—¿Soy realmente yo?
Mirando su algo borrosa reflexión en el cuchillo, el joven Vaughn se quedó allí en silencio mientras pasaba por un sinfín de pensamientos en su mente.
Mientras repasaba esos pensamientos, había momentos en los que el cuchillo que sostenía se acercaba más a su cuello.
Por supuesto, lo opuesto también podría decirse ya que miraba el cuchillo con el ceño fruncido de vez en cuando.
Para cuando habían pasado unos minutos más, Vaughn parecía haberse decidido, devolviendo el bisturí quirúrgico al lugar de donde lo había tomado al llegar a una conclusión.
—Aunque no quede nadie más en este planeta aparte de mí, eso no significa que no pueda continuar los deseos y aspiraciones de aquellos que una vez recorrieron el mundo.
Con ese pensamiento persistiendo en su mente, el hombre finalmente tomó algo de comida y agua, comiendo y bebiendo lo suficiente para apenas mantener a raya la inmensa sed y hambre que sentía.
