Astaroth explicó la situación actual al ya completamente formado deidad sapo. Era un Grippli esbelto, con agua fluyendo a su alrededor en una corriente suave.
Sabía que Violeta moriría de celos si le contara que había conocido a una deidad menor del agua, pero se contuvo de decirlo. Después de dar su explicación completa, el Grippli formó una burbuja de agua en la que se sentó.
—Hmm. Tus amigos y tú han alterado ciertamente esa versión de la linea temporal. Desafortunadamente, no puede afectar el presente, y no traerá devuelta a mi gente. Pero debería ser capaz de ayudarte, aunque solo sea temporalmente.
—Sería un gran honor para mí recibir tu ayuda, amable señor.
—Te ayudaré bajo una condición.
—¿Cuál es esa condición?
Astaroth se estaba confundiendo. ¿Qué tal si el dios menor le pedía su servidumbre eterna?