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Al activarse el gran constructo de teleportación en el centro de la habitación, una luz cegadora llenó la totalidad del espacio mientras la presencia de Valyr en la habitación desaparecía en cuestión de segundos. Al disiparse la luz, la mirada de Julián permaneció fija en el gran constructo de teleportación, solo girándose para marcharse después de que el constructo se hubiera vaciado por completo de su energía.
—Maestro de Gremio —sin embargo, justo cuando estaba a punto de regresar a su habitación en el gremio y dar por terminado el día, uno de los empleados llamó su nombre, instándolo a detenerse en seco mientras se daba la vuelta y levantaba una ceja. Al ver que habían capturado la atención de Julián, el empleado miró hacia el gran constructo de teleportación un momento antes de volver su mirada a Julián—. ¿Acaso sabe la identidad de la persona que teleportamos?
—Lo sé —asintió Julián.
