinji? ¿Podría este ser el indicio de que hay algo mal con Rei? ¿Tal vez algún tipo de obsesión posesiva, despertada por el amor y el sexo? Si efectivamente hubiera algo mal con Rei, y este trastorno de personalidad echaba por tierra todo el trabajo sobre el "Dummy Plug System", ¿Seria ella responsable de ese desastre?
Misato estrechó los ojos mientras regresaba su mirada para ver la escena que se desarrollaba frente a sus narices, con Shinji estrechando a Rei en sus brazos desde que se bajaron del auto. Podía ver como hablaban entre ellos, sin dudas poniéndose al día sobre la discusión que había tenido lugar en el departamento minutos atrás; ya que Rei no había dicho una sola palabra durante el viaje hasta su bloque de departamentos. Entonces, el ojo derecho de Misato comenzó a hacer un "tic" al ver a los dos tortolitos compartieron un beso; uno profundo… muy profundo.
La Directora de Operaciones de NERV apretó los dientes ante la vista de un intenso y húmedo beso entre sus dos protegidos descarriados. Podía ver como el beso crecía en intensidad y comenzaba una alegre pelea de lenguas. Apretó con fuerza las manos en torno al volante de su deportivo mientras daba un gemido de resignación, al tiempo que golpeó la cabeza contra el volante.
— Si hay algo mal con esta chica, Ritsuko me va a matar — comentó para sí misma una resignada Misato. La mujer alzó la cabeza y les dio una mirada odiosa a los dos jóvenes frente a ella.
No había sido fácil para Misato volver a encarrilar las cosas luego de su discusión con Rei. Lo único que quería era tomar a la chica y regañarla hasta que no hubiera un mañana, y de paso regañar a Shinji por mentir tan descaradamente, y por haber llevado a Rei a la cama; con la consecuencia inesperada de que ahora la chica parecía haberle tomado gusto al sexo. Bien, no podía culparla por eso, pero aún es demasiado joven para hacer esas cosas. Suspiró pesadamente.
La mente de Misato no pudo evitar llevarla a lo que pasó unos minutos atrás, cuando finalmente logró alcanzar a pareja que había dejado el departamento, justo al final del corredor esperando el ascensor, y tuvo que plantar un metafórico pie en el suelo para que entendieran que ella los iba a llevar a casa de Rei; les gustara o no. La chica no se veía feliz con la idea, si su mirada dura tenía algo que decir, pero ella ya había tomado su decisión y ellos tuvieron que acatar. Aun así, era evidente que Rei seguía molesta con ella por la discusión anterior.
Sorprendida por esta reacción tan atípica de la Primera Elegida, Misato decidió sabiamente no seguir antagonizando con la chica, y darle algo de tiempo para calmarse antes de volver a tocar el tema, ya que es algo no puede dejar pasar. Tiene que poner ciertos límites a esta relación, por mucho que le disguste la idea a Rei.
Misato volvió a mira a la pareja de Pilotos EVA, que seguían perdidos en su propio mundo, besándose como si no hubiera un mañana. Apretó los dientes conteniendo las ganas de bajar y del auto y separarlos, pero se contentó con un toque de bocina, para indicarles que era hora que pararan las demostraciones de cariño.
La pareja de Pilotos EVA dio un salto ante el toque de bocina, girándose para ver a una seria Misato dándoles una mirada que decía claramente que terminaran de una vez. Con gestó de resignación, Shinji procedió a despedirse de Rei, la que le dio una seria mirada a Directora de Operaciones, antes de girarse y encaminarse hacia su pequeño departamento.
Shinji se quedó de pie ahí por un momento hasta que Rei se perdió de vista, para luego darse la vuelta y, con un suspiro de resignación, encaminarse hacia su destino.
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El Renault Alpine A310 transitaba en forma endemoniada por las calles de Tokyo-3, acelerando y esquivando autos con bruscos giros y rechinido de neumáticos, como si estuviera corriendo una etapa especial contrarreloj de la "FIA World Rally Championship".
