El día de la búsqueda,
El salón del trono zumbaba con el murmullo medido de las conversaciones y la palpable anticipación que henchía el aire.
Los altos techos resonaban con los murmullos y ocasionalmente con charlas nerviosas, sus tonos anaranjados oscuros reflejándose en las numerosas ventanas teñidas de carmesí que pintaban la sala con los matices del sol temprano de la mañana.
Los cinco Guardias Sangrientos estaban de pie en cada esquina como siempre.
Asher, Isola, Merina y Ceti estaban aquí, de pie ante Rowena, mientras que Seron, Rebeca y otros oficiales y ancianos también se habían reunido aquí.
Era costumbre despedirse de los miembros de esta Casa que iban a emprender una búsqueda tan importante.
Después de todo, si alguien entre ellos lograba convertirse en el vencedor, podría influir drásticamente en el futuro de esta Casa.