El hielo quemaba los huesos de los jugadores mientras avanzaban por un camino blanco como la nieve, donde el silencio del largo invierno de Mibothen se extendía como un velo helado sobre el paisaje. El viento aullaba con una furia incomparable entre las desnudas ramas de los árboles, sacudiendo los copos de nieve que se aferraban a sus capas.
Sus pasos sobre la nieve esponjosa resonaban a través del aire cortante, creando una sinfonía solemne que parecía reverberar a través de la vasta extensión congelada.
Sin embargo, incluso bajo la tiranía del frío despiadado, Lily Sangrienta, Eraskan, Jayaa y Kaizen continuaban su viaje, sus firmes expresiones reflejando una llama de valor que ardía con brillo en sus corazones.