—El límite de las capacidades de uno... —Valyr murmuró para sí mismo mientras las engranajes de su mente comenzaban a girar.
—Eh... ¿a qué te refieres exactamente con eso?
—Mmm... —Al oír la pregunta del joven, Nila se frotó el mentón un momento mientras reflexionaba—. Ahora que lo pienso, es un concepto bastante vago, incluso más vago que la ingeniosidad o la consistencia.
—¿Te importa si te explico mi proceso de pensamiento? —preguntó, a lo que Valyr le dio permiso.
Asintiendo en respuesta, la mujer se quedó en silencio un momento mientras ordenaba sus ideas.
Después de un tiempo, volvió a mirar al joven, su mirada ahora solemne.
—Bueno, como todos sabemos, los herreros vienen en muchos tipos y formas —comenzó Nila su explicación—. Hay quienes dependen de martillos para dar forma a los materiales en objetos, mientras que otros dependen de su maná para lograr lo mismo. Naturalmente, también existe una fusión de los dos.