El bosque corrupto estaba envuelto en un silencio pesado, y la figura encapuchada, su oscuro manto ondeando en el frío viento de la noche, emitió un sonido bajo, entre un suspiro y un susurro, que rebotaba a través de los árboles como un lamento.
—No deberías estar aquí... —dijo la figura con una voz que sonaba más como un eco—. Esta tierra, alguna vez verde y llena de vida, ha sido corrompida por una fuerza más allá de tu comprensión. La Corrupción vino de más allá de las estrellas, una entidad antigua que despertó de su sueño milenario para devorar mundos enteros, dejando solo sombras y desolación a su paso.
Los ojos de la figura brillaban con una luz triste y desesperada mientras parecía apoyarse en el árbol.
—Yo era un guardián de esta tierra, un protector de sus secretos más profundos. Pero ahora veo la verdad. Siempre fui solo otra persona entre muchas otras, nada especial, nada único. Sin embargo, ahora soy una sombra y eso me basta, porque tengo SU confianza.