Chapter 25 - Pelopié

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—¿Eh? —Leonel estaba confundido—. Él sabía sobre el nivel de relación de los PNJ porque Ren se lo había explicado antes, pero no sabía ni le importaba la gravedad de tales cosas.

—¿Rufián? —murmuró Leonel.

Él miró a Ren e inclinó su cabeza con una flor creciendo sobre ella y una sonrisa lobuna en sus labios. —Ren, creo que al gnomo feo no le gusto.

Ren se llevó la mano a la cara, e inmediatamente empujó a Leonel hacia el Hada cuando Pelopié estaba a punto de derribarlo al suelo.

—Leo, ¿por qué no echas un vistazo a los artículos aquí mientras hablo con Pelopié? Necesito tener mi subclase primero.

—Está bien. Está bien —dijo Leonel sin importarle y se dirigió hacia el Hada. Frotándose las manos, dijo:

— Muéstrame lo que tienes.

El Hada brilló, con las mejillas llenas y los labios fruncidos. —¡Aquí tienes!

—C O M E R C I A N T E

S I N C L A S E

❶ A R T Í C U L O S

● Elixir (100 000 gil)

—el muy buscado Elixir Milagroso!

—restaura HP y MP completamente

● Poción de HP Completa (5 000 gil)

—restaura HP completamente

● Poción de MP Completa (10 000 gil)

—restaura MP completamente

● Panacea (5 000 gil)

—cura todos los efectos de estado

❷ A R M A

● Excalibur (4 700 000 gil)

—una espada de una mano que solo verdaderos caballeros pueden empuñar.

—FUER +47

❸ A R M A D U R A (4 000 000 gil)

● Armadura de Platino

—una armadura plateada que es un espectáculo para la vista

—DEF +40

❹ E S C U D O

● Escudo de Platino (2 000 000 gil)

—un escudo plateado que es un espectáculo para la vista.

—HP + 20 000, DEF +20

❺ A C C E S O R I O S

● Zapatos de Hada (2 000 000 gil)

—este par de zapatos alados te llevarán a donde quieras ir

—ignora restricciones de terreno

—DEF +4, AGI +10

● Guanteletes de Platino (500 000 gil)

—su brillo plateado es un espectáculo para la vista

—HP +10 000, DEF +10

● Pluma de la Reina de las Hadas (40 000 000 gil)

—una pluma caída de la Reina de las Hadas.

—INVOCAR, Titania, la Reina de las Hadas

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—¡Vaya! ¿Qué diablos pasa con todos estos ceros? ¡Son jodidamente caros! —Leonel revisó sus 2 435 gil antes de mirar al Hada con la boca abierta—. ¿Quién diablos podría permitirse esto?

Nadie. Pensó Ren.

Los artículos que vendía el Comerciante Sin Clase eran objetos de mediados a finales de juego, así que claro, la etiqueta de precio era ridícula. Y los artículos cambiaban, ajustándose a la raza y clase del jugador que inspeccionaba sus mercancías.

De todos modos, tener esos objetos desde el principio te catapultaría a la cima. Lástima que para cuando la moneda dentro del juego fue introducida, el Comerciante Sin Clase ya andaba deambulando por todo ARCADIA y haría falta una suerte extrema para reencontrarlos.

Incluso Ren, el jefe del departamento de recolección de información, no sabía dónde aparecerían a continuación.

En el pasado, cuando la moneda del juego estaba empezando a tener efecto, aquellos que los encontraron al principio del juego sufrieron pérdida de cabello de la frustración. Porque se encontraban al azar, la mayoría no llevaba suficiente dinero para sus artículos, y fue para siempre el arrepentimiento de sus vidas.

Si tan solo hubieran adquirido esos objetos, seguramente estarían entre los primeros en las clasificaciones en la parte media y final del juego.

Ren dejó a Leonel con el Hada y caminó hacia Pelopié.

—¿Ese enano feo es tu amigo? —Preguntó Pelopié en cuanto vio a Ren en su campo de visión.

Ren podría decir 'no' porque tenía miedo de que su nivel de relación con Pelopié bajara a Rufián, y no le daría la Subclase de Arcanista.

Pero...

—Sí —respondió Ren sin un ápice de arrepentimiento. Le debía demasiado a Leonel para ignorarlo de nuevo.

Preferiría hacer la difícil misión para convertirse en Arcanista que pretender que él y Leonel no se conocían solo por el bien del juego.

La cara de Pelopié se arrugó en un ceño fruncido.

—Dile que nunca pise frente a mí, o le cortaré la barba con mi 'gran nariz puntiaguda'. ¡Hmp! —Augh... Ren estaba contento de que no hubiese habido una bajada en su nivel de relación, pero Pelopié era como Leonel. ¡Ambos son inmaduros y bajitos!

—Hmm... Veo que todavía eres un mortal —Pelopié se frotó la barbilla puntiaguda y observó a Ren de arriba abajo.

Finalmente, pensó Ren.

La cara de Pelopié se tornó solemne mientras se sentaba recto en el asiento del conductor y se inclinaba hacia Ren antes de hablar con una voz chirriante.

—Permíteme contar una historia, aventurero —Allá vamos. Ren no quería saltarse nada y arriesgarse a que su relación bajara y perder esta oportunidad única en la vida de conseguir la Subclase de Arcanista tan temprano en el juego.

De hecho, si un jugador con una subclase ya existente se acercaba a Pelopié, este último simplemente lo ignoraría y fingiría dormir en el asiento del conductor de su carreta.

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—Mi nombre es Pelopié, y yo también fui un aventurero gnomo, como tú muchacho. Un día me topé con un interesante objeto mágico durante mi carrera como mercenario.

—¿No dijiste que eras un aventurero? —interrumpió Ren.

—¡Shhh! Deja que termine primero.

Ren cerró los labios con fuerza.

Pelopié tosió antes de continuar —Como decía. Yo era un gnomo buscador de tesoros. Encontrar reliquias perdidas y olvidadas era mi juego.

Augh . . .

—¡He aquí, este es el Collar Perdido de los Dioses! —Pelopié dijo y le mostró a Ren el collar en su cuello.

—¡Esto permitiría a simples mortales como tú entrar en el camino de la divinidad!

Lo dudo, pensó Ren, aunque su cara aún escuchaba seriamente las tonterías de Pelopié.

—He viajado a través de aldeas, pueblos, ciudades, reinos, reinos y he ayudado a muchos seres como tú en el camino de los Dioses. Ahora... es tu turno, aventurero. ¿Estás listo para convertirte en un Dios?

Augh... esa línea era tan cursi, pero Ren aún logró asentir con la cabeza. Ni siquiera podía hablar por las ronchas que le brotaban en la piel, y no era por su futura subclase, eso era seguro.

Pelopié asintió. —Hmm... muy bien. Entonces coloca tu mano sobre el cristal y llama al deseo de tu corazón!

Mi deseo es dinero, pensó Ren y puso sus palmas sobre el collar de Pelopié.

—otros temen lo desconocido, pero tú lo acoges. La muerte es tu aliada, y todo lo que se descompone está bajo tu alcance.

—el tiempo es solo un número, y tú lo moldeas en la palma de tus manos.

—pasado, presente, futuro. Nada de eso importa en tus ojos omniscientes.

—el cerebro es tu arma y el conocimiento es tu poder.

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