```
Después de superar su sorpresa inicial por lo sencillo que fue obtener el segundo pergamino rúnico, Valyr tomó algunas respiraciones profundas para calmarse antes de proceder a mirar la disposición de las runas en el ahora más grande trozo de pergamino que sostenía.
Desviando su mirada hacia el lado del pergamino donde yacían las runas, Valyr cerró uno de sus ojos por el ligero temor de que tendría que soportar múltiples oleadas de dolor una vez más para poder mirar al pergamino más grande. Afortunadamente, incluso con su único ojo abierto mirando intensamente las runas en el pergamino, no experimentó tal dolor en absoluto, lo que le permitió exhalar internamente un suspiro de alivio mientras abría ambos ojos para observar mejor.
