—Al enterarse por Arcaelus de que aún quedaba un día y medio antes de que el tiempo se agotara, Valyr respiró hondo unas cuantas veces mientras miraba el escudo redondo de metal que había colocado sobre el yunque.
De muchas maneras, el escudo que había forjado durante la Prueba de las Cuatro Rarezas captaría la atención de muchas personas, obteniendo un buen dinero, especialmente con cómo todos se estaban preparando para la guerra en el mundo exterior.
Sin embargo, teniendo en cuenta que había sacado el escudo solo para prepararse para su verdadero motivo, el joven dejó escapar un suspiro largo y prolongado mientras sus brazos de maná comenzaban a moverse.
—[Aliento de Calma] —murmuró Valyr.
Guardando la habilidad definitiva del Martillo de Principios para lo que planeaba hacer más tarde, Valyr comenzó a desmantelar el escudo en sus partes constituyentes con la voluntad de sus brazos.
