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Chapter 35 - El que busca Venganza

Las exhalaciones agitadas siendo escuchadas por las calles en una mañana soleada era lo que se podía ver por las personas que caminaban por aquellos lugares. Dos jóvenes de similar edad, cerca de unos 14 o 15 años de edad corrían sin parar siendo perseguidos por un grupo de oficiales.

¡¿Ahora qué hiciste?! - preguntó uno de los muchachos que tenía un parche en uno de sus ojos.

- ¡Yo no hice nada malo … solo intentaba ayudar! - exclamó el otro joven a su costado.

- ¡Entonces ¿Por qué tienes esa cartera en tus manos?! 

- ¡Es un malentendido!

Las voces de los oficiales ordenaban que se detuvieran, pero la agilidad y velocidad de aquellos jóvenes permitió que se escaparan sin ser capturados.

Había pasado cerca de unos veinte minutos y, debajo de un puente, estaban aquel par escondidos.

¡¿Están seguros que vinieron por aquí?! - preguntó el oficial de mayor rango.

- ¡Sí, señor! ¡Incluso las personas de alrededor nos dijeron eso!

De pronto, otro oficial se acercó diciendo que habían visto a ese par cerca de un malecón. Aquel grupo de oficiales se dirigió a aquel lugar.

¿Qué pasa contigo, Valentin? … ¿acaso no sabes que tengo una reputación que mantener? - comentó el joven de parche en su ojo algo exhausto.

Perdón … ya te dije que fue un malentendido.

- Entonces, explícate … ¿Qué sucedió?

 

La mañana había sido sin problemas, aquel joven de cabello lisos peinado en forma de libro o como otros lo llamarían, aesthetic, caminaba con ropa ligera: un polo blanco, una chaqueta ligera y una bermuda. Aquel joven llamado Valentín parecía estar paseando por el lugar sin rumbo fijo.

- Hahh … todavía tengo que esperar media hora … ¿Qué hago ahora? Ya me recorrí por todos los alrededores, pero no puedo irme más lejos … tendré que esperar a Li … … aunque no puedo estar quejándome, el que me haya traído consigo como turista ya es bastante. 

Mientras que el joven estaba recostado sobre un árbol de aquella calle, estaba mirando como la gente caminaba, en especial a un grupo de señoras de edad quienes parecían algo presuntuosas al tener ropas de diseñador y carteras de marca.

- Sí … esas son personas con las que no me gustaría ni verlas en pintura. 

Sin embargo, el joven no apartó su mirada, sino que percibió a dos jóvenes que vestían chaquetas encapuchadas quienes caminaban cerca de aquel grupo de señoras.

- ¿? … No será lo que pienso que es … pero es a plena luz del día.

Uno de aquellos jóvenes tomó a la fuerza una de las carteras de aquellas mujeres cuando estas estaban distraídas.

El grito no se demoró en aparecer.

- ¡UN LADRÓN!

Solo aquel joven que tomó la cartera salió corriendo, mientras que el otro disimulaba ignorancia.

- Oh … parece que esto es planeado, ¿acaso irán por las demás carteras?

Algunos hombres cerca del lugar fueron detrás de aquel ladrón dejando algo descampado el lugar; por otro lado, los que se quedaron llamaron a la policía; sin embargo, el otro encapuchado seguía cerca de aquellas señoras como si estuviera inspeccionando el área.

Bueno, no es mi problema … esas mujeres se los buscaron. - dijo Valentín.

Al momento, aquel encapuchado tomó los otros bolsos de otras dos mujeres simultáneamente y se comenzó a escapar.

¡Pero reafirmo mi pasión por la justicia impidiendo este robo de todas formas! - exclamó el joven al ver a aquel otro ladrón.

Las mujeres notaron que sus bolsos habían sido tomados y, al momento de voltear, vieron a dos varones corriendo. Sí, uno de ellos era Valentín; sin embargo, el grito que dieron estas mujeres fue una acusación a aquellos dos tratándolos de cómplices.

 - Sí, yo lo vi al otro tipo recostado en un árbol observando a todo mundo. - fue el comentario que daban aquellas personas los que hacían incrementar el malentendido.

Cerca de unos cinco minutos, Valentín pudo alcanzar a aquel ladrón tumbándolo en el piso cerca de un pasadizo donde no había mucha gente.

- ¡¿Quién mierda eres?! - exclamó el ladrón tratando de zafarse.

