—Aún ocultas más de lo que revelas, mujer humana, pero comienzo a ver verdad en tus palabras. Así que adelante y demuestra que eres digna de mi consideración.
Lily Sangrienta tragó saliva y miró hacia adelante, donde detrás de Surtr había un largo camino que ni siquiera sabía dónde la llevaría. Aun así, ignoró la presión que sentía y empezó a caminar hacia el pasaje. Cada paso que daba parecía eco en la majestuosa sala, y se preguntaba qué le esperaba en el sombrío corredor.
El resplandor de las llamas de Surtr aún danzaba en sus ojos mientras caminaba, manteniendo su postura resuelta, incluso bajo la mirada vigilante del dios del fuego. No necesitaba apresurarse, porque si Surtr era un dios de su palabra como parecía ser, habría detenido momentáneamente el contrato.
