El sol se filtraba entre las frondosas ramas del Bosque Encantado, pintando el suelo con destellos dorados. Lysandro, con su cabellera dorada y su ropa un poco desgastada, se movía con gracia entre los árboles centenarios, recogiendo hierbas y flores para sus pociones. El susurro de las hojas y el canto de los pájaros formaban una melodía.
Sin embargo, esa calma se vio interrumpida cuando Lysandro tropezó con algo enterrado bajo las raíces de un roble ancestral. Desenterró cuidadosamente un antiguo amuleto, tallado con símbolos arcanos y envuelto en un aura de poder oscuro. Intrigado, lo sostuvo entre sus manos y sintió un escalofrío recorrer su espalda.
De regreso a su cabaña, Lysandro consultó sus pergaminos y libros de hechicería en busca de pistas sobre el misterioso amuleto. Mientras tanto, en las sombras del reino, una antigua maldición comenzaban a cobrar fuerza, trayendo consigo una oscuridad sobre todos los habitantes.
El atardecer tiñó el cielo de tonos púrpuras y naranjas mientras Lysandra se sumergía en el estudio de los textos antiguos. De repente, una figura encapuchada emergió de entre los árboles, con los ojos brillantes como brasas ardientes. Era Kyros, un guerrero errante con un pasado enigmático y un corazón lleno de secretos.
"¿Qué haces aquí, forastero?", preguntó Lysandro con cautela, manteniendo el amuleto oculto a la vista.
Kyros se acercó con pasos silenciosos, su mirada penetrante escudriñando el rostro de el joven hechicero. "He venido en busca de respuestas", respondió en voz baja. "Hay fuerzas en movimiento que amenazan con sumir al reino en la oscuridad. Y creo que tú y ese amuleto tienen un papel crucial en todo esto".
Una chispa de intriga brilló en los ojos de Lysandro mientras contemplaba al enigmático guerrero. "¿Qué quieres decir con que yo tengo un papel crucial?" Y "¿Cómo sabes que tengo este amuleto?"
Lisandro estaba cauteloso con Kyros.
Kyros le respondió despreocupado "Es por qué yo puedo sentir la energía oscura del amuleto y se que tú lo tienes" "Y como el amuleto te ha elegido tengo el deber de servirte y hacerte más fuerte para que me ayudes a enfrentar este terrible problema" dijo un poco preocupado Kyros.
Lysandro piensa (Como voy a ser elegido si este amuleto me lo encontré por casualidad debajo de un árbol) Lysandro le pregunta "Este amuleto que poderes tiene como para que yo un humilde campesino tenga que ayudar a una persona que aparece de la nada y me dice un montón de patrañas".
Kyros le responde desprecupado "Aún no puedes saberlo hasta que me dejes servir y darte un entrenamiento para q puedes ver con tus propios hojos el poder que puede llevar este amuleto"
"¿Así que me estás diciendo que tengo que ser tu maestro y tener un entrenamiento para poder saber que poderes tiene este amuleto?".
Kyros le responde con enojo "Así es...".
Lysrando un poco pensativo "Tengo que pensarlo por que no sé si eres malo"
Kyros piensa para si mismo (Este campesino no sabe lo poderoso que es este amuleto y aún así me dice que lo tiene que pensar, que desperdicio de tiempo si en dos días no me da una respuesta lamentablemente tendre que matarlo)
Dos días después Kyros está en una mesa de madera y le pregunta un poco enojado "¿Ya tienes la respuesta?"
Lysandro le responde indiferente "Si, seré tu maestro pero con una condición"
"¿Cuál condición....?' Le responde Kyros.
"Que cada vez que te pregunté una cosa me la tienes que decir"
Kyros sorprendido "Está bien maestro" y se le arrodilla.
Lysandro sorprendido por el gesto que hizo Kyros "Levántate apenas nos conocemos"
"Está bien, maestro" y se levanta.
Lysandro le pregunta a Kyros "¿Cuando me vas a entrenar? Con emoción por ya querer entrenar.
"Desde el día de mañana a las 6 a.m y terminamos a las 5 p.m para que descanses y todos los días días a tener ese entrenamiento por dos años"
Lysandro sorprendido y asustado" ¡Qu- Que por dos años!" Eso es mucho tiempo" respondió Lysandro.
" Agradece por que si no fuera por el amuleto te tardarás al menos 11 años para por lo menos estar a la altura de un caballero de tu reino con ese cuerpo mediocre que tienes" le responde Kyros
"¡¡¿11 años me estás diciendo?!!" Sorprendido
"Así es..."
Lysandro piensa para si mismo (¡¡Maldición!!, ¿tan mediocre soy? Tengo que volverme fuerte.)
