Chapter 8 - El Camino a Casa

El sol estaba en lo alto del cielo cuando Lysandro y Aria emprendieron su viaje de regreso al hogar de Lysandro. Habían dejado atrás la cabaña de madera y se adentraron en el bosque, con determinación en sus corazones y la promesa de aventuras futuras en sus mentes.

El camino de regreso estaba lleno de silencio, pero no era un silencio incómodo. Era el tipo de silencio que solo se encuentra entre dos personas que comparten una conexión profunda, una comprensión mutua que trasciende las palabras. Lysandro caminaba a paso firme, con Aria a su lado, disfrutando de la compañía del otro mientras avanzaban por el sendero familiar.

A lo largo del camino, compartieron historias y recuerdos, hablando de sus experiencias pasadas y de los desafíos que habían enfrentado juntos. Aria contó sobre las muchas batallas que había librado como guardiana del bosque, protegiendo a su hogar de todo tipo de amenazas, desde bestias salvajes hasta intrusos indeseados. Lysandro escuchaba con atención, admirando la valentía y la determinación de su compañera mientras compartía sus propias historias de su vida antes de encontrarse con ella.

Con cada paso que daban, el paisaje cambiaba a su alrededor. El bosque se abría paso hacia praderas verdes y colinas ondulantes, y el aire fresco de la naturaleza los envolvía en una sensación de libertad y serenidad. Aria señalaba hacia las diversas criaturas que habitaban el bosque, desde ciervos y conejos hasta aves de todo tipo, mientras Lysandro observaba maravillado la diversidad y la belleza de la vida silvestre que los rodeaba.

A medida que avanzaban, el sol comenzaba a descender lentamente en el horizonte, pintando el cielo con tonos dorados y rosados. Se detuvieron junto a un arroyo para descansar y refrescarse, sumergiendo sus pies en el agua fría y clara mientras compartían un momento de paz y tranquilidad.

"Es hermoso aquí", murmuró Lysandro, admirando el paisaje que se extendía ante ellos.

"Es mi hogar", respondió Aria con una sonrisa. "Y ahora es un poco tuyo también".

Lysandro asintió, sintiendo una calidez en su corazón ante las palabras de Aria. Había encontrado un hogar en el bosque y en la compañía de su valiente compañera, y sabía que siempre sería bienvenido allí.

Después de un breve descanso, reanudaron su viaje, con la determinación renovada de llegar a su destino antes de que cayera la noche. El camino se volvió más familiar a medida que se acercaban al hogar de Lysandro, y pronto comenzaron a reconocer los árboles y las colinas que marcaban el camino.

Finalmente, al atardecer, llegaron a las afueras de la aldea donde vivía Lysandro. El aire estaba lleno de emoción y anticipación mientras se acercaban al lugar que él había llamado hogar durante toda su vida. Aria lo miró con una sonrisa alentadora, sabiendo que este era un momento importante para él.

"Estoy emocionado de que conozcas a Kyros", dijo Lysandro, con los ojos brillantes de emoción. "Estoy seguro de que te va encantar conocerlo".

Aria asintió, sintiéndose honrada de ser parte de este momento especial en la vida de Lysandro. Juntos, avanzaron hacia la aldea, con el corazón lleno de esperanza y alegría por lo que les esperaba.

A medida que se acercaban a la casa de Lysandro, fueron recibidos por Kyros. La puerta se abrió de par en par, y Kyros salió caminando para felicitar a su maestro.

"Maestro Lysandro, has vuelto", exclamó, cogiéndole el hombro con fuerza. "¡Te he estado esperando!"

Lysandro contento por la felicitación de kytos, sintiendo una oleada de admiración. Luego se apartó para presentar a Aria, quien había estado observando la escena con una sonrisa cálida en el rostro.

"Kyros, esta es Aria", dijo Lysandro, orgulloso. "Es mi compañera de viaje y una amiga".

Kyros miró a Aria con curiosidad y sorpresa, pero luego se dió cuenta de lo fuerte que era.

"Es un placer conocerte, Aria", dijo. "Cualquier compañero de Lysandro es bienvenido en nuestra casa".

Aria asintió con gratitud, sintiéndose bienvenida y aceptada por el mentor de Lysandro. Se presentaron el uno al otro, compartiendo historias y risas mientras se dirigían hacia la casa para cenar juntos y ponerse al día.

La noche pasó rápido, llena de conversaciones animadas y risas compartidas. Aria se sentía como en casa, disfrutando con Kyros y Lysandro y el afecto que compartían entre ellos. Era evidente que Lysandro había sido entrenado por mucho tiempo pero para ser el mentor de Lysandro es muy agradable, y ella pensaba que iba ser muy rudo.

Cuando llegó la hora de retirarse, kyros y Lysandro ofreció a Aria una habitación para pasar la noche, asegurándose de que estuviera cómoda y bien atendida. Aria aceptó con gratitud, sintiéndose agradecida por la generosidad y la hospitalidad de su anfitrión.

Antes de acostarse, Aria se asomó por la ventana y contempló las estrellas brillantes en el cielo nocturno. Se sentía agradecida por el día que habían tenido y emocionada por lo que el futuro les deparaba a ella y a Lysandro. Sabía que habían superado muchos desafíos juntos, pero también sabía que aún les esperaban muchas aventuras por delante.

Con el corazón lleno de esperanza y determinación, se acostó en la cama y cerró los ojos, dejando que el sueño la llevara a un mundo de paz y serenidad.

Cuando Aria se acostó a dormir, Kyros se dirigió a cuarto de Lysandro para decirle algunas cosas.

"Lysandro, para volverte más fuerte tendrás que matar a humanos...." Con suma preocupación.

"Qu- ¿Qué?" Lo dice con confusión.

"¿Matar dices?"

"Así es...."

"Y también tienes que saber sobre la magia" dijo Kyros.

"No entiendo lo que ma tratas de decir" dice Lysandro con confusión.

Kyros antes de irse le dijo "El día de mañana hablamos sobre eso, así que duerme".