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Algún tiempo después, en la vasta naturaleza.
—Oye amigo, ¿no crees que te pasaste un poco ahí? —al remover la tela negra que cubría sus rostros, al tiempo que ambos soltaban un suspiro de alivio, el hombre más bajo no pudo evitar lanzar una mirada furiosa al hombre frente a él—. ¡Por el amor de Dios, eres Rango 4! ¿No puedes dejarte de sentir inclinación por matar a todo lo que combates?
—¡Además, me hiciste retener a ese otro tipo durante más tiempo del que habíamos acordado inicialmente! —continuó regañándolo el hombre más bajo. Ante esto, el hombre alto escuchaba en silencio las palabras del más bajo—. ¡Mejor obtengo al menos un cuarto de lo que te paguen por esto!
—Está bien —sorprendentemente, en lugar de quejarse por ser reprendido por el hombre más bajo, el hombre alto decidió aceptar sus palabras, haciendo que el hombre más bajo se sorprendiera, preguntándose si había escuchado bien.