- Alguien como tú … no necesita saberlo.

De repente, se escucharon el sonido de alamas de policía y algunas voces.

- Ya era hora de que aparecieran … ya fuiste. - comentó Valentín confiado.

¡Ahí están, atrapen a los dos ladrones! - Fue lo que escuchó el joven decir.

- ¡¿Qué?!

Ambos jóvenes se vieron la cara y el ladrón sonrió, pues sabía que lo consideraban al muchacho frente a él como su cómplice.

¡Maldición! - exclamó Valentín y salió huyendo sin darse cuenta que había tomado una de las carteras.

Inconscientemente, el joven regresaba por el camino que conocía lo que lo llevaba a un gran edificio donde estaba saliendo un joven con un parche en su ojo y detrás de él un par de hombres de traje negro.

- Buen trabajo. - dijo uno de los hombres.

Sí, igualmente … por otro lado, ¿Dónde está Valentín? - preguntó el muchacho.

- Bueno, dijo que no quería guardaespaldas y que estaría por aquí cerca.

- Ya veo …

En un momento, aquel joven escuchó una voz familiar.

- ¡Liiiiii, correeeee!

El joven de parche miró a su izquierda y notó la presencia de su conocido; sin embargo, detrás de él había un grupo de policías; de repente, escuchó el sonido de sirenas de las patrullas.

¿? Hay no, ¿ahora que hiciste? - murmuró el muchacho.

Tomándolo con él, Valentín y Li corrieron juntos, los transeúntes prontamente pensaron que ambos eran ladrones.

 

Y bueno, lo demás es historia. - comentó Valentín después de haber explicado lo sucedido.

Ya veo, con que eso sucedió. - se escuchó otra voz.

Los dos jóvenes miraron hacia arriba del puente donde estaba un hombre vestido de oficial quien estaba sonriendo.

Eres tú, Ralph … vamos hombre … No me asustes de esa manera. - comentó Valentín.

Bueno, alguien debía despistarlos, ¿no es así? … Bueno, el coche nos está esperando, así que vámonos. - comentó aquel hombre llamado Ralph.

 Aquel día se daba terminado para los dos jóvenes, pero en una de las habitaciones del hotel donde se estaban hospedando, estaba el joven quien fue confundido por un ladrón y, en sus manos, estaba la cartera que había tomado por accidente.

El joven, a diferencia de antes, estaba algo serio.

No me quedaré con esto … iré a devolverlo y aclararé el malentendido personalmente. - comentó el joven.

No lo hagas … ¿acaso tu mismo no dijiste que esas mujeres se comportaban presumidas? … pues esa es la consecuencia de sus actos. - comentó el joven de parche quien había entrado de repente a aquella habitación.

Valentín sonrió.

Aunque sea así, yo no cargaré con la culpa de tener sus pertenencias … además no quiero que te involucren de alguna manera … no podría dormir tranquilo sabiendo esto.

- … No te preocupes por eso.

- No digas eso … sé que hay cámaras que pudieron registrarnos … mira, tengo varias tarjetas que indican el mismo lugar, una especie de fábrica, supongo que trabajaran ahí o algo por el estilo. Hoy en la noche iré allá a entregárselos.

Si tanto quieres devolvérselo ¿Por qué no esperas mañana temprano y vas a una comisaria a devolver esa cartera?

- Nop … conociéndolos seguro me pondrán en una celda y no voy a pedirte tu ayuda para que me saques de ahí … esto lo haré solo.

El muchacho suspiró.

Escucha, Valentín; no es necesario - …

- ¡Suficiente, Liam! Sabes que no voy a cambiar de parecer. - exclamó el joven.

 El joven rápidamente se alisto en ese momento y se fue, no sin antes despedirse.

- Escucha, Liam … ya con haberme traído de visita a este país, me es demasiado; no planeo traerte más problemas. - comentó Valentín amablemente.

Liam sonrió.

- Esta bien, pero ten esto. - dijo Liam al lanzarle un especie de pequeño dispositivo de color negro.

- ¿Qué es esto?

- Es una pequeña ayuda, ya que no te acompañaré. Solo tenlo contigo.

… Está bien. - fue lo último que dijo el joven antes de retirarse.

Habiéndose despedido de los demás, con el ultimo que habló en ese día fue con Ralph.

Dile a Liam que no se preocupe, voy y vengo. El lugar no queda lejos tampoco. - comentó Valentín antes de irse de aquel hotel.

