Justo en el instante en que Julián había confirmado sus sospechas, todos los ancianos en la habitación no pudieron evitar hacer ruido, sus expresiones de gran emoción. Como era de esperar, Faulerei tampoco pudo evitar emocionarse también.
—Pensar que la Herencia de los Cuatro Pilares finalmente podría ser explorada en su totalidad —murmuró Faulerei para sí mismo antes de mirar al techo. Luego, soltando un largo suspiro de alivio, miró a Julián con una expresión aliviada.
—Con tu descubrimiento, Julián, has permitido que este anciano no tenga más remordimientos antes de pasar a la siguiente vida.
—Todavía te quedan cientos de años, anciano Faulerei —Julián se rió en respuesta, el sonido del metal chocando contra metal se escuchaba de fondo—. ¿Nos estás diciendo que no quieres ver qué tipo de recompensas podrían obtener de la herencia completa?
Ante esas palabras, Faulerei finalmente soltó una risa rara, haciendo que algunos de los otros ancianos lo miraran con ligera sorpresa.