— ¿Podrías bajar un poco la velocidad? Quiero llegar vivo a casa — casi chilló Shinji aferrado al asiento, como si su vida dependiera de ello.
Lo siguiente que supo el Tercer Elegido, es que el auto pegó una repentina frenada para luego derrapar por la calle con un rechinido de neumáticos, y quedar diestramente estacionado junto a la cuneta de una calle relativamente transitada de la ciudad fortaleza. Misato metió el freno de mano y apagó el motor del auto antes de darle una fiera mirada a su joven protegido.
— ¡¡Me mentiste!! — dijo una enojada Misato — ¡Me mentiste sobre lo que pasó la noche de la fiesta en NERV! Fuiste a una discotheque esa noche, pero nunca hubo un grupo de chicos con los que saliste de parranda. Tú, pequeño mentiroso… ¡¡Pasaste toda noche teniendo sexo con Rei!!
Shinji se estremeció por los gritos y la fiera mirada que le estaba dando Misato en ese momento. La mujer estaba genuinamente enojada.
— Misato, cálmate por favor. Yo… puedo explicarlo — comenzó a decir Shinji con voz conciliadora, levantando ambas manos en un gesto de paz.
— ¿Explicarme qué? ¿Qué te llevaste a Rei a la cama esa noche? ¿Qué lo han seguido haciendo durante la semana? ¿Siquiera te cuidaste? — gruñó una enojada Misato.
— Rei estaba en sus días seguros, así que…
— ¡¡Shinji!! — estalló Misato exasperada, cortando a media frase al chico junto a ella — Sacar la cuenta del ciclo menstrual no es un sistema 100 por ciento seguro. ¿Te has puesto a pensar qué pasará si dejas embarazada a Rei?
Shinji se congeló ante las duras palabras de Misato, las implicaciones de estas, pero sobre todo, ante la furibunda mirada que le estaba dando la mujer sentada junto a él.
— ¡¡Por la mierda!! — gruñó Misato, dándole un golpe al volante del auto, frustrada y enojada.
Shinji contempló a la mujer junto a él, que hacía todo lo posible por calmarse y no estallar en un arranque de furia homicida. Es cierto que había motivos para que ella estuviera molesta, pero sentía que se estaba pasando un poco de revoluciones. Como fuere, le dio espacio para que se calmara un poco, y luego de unos minutos en que la mujer respiraba pesadamente en un intento por bajar los niveles de enojo, dio un fuerte suspiro y lo miró en forma dura.
— Estoy decepcionada. No solo me mentiste descaradamente, tú… tú… ¿En que estaban pensando ustedes dos al irse a la cama así sin más? ¿Siquiera estaban pensado? — preguntó Misato enojada.
La cautela de Shinji fue dejada de lado ante esas últimas palabras. Un ceño arrugado atravesó su rostro ante esas palabras tan acusadoras. Eran palabras que podía entender hasta cierto punto, pero Misato no tenía el contexto de todo lo que ocurrió y que los llevó a Rei y él a tener intimidad.
— Disculpa, pero haces ver lo que pasó entre Rei y yo como un acto de mera calentura — reclamó el Tercer Elegido.
— ¿¿Acaso no lo fue?? — estalló una enojada Misato.
Esa declaración mal intencionada fue suficiente para Shinji. No iba a aceptar esta mierda de Misato.
— ¡¡Por supuesto que no!! — reclamó de regreso un enojado Shinji — No tienes idea lo que pasó. Todo lo que vivimos Rei y yo, y lo que nos llevó a ese momento.
— No hay justificación que valga para todo esto — volvió a reclamar Misato — Me decepcionas Shinji. Hubiera esperado esto de cualquiera menos de ti, pero me equivoqué contigo.
Shinji se crispó. Esas palabras le llegaron… y le dolieron.