Llegó la noche, Lysandro y Kyros se fueron a dormir para que el día de mañana se fueran a entrenar.
[Kyros, era un soldado del ejército del Inframundo y su rey había muerto en una lucha contra los angeles y el maestro en sus últimos minutos de vida le dijo a Kyros que "algún día muy lejano van a venir los angeles para esclavisar a todos en el mundo a demonios, humanos, elfos, enanos y a ti el último que queda de mi imperio y un elegido por mi amuleto los va a salvar todos en el mundo y quiero que tu entrenes a esa persona que sea elegido" despues de decir eso el muere el trabajo de Kyros es salvar a todo el mundo.]
La mañana siguiente, el sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte cuando Lysandro y Kyros se encontraron en el claro del bosque. El aire fresco vibraba con la anticipación del entrenamiento por venir.
Kyros observó a Lysandro con detenimiento, evaluando su postura y determinación. "Antes de empezar, necesitas comprender que este entrenamiento será arduo y demandante. Pero es necesario si queremos desbloquear el verdadero potencial de ese amuleto y prepararte para el desafío que enfrentaremos juntos".
Lysandro asintió con seriedad, mentalmente preparándose para lo que estaba por venir. "Estoy listo para enfrentar cualquier desafío que sea necesario", declaró con determinación.
El guerrero asintió con aprobación. "Bien, comenzaremos con ejercicios básicos de resistencia y fortaleza física. Después, nos adentraremos en el combate cuerpo a cuerpo y el dominio de armas. Pero recuerda, la verdadera fuerza proviene del equilibrio entre cuerpo y mente".
El entrenamiento transcurrió entre sudor y esfuerzo, con Kyros empujando a Lysandro más allá de sus límites físicos y mentales. Cada día, el joven hechicero se encontraba más fuerte, más ágil, más conectado con el flujo de la energía.
Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Lysandro y Kyros se sumergieron en un ciclo de entrenamiento implacable, cada día más cerca de desentrañar los secretos del amuleto y prepararse para el inevitable enfrentamiento con las los angeles.
Sin embargo, el entrenamiento no estuvo exento de desafíos. Hubo momentos de frustración y dolor, momentos en los que Lysandro cuestionó su capacidad para cumplir con el destino que se le había impuesto. Pero cada vez que flaqueaba, Kyros estaba allí para recordarle su propósito y reavivar su determinación.
Una tarde, mientras practicaban técnicas de combate, Kyros detuvo bruscamente el entrenamiento y miró a Lysandro con seriedad. "Ha llegado el momento de que comprendas la verdadera naturaleza de ese amuleto y el poder que encierra", anunció solemnemente.
Lysandro asintió, preparándose para lo que estaba por venir. Kyros sacó el amuleto de su bolsa y lo sostuvo frente a ellos, dejando que la luz del sol se filtrara a través de sus intrincados grabados. "Este amuleto es más que una simple reliquia. Es una llave, una herramienta para canalizar y controlar las fuerzas arcanas que nos rodean y te va doler mucho vas a sentir que tú cuerpo se te despedasa pero tienes que resistir ".
Con manos temblorosas, Lysandro extendió la mano hacia el amuleto, sintiendo su energía palpitar bajo sus dedos. "¿Qué debo hacer?", preguntó con reverencia.
Kyros le miró con intensidad. "Debes abrir tu mente y tu corazón a las energías del amuleto. Debes permitir que fluyan a través de ti, que te guíen y fortalezca más tu cuerpo".
Lysandro cerró los ojos y respiró profundamente, concentrándose en el poder latente dentro del amuleto. Poco a poco, comenzó a sentir como su cuerpo se despedazaba, una corriente de energía que se extendía desde el amuleto hasta su propio cuerpo. Con cada respiración, su cuerpo se fortalecía, inundando su mente con visiones y su corazón con determinación.
Cuando finalmente abrió los ojos, una nueva comprensión brillaba en su mirada. "Lo veo", murmuró, maravillado. "Ve... Veo el potencial, el poder que yace dentro de este amuleto".
Kyros sonrió con satisfacción. "Ahora que has despertado a su verdadero poder, estamos un paso más cerca de nuestro objetivo final. Pero el camino por delante sigue siendo peligroso y lleno de desafíos. Necesitamos seguir entrenando, seguir preparándonos para lo que está por venir".
Y así pasaron los dos años de entrenamiento Lysandro ya estaba a la altura a un caballero de nivel medio pero eso no le sorprendió apenas tenía 18 años y ese era un logro inimaginable con que siga entrenando y luchando contra otros puede hacerce más fuerte.
Así acaba el primer capítulo de esta historia.