- Así que eso dijo … bueno, no es como si no lo conociera … después de todo somos amigos desde que nacimos. - comentó Liam quien veía por la ventana de su habitación y detrás de el estaba aquel hombre llamado Ralph.

- Tiene razón, siempre ha sido algo imprudente, pero de buen corazón … tan solo esperemos pacientemente … además tenemos el GPS, ¿no es así?

- Ha ha ha … no se lo cuentes.

Aquella noche, Valentín no regresó, pero Liam no se preocupaba mucho, pues no era la primera vez que pasaba algo así; sin embargo, al día siguiente, no hubo reporte por parte del joven. Su celular estaba apagado.

Llegó la tarde de aquel día y aún no había algún indico de aquel joven, por lo que Liam se propuso a ver dónde estaba la ubicación de l GPS puesto en Valentín.

Reunidos en una pequeña sala, Liam, Ralph y dos sirvientes más de confianza veían en la televisión frente a ellos un punto rojo ubicado en el mapa virtual. Aquel punto no se había movido por horas.

- ¿Ustedes creen que … se dio cuenta? - comentó la joven sirvienta.

No creo … ese dispositivo no muestra por ninguna parte ser un GPS. - dijo el otro sirviente que era un hombre mayor.

Yo creo que puede que se le haya caído … Valentín siempre ha sido descuidado. En todo caso, ¿Qué hacemos, joven maestro? - preguntó Ralph.

Liam estuvo algo fastidiado por aquel asunto y decidió ir hasta donde indicaba el GPS junto con sus tres sirvientes.

Entrando en el auto, Liam dio órdenes explicitas.

Valeria, Johan, Ralph … dieron ordenes al resto si es que Valentín regresa, ¿verdad?

- Sí, señor … nadie lo dejará escaparse.

- Bien … entonces, vámonos.

Aquel pequeño grupo fue primero, luego, detrás de ellos, fueron otro grupo como respaldo.

Pasó cerca de una media hora hasta que llegaron; ciertamente, no era muy lejos de donde estaban, pero lo que a ellos le sorprendieron fue de que era una fábrica, tal como había dicho Valentín, pero estaba abandonada.

El lugar en donde estaban era una zona industrial.

Poco a poco comenzaba a anochecer, pero aquel grupo no dudaron en ingresar a aquel lugar hasta llegar donde indicaba el GPS.

Caminaron por varios lugares, tratando de ingresar.

Lo que estamos haciendo … ¿es legal? - comentó Valeria.

Claro que no. - respondieron todos.

«Hahh … lo que me hace este tipo hacer.» pensaba Liam con respecto a Valentín mientras caminaba.

Siguieron recorriendo el lugar viendo la forma de cómo ingresar, pues desconocían las rutas de aquella fábrica.

Habiendo llegado después de una hora a unos cuantos metros de donde indicaba la ubicación, había una gran puerta de hierro frente a ellos que estaba cerrada.

Este era el único obstáculo para llegar; sin embargo, pudieron notar una ventana con la luna rota que les permitiría ingresar.

Oigan, no miren hacia arriba. - comentó Valeria mientras era cargada por uno de los hombres para que pasara por la ventana.

Posteriormente fue Liam quien ingresó y estando dentro del lugar solo notaron maquinarias empolvadas y grandes telas en el suelo.

¿En serio Valentín llegó hasta aquí? ¿Por qué? - comentó Valeria.

Mientras caminaban con cuidado, el lugar era oscuro y no se podía ver bien lo que había en su camino; por tanto, los sirvientes prendieron las linternas de sus celulares y, antes de poder revisar donde estaba el GPS, vieron a lo lejos algo parecido a un desmonte en medio del lugar.

Inmediatamente observaron que ese lugar era en donde indicaba el GPS; por tanto, se fueron a ver.

La sorpresa fue estremecedora, aquel desmonte en realidad era el cuerpo de una mujer.

¡¿Por qué hay un cuerpo aquí?! - exclamó Valeria.

No lo sé … puede que se haya aventurado a este lugar. - comentó Johan.

Cada uno sacaba sus hipótesis, pero una afirmación los dejó perturbados.

- Esta mujer … está muerta. - dijo Ralph.

Todos quedaron impactados al escucharlo.

- ¿P-Por qué dices eso? … Puede que esté solo desmayada. - dijo Valeria.

- Tómenle el pulso, pero no la volteen.