— ¿¿Quién rayos te crees que soy?? ¿Acaso crees que estoy con Rei solo por el sexo? — estalló Shinji, visiblemente enojado — Si fuera solo por sexo, entonces hace rato que me estaría cogiendo a la linda prima de Kensuke.
— ¡¡Shinji!! — llamó Misato, entre enojada e impactada por partes iguales.
— En serio. Esa chica se me insinúa tan descaradamente, que solo le falta lanzarse sobre mí con las piernas abiertas. Sería tan fácil como llamarla por teléfono para pedirle una cita y comenzar a cogerla como un conejo. Pero no lo hago. ¿Sabes por qué? Porque no se trata de sexo. Es porque es Rei.
Misato quedó muda ante esas contundentes declaraciones, preguntándose de paso quién era esa chica descarada de la que no tenía conocimiento hasta ahora. Pero más importante, no iba a permitir que fuera Shinji quien la pasare a llevar ahora.
— ¡¡No me levantes la voz!! — gritó una enojadísima Misato, fulminando con la mirada al chico sentado junto a ella — Y deja de hablar tan despreocupadamente de sexo. Solo eres uno niño. Rei y tú son demasiado jóvenes para estar haciendo eso.
— ¿De verdad ese es tu argumento para estar tan molesta? ¿Qué Rei y yo somos niños? — preguntó Shinji incrédulo — Eso es una completa mierda.
La bofetada de Misato fue fuerte, pero no tan inesperada. La mejilla le ardía pero Shinji se aguantó las ganas de sobarla para calmar el dolor, en cambio, le sostuvo la mirada a Misato, desafiante y molesto.
— Te vienes conmigo a NERV, ahora — dijo una indignada Misato, echando a andar el motor del auto, mientras Shinji abría la puerta de su lado y se bajaba cuando ella comenzaba a avanzar, por lo que tuvo que frenar si no quería arrastrar a Shinji por la calle.
Misato lanzó una maldición, puso el freno de mano, apagó el motor del auto y se bajó caminando en dirección a Shinji, que ya avanzaba por la acera medianamente concurrida de gente.
— Detente ahí ahora mismo Shinji Ikari. ¡¡Es una orden!! — ladró Misato con voz de mando.
Shinji se detuvo, apretó los dientes y los puños. Estaba enojado, muy enojado, como nunca antes en su vida. Lo odiaba; odiaba sentirse así, pero no cedería en esto; no solo porque Misato lo había lastimado al pensar tan poco de él, sino porque también ella había pasado a llevar a Rei. Él no iba a permitir eso. Se giró para enfrentar a la indignada mujer.
— Esto es precisamente lo que más odio de todo eso, ¿sabes? La hipocresía — dijo Shinji en forma odiosa — Me ordenas y me envías a pelear a muerte contra los Ángeles arriba de un EVA para salvar a toda la humanidad; porque nadie más puede hacerlo, porque es mi deber pese a tener 14 años. Pero cuando se trata de mi vida privada, entonces ahí soy un niño y no puedo hacer nada sin pedirte permiso primero.
Todas las personas transitaban por la calle se detuvieron y se voltearon para contemplar el intercambio entre el joven y la hermosa mujer, cuyo rostro pasaba del enojo, la sorpresa, la indignación y el enojo una vez más.
— Tú le metiste esas ideas en la cabeza a Rei — dijo Misato acusadoramente.
— ¡Porque es la verdad! — respondió un fastidiado Shinji — Hace unos minutos atrás estabas feliz porque Rei y yo estamos juntos como pareja, y luego te transformaste en un ogro cuando te enteras que tuvimos relaciones.
— ¡¡Porque son niños!! — estalló Misato.
— Pero cuando nos mandas a pelear y morir enfrentando un Ángel, nos tratas como adultos. Somos niños solo cuando le conviene NERV… y a ti — dijo Shinji, pronunciando las últimas palabras casi en un susurro, pero siendo perfectamente audible para todos los presentes.
