En el exterior de la cueva, la nieve caía silenciosa y lentamente, creando una manta blanca sobre el paisaje congelado de Mibothen.
El viento aullaba entre los edificios y calles vacíos, creando un sonido fantasmal que resonaba a través de la oscura ciudad.
Kaizen estaba de pie frente a Zilgath, y la pelea entre ellos había sido intensa y feroz. Ambos estaban exhaustos, pero el enfoque en los ojos de Kaizen lo hacía parecer inquebrantable. Levantó su puño derecho, preparándose para asestar el golpe final y poner fin a la vida de Zilgath. Kaizen canalizó mucha energía en su puño y lo lanzó con mucha fuerza. La explosión resultante hizo temblar todo a su alrededor, incluyendo las paredes que se fisuraron y el suelo congelado que se rompió, enviando fragmentos de hielo por todas partes.
Así, mientras Kaizen flotaba, vio el cuerpo de Zilgath hundirse en el agujero formado en el río congelado.