Al hacer esto, ciertamente se dieron cuenta que estaba muerta y no solo por su signo vital, sino que el cuerpo estaba totalmente frio.

- ¿Q-Qué ha pasado aquí? … Y, más aún, ¿Dónde está Valentín? - comentó Johan con gran preocupación.

«Esto no me está gustando … espero que no sea lo que …» pensaba Ralph antes de que un ruido y un gemido perturbaran sus pensamientos.

- J-Joven maestro … por favor regrese. - comentó uno de los hombres de respaldo que estaba al lado de Liam, mientras que otro estaba tumbado en el suelo viendo todos estos a la entrada que estaba sellada.

¿De qué están hablando? - preguntó Ralph.

Fue en ese momento que vio al lugar donde Liam había alumbrado con la linterna de su teléfono; era la gran puerta de hierro, pero lo perturbador era lo que colgaba en ella.

El cuerpo de un joven descuartizado y desnudo atado a unas cuerdas de hierro que colgaba desde el techo y la puerta de hierro mientras se desangraba era la vista que todos pudieron ver. Al ser más minuciosos, todos se dieron cuenta que sí, era Valentín. Detrás de él habían marcas extrañas de sangre cubriendo la puerta.

¿P-Por qué? … E-Esto es … - comentaban los presentes.

Ralph, Johan y Valeria quedaron totalmente perturbados, pero luego sus pensamientos recayeron en querer saber cómo había reaccionado Liam.

Bajen el cuerpo. - fue la orden que dio Liam, el tono de su voz era monótono e indiferente. No volteó ni mostró algún sentimiento.

Los hombres hicieron tal como había ordenado, pero los tres servidores de confianza quedaron preocupados.

Valeria quiso ir y abrazar a Liam, pero antes de poder hacer algo, el joven, con una mirada fría pero llena de lágrimas, habló.

- Nos llevaremos también el cuerpo de esa mujer … trátenla con cuidado.

Otro grupo fue como se ordenó.

- L-Liam … ¿e-estás …? - comentaba Johan consternado, pero fue interrumpido por el muchacho.

- Mira, Johan … puedes ver que hay un escrito en la puerta … la tinta fue su sangre. - comentó indiferente el niño.

Todos pusieron atención a lo que Liam se refería, entonces lo último que dejó su en desesperación el corazón de todos fue el mensaje escrito.

 

Para la próxima, no juegues a ser el héroe.

 

Al tomar los cuerpos, los hombres informaron que había extrañas marcas en sus rostros de ambos cadáveres. Era un símbolo que unía la letra L y F. Nadie sabia a que se refería esto.

Al momento en que Liam se acercó a ver el lugar donde había estado la mujer, había un pequeño trozo de papel en el suelo. Al leerla, había un escrito.

 

Los encontramos operando en una fábrica abandonada en Madrid. La dirección es est …

Parece ser que … … cidos como Le Front.

Tengan cuidado.

El Observador.

 

Este mensaje fue leído por los demás y entonces al entender las iniciales de aquel nombre, pudieron entender que aquellas marcas en el rostro de los dos cuerpos.

En ese momento, como si fuera una voz que viniera de repente a sus pensamientos, Liam recordó aquellas palabras: Dile a Liam que no se preocupe, voy y vengo. El lugar no queda lejos tampoco.

Las lagrimas del niño brotaron aún más y, al caer al suelo, comenzó a llorar mientras reía.

Todos los presentes quedaron preocupados de aquel niño y la única sirvienta fue a abrazarlo sin que nadie la detuviera.

No te preocupes … todo estará bien. - le decía Valeria tratando de consolarlo.

Ha ha … Voy y vengo, ¿eh? - fue lo único que se pudo escuchar que dijo el niño en repetidas ocasiones.

Todos se apresuraron para irse del lugar sin demora alguna.

 

- Oye, Liam … ¿estás escuchándonos? - oyó el muchacho quien parecía despertar de una hipnosis.

El joven quien estaba en un bus rumbo a Madrid volteó su mirada para ver quien lo llamaba.

Oye, te toca … cuéntanos algo de tu vida. - comentó Glen.

El muchacho se dio cuenta que las miradas del resto estaban puestas sobre él.

Liam sonrió.

- Si ustedes me cuentan lo que ocultan primero, entonces hablaré.

Oh, vamos … no seas así …

Los jóvenes quedaron algo frustrados por aquella respuesta. Siendo así, faltaba menos de dos horas para llegar a su destino.