Se produjo un tenso silencio luego de esas palabras, con Shinji y Misato enfrentados, sosteniendo la mirada del otro; Misato con un montón de pensamientos arremolinados en su cabeza, pero sin poder pensar con claridad por el enojo que se negaba a dejarla, y con Shinji ya cansado de todo eso, por lo que dio un suspiro de cansancio.
— ¿Sabes qué? Lo dejo. No voy a seguir con esto por hoy. Ya tuve suficiente. Podemos seguir peleando mañana — fueron las palabras del Tercer Elegido, antes de hacer el amago de dar la vuelta para retirarse.
— ¿A dónde crees que vas? ¿A casa de Rei? — gruñó Misato, comenzando a ser presa del enojo una vez más.
— Sí, voy a casa de Rei. Pero quédate tranquila, Rei ya no está en sus días seguros y yo no tengo preservativos. ¡¡Así que no tendremos sexo esta noche!! — regañó Shinji en forma odiosa, antes de dar media vuelta y comenzar a caminar a grandes zancadas en dirección al bloque de departamentos donde reside la Primera Elegida, cosa que indignó a Misato.
— Detente en este momento Shinji Ikari, o te juro que… — Misato no alcanzó a terminar su regaño, cuando una pesada mano se posó sobre su hombro, haciendo que se sobresaltara y se girara solo para encontrarse con alguien muy conocido para ella — ¡Kaji!
— Sugiero que te calmes — dijo el hombre de la coleta, con voz firme y una mirada seria.
— ¿Qué? ¡No! Como el infierno me voy a calmar. Shinji…
— Tuvo sexo con Rei. Sí, lo escuché. De hecho, todos aquí lo escucharon — dijo Kaji cortando a la mujer, y haciendo un gesto con la cabeza para indicarle que mirara alrededor.
Para total consternación de Misato, todas las personas que transitaban por la calle en ese momento, se habían volteado para mirar el intercambio que ella había tenido con su rebelde y sexualmente activo protegido.
— ¿Qué rayos están mirando? — gruñó la enojada mujer, logrando que todos voltearan a un lado y siguieran con sus vidas, antes de comenzar a caminar en dirección a Shinji, pero el férreo agarre de Kaji en su hombro se lo impidió — ¿Qué crees que haces? ¡Suéltame! Debo ir por el insolente de Shinji.
— No. No lo harás. No de la forma en que estás ahora. Debes calmarte primero — dijo Kaji.
— ¿Qué demonios? Suéltame ahora mismo — gruñó una molesta Misato.
— No te voy a soltar y no vas a ir a ninguna parte hasta que te calmes — dijo Kaji con voz fuerte y golpeada, mientras le daba una mirada de advertencia.
Misato se sorprendió por las duras palabras de Kaji, él nunca se enojaba, por lo que era impactante verlo en esta actitud tan seria, de hecho, no recordaba haberlo visto enojado más de dos veces en todo el tiempo que lo conocía.
— En tu estado actual, lo único que lograrás será empeorar aún más las cosas entre ustedes dos. Necesitas calmarte y pensar las cosas antes de decir algo de lo que te puedas arrepentir — dijo Kaji mirando con seriedad a la mujer.
— Pero…
— Nada de peros — cortó Kaji — Shinji también necesita enfriar la cabeza. Nunca lo había visto enojado antes. Dale algo de espacio. Sabemos dónde va. Estará bien, Rei cuidará de él.
— ¿Qué? No. No podemos dejarlos solos, ellos…
— Shinji dijo que no tendrían sexo esta noche, y le creo — afirmó Kaji mirando fijamente a Misato — Tú lo conoces mejor que yo, y deberías saberlo también. Shinji no es el típico adolescente calenturiento que piensa solo con la cabeza de abajo. Es mejor que eso.
Misato apretó los labios con fuerza. Enojada como estaba y sabiendo lo que habían estado haciendo esos dos los pasado días, no quería admitir que lo dicho por Kaji sonaba razonable, por mucho que lo odiara; además, no era precisamente de Shinji quien temía que escalara las cosas a niveles adultos. Estaba por volver a moverse en dirección al departamento de Rei, cuando dos fuertes manos la sujetaron de ambos hombros manteniéndola en su lugar.
