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Cuando los chicos acosados vieron a Eric caer al suelo, apenas podían creerlo. Una película se reproducía en sus cabezas, desde que el acoso comenzó poco después de que bajaron de su autobús hasta este momento. Miraron a Klaus con gratitud y admiración, sintiéndose seguros al fin, pero aún se acercaron con temor.
—¡M-muchas gracias, Klaus! —exclamó uno de ellos, agradeciéndole, y los otros hicieron una pequeña reverencia ante él, mirándolo con respeto.
—¡Fueron increíbles!
—¡Realmente lo es! ¡Nunca había visto a alguien de este lugar actuar así en persona!
—¡Eres una mejor persona de lo que nos dimos cuenta cuando oímos hablar de lo increíble que eres!
Klaus se sintió un poco tonto con los elogios. —¡Ah! Eso no fue nada, chicos. ¡Solo hice lo que cualquiera hubiera hecho!
—No, definitivamente eres nuestro salvador!
—¡Ah~! ¡Gracias, chicos! —dijo Klaus con la mano en la parte trasera de su cabeza, tímidamente.