— ¿Te parece que vayamos a tomar un par de tragos mientras me cuentas toda la historia y aprovechas de calmarte un poco? — preguntó Kaji, ahora esbozado una sonrisa, aunque sus palabras sonaban más como una orden que una invitación.
— Kaji… tú…
— Cálmate. No estás pensando con claridad. Te estás dejando llevar por el enojo. Esa no eres tú — dijo Kaji mirándola fijamente a los ojos — Te diré algo. Vamos por esos tragos, y si para cuando termines de contarme la historia sigues con gana de ir por Shinji, te acompañaré y aprovecharé de tener una charla de hombre a hombre con él.
— Eso no me tranquiliza para nada. Más bien todo lo contrario — dijo una seria Misato.
Kaji sonrió. Ya había ganado esta partida y Misato lo sabía. La mujer colgó la cabeza hacia adelante y dio un fuerte suspiro de resignación, pero con la total certeza de que iba a castigar a esos dos tortolitos por las flagrantes faltas de respeto hacia ella.
Misato sintió como era guiada gentilmente en dirección contraria a la tomada por Shinji, haciendo un gran esfuerzo por calmar el enojo que aun la consumía.
— ¿Qué hacías tú por aquí? De todos modos — pregunto Misato.
— Venía saliendo de un restaurante cuando escuché tus gritos y los de Shinji. ¿Qué gran coincidencia, verdad? — preguntó el hombre de la coleta.
— Sí… gran coincidencia — dijo una frustrada y aun enojada Misato.
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Rei miró con sorpresa hacia la puerta de su pequeño departamento al escuchar los golpes. Ella nunca recibía visitas, de hecho, Shinji era la única persona que había estado en su departamento, pero ahora él estaba con la Mayor Katsuragi, seguramente recibiendo su parte de regaños por haber tenido sexo siendo aún un par de "niños". Ese solo pensamiento hizo que el enojo volviera a ella, pero nuevos golpes a la puerta la hicieron dejar eso de lado, al menos de momento.
La chica terminó de ponerse la parte superior del pijama que le regaló Hikari y se acercó a la puerta, la abrió y se encontró con la última persona que hubiera esperado ver en ese momento.
— Shinji — dijo la chica, mirado con genuina sorpresa a su novio.
— ¿Puedo pasar? — preguntó él.
Rei contempló a su novio y de inmediato supo que algo andaba mal. Se veía ofuscado, molesto, cansado y demacrado, todo a la vez. Se hizo a un lado para darle la pasada. Shinji ingresó y cuando ella cerró la puerta fue atrapada en un fuerte abrazo. No le molestó, de hecho, le gustó. Le gustaba ser abrazada por él, pero no podía dejar de sentir que algo no estaba bien.
— ¿Shinji? — preguntó Rei, tentativa.
— ¿Podemos quedarnos abrazar un poco más? — preguntó Shinji.
— Por supuesto — respondió Rei y le devolvió el abrazo. Sus preguntas podían esperar, su novio la necesitaba y ella iba a estar aquí para él.
Continuará...
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Notas del Autor: Hola a todos. Ha pasado un tiempo pero finalmente estamos con un nuevo capítulo de esta historia.
Me tomó su tiempo escribir esto. Ha sido sin dudas uno de los capítulos más complicados hasta la fecha. El tratar de expresar el sentir de Rei y Shinji ante los cuestionamientos de una enojada Misato fue difícil de lograr. Los sentimientos y el razonamiento de Asuka igual fue algo complejo, pero a juzgar por cómo se están dando las cosas, la pelirroja no tiene mayor margen de maniobra.
Se complican las cosas para Shinji y Rei. ¿Podrán salir adelante? Está por verse.
Saludos y nos leemos.